Bienvenidos a una nueva edición de El Rincón del Cronista, en donde, como ya sabéis, alternamos entre personajes, sucesos, lugares e instituciones del mundo creado por George R. R. Martin con la idea de presentar un espacio de discusión y debate en el que la acción está en los comentarios. En esta ocasión, vengo a hablaros no de un personaje, sino de un castillo. Un castillo muy especial: Harrenhal. Pero, como en este castillo han sucedido infinidad de cosas tanto durante los hechos de Canción de Hielo y Fuego como en los siglos anteriores, lo mejor será dedicar tres (sí, nada menos) entregas del Rincón del Cronista, para un mejor análisis.
La maldición de Harrenhal (I)
Harrenhal es un castillo conocido a lo largo y ancho de los Siete Reinos. Situado en las Tierras de los Ríos, se trata de un castillo colosal, de proporciones ciclópeas, absurdamente grande. Se divide en varias torres la «Torre del Miedo»; la «Torre de la Viuda«; la «Torre Aullante«, (así llamada por el ruido que hace el aire en las fisuras cuando el viento sopla del norte); «la Torre de los Fantasmas, (la más ruinosa, pegada a un septo derrumbado), y la Torre de la Pira Real, donde murieron Harren y sus hijos. Es la más alta y poderosa de las torres, aunque está inclinada en su parte superior por el peso de la piedra fundida; en ella se encuentra la Sala de las Cien Chimeneas, aunque tiene realmente unas treinta y cinco. Sin embargo, se le considera un lugar en ruinas, oscuro y siniestro.
Su desmesurado tamaño convierten a Harrenhal en un castillo inmensamente costoso de mantener y casi imposible de defender sin un ejército completo. Por ello, suele considerarse como una especie de «elefante blanco»1 para su Casa titular. Y hablando de sus titulares: otra cosa en la que destaca Harrenhal ha sido en la poca duración de las Casas que lo han ocupado: Hoare, Qoherys, Harroway, Towers, Strong, Lothson, Whent, Slynt…. varias han sido las Casas que han tenido Harrenhal en su poder, pero pocas de ellas han durado más de una generación. Y además, lo más habitual era que tuvieran finales violentos, siendo frecuentes los asesinatos, e incluso en los que se relaciona a la magia negra y artes oscuras.
«Demasiada cabra asada —reflexionó Jaime—. Dioses, cómo odio este puto castillo.» Harrenhal había presenciado más horrores en trescientos años que Roca Casterly en tres mil.
festín de cuervos, jaime iii
Es por ello, y no sin razón, que hasta las personas más inteligentes consideran a Harrenhal un castillo maldito.
—Decidme —siguió lord Petyr, inmutable, tras una pausa—, ¿qué tenéis para mí?
—Harrenhal. —Resultó interesante observar la expresión de su rostro. El padre de lord Petyr había sido el menor de los señores menores, y su abuelo, un caballero errante sin tierras; por nacimiento no le correspondían más que unas pocas fanegas de tierra pedregosa barrida por el viento, en la orilla de los Dedos. Harrenhal era una de las ciruelas más apetitosas de los Siete Reinos, con tierras amplias, ricas y fértiles, y un gran castillo tan formidable como cualquiera del reino, mayor incluso que el de Aguasdulces, donde Petyr Baelish había sido acogido como pupilo, solo para verse expulsado cuando se atrevió a poner los ojos sobre la hija de lord Hoster. Meñique se tomó un momento para colocarse los pliegues de la capa, pero Tyrion ya había visto el relámpago de codicia en aquellos astutos ojos de gato. «Ya es mío», pensó.
—Harrenhal está maldito —dijo lord Petyr al cabo de un instante, tratando de poner voz de aburrimiento.
choque de reyes, tyrion iv
Es hora de que profundicemos en la historia de éste castillo.
Harrenhal bajo los Targaryen
Harrenhal lleva el nombre del rey que lo construyó: Harren el Negro, rey de las Islas y de lo Ríos. Harren ansiaba tener el castillo más grande de los Siete Reinos con el que acrecentar su fama y poder (pues ya era el rey más temido de por aquel entonces, famoso por su crueldad). Su propia construcción fue casi inhumana: Para ello, dedicó cuarenta largos años a la construcción de éste gigantesco castillo durante los cuales los ejércitos de Harren saqueaban toda la zona para conseguir piedra, madera, oro y trabajadores. En sus canteras murieron miles de cautivos, encadenados a sus almádenas o trabajando en las cinco torres colosales. Los hombres se helaban en invierno y se derretían en verano. Para hacer las vigas talaron arcianos que llevaban tres mil años en pie. Para ornar su sueño, Harren empobreció las tierras de los ríos y las islas del Hierro. Y cuando Harrenhal estuvo por fin terminado, el mismo día en que el rey Harren lo convirtió en su residencia, Aegon el Conquistador tomó tierra en Desembarco del Rey.
