Presentación de Samwell Tarly. ¡Vota por tu capítulo favorito en su arco de Tormenta de Espadas!
Tras la pausa estival y unos cuantos inconvenientes que han retrasado la aparición de esta nueva edición, a causa de los cuales nos gustaría ofrecer nuestras disculpas, regresa una semana más El Campeón del Torneo a La Compañía Libre de Braavos. Como todos sabéis, en esta sección tratamos de buscar el capítulo más valorado de Canción de Hielo y Fuego por todos los leales. Hoy, además, toca elegir uno de ellos, precisamente el del último punto de vista de Tormenta de Espadas.
Esta vez llega a la arena alguien que simplemente por osar bajar despertaría la mofa y la burla entre los presentes. Sin embargo, allí donde está cada uno de los hombres es valioso y necesario, y él especialmente parece llamado a ser una pieza destacada dentro de la canción de Hielo y Fuego. Así pues, aunque con una espada en la mano, con un arco o sobre un caballo puede ofrecer una imagen hasta cierto punto ridícula, lo cierto es que con un puñal de obsidiana en la mano y con alguien a quien tiene el deber de proteger es realmente mortífero. Hoy, con todos nosotros, llega hasta El Campeón del Torneo Samwell Tarly.
Sam en Tormenta de Espadas
Sam es, junto a Jaime Lannister, una de las sorpresas sobre los personajes con punto de vista en Tormenta de Espadas. Y, a pesar de lo que hoy ya podemos intuir sobre su importancia narrativa, la verdad es que, como sucede en el caso de Davos Seaworth, es uno de esos personajes que tiene que prestarnos sus ojos para conocer un mundo en constante expansión. En cierto modo, Sam adquiere punto de vista merced al fracaso de la misión de Jeor Mormont, así como a la partida de Jon Nieve con Qhorin Mediamano al final de Choque de Reyes. Martin necesita al inteligente bonachón para mostrarnos el dantesco final de la última expedición de la Guardia de la Noche, la cual sucumbe ante una combinación magistral de un violento ejemplo del peor juego de tronos y la siempre tétrica trama del Hielo y el Fuego, si bien en esta ocasión el frío se apoderaría de todos nosotros. Pero su arco narrativo sirve para algo más que para ser un mero espectador, y en el caso concreto de Sam, Martin vuelve a brillar como un genio en la construcción de los personajes. No obstante, ambas facetas de su trama son destacables y merece la pena valorarlas por separado.
Porque efectivamente, Martin supo vendernos muy bien la necesidad de introducir este nuevo punto de vista en un ya de por sí trepidante libro como es Tormenta de Espadas. Para ello, pensemos solamente en todos aquellos acontecimientos en los que Sam se ha visto inmiscuido durante esta novela. Si bien es cierto que Tormenta de Espadas siempre será recordado por dos bodas, no deja de llamar la atención el hecho de que un personaje que en cualquier otra ficción debería ser considerado como «menor» haya vivido momentos tan impactantes como los que le tocó sufrir al pobre Sam.
De hecho, Sam es el primer punto de vista que no solo sobrevive a un ataque de los Otros, sino que es además el primer ponienti con nombre y apellido de quien sabemos de forma fehaciente que ha acabado con uno de esos diablos de hielo, un Otro, que habitan más allá del Muro. Gracias a él, asimismo, descubrimos que la obsidiana o vidriagón es, en palabras de Melisandre, anatema contra los Otros, y que al mismo tiempo no deja ser un frágil puñal de piedra cuando se enfrenta a un espectro de mirada azul reanimado por algún tipo de necromancia mágica.
Pero su relación con los profundos miedos que se encuentran en el ignoto norte va más allá, y, como señala PoorQuentyn, es Sam el primer protagonista con el que descendemos de lleno a la capa más terrorífica de la saga de Canción de Hielo y Fuego. Porque, en este sentido, es también Samwell Tarly el primer punto de vista en ofrecernos el angustioso y sobrecogedor poder destructor de la amenaza fría con los pantalones meados. Porque, en Canción de Hielo y Fuego, héroes los hay de muchos tipos, pero no todos pueden aguantar de forma tan estoica como Jon Nieve la visión de la muerte en vida.
