Análisis de la primera temporada de Juego de Tronos.
Se acerca el verano leales y con él llega el momento de reflexionar y de analizar cómo ha ido el curso. La tradición de esta sección siempre ha sido daros voz a vosotros y que, conjuntamente, pongamos nota a la temporada en emisión de Juego de Tronos. Con la serie acabada, enterrada y chamuscada creemos que resulta particularmente interesante echar la vista atrás y valorar la serie de HBO desde sus inicios y en su conjunto. Por este motivo, el Titán lanzó un llamamiento hace unas semanas para reclutar a nuevos Escribas Leales, que se ofrecieron voluntarios para tan ardua tarea (especialmente aquellos que les toque analizar según qué temporadas…nuestros pensamientos están con vosotros) y que de forma periódica, analizarán una temporada de la serie. Sigue el calendario de publicaciones en esta entrada.
Hoy, damos comienzo a esta sección con nuestro Señor del Grifo favorito, ex Mano del Rey y siempre fan de los Príncipes de plata: @Jon Connington.
Juego de Tronos: Temporada 1
— Jon Connington —
Comúnmente es dicho que las primeras impresiones son importantes. Si bien esto es medianamente cierto, es especialmente crucial en la primera temporada de Juego de Tronos. No solo por lo aparente, esto es, el momento en que nuestra percepción de lo que una saga de fantasía medieval se supone que es y nos maravilla cómo nuestra expectativa se trastorna, sino también que nos muestra en lo que esta serie se convertiría de aquí a un futuro. Juego de Tronos es, ante todo, una serie con claras connotaciones políticas, y así como está plasmado en el primer libro, parece que este tema será el más importante hasta el final de ambos recorridos… O tal vez no.
Mi principal intención en este pequeño artículo de opinión es, en primera instancia, intentar deslumbrar hasta qué punto la serie ha diferido con el libro en temas centrales —y también en momentos y escenas concretos—. Luego, el explicar por qué estos cambios se han dado así, y si tienen alguna relevancia hacia dónde se dirigió la serie desde entonces. Cosa importante, porque, como sucede en todas las adaptaciones, cualquier cambio que se haga a partir de la fuente original tiene una relevancia, ya que puede cambiar o no el sentido del mensaje que intenta dar —como el caso de Talisa/Jeyne, aunque no compete para este artículo en concreto—. Y en tercera instancia, el juzgar en su conjunto si todo el material adaptado funciona correctamente o no. Así pues, convendría hacer las preguntas centrales de todo esto: “¿Hasta qué punto la adaptación de la primera temporada se diferencia de la fuente original? ¿Estos cambios causan alguna diferencia en cuanto a guión y escritura con los recursos narrativos que utiliza George R. R. Martin para contar la historia?
Tanto el libro como la serie comienzan de la misma forma: una patrulla de Guardias de la Noche sale en búsqueda de salvajes, pero encuentran algo que dará forma a toda la historia y visión de poniente, unos seres misteriosos que traen consigo el frío y el viento helado —¿o será al revés?—. Tan solo uno sobrevive y es ejecutado por Eddard Stark de Invernalia, que utiliza dicho suceso para enseñar a un hijo menor suyo sobre la realidad de aquel mundo cruel. En la serie es Will el que es decapitado por Eddard, y Gared lo es en los libros. Es interesante cómo en la serie el guardia advierte a los señores que los Caminantes Blancos son reales, mientras que en libro está tan asustado que no puede hablar. Ahora, ¿por qué la serie cambió el nombre de los Otros, el común denominativo de estos seres? Se dice que esto fue por la confusión que sentirían los televidentes al no poder precisar de quién estarían hablando en pantalla, cosa plausible y entendible. Yo considero, sin embargo, que justamente el nombre de “Otros” es un apelativo sin identidad, por lo que se enfatiza que aquellos seres están muy lejanos a los habitantes de todo Poniente… salvo para los habitantes de más allá del Muro, es decir, los salvajes, de los que sí tienen un nombre exacto para ellos. Opino que este trato hacia estas figuras pudo haberse llevado mejor, aunque entiendo del porqué lo quitaron.
El siguiente punto crucial, creo yo, es en el tema del trato de los personajes y su comparación con los libros. Catelyn Tully, por ejemplo, no tiene el famoso diálogo del libro en el segundo capítulo, “El Camino Real”, cuando se encuentra con Jon en la habitación con Bran: “Ojalá te hubiera pasado a ti“. Aquí, al igual que con Tyrion en Danza de Dragones, se puede ver el momento más bajo y mezquino de un personaje, en el caso de Catelyn, al desear el mal a otra persona como una justificación al dolor inmenso que siente el propio personaje —aunque no se compara a las atrocidades que haría Tyrion en los libros siguientes—. En el caso de Tyrion, todos sabemos que su destino en cuanto a los libros es mucho más oscuro: su discusión con Jaime sobre el tema de su esposa Tysha, el trato que tiene con una prostituta más allá del Mar Angosto, etc. Muchos consideran que el cambio del Tyrion de la serie empezó con dicha trama, aunque yo pude encontrar un pequeño atisbo de dicho blanqueamiento en el capítulo “Lord Nieve”, dirigido por Brian Kirk. Aquí, cuando Jon Nieve está teniendo problemas con sus nuevos hermanos juramentados, es Tyrion quien le advierte que sea más prudente con ellos en lugar de Donal Noyne, un mayordomo de la Guardia de la Noche. Por ello, aunque de una manera muy leve, se ve el cambio que tuvieron algunos personajes de la serie con respecto a los libros, que se evidenciaría con mucho detalle temporadas siguientes —especialmente en la cuarta—. Aun así, estos pequeños cambios no transforman el sentido narrativo de lo que Martin deseaba contar, por lo que me parecieron buenas herramientas para poder empatizar de alguna forma con los personajes principales.