Aegon demandó la pleitesía de todos los reyes que por aquel entonces había en Poniente. Pese a que sus vasallos se habían unido a Aegon contra él, Harren desdeñó rendirse y decidió plantar batalla contra Aegon y su también gigantesco dragón, Balerion el Terror Negro. Pero antes de eso, tuvieron un breve parlamento que fue recogido por los maestres.
“Ríndete ahora,” Aegon empezó, “y podrás permanecer como Señor de las Islas de Hierro. Ríndete ahora, y tus hijos vivirán para gobernar después de ti. Tengo ocho mil hombres fuera de tus muros.”
“Lo que está fuera de mis muros no me preocupa,” dijo Harren. “Esos muros son fuertes y gruesos.”
“Pero no tan altos para los dragones. Los dragones vuelan.”
“Yo construí en la roca,” dijo Harren. “La roca no arderá”
A lo que Aegon dijo, “Al ocaso, tu linaje desaparecerá.”
el mundo de hielo y fuego
Catelyn recordaba la historia que la Vieja Tata les había contado a sus hijos en Invernalia. «Y el rey Harren descubrió que los muros más gruesos y las torres más altas no sirven de nada contra los dragones —terminaba diciendo—. Porque los dragones vuelan». Harren y toda su estirpe habían perecido entre las llamas que consumieron su monstruosa fortaleza, y desde entonces, todas las casas que habían ocupado Harrenhal habían acabado sucumbiendo a la desgracia. Era un lugar fuerte, pero también oscuro y maldito.
choque de reyes, catelyn i
Tras la Conquista, Aegon concedió Harrenhal (o lo que quedaba de ello) al que había sido su maestro de armas en Rocadragón: Quenton Qoherys, fundando así la Casa Qoherys. Sin embargo, Lord Quenton murió al poco tiempo, y fue sucedido por su nieto, Gargon, apodado “el invitado”, por su costumbre de asistir a toda boda que se celebrara en sus tierras de modo que pudiera hacer valer su derecho a la Primera Noche. Incluso se tomaba libertades con las esposas e hijas de sus propios sirvientes. El padre de una doncella que Lord Gargon desfloró fue el responsable de abrir un portón para que Harren el Rojo (un forajido que decía ser nieto de Harren el Negro y se proclamó Rey de los Ríos) y sus forajidos invadieran el castillo. Gargon fue sacado de su cama y arrastrado hasta el Bosque de Dioses, donde fue castrado antes de morir desangrado.
Como Gargon murió sin herederos, Harrenhal fue adjudicado a la Casa Harroway. Estos no duraron mucho más que los Qoherys: el señor de Harrenhal, Lucas Harroway, había casado a su hija, Alys, con el príncipe Maegor, (aunque éste ya estaba casado con Ceryse Hightower). Maegor nombró a Lucas su Mano del Rey y gobernó el reino mientras Maegor se encargaba de terminar de construir la Fortaleza Roja. Sin embargo, cuando su hija perdió el bebe que estaba esperando, la reina Tyanna de Pentos (otra de las esposas de Maegor) convenció al rey de que Lucas había mandado hombres a la cama de su hija para que esta quedase embarazada. De una lista de veinte hombres, de todas las clases sociales y de probada fertilidad, solo dos confesaron bajo tortura, y uno de ellos aún tenía el dinero dado por Lord Lucas. En su ira, el rey Maegor ordenó la ejecución de todos los Harroway. Lord Lucas, que estaba inspeccionando la Torre de la Mano, fue lanzado desde el tejado para estrellarse contra el suelo, y todos sus hijos, hijas, hermanos y sobrinos sufrieron destinos similares. Los acusados y otros doce hombres que ellos habían nombrado también fueron ejecutados.
A continuación, el rey marchó contra Harrenhal y Aldea de Lord Harroway para poner fin al linaje de los Harroway. Años mas tarde, cuando la reina Jeyne Westerling sufrío los mismos problemas que tuvo Alys en su embarazo, Maegor ordenó detener a Tyanna, que acabó confesando que había sido la causante tanto de este aborto como el del ocurrido a la reina Alys.
