Estimados compañeros de armas, tras un parón estival que se ha alargado más de la cuenta –como cierto libro que llevamos esperando durante más de una década, todo hay que decirlo–, los leales volvemos a la carga y lo hacemos a lo grande, con uno de vuestros ensayos que hacen que esto siga vivo a pesar de la sequía que vivimos. Continuamos así con un tema que después de tantos años sigue dando de qué hablar, el que recoge la tercera parte de este ensayo que, con ocasión de la entrega de premios Champiñón, la leal @Ladykiller Tyrell se ofreció traer a la Compañía, y que se vio aún más necesario después de salir a la luz la evocadora portada del próximo calendario de Canción de Hielo y Fuego 2024. Así pues, ha llegado el momento de seguir con esta serie que analiza los flecos de la gran teoría de la saga.
¿R+L=J?: A debate la teoría más famosa de la saga
Parte III: El año de la Falsa Primavera la sangre altera
— Ladykiller Tyrell —
Estimados leales, una vez más toca pedir disculpas por la tardanza de esta tercera entrega. No voy una vez más a soltar cuarenta excusas diferentes para justificarme, así que simplemente ruego de vuestra magnanimidad para perdonar a esta pobre anciana. Por lo menos he aprendido la lección de no hacer promesas, pues algunas se cumplen y otras no. Y yo no soy Ned y vosotros no sois Lyanna en su lecho de muerte, así que cero promesas. Hay que aprender que mis ensayos son como Gandalf, llegan cuando tienen que llegar, ni pronto ni tarde.
Y precisamente ahora que en España hemos vivido una especie de “falso verano” o “falso invierno”, según si estamos en el norte, donde el tiempo fue inusitadamente cálido y soleado, o en el sur, donde las lluvias y las tormentas tan impropias de la época han causado estragos, vamos a adentrarnos en lo que se conoce como “el año de la falsa primavera”, donde no solo la climatología jugó al engaño y al despiste con los habitantes de Poniente; también parece que otras fuerzas, mágicas y terrenales, pusieron patas arriba el devenir de los Siete Reinos.
Así pues, con un rey cada vez más loco y paranoico influenciado por Varys, y con una relación cada vez más tensa con su Mano y con su hijo, llegamos al año 281 d.c., conocido como el año de la Falsa Primavera.
El primer acontecimiento relevante de ese año y que cambiaría para siempre los designios de Poniente fue el nombramiento de Jaime Lannister como miembro de la Guardia Real. Aerys dejaba a Tywin sin su primogénito, quedando así como su heredero Tyrion, su hijo enano. Esto fue la gota que colmó el vaso de la paciencia del Lord Tywin, que renunció de inmediato a su puesto como Mano del Rey. Este terrible agravio por parte del Rey Loco hacia el Señor de Roca Casterly se sumaba a una larga lista de faltas de respeto y continuas burlas; la más recordada es quizá aquella vez en la que Aerys insinuó de forma pública delante de varios de sus súbditos haber tenido algún tipo de relación carnal con Joanna Lannister, haciendo un comentario sobre sus pechos.
Aerys no lo sabía en ese momento, obviamente, pero ese sí que fue para él el principio del fin. Las cosas habrían sido tan diferentes si Tywin hubiese mantenido su cargo y si la corona hubiese podido contar con el poder de Roca Casterly de su lado. ¿Ningún consejero advirtió al rey de su torpeza o por el contrario había gente interesada en aislar a los Targaryen?
Y precisamente a Jaime Lannister se le entregó la capa blanca en Harrenhal. Para ese año, Lord Whent celebró un gran torneo, fastuoso y con grandes medios como no se había visto hasta entonces. La gran cantidad de actividades y las grandes recompensas que se ofrecían atrajeron a la flor y nata de Poniente. La cuestión es que Lord Whent no era lo suficientemente rico como para poder celebrar un torneo de esa magnitud por sus propios medios y siempre se ha especulado con la posibilidad de que hubiese alguien detrás. El Mundo de Hielo y Fuego apunta directamente a Rhaegar, diciendo que es el candidato más evidente y que probablemente la intención que tenía el príncipe en ese torneo era poder negociar con los grandes señores el apoyo para apartar a su padre del trono.
