Hoy regresamos con una nueva edición de El Rincón del Cronista, en donde, como ya sabéis, alternamos entre personajes, sucesos, lugares e instituciones del mundo creado por George R. R. Martin con la idea de presentar un espacio de discusión y debate en el que la acción está en los comentarios. Esta semana os traemos la crónica de una guerra cruel. Quizá no fuera la guerra tal y como a las que estamos acostumbrados. No hubo grandes ejércitos ni sangrientas batallas, pero sí que hubo víctimas inocentes. Os hablo de la Guerra de los Regentes.

La Guerra de los Regentes

La Guerra de los Regentes es el nombre con el que se denomina a los sucesivos conflictos políticos que se dieron entre los diversos miembros del Consejo Privado al que se adjudicó la regencia del reino durante la minoría de edad del rey Aegon III, tras la cruel guerra civil que asoló Poniente durante los años 129 al 131 D.C. que recibió el nombre de la Danza de los Dragones. Durante los cinco años que duró la regencia, abundaron los enfrentamientos, las conspiraciones e incluso los asesinatos entre los regentes, dejando el gobierno y la reconstrucción del reino en un segundo plano, a la vez que las conjuras determinaban quién seguía en el Consejo y quién abandonaba la Fortaleza Roja.

Aegon III, el Rey niño

Tras la Danza de los Dragones y la muerte de los pretendientes al trono (por un lado, Rhaenyra Targaryen y, por otro, Aegon II), el legítimo heredero del antiguo rey Viserys era el único hijo superviviente de Rhaenyra, Aegon el joven. El Rey, que tan solo tenía once años, era un niño callado y melancólico, no acostumbrado a relacionarse con nadie, traumatizado por las desgracias que había afrontado a su corta edad —se vio obligado a abandonar a su hermano menor, Viserys, durante la Danza y, sobre todo, tuvo que observar como el dragón de su tío Aegon devoraba viva a su madre, razón por la que desarrolló un gran pánico a los dragones. A causa de su carácter apático, Aegon no estaba interesado en el gobierno de su reino, por lo que fue continuamente utilizado por los regentes, que ansiaban su favor para garantizar su posición frente al resto.

Aegon III, el Rey Roto

Como consecuencia de la edad del rey, fue necesario el nombramiento de un regente que se hiciera cargo del gobierno del reino hasta que Aegon fuera mayor de edad. Sin embargo, Poniente acababa de finalizar una guerra que había dividido el reino en dos bandos: los Negros, que apoyaban a Rhaenyra, y los Verdes, partidarios de Aegon.

Como medida para asegurar la transición a la paz, en lugar de confiar la regencia a un señor que perteneciera a uno u otro bando, se decidió elegir a un nuevo Consejo Privado, formado por nobles de ambos bandos, y otorgar la regencia a todos los consejeros.

 

El primer Consejo

Los miembros del primer Consejo de regencia fueron:

  • Lady Jeyne Arryn, Señora del Nido de Águilas: prima y partidaria de Rhaenyra Targaryen.
  • Lord Royce Caron, Señor de Nocturnia: no apoyó a ningun bando en la guerra.
  • Ser Torrhen Manderly: segundo hijo de Lord Manderly, y su heredero tras su muerte y la de su hijo primogénito, Ser Medrick Manderly.
  • Lord Manfryd Mooton, Señor de Poza de la Doncella: inicialmente apoyó a Rhaenyra Targaryen, pero tras obligarle esta a cometer un acto despreciable, cambió su lealtad hacia Aegon II.
  • Gran Maestre Munkun: autor de  La Danza de los Dragones, un relato verdadero. Fue el único miembro original del Consejo que continuó en su cargo hasta la mayoria de edad de Aegon III (quizá tenga que ver con que los Grandes Maestres solo puedan ser destituidos por el Cónclave de la Ciudadela).
  • Lord Corlys Velaryon, Amo de Marcaderiva y Señor de las Mareas: el señor de la antaño poderosa y rica Casa Velaryon y poseedor de la flota más poderosa de todo Poniente. Fue el primer apoyo de la reina Rhaenyra, pero tras ser acusado de traición fue hecho prisionero, hasta ser liberado por Aegon II.
  • Lord Roland Westerling, Señor del Risco: no apoyó a ningún bando en la guerra.

