Hoy regresamos con una nueva edición de, El Rincón del Cronista, en donde, como ya sabéis, alternamos entre personajes, sucesos, lugares e instituciones del mundo creado por George R.R. Martin con la idea de presentar un espacio de discusión y debate en el que la acción está en los comentarios.

Como ya sabréis, utilizo esta sección para traeros la historia sobre aquellos personajes y acontecimientos, actuales o históricos, que a veces quedan inmerecidamente relegados a un segundo plano. Creo que esta vez específicamente no hay mejor manera de deciros de quien voy a hablaros: el rey Viserys II.

Viserys II: más reyes como estos

Una dura infancia

Viserys nació en el año 122 A.C., como el segundo hijo de Rhaenyra Targaryen, hija de Viserys I, y del tío de ésta, el infame Daemon Targaryen (sí: Daemon es el padre y a la vez el tío-abuelo de Viserys). Tuvo cuatro hermanos mayores: Jacaerys, Lucerys y Joffrey Velaryon, hijos de Rhaenyra y Laenor Velaryon, y Aegon, su hermano directo. A su corta edad, se vio inmerso en la cruel guerra que sacudió Poniente durante tres años (129-131 A.C.), que luego se conoció como la Danza de Dragones. Sin duda, Viserys fue uno de los que más sufrió por esta contienda.

El joven Viserys, por Snife

Tras la temprana muerte de su hermanastro Lucerys, Jacaerys, líder militar de facto de «los Negros»  decidió poner a los más jóvenes e indefensos a salvo, y por ello Viserys, junto a su hermano Aegon, montaron a bordo de la Gay Abandon, un barco pentoshi, con el fin de que estuvieran bajo la protección de un magíster de Pentos hasta el fín de la guerra. Por desgracia,  «los Verdes» habían firmado una alianza más allá del mar con el Reino de las Tres Hijas, también conocida como «la Triarquía», una federación de las Ciudades Libres de Lys, Myr y Tyrosh, cuya flota encontró al barco avanzando hacia Poniente. Por desgracia para Viserys, la Gay Abandon fue apresada por la flota de la Triarquía.

Viserys, astuto, escondió su huevo de dragón y se disfrazó como un vulgar grumete para pasar desapercibido, pero su identidad fue revelada por uno de los tripulantes.Su hermano Aegon tuvo más suerte y pudo escapar a tiempo a lomos de su dragón Borrasca, y pese a que fue alcanzado por un proyectil enemigo, consiguió llegar a Rocadragón y avisar del ataque. Lo que siguió fue la Batalla del Gaznate, la batalla naval más sangrienta de Poniente. Se saldó con una victoria de los Verdes, y Viserys fue retenido en Lys durante años. Durante la guerra, ambos padres y los hermanastros de Viserys murieron. Solo le quedó su hermano Aegon.

En Lys, Viserys vivió como cautivo de unos príncipes lysenos con intención de sacar provecho de su rescate o su muerte. Seguramente se salvó por el fin de la contienda, lo que hizo que su muerte no beneficiara a nadie. Con el tiempo, Viserys se casó con Larra Rogare (siete años mayor que él), de la ambiciosa familia Rogare de Lys, administradora del Banco Rogare, el más poderoso de todo Essos. Y allí permaneció, cautivo durante años, hasta que fue hallado por Lord Alyn Velaryon, (las circunstancias de su descubrimiento no están del todo claras). El precio que se exigió al reino fue desorbitado, lo cual dio lugar a frecuentes discusiones con Lord Alyn, rumoreándose que quizás aprovechó para llenar su bolsillo, (pues la Casa Velaryon pagó un precio altísimo por la derrota durante la Danza).

Aegon III, el Rey Roto

Cuando llegó a Poniente, encontró el reino muy cambiado a como lo dejó. Tras la Danza, el Trono de Hierro había pasado a su hermano Aegon, aunque al ser menor de edad, el gobierno lo ejercía un Consejo de Regentes en lugar de un solo regente, con el fín de traer la estabilidad a Poniente. El resultado fue exactamente el contrario: Durante los cinco años que duró la regencia, abundaron los enfrentamientos, las conspiraciones e incluso los asesinatos entre los regentes, a la vez que las conjuras determinaban quién seguía en el Consejo y quién abandonaba la Fortaleza Roja.