La cuestión es… ¿hasta qué punto podemos fiarnos de El Mundo de Hielo y Fuego? Bueno, sobre acontecimientos concretos sí resulta relativamente fiable. Aquellos hechos que son de dominio público quedan reflejados por el maestre Yandel en su obra. Pero no perdamos nunca de vista que esta obra fue concebida para agradar a los vencedores y defenestrar a los perdedores. Tal es así que en el relato de Yandel llega a plantearse que fue el propio Aerys quien ordenó matar a Elia y a sus hijos, e incluso especula que pudo llegar a ser la propia princesa de Dorne la que acabó con la vida de los niños, en un claro intento de salvaguardar a los Lannister y menoscabar la imagen ya de por sí lamentable de Aerys y los Targaryen.
No se sabe quién mató a la princesa Rhaenys en su lecho, o quién aplastó la cabeza del pequeño príncipe Aegon contra un muro. Algunos murmuran que fue una orden del propio Aerys, cuando supo que Lord Lannister se había unido a la causa de Robert, mientras que otros sugieren que fue obra de la misma Elia, por temor a lo que pudiera sucederles a sus hijos en manos de los enemigos de su difunto esposo.
el mundo de hielo y fuego, el año de la falsa primavera
Así pues, que el maestre Yandel señale de una forma tan directa a Rhaegar no tiene porqué ser del todo fiable. Lo que está más que claro es que esa persona o personas que patrocinaron el torneo de Harrenhal debían tener la cantidad de dinero suficiente: ¿Los Tyrell? ¿Los Hightower? ¿Tal vez los Lannister? ¿Quizá los aliados de las “ambiciones sureñas” hicieron una colecta y lo pagaron entre todos para reunirse con el príncipe? ¿Fue ciertamente, como Yandel indica, el propio Rhaegar para poder negociar a espaldas de su padre?
Llegados a este punto, me gustaría presentar a otro candidato del que no se ha hablado apenas, o por lo menos yo no he escuchado que su nombre suene con fuerza como mecenas del famoso torneo. No es otro ni más ni menos que nuestro quesero favorito, Illyrio Mopatis compinchado por supuesto con Varys.
En Juego de tronos ya queda bastante claro que estos dos tienen algún tipo de plan secreto y la unión de Illyrio y Varys viene de mucho tiempo atrás. Por la conversación que Arya escucha escondida mientras persigue gatos es bastante difícil averiguar de qué se trata, pero lo que está bastante claro es que es un plan a gran escala.
Pensemos por un momento. Tywin Lannister ni siquiera acudió al torneo; para él aquello era un insulto donde iba a perder para siempre a Jaime, al que consideraba su heredero. El hombre no estaba para fiestas, ni tampoco para organizar una. En cuanto al bando de las “ambiciones sureñas” o al propio Rhaegar, ¿se os ocurre un lugar menos propicio para negociar una especie de pacto secreto de traición que un torneo donde va a estar todo el mundo? Harrenhal iba a convertirse en un hervidero de gente de los Siete Reinos, lleno de ojos y oídos, donde cualquier movimiento, cualquier reunión o cualquier charla entre hombres poderosos podía despertar sospechas. Además, cabe recordar que la boda Catelyn y Brandon, por un lado, y la de Lyanna y Robert, por otro, estaban al caer. Eran eventos que iban a celebrarse de una forma mucho más orgánica donde podrían haber negociado sin necesidad de inventarse un torneo de tal magnitud.
