La fantasía contra el realismo. Tortugas. La dificultad de cerrar y despedirse de la saga.
Un nuevo miércoles, volvemos con Así Habló Martin, sección en la que poco a poco recopilamos todas las declaraciones que George R. R. Martin ha hecho sobre Canción de Hielo y Fuego a lo largo de los años. La colección original está recopilada por Westeros.org, quienes muy amablemente nos dejan traducir su So Spake Martin para vosotros.
Seguimos en el año 2012 con la última entrevista publicada que Martin concedió coincidiendo con la visita que hizo el autor a España durante el verano de ese mismo año para promocionar Danza de Dragones. En esta edición, os traemos una entrevista en la que esta traductora ha seguido teniendo poco trabajo ya que se publicó íntegramente en castellano en la Revista Ñ (Clarín). Por esta razón, os pedimos que disculpéis cualquier errata o fallo en la traducción ya que es un trabajo totalmente ajeno al nuestro.
Entrevista Clarín – Revista Ñ
Cuando George R.R. Martin era niño vivía en una pequeña ciudad de Nueva Jersey llamada Bayonne, que se sitúa sobre una península a pocos kilómetros de Manhattan. Era tan pobre que su mundo se circunscribía a un territorio de sólo cinco cuadras. En un límite de ese territorio estaba su habitación y en el otro, su escuela. Pero desde la ventana de esa habitación podía ver barcos de todo el mundo llegar a los puertos de Nueva York. Con una enciclopedia de banderas, averiguaba de dónde venían las naves y así se imaginaba el mundo. Ahora, años después, Martin es el creador de un mundo medieval, fantástico y colosal que tiene desvelados a millones de lectores y televidentes. La saga que comenzó con la novela Juego de tronos(1996) ya va por su quinta entrega, Danza de dragones(2011). Cada libro pasa de las mil páginas y, como se supo desde el principio, en total serán siete. Simultáneamente, desde el año pasado, la saga –en su conjunto llamada Canción de hielo y fuego – también existe en la televisión en una superproducción de HBO. Es la serie que ha venido a llenar el vacío que dejó Perdidos. La trama trata del conflicto de poder entre siete reinados en los continentes ficticios de Westeros y Essos. Está relatada desde la perspectiva de múltiples personajes, la estructura narrativa es compleja y profunda. Hay batallas, intriga política, sexo, violencia y paisajes de belleza y de espanto.
A diferencia de otros casos, en éste no es frívolo comparar la obra literaria con la televisiva porque Martin está íntimamente involucrado con la producción de la serie. Es su mundo. Este mundo tiene una deuda directa con El Señor de los Anillos. Martin reconoce que todos los autores de fantasía trabajan a partir de la obra de Tolkien. Pero es diplomático al decirlo. Comparada con su serie, El Señor de los Anillos parece un empalagoso cuento para niños ingenuos.
Canción de hielo y fuego es fantasía avanzada. Hablamos con Martin por teléfono. Se encontraba en un festival de fantasía en la ciudad española de Avilés, muy lejos de Bayonne, su Nueva Jersey de la infancia.
[Se cuenta que una imagen de siete lobos cachorros fue lo que desató todo este mundo suyo. ¿Por qué esa?]
No tengo una respuesta. Fue muy vívido. Fue como si de golpe el capítulo entero estuviera allí delante de mí. Pude ver los detalles. En ese momento estaba trabajando en una novela de ciencia ficción que había estado planificando mucho tiempo. Pero supe que este capítulo que me había llegado como una visión no era parte de eso. Entonces dejé ese libro a un lado y escribí el capítulo. Al terminarlo supe cuál tenía que ser el capítulo siguiente, y así. Nunca retomé la novela de ciencia ficción.
[Me parece que la ciencia ficción y la fantasía, como géneros, tienen la obligación de ser muy entretenidos. ¿Estoy equivocado?]
No. Mucho de eso tiene raíces históricas que datan de hace más de cien años, desde el debate entre Robert Louis Stevenson y Henry James sobre cuál era la temática correcta para una novela. En la mente de la mayoría del mundo literario, Henry James ganó ese debate. Ganó el realismo, con énfasis en retratos psicológicos sobre gente en el mundo real y todo eso. Todo lo que es aventura y valentía –la tradición en la cual estaba Stevenson– se dejó a un lado para los niños. Hay que decir que la audiencia se fue con Stevenson, no con James, que aún en vida vendía muy mal. Su trabajo era difícil y aburrido. Mientras Stevenson escribía cuentos sobre piratas, Doctor Jekyll y el Señor Hyde y cosas así, James escribía sobre parientes que discutían en casas llenas de muebles.
[¿Y esas dos tradiciones se podrán unir?]
Tengo esperanzas de que esa brecha esté empezando a cerrarse. Ves eso en un escritor como Michael Chabon, ganador de un Pulitzer, un escritor literario, pero también uno que escribe ciencia ficción y fantasía. Él, y otros como él, están cerrando esta brecha que, para mí, fue un error desde el inicio. Antes de eso cada uno escribía sus historias y si era literatura o no, dependía de cuán bueno era, no de si era realista o no.
[¿En qué libros se apoya para armar su mundo?]
Hay cosas muy específicas, como libros sobre historia de juglares y saltimbanquis; o sobre torneos medievales y sus reglas. Pero también tengo muchas historias medievales generales que son grandes fuentes de inspiración. Hay cosas que no puedes inventar. Las cosas que pasaron en el mundo real son más extrañas que lo que cualquier escritor pueda imaginar.
[En cuanto a la trama, las múltiples tramas por resolver… ¿Se ha metido en un lío parecido a los creadores de Perdidos?]
De algún modo, todas las series largas e intrincadas llegan a esa situación. Y el final es clave para no defraudar a los lectores.
[Los lectores de la saga que ahora ven la serie deben combinar los mundos que habían construido en su imaginación con lo que ven en televisión. ¿A usted le pasa?]
No. Yo he vivido con estos personajes desde 1991 y mis imágenes mentales están muy arraigadas en mi conciencia. Hace falta algo más que una serie de televisión de dos años para cambiar eso.
[¿Qué les sugiere a quienes quieren ser escritores?]
Si están escribiendo ciencia ficción y fantasía, les digo que empiecen con cuentos. Conozco demasiados escritores jóvenes, tal vez influidos por mis propios libros o por otros parecidos, que intentan lanzarse a los 16 años con una fantasía épica de siete libros. Eso es una locura. Yo empecé escribiendo cuentos. Pasaron años antes de mi primera novela. Entonces: escriban un cuento, véndanlo a una revista, vayan construyéndose un nombre y sólo entonces intenten su primera novela.
[¿Qué significa la tortuga que suele llevar en su gorra?]
Cuando era pequeño vivíamos en casas del Estado para gente de bajos ingresos, y no nos permitían tener perros ni gatos. Como mascotas, sólo podíamos tener tortugas, y yo tenía como media docena, de esas chiquitas que compraba en un almacén. Las guardaba en un castillo de juguete que estaba sobre una mesa de mi cuarto. El primer cuento de fantasía que escribí era sobre ellas. Las tortugas eran reyes y caballeros. Así comencé.
[¿Le dará pena terminar la saga?]
Creo que sí, he estado con estas personas tanto tiempo que será muy difícil despedirme.
Y ahora os toca a vosotros leales, ¿que os ha parecido más interesante de la entrevista? ¿Soleis leer más novelas de ciencia ficción o fantasía o realistas? ¿Qué fragmentos de los libros esperabais con más ganas ver adaptados a la serie? ¿Os decepcionó?
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