El regreso de su hermano fue una de las pocas alegrías que experimentó el rey Aegon en su vida. El niño se ganó el nombre de «el Rey Roto«. Con solo once años, al trauma de haber abandonado a su hermano al huir de la Gay Abandon unió haber perdido a su familia en la guerra y haber presenciado como el dragón de su tío, Aegon II, devoraba viva a su propia madre. Por ello, se volvió apático y melancólico, sin aprender ni interesarse a relacionarse con nadie (ni siquiera con su hermosa reina, Daenaera Velaryon), y menos a gobernar su propio reino, por lo que se volvió un mero peón de los juegos de poder de sus propios regentes.

La Guerra de los Regentes llegó a alcanzar momentos surrealistas. La familia Rogare acompañó a Viserys en su retorno, y pronto se unió a los complots entre regentes.  Con el tiempo, sus enemigos les acusaron de muchos más actos de los que en realidad cometieron. Lord Rowan, entonces la Mano y uno de los últimos regentes, fue acusado de ser cómplice en sus crímenes y fue torturado para sacarle información. Ser Marston Mares, quien de algún modo se había hecho con el cargo de Mano en su lugar envió hombres para capturar a Lady Larra después de arrestar a sus hermanos. Pero el rey y su hermano se negaron a entregarla, y fueron asediados en el Torreón de Maegor por Mares y sus partidarios durante dieciocho días. La conspiración eventualmente se desbarato ya que Ser Marston—quizás recordando su deber—intentó cumplir las órdenes de su rey de arrestar a todos los que habían implicado falsamente a los Rogare y a Lord Rowan. Mares fue asesinado por su propio hermano juramentado, Ser Mervyn Flores, cuando intentaba arrestarlo.

La Mano de tres reyes

Aegon y Viserys despidiendo a los regentes, por Magaly Villeneuve.

Con Viserys de nuevo en la corte, parece que Aegon recobró el ánimo. Al alcanzar la mayoría de edad en el año 136 y poder reinar por sí mismo, decidió disolver la farsa en que se había convertido el Consejo de Regentes, y nombró Mano a Viserys, pese a que solo tenía catorce años, siendo la persona más joven en haber ocupado ese cargo. Entre ambos, resolvieron con habilidad los tumultos que quedaban en el reino tras la guerra civil y las largas regencias, como la aparición de varios farsantes que se reclamaban el trono fingiendo ser los Targaryens muertos en la guerra. Además, trataron de recuperar los dragones de los Targaryen después de que se hubieran extinguido tras la guerra, a pesar del terror que le inspiraban al rey tras ver a su madre devorada por uno. Por sugerencia de Viserys, el rey hizo traer nueve magos de Essos, pero esta medida tan resultó frustrante como inútil.

Aunque su matrimonio con Larra no fue una unión feliz, tuvieron tres hijos. Aegon, el mayor, nació en la Fortaleza Roja en 135DC, fue un chico robusto, que creció para ser hermoso y encantador, así como irresponsable y dedicado a sus placeres; le causó grandes problemas a su padre y mucho dolor al reino.Le siguió Aemon en 136DC. En su infancia fue tan hermoso y robusto como Aegon, sin embargo no compartía los errores de su hermano; probó ser un gran justador y espadachín—digno de empuñar a Hermana Oscura, fue conocido como el Caballero Dragón por la cimera con las tres cabezas de dragón que lucía en su casco. Aun hoy hay quienes lo consideran el caballero más noble que alguna vez vivió y uno del que más historias se reseñan en el libro Blanco de la Guardia.

Viserys, Larra y su hijo Aegon, por Magaly Villeneuve.

Naerys fue la última hija de Viserys, nacida en 138DC. Los hombres decían que su piel era tan pálida que parecía traslucida. Era de contextura pequeña (que se empequeñecía aún más con su falta de apetito) y facciones delicadas, los bardos escribían canciones alabando sus ojos—enormes y profundamente violetas, enmarcados por pálidas pestañas. En 153 AC, con la bendición de su hermano el rey, Viserys casó a Aegon y Naerys, en un matrimonio que, desde el principio, careció claramente de amor, pues era sabido que a quien realmente amaba Naerys era a Aemon, y aunque él le correspondía, al unirse a la Guardia Real, sus votos le impedían tomar esposa.