Entonces la pregunta del millón es por qué había alguien interesado en celebrar ese torneo. Aparte del propio Lord Went, quiero decir, que seguro que estaba encantado de la vida. Si tenemos en cuenta que ese torneo consiguió sacar a Aerys de la Fortaleza Roja después de muchos años sin salir, me atrevo a afirmar que lo que se pretendía con esa celebración no era otra cosa que seguir socavando la relación padre/hijo.
Y es que si nos paramos a pensarlo todo parece bastante bien planificado: Lord Went organiza el torneo, el más grande jamás visto, con los mejores premios y las mejores recompensas. Hubo ausencias, como la de Tywin o la de Rickard Stark, pero la mayoría de personas importantes de los Siete Reinos iban a estar presentes, incluido el príncipe de Rocadragón, que viajó con su esposa y con parte importante de su gente, como Oberyn Martell o Jon Connington. Y aquí es donde el trabajo de Varys empieza a hacer efecto en la mente de Aerys. El eunuco convence al rey de que su hijo ha organizado todo y está planeando negociar a sus espaldas para apartarlo del trono. Y algo insólito sucede: Aerys decide acudir al torneo en persona.
Gran parte de su pueblo puede volver a verlo después de mucho tiempo: demacrado, con las uñas como garras, el pelo largo enmarañado, lleno de costras… Pero el rey todavía, al fin y al cabo.
Tengo la teoría personal de que la intención de Varys e Illyrio era evidentemente ver caer a la dinastía de los Targaryen y cobrarse venganza por los Fuegoscuro. Hay pocas dudas de que Aegon VI tiene sangre Fuegoscuro corriendo por sus venas. Existen diferentes teorías al respecto, que apuntan a que Serra lo era, e incluso el propio Varys. Sea como sea, lo que los acontecimientos hasta Danza de dragones nos dejan entrever es que estos dos personajes no tienen únicamente ansias de poder o de dinero. Es evidente que detrás de sus planes se esconde algo más sentimental.
Y para ver caer a los Targaryen el punto débil a través del cual podían actuar era Aerys. El rey tenía plena confianza en el eunuco, consideraba que no tenía ninguna vinculación con Poniente y que por lo tanto no tenía agenda propia.
Antes, en el inicio de esta parte del ensayo preguntaba cómo es posible que nadie advirtiera a Aerys de lo que suponía nombrar a Jaime miembro de la Guardia Real. Obviamente esto son especulaciones, a lo mejor todo el mundo le advirtió y él hizo caso omiso, pero creo que alejar a Tywin, su buena labor y sus lingotes de oro del trono de hierro fue otra jugada que le salió muy bien al bando Fuegoscuro. Como aliado, era el más poderoso que el rey podía tener, pero como enemigo era el que más daño le podía hacer.
Pero el gran escollo al que se enfrentaban Varys e Illyrio no era Aerys; era Rhaegar. El príncipe era muy querido por el pueblo y por los nobles que lo respetaban como justador y por su aspecto marcial, muy diferente al de su padre. Como ya comentamos en la primera entrega era muy difícil encontrarle un solo “pero” a Rhaegar.
Con Aerys en el trono la manipulación y la persuasión de Varys funcionaban, pero con Rhaegar la cosa probablemente habría sido muy diferente. En resumidas cuentas, creo que hasta los acontecimientos de Harrenhal, la misión que se había propuesto Varys era conseguir que Aerys nombrase a Viserys como su heredero y que Rhaegar no llegase a tocar nunca ese trono, cosa que también se menciona varias veces en El Mundo de Hielo y Fuego. Eso podría haber llevado a Poniente a una guerra, tan típica en las luchas dinásticas Targaryen, o podría haber convertido a Viserys en un rey “usurpador” odiado por su pueblo, que siempre lo compararía con su hermano mayor. En cualquiera de ambos casos, la casa Targaryen quedaría tocada y debilitada, y se abriría la puerta a que “otros” pudiesen hacerse con el trono, especialmente si esos “otros” consideran que tienen derecho sobre el trono desde hace más de cien años y conservan simpatizantes en Poniente.