El Consejo tuvo que afrontar serios problemas. A asegurar la paz y la reconstrucción del reino se unió el comienzo de un largo y cruel invierno. Mientras, Lord Tyland Lannister se encontraba en las Ciudades Libres en busca de mercenarios en apoyo de Aegon II, y no podía preverse su próxima intervención. En el Mar del Ocaso, Lord Dalton Greyjoy, el Kraken Rojo, cometía sus crueldades sin que nadie le hiciera frente. Lord Tyland regresó a Desembarco del Rey sin intención de continuar la guerra y, aunque muchos pensaban que la tortura y la ceguera que sufrió por los Negros le habían convertido en un hombre débil, fue nombrado Mano del Rey, puesto que desempeñó firmemente hasta su muerte.

La poco opulenta sala del Consejo Privado, por Paradox Interactive Forums.

En el año 132, el Consejo sufrió sus primeras bajas: Lord Corlys Velaryon falleció a los 79 años, siendo reemplazado por Lord Urwin Peake, y Lord Royce Caron renunció a su puesto. Además, Torrhen Manderly se vió obligado a abandonar el Consejo tras la muerte de su padre y su hermano mayor a causa de la fiebre invernal, convirtiéndose en el señor de Puerto Blanco. Al año siguiente, la misma epidemia se llevó las vidas de Lord Tyland y de Lord Roland Westerling, que fue sustituido por Lord Thaddeus Rowan de Sotodeoro. En el año 134, Lord Manfryd Mooton y Lady Jeyne Arryn fallecieron a causa de la edad. Lord Corwyn Corbray se incorporó al Consejo, aunque falleció antes de que terminase el año.

Una serpiente con la voz del Rey

Para reemplazar a Lord Tyland como Mano fue elegido Lord Urwin. Pronto mostró un gran ansia de poder y de control del Consejo y de la corte real, asignando altos cargos a sus parientes cercanos; incluso introdujo a su hermanastro bastardo, Mervyn Flores, en la Guardia Real. Lord Urwin tuvo que enfrentarse a un enemigo dentro de la corte: Alyn Velaryon, el intrépido nuevo señor de Marcaderiva tras la muerte de Lord Corlys. Lord Alyn no formaba parte del Consejo, pues rechazó ese honor cuando le fue ofrecido. Prefirió luchar en los Peldaños de Piedra contra el pirata Racallio Ryndoon, ganando el apodo de «Puño de Roble» tras una aplastante victoria naval.

Lord Alyn Velaryon, por Aminoapps

Alyn prontamente se ganó el favor de gran parte de la corte —e incluso de los propios miembros del Consejo— al mostrarse como la oposición a la codiciosa Mano del Rey. Lord Urwin decidió enviarle a luchar contra el Kraken Rojo (que continuaba sus fechorías en la costa oeste del reino desde los comienzos de la Danza) con la esperanza de que Alyn volviera derrotado o, con suerte para él, muerto. Sin embargo, Alyn logró derrotar a Lord Dalton y restauró la paz en las costas, convirtiendo la campaña en uno de sus seis grandes viajes y aumentando su prestigio en la corte.

Durante el mandato de Lord Urwin, la esposa del rey, la reina Jaehaera (hija de Aegon II: el matrimonio entre ambos fue un intento de unificar las dos ramas de la Casa Targaryen) se suicidó arrojándose a las picas del foso del Torreón de Maegor. Ante tales extrañas circunstancias, muchos creyeron que su muerte no se debió a su propia voluntad, y muchos más lo pensaron cuando Lord Urwin persuadió al rey Aegon para que tomase a su hija (se rumoreaba que el asesino había sido el mismo Ser Mervyn).