Poco después del nacimiento de Naerys, Larra volvió a Lys. Nunca se sintió parte de la corte, y jamás fue feliz en ella. Se cuenta que después de que le abandonase su esposa, Viserys perdió su encanto natural, tornándose un hombre serio, duro y huraño.

En el año 157, Aegon fallece, y la corona pasa a su hijo mayor, Daeron I. Como ocurrió con su padre, Daeron era joven para asumir el gobierno, pero Viserys, para impedir nuevos conflictos, decidió no constituir una regencia, ayudando como Mano a Daeron en la pesada tarea de regir los Siete Reinos. Pero gobernar no era lo que Daeron tenía en mente.

Daeron I, por Azok

Daeron era un joven de rara brillantez y contundencia y al principio se encontró con la resistencia de su tío, sus consejeros y muchos grandes señores cuando propuso por primera vez completar la Conquista “trayendo Dorne al reino”. Le recordaron que, al contrario que Aegon y sus hermanas, él no tenía más dragones para utilizarlos en la guerra, a lo que Daeron respondió: “tenéis un dragón, está junto delante de vosotros”.  Pese a la resistencia inicial, después de explicar su plan, convenció a todos de que era una campaña victoriosa. Y lo demostró.

Daeron contó con la ayuda de Lord Alyn, que se apoderó del Sangreverde, dividiendo Dorne en dos partes independientes, contra las que dirigió dos ejércitos, liderados por él mismo y Lord Tyrell. En solo un año, los señores dornienses, con los Martell a la cabeza, se rindieron ante él. Dedicó un año más en terminar con los rebeldes que se escondían en las montañas. Tras dejar a Lord Tyrell a cargo de mantener la paz, Daeron regresó a la capital, acompañado de catorce rehenes de alta cuna, todos ellos hijos e hijas de las grandes Casas de Dorne, para asegurar su lealtad.

Mientras que los rehenes ayudaron a asegurar la continua lealtad de los de su propia sangre, el rey no había anticipado la tenacidad del pueblo llano de Dorne, sobre los cuales no tenía poder alguno. Se dice que diez mil hombres murieron en la batalla por Dorne; cuarenta mil más murieron en el transcurso de los tres años siguientes, mientras el pueblo de Dorne luchaba tenazmente contra los hombres del rey. En Asperón, Lord Tyrell fue asesinado cruelmente, (llenando su cama de escorpiones), y la rebelión se encendió por todas las esquinas del reino. Daeron volvió a la guerra repitiendo su exitoso plan, y en dos años, los dornienses pidieron la paz. Sin embargo, cuando el rey acudió a pactar la paz bajo el estandarte de paz, los dornienses traicionaron su palabra y lo asesinaron. Tenía solo dieciocho años.

La corona pasó a su hermano, Baelor. Éste resultó ser el más devoto de todos los reyes de la historia de Poniente. En lugar de permitir a Viserys ejecutar a los rehenes dornienses, decidió hacer un acto de piedad para buscar la paz con Dorne: recorrer descalzo y a pie, “sin ejército ni espada” todo el camino desde Desembarco del Rey hasta Lanza del Sol, acompañado de los rehenes. Una locura que inspiró un sinfín de canciones. La travesía del desierto, a pie entre las Colinas del Norte y el Azote, prácticamente solo, casi acabó con él. Pese a todo, llegó a Lanza del Sol y consiguió pactar la paz, junto con el matrimonio de Daeron, el nieto de Viserys, con la hija del príncipe de Dorne, Mariah Martell. Daeron sería años más tarde el rey de los Siete Reinos, y fue quien realmente introdujo Dorne en el reino.