Pero entonces llegó Rhaegar con una corona de flores y lo cambió todo.
La dama del árbol sonriente
—Vaya. —Bran pensó un rato en la historia—. Ha estado bien. […] Y el caballero misterioso tendría que haber ganado el torneo derrotando a todos los que lo desafiaran, para nombrar reina del amor y la belleza a la doncella lobo.
—La nombraron —dijo Meera—, pero esa historia es más triste.
tormenta de espadas, bran ii
A John Lennon se le atribuye la famosa frase de que “La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” y también se dice popularmente que los mejores planes son aquellos que no se planean. Hasta el propio Meñique reconoce que a veces los peones tienen movimientos propios. No sabemos si la irrupción de un joven lacustre en Harrenhal fue una simple casualidad, una coincidencia o un envío mágico y divino. La cuestión es que Howland Reed, después de pasar todo un invierno en la Isla de los Rostros, no se pudo resistir a acercarse a la magnificencia que ofrecía aquel gran torneo. Cuando es atacado por tres escuderos, Lyanna Stark acude en su ayuda y montada a caballo con una espada de torneo consigue espantarlos.
Howland quedó malherido por los golpes y Lyanna lo llevó a su pabellón donde también estaban sus hermanos. A partir de ahí pasó a formar parte del grupo, y acudió al banquete de aquella noche. Es resaltable como parece que todos los planes los traman entre Lyanna, Howland y Benjen.
Aquella tarde iba a haber un banquete en Harrenhal para celebrar el comienzo del torneo, y la loba insistió en que el joven asistiera. Era de noble cuna, tenía tanto derecho como cualquiera a ocupar un lugar en los bancos. No era fácil decir que no a aquella doncella lobo, así que accedió a que el cachorro le buscara un atuendo digno del festín de un rey y acudió al gran castillo.
[…]
—Te puedo conseguir un caballo y una armadura que te quede bien —le ofreció el cachorro.
tormenta de espadas, bran ii
Recordemos que Howland Reed no ha salido de su atalaya de Aguasgrises desde el fin de la Rebelión. Por otra parte, siempre nos hemos preguntado qué es lo que llevó a Benjen a vestir el negro siendo tan joven y con la casa Stark tan corta de miembros por aquel entonces. Obviamente volvemos al campo especulativo, pero lo que pudieron llegar a gestar estos tres en Harrenhal, y que más adelante acabó con una rebelión y con la vida de tantas personas y tantos seres queridos, puede ser una pista.
Benjen ofrece directamente a Howland un caballo y una armadura para tomar parte en las justas y cobrarse su venganza, pero el lacustre no está para nada seguro de sí mismo.
El lacustre le dio las gracias, pero no respondió. Tenía el corazón desgarrado. Los lacustres son más menudos que la mayor parte de los hombres, pero igual de orgullosos que cualquiera. El joven no era caballero, igual que no lo era nadie de su pueblo. Nosotros vamos en bote más a menudo que a caballo y nuestras manos están acostumbradas a empuñar remos, no lanzas. Por mucho que deseara vengarse, temía que sólo conseguiría ponerse en ridículo y avergonzar a su pueblo. El lobo silencioso había ofrecido al menudo lacustre un lugar en su tienda para pasar aquella noche, pero antes de irse a dormir, se arrodilló en la orilla del lago, miró hacia donde debía de estar la Isla de los Rostros y rezó una plegaria a los antiguos dioses del norte y del Cuello…
tormenta de espadas, bran ii
Howland no confiaba en sus capacidades para poder competir en un torneo. Como él mismo admite, los lacustres van más a menudo en bote que a caballo, pero esa noche rezó una plegaria a los antiguos dioses. ¿Convirtió esa plegaria a Howland en un gran jinete y un buen justador de la noche a la mañana? Bueno, esto es Canción de hielo y fuego, cosas más raras hemos visto. Pero mi lado más racional me hace pensar que tal vez las ansias de venganza de Howland se vieron cumplidas en forma de mujer. Lyanna era una magnífica amazona, ella sola había puesto en fuga a los tres escuderos con una espada de torneo, sabía mucho más de justas que Howland y, como decía Ned, tenía “un poco de sangre de lobo”.