Harrenhal volvía a estar vacante, y Maegor decidió que lo adjudicaría al más fuerte de sus caballeros, aunque no todas sus tierras. Veintitrés caballeros de su guardia lucharon en las calles de la Ciudad de Lord Harroway por un premio empapado en sangre. Ser Walton Towers fue el vencedor y se le concedió la sede, aunque murió poco después por sus heridas. Su línea terminó dos generaciones más tarde cuando él último lord Towers murió sin heredero. Sin embargo, ya que Lord Towers no tenía los recursos necesarios para mantener el castillo y solo podía vivir en una de las torres, el rey Jaehaerys (sucesor de Maegor tras su misteriosa muerte) entregó las demás a su hermana viuda, Rhaena Targaryen, después de que ésta hubiera perdido a su hija Aerea tras una extraña fiebre (o esa fue la versión oficial). Aunque se advirtió a Rhaena de que el castillo estaba lleno de fantasmas, ella alegó «no son mis fantasmas. No me van a importunar». Lady Rhaena y Lord Towers tuvieron una entrañable amistad, compartiendo sus penas hasta que la muerte se llevó a los dos.
En algún momento de la estancia de la Casa Towers, tuvo lugar el Gran Consejo del año 101 D.C., en el que se eligió al príncipe Viserys como sucesor de Jaehaerys. Se eligió Harrenhal como lugar para llevar a cabo el Gran Consejo porque, dada sus desmesuradas dimensiones, era el único lugar que podría albergar a toda la nobleza del reino.
El rey Jaehaerys I entregó el castillo a Lyonel Strong, al que además dio el cargo de Consejero de Edictos, y, más tarde, su nieto, Viserys I,le nombró Mano del Rey. Sus hijos también se integraron en la corte, y alguno podría decir que se integraron demasiado: su primogénito, Ser Harwin, apodado Rompehuesos, fue el supuesto amante y padre de los hijos de Rhaenyra Targaryen, convirtiéndose en el líder de los Negros, los partidarios en la corte de la princesa Rhaenyra y sus hijos. En cambio, su hijo Larys, apodado el Patizambo, se unió a la facción contraria, los Verdes, los partidarios de la reina Alicent Hightower, que durante la Danza de Dragones llegó a ocupar el cargo de Consejero de los Rumores. En el año 120 D.C., un incendio en el castillo terminó con la vida de Lord Lyonel y Ser Harwin. Aunque el reino culpó a la que ya se conocía como «la maldición de Harrenhal», otros pensaron que el culpable podía haber sido Daemon Targaryen, Corlys Velaryon, o al mismo Larys, que heredó el asentamiento.
Durante la Danza de Dragones, Harrenhal fue conquistado por el príncipe Daemon (ahora casado con Rhaenyra), aunque por el desarrollo de la guerra debió abandonarlo, contribuyendo a la conquista de Desembarco del Rey. Sin embargo, el príncipe Aemond (sobrino de Daemon), humillado por el engaño de su tío (pues aprovechó la salida de éste para dirigirse a la capital), y desconfiando de la fidelidad de la Casa Strong (pues tanto Harrenhal como Desembarco habían caído sin oposición, se convenció a si mismo de que los Strong en realidad eran partidarios encubiertos de Rhaenyra, por lo que decidió exterminarles. Igual que ocurrió con los Harroway, Aemond asesinó al castellano, Ser Simon Strong (tío de Lord Larys) y a todos los que encontró en el castillo, con la sola excepción de Lady Alys Ríos, bastarda de un miembro de la Casa Strong, a la que tomó como amante. Con el tiempo, llegó a enamorarse de ella y hasta concibieron un bastardo.
En la última etapa de la guerra, Daemon regresó a Harrenhal y desafió a Aemond, esperando durante trece días en Harrenhal (de hecho en un arciano del bosque de dioses aun se pueden ver trece marcas que hizo el príncipe con su espada, una por cada día), hasta que llegó este último para confrontarlo. La Batalla sobre el Ojo de Dioses terminó con la muerte de los dos jinetes y la de los dos dragones sobre el Ojo de Dioses, tras clavar a Hermana Oscura en el ojo de Aemond. El cuerpo del príncipe Daemon jamás fue encontrado. Las canciones narran que Daemon vivió para pasar el resto de sus días en secreto con Ortigas, con lo que muchos historiadores están en desacuerdo.
La Casa Strong no sobrevivió a la Danza de Dragones. Al fin de la guerra, Lord Cregan Stark, pese a haber sido partidario de la reina Rhaenyra, juzgó a todos los sospechosos de haber asesinado al rey Aegon II, su enemigo en la guerra. Entre ellos estaba Larys el Patizambo, el cual eligió la ejecución antes que ir al Muro.