Sin embargo, Aegon se desposó con Daenaera Velaryon. Al poco tiempo, los reyes sufrieron un intento de asesinato que fue prevenido por el catador de Aegon, Gaemon Peloblanco (quien había sido el único amigo íntimo del desgraciado rey). La Mano intentó convencer al resto de consejeros de que persuadieran a Aegon para que repudiase a su esposa y tomase en matrimonio a su hija, amenazando con renunciar al cargo si no apoyaban su pretensión. Los regentes le invitaron cortésmente a volver a su hogar, por lo que Lord Urwin, indignado, abandonó la corte y su puesto en el Consejo.

Nuevas tormentas

El Consejo eligió a Lord Thaddeus como nueva Mano del Rey. Mientras Lord Rowan ejerció su cargo, se dio una noticia sorprendente: Viserys, el hermano al que Aegon había abandonado a su suerte durante la Danza, estaba vivo, y era retenido como prisionero en Lys. Aegon, que nunca había podido perdonarse por abandonarle, volvió a conocer lo que era la alegría, y su hermano fue la única persona en quien fue capaz de confiar plenamente. No obstante, el abusivo precio del rescate que Lord Alyn tuvo que pagar fue objeto de debate.

Viserys regresó a Desembarco del Rey acompañado por su bella esposa, Larra Rogare, y su familia: los ricos Rogare, propietarios del banco más poderoso de todo Essos, el Banco Rogare de Lys. Durante su estancia en la corte, los Rogare eclipsaron a los regentes y desempeñaron el poder ellos mismos —a este periodo se le denominó Primavera Lysena. Pero pronto la misma corte propició su caída y fueron acusados de un sinfín de crímenes (muchos más de los que en realidad cometieron). Hasta la Mano del Rey cayó con ellos: Lord Thaddeus fue acusado de haber participado en los complots de los Rogare, y fue torturado en el intento de que confesase su traición.

Viserys, su esposa Larra, y su hijo Aegon, por Magaly Villeneuve

Su sucesor (aunque no se sabe como llegó al puesto), Ser Marston Mares, envió hombres para arrestar a Lady Larra y su familia. Sin embargo, no pudo contar con que Aegon apoyaría a Viserys y a los Rogare, y todos juntos se enclaustraron en el Torreón de Maegor, sufriendo el asedio de los hombres de Ser Marston durante dieciocho días. Ser Marston, quizá recordando su juramento de fidelidad, se arrepintió de lo sucedido y procedió a arrestar a los que habían acusado falsamente a los Rogare. Mares terminó siendo asesinado por su hermano juramentado, Ser Mervyn Flores, cuando intentó arrestarlo.

El fin de la Regencia

Para remediar el vacio de poder, el Gran Maestre Munkun asumió el puesto de la Mano del Rey por un breve tiempo, en el que se encargó de restaurar el orden en la corte. Más tarde, se eligieron nuevos regentes y una nueva Mano en un Gran Consejo en el año 136 D.C.: fueron elegidos William Stackspear, Marq Merryweather y Lorent Grandison; y como Mano, Lord Torrhen Manderly, que ya había estado presente en el Consejo hasta el año 132 D.C.

Ese mismo año, Aegon alcanzó la mayoría de edad y decidió comenzar a gobernar personalmente. Se presentó ante los regentes en la Cámara del Consejo Privado y les comunicó que su labor había terminado. De ahora en adelante, Viserys fue su Mano y juntos resolvieron los desórdenes que persistían en el reino, así como las consecuencias de la Guerra de los Regentes.

Aegon y Viserys despidiendo a los regentes, por José Daniel Cabrera

Y ahora, vuestro turno: ¿qué os parece esta etapa de la historia de Poniente? ¿Consideráis que fue adecuado este tipo de gobierno de coalición para superar las brechas abiertas por la Danza de Dragones? ¿Creéis posible volver a ver una iniciativa así en la saga?

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