En su retorno (de nuevo, andando), Baelor intentó liberar a su primo Aemon, que estaba retenido por Lord Wyl, famoso por su crueldad. El Caballero Dragón estaba preso en una jaula en un foso lleno de víboras. En vez de liberarlo, Lord Wyl retó a Baelor a liberarlo él mismo. Pese a que Aemon le suplicó que no lo hiciera, Baelor pensó que los dioses le protegerían, y saltó al foso sin dudar. Pese a que los bardos cantan que las víboras no picaron a Baelor por su santidad, la verdad es que a seis de ellas no les importó nada, mientras los hombres de Wyl apostaban si llegaría o no. Finalmente le liberó, y fue Aemon quien cargó con Baelor en un asno por el Sendahueso hasta llegar a Refugionegro, y de ahí, a Bastión de Tormentas, donde el rey pasó seis meses hasta recobrar la conciencia.

Baelor el Santo, por Azok

Baelor regresó en barco a Desembarco del Rey, donde Viserys había estado gobernando el reino todo este tiempo. Al llegar, pronto comenzó a gobernar con los Siete en su mente. Convenció al Septón Supremo de disolver su matrimonio, argumentando que había sido contraído antes de que fuera coronado rey, y que nunca había sido consumado. Para preservar su inocencia de la maldad del mundo y de la lujuria impía de los hombres, encerró a su ex-esposa, Daena, y sus hermanas Elaena y Rhaena en la que fue conocida como «la Boveda de las Doncellas». Allí permanecieron clausuradas durante diez años, aunque Daena escapaba de vez en cuando para ver su amante, Aegon el hijo de Viserys, engendrando asi al que luego fue Daemon Fuegoscuro.

Baelor también prohibió la prostitución en Desembarco del Rey y se desentendió del malestar que causó. También estableció una exención fiscal para aquellos padres que pusieran un cinturón de castidad a sus hijas. Pese al daño que causó a las arcas del reino, Baelor decidió gastar lo qe fuera necesario en la construcción del templo más magnífico que se hubiera visto en honor a los Siete: el que después se conoció como el Gran Septo de Baelor. Aunque más sabio fue cuando lo empleó en obras de caridad, como dar una barra de pan a cada hombre, mujer y niño de la ciudad. La plebe le amaba por su piedad.

Las excentricidades de Baelor no acabaron ahí. Humilló a Lord Belgrave, obligandole a lavar los pies a un vagabundo. Ordenó la quema de libros impíos, entre ellos la preciada «Historia antinatural» del Septón Barth, pese a ser la obra de una de las mentes más brillantes de los Siete Reinos, o el Testimonio de Hongo sobre la Danza de Dragones. Cuando el Septón Supremo murió, Baelor informó a los Máximos Devotos que los Dioses le habían revelado la identidad del futuro Septón Supremo, por lo que se apresuraron a elegir a quien Baelor determinó: un hombre común llamado Pate quien era un habilidoso cantero, pero iletrado, simplón, e incapaz de recordar una simple plegaria. Tras su temprana muerte (por casualidad, seguramente), Baelor ordenó que nombrasen Septón Supremo a un niño de ocho años al que había visto hablar con las palomas. Además, Baelor llegó a tomar los votos de septón, asemejando Poniente a una teocracia más que al reino feudal que siempre había sido.

El nacimiento de Daemon, hijo bastardo de Daena, llevó a Baelor a ayunar durante días, implorando a los dioses el perdón por sus pecados.  Llegó a rechazar cualquier alimento durante cuarenta días. En el día cuarenta y uno colapsó ante el altar a la Madre. El Gran Maestre Munkun hizo lo que pudo para salvar al Rey; así mismo el niño Septón Supremo, pero sus milagros se habían acabado. En el décimo año de su reinado, en 171DC, el Rey se reunió con los Siete. Rumores maliciosos que siguieron a la ascensión de Viserys—iniciados, según algunos por la pluma de Lady Maia de la Casa Stokeworth—sugerían que Viserys envenenó al Rey para obtener el trono tras más de una década de espera. Otros han sugerido que Viserys envenenó al Rey por el bien del Reino, ya que el Rey Septón creía que los Siete lo habían destinado a convertir a todos los no creyentes de su reino; esto habría llevado a una guerra con el Norte y las Islas del Hierro.