Pero al final de aquel segundo día, cuando las sombras ya se alargaban, un caballero misterioso apareció en las lizas.
[…]
—Era el pequeño lacustre, seguro.
—Eso no lo sabía nadie —dijo Meera—, pero el caballero misterioso era de corta estatura, y su armadura estaba hecha con piezas de diversa procedencia. El blasón que lucía era un árbol corazón de los antiguos dioses, un arciano blanco con un rostro rojo sonriente.
tormenta de espadas, bran ii
La pesadez de Bran a lo largo de todo el relato insistiendo en que el caballero misterioso era el lacustre mientras Jojen y Meera se hacen los locos también me parece una pista de que efectivamente quien iba dentro de esa armadura no era Howland.
Cuando sus enemigos caídos quisieron pagar rescate por caballos y armaduras, el Caballero del Árbol Sonriente les habló con una voz que retumbaba en el interior de su yelmo:
»—Enseñad honor a vuestros escuderos, es todo el rescate que preciso.
tormenta de espadas, bran ii
¿Y qué tiene esto que ver con Rhaegar, con la coronación de Lyanna y con la famosa ilustración del calendario donde un hombre que parece ser el príncipe de Rocadragón observa a Lyanna como escondido, como silencioso, como manteniendo cierta distancia mientras la loba está tan tranquila brincando en las ramas de un árbol que parece un arciano?
Esa noche, en el gran castillo, tanto el señor de la tormenta como el caballero de los cráneos y los besos juraron que lo desenmascararían, y el propio rey pidió que lo desafiaran porque el rostro que se ocultaba tras el yelmo no era el de un amigo. Pero, a la mañana siguiente, cuando sonaron las trompetas de los heraldos y el rey ocupó su trono, sólo se presentaron dos campeones. El Caballero del Árbol Sonriente había desaparecido. El rey se enfureció, llegó incluso a enviar a su hijo, el príncipe dragón, en su búsqueda, pero lo único que encontraron fue su escudo colgado de un árbol. Al final quien ganó el torneo fue el príncipe.
tormenta de espadas, bran ii
Muy significativo que a pesar de las desavenencias entre padre e hijo, Aerys estuviese tan paranóico con el caballero misterioso que hasta mandó a Rhaegar en su búsqueda. Y bueno, yo creo que Rhaegar efectivamente lo encontró, o mejor dicho, la encontró. No hace falta convertir este hecho en algo romántico o interpretar que de aquí pudo surgir la apasionada llama del amor. De verdad que no es en absoluto necesario. Lo más probable es que Rhaegar encontrase a una muchacha de quince años, valiente y noble, capaz de arriesgarse y poner en jaque a medio torneo por defender una injusticia.
Recordemos, por otro lado, lo que analizamos en la segunda entrega de esta serie de ensayos cuando hablábamos de Jon Connington y la falta de referencias hacia Lyanna. Rhaegar regresa a Rocadragón con Elia tras el torneo, tienen al pequeño Aegon y el príncipe se lleva un duro golpe cuando se entera de que no podrá tener más hijos con su esposa. Es decir, Lyanna no aparece por ninguna parte en esa ecuación. Por otro lado, Jon Connignton también estuvo presente en el torneo, tal vez tengamos que esperar al próximo libro para que nuestro buen señor de los grifos nos comente algo sobre Harrenhal, pero tampoco parece acordarse o darle mayor importancia al hecho de que su amado príncipe coronase a Lyanna como reina del amor y la belleza.