El siguiente señor de Harrenhal fue Lucas Lothson. Con semejanzas a Lord Qoherys, Lothson había sido maestro de armas en la Fortaleza Roja. Después de que un miembro de la Guardia Real descubriera al príncipe Aegon, hijo de la Mano del Rey, Viserys, con su amante, Lady Falena Stokeworth (que tenía diez años más que Aegon) el rey Aegon III (a petición de su mano), casó a Ser Lucas con Falena y le asignó Harrenhal para alejar a Aegon de su amante. Aunque el plan tuvo éxito en alejar a Falena de la capital, durante los próximos dos años el príncipe Aegon hizo frecuentes visitas a Harrenhal. Sin embargo, Aegon hizo numerosos viajes a Harrenhal en los años siguientes. Pasados los años, Aegon, ya coronado como Aegon IV, se encaprichó de la hija de Falena y Lucas, Jeyne Lothson (aunque había quien decía que la hija era del mismo Aegon), y nombró a Lucas Mano del Rey, sin más objetivo que tener a su hija en la corte. Poco después de tomarla como amante, Aegon le contagió a Jeyne una peste contraída de unas prostitutas que había frecuentado antes de conocerla, por lo que Jeyne y su familia fueron enviados de vuelta a Harrenhal.
La Casa Lothson llegó a su fin con Danelle Lothson, mejor conocida como Danelle la Loca. Danelle destacaba por un comportamiento algo excéntrico, como por ejemplo unirse a las campañas militares portando armadura característicamente negra y ajustada, cosa que a los señores de aquel entonces llamaba la atención. Con el tiempo, Danelle comenzó a interesarse por las artes oscuras y, según se cuenta, a perder la razón como consecuencia. Poco se sabe de su final en los libros de historia, salvo que fue la última de su linaje, pero Danelle ha quedado en el recuerdo en el folclore popular:
Su actitud era alegre, pero cuando Brienne le enseñó el escudo se le borró la sonrisa.
—Mi anciana madre me decía que, en las noches sin luna, venían de Harrenhal murciélagos gigantes y se llevaban a los niños malos para que Danelle la Loca los asara. A veces los oía arañar los postigos.
festín de cuervos, brienne i
Recordó las historias que le habían contado de niño en Roca Casterly sobre Lady Lothston, que había enloquecido, se bañaba en sangre y organizaba banquetes de carne humana entre aquellos mismos muros.
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Los siguientes ocupantes de Harrenhal fue la Casa Whent. En un principio fueron caballeros al servicio de los Lothson, pero contribuyeron a su caida, y como recompensa (curiosa forma de llamarlo, visto lo visto), se les asignó el mismo castillo. Los Whent fueron conocidos por su opulencia y riqueza, y para demostrar al reino su poder, en el año 280 D.C., Lord Walter Whent anunció que realizaría el torneo más grande jamás visto para celebrar el día del nombre de su hija. Existen muchas historias sobre la verdadera razón que lo llevó a celebrar el torneo, como traiciones, conspiraciones y rebeliones. Otra de las historias dice que fue el propio príncipe Rhaegar Targaryen, quien le entregó el dinero a Lord Walter para reunir el máximo posible de señores y caballeros y proponer su ascenso al trono.
El torneo tuvo lugar al año siguiente, el año de «la Falsa Primavera». El torneo pasó al recuerdo como el Torneo de Harrenhal y en él, el príncipe Rhaegar fue el campeón. En uno de los actos más escandalosos de la historia reciente, el príncipe Rhaegar coronó a Lyanna Stark como Reina del Amor y la Belleza, dándole la corona de rosas invernales. El escándalo llegó no sólo porque Rhaegar estaba casado, y su esposa Elia Martell de Dorne, presente en el torneo, sino porque además Lyanna estaba comprometida con Lord Robert Baratheon. La indiscreción de Rhaegar culminó en el secuestro de Lyanna un año después, lo que provocó la Rebelión de Robert, y terminó con la dinastía Targaryen.
Pero eso ya es otra historia….
Pues esta es la historia de Harrenhal (aunque aun queda por contar) y ahora es vuestro turno: ¿Que os parece la historia de Harrenhal? ¿De veras creéis que está maldito, o son todo casualidades? Y, si os ofrecieran el castillo, ¿os atreveríais a aceptarlo, o lo rechazaríais sin dudar?
- Se trata de una expresión con la que se designa a posesiones que tienen un costo de manutención mayor que los beneficios que aportan.Su origen viene de que antiguamente los reyes de Tailandia, cuando no estaban satisfechos con un súbdito, le regalaban un elefante blanco. El súbdito debía darle comida especial y permitir el acceso a aquellos que quisieran venerarlo, lo cual tenía un costo que muchas veces arruinaba al súbdito.
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