A su vez, la serie ha aprovechado algo maravilloso de los libros: los pensamientos de los personajes para con sus semejantes; las conversaciones que hemos tenido en la serie que nada tienen que ver con los POVs de Juego de Tronos han sido, en mi opinión, una maravilla. Aquí empezamos a ver las maquinaciones entre Varys y Petyr Baelish como si estuvieran jugando algún tipo de batalla mental, cuidando al extremo sus palabras, así como los diálogos entre Robb Stark y Theon en las que se insinúa que Robb no tiene el control total de sus acciones y siente miedo al no saber qué vendrá después. El programa ha aprovechado los pensamientos de los personajes que tienen un POV en los libros y los retratan de forma casi exacta y magistral. Lo mismo pasa con la escena entre Eddard y Jaime Lannister cuando toda la corte va a Invernalia, se deja claro que ambas casas tuvieron asuntos turbios en un momento decisivo del pasado. Aunque para mí la mejor escena que no aparece en ningún POV, aparece en el capítulo “Ganas o mueres”, el séptimo de la primera temporada, cuando Tywin habla con su primogénito Jaime, y se los ve discutiendo sobre Ned, sobre la naturaleza de la casa Lannister; y el gran simbolismo que se ve cuando el Viejo León desuella a un venado, como si fuera una metáfora de lo que estaría pasando en ese entonces. Magistral.
Los sucesos y datos simplificados han funcionado bien, como en el caso de Daenerys y Viserys, que sin darnos demasiada información sobre su pasado y las penurias que pasaron, sabemos cuáles son sus implicaciones dentro de la historia gracias a los continuos diálogos entre el Rey Robert y Ned. A mis ojos es la trama mejor contada de toda la temporada, aunque Emilia Clarke no haya hecho un gran desempeño actuando. A pesar de los pequeños cambios, su desarrollo como personajes fluido y poco precipitado, hasta su culmen con la pira de Drogo y el nacimiento de los dragones. Eso sí, me hubiese gustado ver a Emilia con lentes de contacto.
Por otro lado, considero que lo que menos me gustó de esta temporada, aunque a decir verdad que a grandes rasgos era una temporada más que sólida, fue el tratamiento del aspecto fantástico/mágico de la obra, ya que no podemos ver cuál fue exactamente el sueño inicial de Bran acerca del Cuervo de Tres Ojos, ni tampoco se puede apreciar mucho la unidad que tiene cada lobo huargo con su dueño, especialmente entre Jon y Fantasma. Hay diálogos entre Osha y Bran acerca de los Arcianos y de cómo todas las personas están yendo al lado equivocado de Poniente, es decir, al sur. Si bien es una buena manera de enfatizar que hay algo más que solo maquinaciones políticas de señores poderosos, considero que este tratamiento pudo hacerse mucho mejor con el tema del Cuervo de Tres Ojos al entrar más en los pensamientos y diálogos de Bran, y no en un sueño demasiado vago como el del capítulo “Tullidos, bastardos y cosas rotas”. Me hubiese gustado un énfasis en que el cuervo le diga que le enseñaría a volar, o que vio el mismo corazón del invierno. También, en “Baelor”, el noveno capítulo, Tyrion se queda inconsciente y no podemos ver la escaramuza, aunque es entendible por motivos de presupuesto.
Así pues, considero que es una gran temporada para recordar, aunque no la mejor —a mis ojos, la mejor con diferencia es la tercera—, y aunque tiene algunas diferencias con respecto al libro, estas no fueron sustancialmente diferentes, en comparación con las que vendrían en temporadas siguientes. El tema de fondo sigue siendo el mismo tanto para el libro como en la serie, y los sucesos que se desarrollaron se fundamentaron al cien por cien en el carácter y las motivaciones de los personajes: el miedo y las inseguridades de Robb por el futuro de su casa y su deber para con su gente, el sacrificio de Eddard para con su hija Sansa y, especialmente, la construcción de una buena base para las futuras relaciones entre los Stark y los Lannister. Si le tuviera que dar una nota al estilo de los Leales, sería un 9. Amo esta temporada como Tormund a su giganta de Tarth.
Hasta aquí la reseña de Jon Connington sobre la primera temporada de Juego de Tronos. Ahora es vuestro turno, ¿qué os pareció esta temporada? ¿Creéis que los pequeños cambios el inicio de la serie tuvieron grandes consecuencias en el desarrollo de los personajes? ¿Qué fue lo que más os gustó?, ¿y lo que menos? Y por último, os dejamos la encuesta de rigor para que votéis por vuestro capítulo favorito.
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