Y aquí volvemos una vez más a una de las preguntas más populares entre el fandom de la saga. ¿Por qué Rhaegar coronó a Lyanna? Pues bien, yo voy a lanzar una pregunta a todo aquel que esté leyendo este escrito: Si efectivamente Lyanna era el Caballero del Árbol Sonriente, ¿había alguna mujer que mereciese más ese título que ella?
Ella participó de forma activa en las justas, algo prácticamente prohibido para las mujeres. Derribó a tres caballeros ungidos, quizá no los mejores justadores del reino, pero tres caballeros al fin y al cabo. No lo hizo por gloria, ni por fama, ni por la recompensa material; lo hizo por un acto noble como era defender a un muchacho que se veía incapaz de defenderse por sí mismo y cumplió su cometido logrando que los escuderos que habían atacado a Howland fuesen reprendidos. Después de cumplir su cometido, simplemente “desapareció”.
Y sí, hay que tener agallas para hacer algo así, pues podría haber salido mal, podría haber sido derrotada, podría haber sido descubierta, podría haber sido incluso una vergüenza para su familia y para su prometido, pues la mentalidad retrógrada y machista de Poniente coloca a las mujeres en un lugar muy alejado del de enfrentarse a hombres en su terreno. Efectivamente. hay que tener un poquito de sangre de lobo para arriesgarse a algo semejante.
Personalmente creo que Rhaegar coronó a Lyanna porque efectivamente él sabía lo que había hecho y porque ninguna mujer en ese torneo se merecía más ese título. Podemos decir, desde un punto de vista más poético incluso, que el gesto de Lyanna estaba a su manera cargado de amor y de belleza.
Y desde luego nos consta también por las mil y una maravillas que se cuentan del príncipe que él también era una persona noble. Incluso las personas de las que se rodeaba son descritas como gente de buen corazón, por decirlo de una forma simple. Elia es descrita como una mujer buena e ingeniosa, Arthur Dayne era uno de los pocos caballeros que llevaba ante el rey Aerys las demandas del pueblo. Jon Connington, al que hemos podido conocer, tiene ganas de resarcirse de sus complejos del pasado, pero siempre parece actuar de buena fe. No permitió que Tyrion se ahogase, trató con honor a todos los miembros del Nido del Grifo que se rindieron y hasta reconoció internamente que él no habría sido capaz de hacer una masacre durante la batalla de las Campanas, como sí habría hecho Tywin.
Soy consciente de que esta explicación sobre la coronación de Lyanna no dejará a muchos satisfechos. Muchos lectores creen que hay un fin romántico, otros creen que se trata de una señal para sellar un pacto, otros en cambio que era una señal de declaración de guerra…
Pero hay una cosa que sí tengo clara, de momento, de todas las explicaciones posibles sobre esa coronación, y a falta de más datos y más información, es la única que encaja con todos los acontecimientos posteriores. Es la única que encaja con el carácter de los implicados. Cualquier otra explicación deja a ambos, muy especialmente a Rhaegar, en muy mal lugar. Coronar a una mujer por un capricho romántico delante de tu esposa y de todo Poniente no parece muy propio de Rhaegar, y utilizar a Lyanna para enviar mensajes de alianzas o de guerra dejándola tan vulnerable delante de todo el mundo tampoco encaja con la imagen del príncipe perfecto.