Solamente ambos pasajes merecen ya un puesto de honor como personaje dentro de Tormenta de Espadas, pero la verdad es que la trascendencia de Sam va mucho más allá. Sam, el indolente Sam, se encontrará además con Manosfrías y Bran, obligándose a guardar un secreto delante de su mejor amigo que sin duda sería una gran alegría para Jon. Más tarde, verá de frente a Dueña de Luz, espada que describirá con detalle para Aemon. Con el maestre mantendrá una críptica y escueta conversación sobre el calor de la espada, la cual sutilmente nos muestra las dudas de Aemon sobre el cumplimiento de la profecía en la persona de Stannis, así como uno de los intereses olvidados del viejo maestre. Y, además, Sam comenzará a jugar al juego de tronos para que Jon Nieve acabe siendo finalmente el nuevo Lord Comandante de la Guardia de la Noche, además de mantener con él una pequeña charla sobre si es honorable o no el mentir al respecto de la paternidad de un niño. Todo esto en solo cinco capítulos; en sus primeros cinco capítulos, de hecho.
Pero además de todo esto, Sam consigue crecer absolutamente en su arco en Tormenta de Espadas. De hecho, es la encarnación del héroe, al menos para Elí, a quien consigue poner a salvo, una misión que para Sam solo podría llevar a cabo Jon Nieve. Ya lo vimos en Choque de Reyes, y Sam vuelve a recordárnoslo cuando las esposas de Craster le dicen que salve a la joven. Su periplo es en este sentido una maravilla, pues Martin narra con mucha fidelidad y realismo la forma en que hasta el más cobarde de los hombres puede no solo salvar el día por un momento, sino convertirse en el héroe personal para otra.
No es baladí, en este sentido, que Martin aluda en varias ocasiones a las veces que Sam se meó encima durante el ataque de los espectros al Puño de los Primeros de los Hombres. Es realmente irónico que sea Sam la primera persona del universo de Canción de Hielo y Fuego en matar a un Otro y tener voz propia para contarlo. El combate entre ambos, si es que puede denominarse así, no deja de ser un asalto ridículo y anticlimático, pero lo cierto es que esta era la única manera en la que Sam podía salir con vida de una situación así. El realismo se apodera aquí de forma trágica del destino de Sam, y Martin incide en ello continuamente al ponerle el mote de «Mortífero». Evidentemente, en un mundo como el de Poniente, para un tipo como Sam ni siquiera semejante hazaña puede librarle del sambenito de débil, indolente o incapaz.
Pero otro motivo realmente valioso de toda la lectura de su arco se encuentra en el cambio personal de Sam. La sutileza con la que Martin cincela al personaje se aprecia en el cuestionamiento continuo de su propia valía. Porque por mucho que haya matado a un Otro, un cobarde de corazón como lo es Sam, una persona real, en definitiva, nunca podrá cambiar drásticamente de un momento a otro. Su modestia y humildad, así como su inseguridad, seguirán presentes. Las dudas sobre sí mismo le seguirán carcomiendo. Pero la diferencia fundamental con respecto al anterior Sam es que ahora tiene un motivo para ser valiente cuando hay que serlo. Y ese motivo no es recordar que ha matado a un Otro, cosa intrascendente para Sam, sabedor de las circunstancias en las que le propinó la muerte, sino precisamente imaginar todo lo que le queda por hacer con su amada Elí.
A continuación y como es habitual, os ofrecemos una síntesis de cada uno de los cinco capítulos que conforman el arco de Sam en Tormenta de Espadas. Siempre os recomendamos encarecidamente la relectura, pero en esta ocasión no hay excusa que valga: son solo cinco capítulos y además están como hemos visto, tienen momentos realmente memorables. Vamos a ello:
- sam i: los cuervos huyen del Puño de los Primeros Hombres, el cual ha sido tomado por un ejército de carne muerta que no se detiene ni ante el acero ni el fuego. En su esperpéntica huida, Sam va rememorando algunos de los momentos más dramáticos de la lucha, y cómo debido al terror no consiguió enviar noticias al Muro sobre lo que estaba pasando. Este fracaso, unido a su escaso vigor físico, harán que el joven decida dejarse morir en la nieve. Paul el Pequeño, sin embargo, cargará con él hasta quedarse rezagado y perdido en medio de la oscuridad, a merced de los Otros. Sin embargo, Sam, conseguirá matar al Otro que les amenaza, no sin que antes este matara a Paul el Pequeño. La obsidiana que le regaló Jon Nieve se demuestra verdaderamente eficaz frente a los Otros, los cuales parecen derretirse y evaporarse ante su contacto.