Viserys en el trono

Tras la muerte de Baelor,  el trono correspondía en principio a Lady Daena, pero tras su reclusión durante años, pocos hablaron en su favor. Tampoco ayudó su caracter temperamental e impulsivo, por lo que no era la mejor opción para el trono. Se alegaron los antecedentes del Gran Consejo del año 101 D.C., en el que, siguiendo la tradición, se dió preferencia al pretendiente varón al trono antes que a la linea femenina. Irónicamente, aunque esa decisión fue lo que privó a la princesa Rhaenyra del Trono de Hierro, fue lo que garantizó la corona para Viserys.

Viserys había gobernado el reino durante más de tres décadas, no era ningún secreto que mientras Daeron combatía y Baelor rezaba, el que realmente gobernaba era Viserys. Pocas veces más ha dado la historia que hagan más cierto éste dicho:

—¿Sabes qué se dice del rey y su Mano?

—Lo que el rey sueña, la Mano lo crea.

—Una vez me llevé a la cama a una pescadera que me contó que el pueblo llano tiene una versión mejor del dicho: «El Rey come y la Mano limpia la mierda».

juego de tronos, eddard i

 

El Rey Viserys II, por Azok

Se decía que Viserys era la Mano más astuta desde el Septón Barth, y dado sus años de experiencia, tenía un gran conocimiento del funcionamiento de la burocracia de Poniente. Por ello, pudiendo gobernar sin necesidad de subordinar sus gestiones a costear las guerras de Daeron o a las locuras de Baelor, se dedicó a reformar la administración hasta convertirla en una maquina eficiente, y potenciar la economía y el comercio. Entre otras, modificó a los sirvientes reales y sus funciones, el establecimiento de una nueva casa de Moneda Real, sus esfuerzos para incrementar el comercio a través del Mar Angosto, y su revisión del código de leyes establecidas durante el largo gobierno de Jaehaerys I.

El nuevo rey tenía el potencial de llegar a alcanzar la grandeza de su tatarabuelo, Jaehaerys el Conciliador. Sin embargo, poco después de un año después de llegar al trono, y pese a gozar de buena salud, Viserys sucumbió a una repentina enfermedad, con solo cincuenta años. Nadie se atrevió a decirlo en su momento, pero no fueron pocos quienes pensaron que la muerte de Viserys no había sido natural. El principal sospechoso fue su hijo, Aegon, y No podemos saberlo con certeza, pero conociendo las infames y corruptas acciones del que fue conocido como «Aegon el Indigno«, antes y después de asumir la corona, no podemos descartarlo.

Perdido en el olvido

Pese al largo periodo durante el que ejerció el gobierno de los Siete Reinos, Viserys no ha ocupado el lugar que merece en la historia de Poniente. Esto es lo que manifiesta el famoso libro del Gran Maestre Kaeth: Vidas de Cuatro Reyes

—En cierta ocasión tuve la suerte de ver el ejemplar de Vidas de cuatro reyes que se conserva en la Ciudadela —le comentó el príncipe Oberyn a su señor esposo—. Las iluminaciones eran bellísimas, pero me parece que Kaeth semostró demasiado generoso con el rey Viserys.

—¿Demasiado generoso? —Tyrion se quedó mirándolo—. En mi opinión le quita demasiada importancia a Viserys. El libro debería haberse titulado Vidas de cinco reyes

—Viserys apenas reinó quince días —dijo el príncipe riéndose.

—Reinó más de un año —señaló Tyrion.

—Un año, quince días, ¿qué más da? —Oberyn se encogió de hombros—. Envenenó a su sobrino para subir al trono, y cuando lo consiguió no hizo nada.

—Baelor se mató él solito de tanto ayunar —replicó Tyrion—. Su tío lo sirvió lealmente como mano, igual que había servido antes al Joven Dragón. Puede que Viserys tan solo reinara un año, pero gobernó durante quince mientras Daeron iba de guerra en guerra y Baelor se dedicaba a rezar. —Hizo una mueca—. Y aunque quitara de en medio a su sobrino, ¿no os parece comprensible? Alguien tenía que salvar el reino de las idioteces de Baelor.

tormenta de espadas, sansa iv

 

Pues este es Viserys II, y ahora es vuestro turno: ¿Que os parece su vida? ¿Y su gobierno como Mano de tres reyes?¿Creéis que ocupó el Trono de Hierro de forma honrada, o asesinó a Baelor y usurpó el lugar de Daena? Y por último, ¿Creéis que murió de forma natural?

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