Y cuando el príncipe triunfante le otorgó la corona de rosas azules a Lyanna Stark nombrándola reina del amor y la belleza los consejeros de Aerys no perdieron el tiempo en aconsejarle que Rhaegar pretendía sentar en el trono de hierro a un norteño, ¿Qué otra razón sino habría para que le diera la corona a una chica de fama indomable y salvaje y no a su esposa, la cual se encontraba presente? Staunton le sugirió al rey que este comportamiento solo pretendía agraciarse con los Stark y ponerlos de su lado en una rebelión en su contra. Sin embargo si esto era así, ¿por qué los hermanos de Lyanna se veían tan angustiados con respecto al hecho de que el príncipe le hubiera otorgado semejante honor? Brandon Stark, heredero de invernalia, tuvo que ser contenido para que no se enfrentara a Rhaegar, consideraba un desaire al honor de su hermana el atrevimiento del príncipe además Lyanna estaba desposada con Robert Baratheon, señor de bastión de tormentas. Eddard Stark, hermano menor de Brandon y amigo íntimo de Robert se encontraba más tranquilo, pero no por eso contento, en cuanto a Robert algunos dicen que se rio alegando que el príncipe no había hecho más que hacer honor a la belleza de Lyanna. Mas sin embargo los que lo conocían aseguran que solo mantuvo la fachada pues se encontraba frente al heredero de Rocadragón, pero que desde ese día su corazón guardo un enorme resentimiento hacia el príncipe.
el mundo de hielo y fuego, el año de la falsa primavera
En su momento ya dije que era realmente importante todo lo que Martin omitía. ¿Por qué tenemos esta información tan clara de la reacción de Brandon, de Robert, hasta del malestar de Ned, pero en cambio no sabemos nada de Elia o de Oberyn?
Es decir, en todo este asunto la principal agraviada era Elia Martell, esposa y destinataria original de esa corona. ¿Por qué no hay ni una sola mención a su reacción? No solo en El Mundo de Hielo y Fuego, sino a lo largo de la saga se omite cuáles fueron sus movimientos una vez que su esposo corona a otra. Pero hay otro personaje muy particular en todo este asunto que también estaba presente: Oberyn Martell. Sabemos que Oberyn adoraba a su hermana, estaban muy unidos, y el príncipe dorniense no es conocido precisamente por su carácter templado y por su mesura a la hora de actuar. Oberyn ve cómo su hermana está siendo insultada delante de todo el mundo, pero no sabemos cuál fue su reacción. ¿Puede ser que Martin nos omita esta información porque la reacción de ambos no fue la típica de dos personas que se sienten ofendidas o dolidas?
Imaginemos por un momento que efectivamente Rhaegar descubre que el misterioso Caballero del Árbol sonriente es Lyanna. Imaginemos que lo comparte con su círculo más cercano. Como ya detallamos antes, se trata de personas “buenas”, personas que seguramente estarían de acuerdo en que el gesto de la muchacha norteña fue noble y honorable. Imaginemos que entre ellos, independientemente de quién tiene la idea original, surge la idea de que la verdadera merecedora de la corona de Reina del Amor y la Belleza debería de ser para la loba. La contribución del resto de mujeres al torneo fue simplemente estar sentadas en las gradas luciendo sus mejores galas, pero Lyanna se atrevió a competir, salió victoriosa en sus lizas y obtuvo lo que buscaba, un castigo para los escuderos. El hecho de ser una mujer también influyó obviamente en que no pudiese continuar justando, e influyó también en que tuviese que hacerlo como caballero misterioso, y no con su nombre y su escudo.
Pero en Dorne las mujeres son otra cosa. Elia es dorniense, se ha criado en un ámbito donde las mujeres tienen muchos más derechos que al norte de las Marcas. Y ni que decir de Oberyn, que ha educado a todas sus hijas en el arte de la lucha, en ser mujeres guerreras que saben valerse por sí mismas y pueden enfrentarse a un hombre en combate sin mayor problema. Arthur Dayne también es dorniense, por cierto. Y también Ashara, dama de compañía de Elia. Algo que también suele caracterizar a los dornienses es que no viven tan preocupados de las opiniones del resto del mundo, son mucho más libres en ese sentido, y el “qué dirán” les importa más bien poco.
Bajo esta premisa, ¿es tan impensable creer que todos sabían lo que iba a hacer Rhaegar? ¿Es tan impensable pensar que hubo una especie de acuerdo previo, y que si Rhaegar ganaba coronaría a la verdadera merecedora del título de Reina del Amor y la Belleza?