- sam ii: ya en el Torreón de Craster, la historia de Sam frente al Otro corre como la pólvora y sus compañeros comienzan a llamarle Mortífero, lo que precisamente no le hace ningún bien a Sam. Ya allí, Sam y Mormont hablan sobre el vidriagón y el verdadero enemigo de la Guardia de la Noche, los Otros. Sin embargo, el nacimiento del hijo de Elí y la propuesta de Sam de llevarlo al Muro a sabiendas de que Craster se lo entregaría a los Otros tensa las cosas entre el salvaje y el Lord Capitán de la Guardia de la Noche. No obstante, lo peor está por llegar. Algunos hermanos de la Guardia de la Noche comienzan a criticar a Craster por su racanería, y poco a poco todo se precipita hasta que las quejas estallan en el motín del Torreón de Craster, el cual finalizaría con Craster muerto y con Mormont haciendo lo propio entre los brazos de un Sam en shock. Antes de que los hermanos amotinados regresaran a la estancia principal de Torreón, las mujeres de Craster impelen a Sam a tomar un par de caballos y huir junto con Elí y su recién nacido.
- sam iii: Sam y Elí continúan su lastimera marcha hasta una aldea que creen que es Arbolblanco. Elí es consciente de que los Otros y sus secuaces de carne muerta les persiguen, pues huelen la vida del recién nacido con el que marchan. Al final los espectros aparecen y, para desolación de Sam, uno de ellos es su antiguo compañero Paul el Pequeño, quien le salvó la vida tras la huida del Puño de los Primeros Hombres. Sam y Elí consiguen acabar con él, pero poco a poco los espectros comienzan a rodearles. Al grito de «hermano, aquí», un misterioso personaje les salva la vida.
- sam iv: Sam y Elí se encuentran en el Castillo Negro. Las cosas no son en absoluto normales: Stannis Baratheon acaba de derrotar a los salvajes y se encuentra en el fuerte principal de la Guardia de la Noche, Elí está amamantando a su hijo y al de Mance Rayder y además toda la Guardia está inmersa en un complicado proceso de votación para encontrar al nuevo Lord Comandante. Pero para Sam hay esperanza, pues Jon Nieve está vivo. Con él mantiene una interesante charla sobre si es honorable mentir por una buena causa, en concreto sobre la paternidad de un niño, para poner a salvo a Elí y a su hijo en Colina Cuerno diciéndole por carta a sus padres que el hijo de esta es su bastardo. En la cena, sin embargo, la realidad se vuelve a apoderar de los pensamientos de Sam, más todavía cuando sus amigos comentan que alguien debería hacer algo para escoger al mejor Lord Capitán de la Guardia de la Noche posible.
- sam v: Sam se entrevista con Stannis Baratheon y Melisandre de Asshai, quienes quieren saber qué sucedió exactamente con la obsidiana y el espectro. El rey le comenta que Rocadragón está llena de dicho vidrio, y que va a mandar que comience su explotación sistemática. Sam ve de cerca, además, a Dueña de Luz, la espada de Stannis, y se la describe al maestre Aemon, quien está interesado en verla. Aunque el acero es realmente bello, Aemon muestra sus dudas sobre el destino de Stannis al apreciar que la espada no emanaba ningún tipo de calor. Cuando finaliza la reunión, Sam se pone manos a la obra para elaborar su plan, que no es otro que conseguir que la Guardia de la Noche elija por fin a su nuevo Lord Comandante, cuya elección está acabando con la paciencia de Stannis. Tras sopesar sus posibilidades con el maestre Aemon, quien indirectamente le anima a hacer algo, Sam va a hablar con los dos candidatos más fuertes, Cotter Pyke y Denys Mallister, para que rechacen sus candidaturas y voten a favor de su candidato. Para ello, Sam se sirve de la enemistad de ambos al engañarlos, diciéndoles a cada uno de ellos que Stannis ha dicho que si no se encuentra esa misma noche un nuevo Lord Comandante, el propio rey impondría al rival del otro.
Y ahora, vuestro turno: ¿qué momentos destacaríais del arco de Sam en Tormenta de Espadas? ¿Qué os parece la evolución del personaje? Y, sobre todo… ¿tienes claro ya cuál es tu capítulo favorito de Bran en Tormenta de Espadas?
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