Si Elia y Oberyn sabían lo que iba a suceder es normal que su reacción no fuese la de sentirse ofendidos o enfadados, y también es normal que Martin, con toda la intención del mundo, nos oculte esa parte.
El caso es que más allá de todo, cuando el torneo terminó, cada uno siguió con su vida. Rhaegar regresó a Rocadragón con Elia, tuvieron a Aegon y se llevó un gran disgusto al saber que no podrían tener más hijos. Precisamente todo esto encaja en la teoría de que para ellos esa coronación fue algo anecdótico.
Puede que Aerys y sus consejeros lo viesen como un intento de Rhaegar de acercarse a los norteños, lo cual tampoco tiene mucho sentido, pues las grandes alianzas se forjan a través de promesas de matrimonio, tierras, títulos, etc., no se forjan por entregar una corona de flores a una muchacha. Lyanna estaba además prometida con Robert, y ese gesto probablemente generaría más rechazo que aceptación en el señor de Bastión de Tormentas. Es decir, más allá de las paranoias de Aerys y de los intentos de sus consejeros de meter cizaña entre padre e hijo, no es desde ningún punto de vista lógico un movimiento que sirva para congraciarse con nadie ni para forjar alianza alguna.
Por otra parte, está el resto de los asistentes al torneo. Tal vez para ellos sí fue un gesto romántico, tal vez muchos interpretaron que efectivamente Rhaegar se había enamorado de Lyanna. Desde luego si Rhaegar quería un acercamiento con la norteña no se me ocurre un acto más imprudente y que precisamente genere todo lo contrario. A partir de ese momento cualquier intento de Rhaegar de acercarse a Lyanna sería imposible. Ni los Stark ni Robert iban a permitir tal cosa. Si realmente hubiese surgido algo entre ellos en Harrenhal lo más lógico y sensato habría sido llevarlo de una forma secreta y clandestina. Pero sí que es posible que esa fuese la idea con la que se quedaron los asistentes al torneo, gente que no tenía más información y que simplemente vieron cómo Rhaegar coronaba a Lyanna delante de su esposa, sin saber que podía haber otros motivos detrás de ese acto.
Por eso cuando digo que los dornienses tiene menos en cuenta la opinión de la gente creo que Elia sabía que se exponía a esa clase de rumorología, lógica por otra parte; pero ella estaba al tanto de la verdad y, de hecho, la vida de ambos parece que siguió su curso natural hasta que poco tiempo después Lyanna es secuestrada, y eso sí que lo cambiará todo para siempre. La cuestión va a ser saber la implicación que tuvo cada uno de nuestros personajes en ese secuestro y si efectivamente las cosas están tan claras como parece.
Tal vez esa corona de flores era un gesto bonito hacia alguien que se lo merecía, pero acabó siendo, como dice Meera, una historia más triste.
—La nombraron —dijo Meera—, pero esa historia es más triste.
tormenta de espadas, bran ii
Y hasta aquí esta tercera parte, en la que no he querido entrar en detalles mil veces relatados y mil veces discutidos por no hacerlo demasiado redundante. En Harrenhal pasaron muchas cosas seguramente, pero para el tema que nos ocupa me parecía más importante centrarme en las que se relacionaban directamente con la teoría más famosa de la saga, y he ido metiendo pequeños retazos de lo que yo creo que realmente sucedió y que por supuesto haré mucho más extensivo en un futuro, pero Varys e Illyrio ya han metido ahí la patita por debajo de la puerta.
Y permitidme deciros que de momento esta Lyanna y este Rhaegar siguen en mi equipo y hasta que se demuestre lo contrario, yo seguiré pensando que todas las buenas palabras que hay hacia ellos son reales.
Preparen sus armaduras, saquen sus escudos, sus mejores armas y elijan bando porque la guerra se acerca.
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