Bienvenidos a una nueva edición de El Rincón del Cronista, en donde, como ya sabéis, alternamos entre personajes, sucesos, lugares e instituciones del mundo creado por George R. R. Martin con la idea de presentar un espacio de discusión y debate en el que la acción está en los comentarios. En esta ocasión vengo a hablaros de una vetusta ciudad, testigo del paso del tiempo y los juegos de poder en Poniente, así como de varias instituciones conexas. Y la llamo «vetusta» porque significa lo mismo que su auténtico nombre: Antigua
La ciudad de Antigua
Sin duda Antigua es una ciudad que se ha ganado su nombre. Es la ciudad más antigua (disculpad la redundancia) de todo Poniente. De hecho se desconoce cuando se construyó, pero ya estaba presente en las épocas en las que comienza a recogerse la historia de Poniente. Aunque su importancia se ha visto desplazada por la capital, Desembarco del Rey, Antigua continua siendo la segunda ciudad más importante y rica de los Siete Reinos, y también la segunda más poblada (aunque eso no quiere decir que la ciudad haya dejado de ser importante). De todos los rincones acuden comerciantes a vender y comprar sus mercancías; de hecho puede observarse su carácter predominantemente comercial por el hecho de ser la única ciudad de los Siete Reinos que cuenta con un templo dedicado a Rhllor, el Dios Rojo, cuya fe apenas cuenta con adeptos en Poniente, pero sí en Essos.
Antigua se localiza en el suroeste de Poniente, en la bahía del río Aguamiel cuando éste se abre al Canal de los Susurros y al Mar del Ocaso. Es gobernada desde hace muchos siglos por la poderosa Casa Hightower, cuyo asentamiento es el famosísimo Faro de Antigua. En ella se encuentra la Ciudadela, sede y lugar de formación de la Orden de los Maestres, los eruditos que sirven como consejeros y asistentes de la nobleza. La Ciudadela es el eje del conocimiento y saber de todo Poniente, donde los maestres y archimaestres investigan sin descanso los enigmas del mundo conocido. De hecho los Hightower han sido y continúan siendo colaboradores de la Ciudadela en su labor.
Estas son las tres características fundamentales de Antigua: su naturaleza comercial, académica y la sede de los Hightower, que, con excepciones, han mantenido una cierta autonomía respecto al resto del reino y sus problemas, centrándose más en conservar su poder. Pero la ciudad ha sido por mucho tiempo la más importante del continente, por lo que se ha visto inmersa en la caótica historia de los Siete Reinos, y por ello será interesante conocer su propia historia.
Nada (salvo rumores e historias que no merecen tenerse en cuenta) se sabe con seguridad sobre los orígenes de Antigua. Algunos maestres afirman que los valyrios, ghiscarios e isleños del Verano ya estacionaban donde se encuentra la ciudad para vender sus mercancías con los nativos y realizar reparaciones de sus embarcaciones cuando fuera necesario, y aunque no es nada seguro, no puede rechazarse sin más. Algo a destacar es que, desde tiempos inmemoriales, la isla en la que se encuentra el Faro de los Hightower se denomina como «Isla Batalla», pero se desconoce a que batalla debe su nombre. Los comienzos de Antigua están sumidos en la oscuridad.
También ha de destacarse la misteriosa piedra negra de los cimientos de la Isla Batalla, que sirvieron de base para una misteriosa construcción que sirvió como precedente del magnífico Faro. De nuevo, no sabemos quien lo construyó, aunque hay coincidencias que sugieren que fue construido por los señores valyrios, pero habría que aceptar que Valyria tuvo un asentamiento en las lejanas costas del Mar del Ocaso, aunque la Ciudadela desconoce los motivos que pudo haberles llevado tan lejos de su tierra y sus colonias. Otros aseguran que la roca negra coincide con las construcciones que antiguas y oscuras civilizaciones hicieron en la lejana ciudad de Lorath, y con el trono de los Greyjoy de Pyke, la Silla de Piedramar. El trabajo del maestre Theron, «Las Piedras Extrañas» llega a sugerir que todas estas obras provienen de una extraña raza, producto de un cruce entre humanos y criaturas marinas, denominada «Profundos». Nada puede darse por sentado, pero está claro que Antigua no comparte los mismos orígenes que cualquier otro lugar de Poniente.
La primera etapa conocida de la ciudad viene después de que los Hightower se asentasen en ella como reyes del Faro. Los Hightower construyeron un nuevo faro de madera y cincuenta varas de altura, pero su función era la misma que la de un faro corriente: iluminar el camino de los barcos mercantes que se adentraban en el Canal de los Susurros. Los Reyes del Faro se limitaron a vivir en la base del faro, hasta que el rey Uthor, según las historias, pagó a Brandon Stark el Constructor para que construyera una torre de doscientos pies de altura. A esa nueva torre se le denominó «el Faro», y Lomas Pasolargo la incluyó en su libro «Maravillas creadas por el hombre». Al rey Uthor se le conoció desde entonces como «Uthor del Faro».
Pero la que sin duda es la hazaña de los Hightower que más relevancia ha tenido a lo largo del tiempo fue la de los hijos de Uthor: Urrigon y Peremore, también conocido como «Peremore el Torcido». Un muchacho enfermizo, nacido con un brazo marchito y torcido, Peremore estuvo postrado durante gran parte de su corta vida, pero sentía una curiosidad insaciable por el mundo más allá de su ventana, por lo que se volvió hacia los hombres sabios, maestros,sacerdotes, sanadores, y cantantes, junto con un cierto número de magos, alquimistas, y hechiceros. Se dice que el príncipe no tuvo mayor placer en su vida, que escuchar a estos estudiosos debatir entre sí.
Cuando Peremore murió, su hermano, ya coronado como el rey Urrigon, regaló una gran porción grande de tierra al lado del Vinomiel a “las mascotas de Peremore,” para que pudieran establecerse y continuar la enseñanza, el aprendizaje, y buscando la verdad. Y ellos lo hicieron, y continúan haciéndolo aun en nuestros días. No hay ningún otro lugar en el mundo conocido que albergue tanto conocimiento. Desde entonces la Ciudadela abre sus puertas a jóvenes de todo el mundo, de las clases privilegiadas y de las clases populares (aunque por alguna razón excluye a las mujeres), para que se inicien en el camino del conocimiento y salgan convertidos en maestres, que ayudarán a propagar sus conocimientos a los jóvenes nobles, o continuarán sus estudios en la Ciudadela, para beneficio de las futuras generaciones.
Los Hightower fomentaron el comercio de Antigua, y la ciudad prosperó mucho más que otras de Poniente. Reyes, y barcos de todo el mundo venían a su creciente ciudad para comerciar. Cuando Antigua creció opulenta y poderosa, los vecinos y reyezuelos volvieron sus ojos codiciosos hacia sus riquezas, y piratas y saqueadores de más allá de
los mares también oyeron cuentos de sus esplendores. Tres veces en un solo siglo la ciudad fue tomada y saqueada, una vez por el rey Samwell Dayne de Dorne, otra vez por Qhored el Cruel y sus hombres de hierro (llevándose miles de mujeres como esposas de sal, y niños como siervos), y una vez por Gyles I Gardener el Penas, que saqueó Antigua y convirtió tres cuartas partes de sus habitantes en esclavos.
El rey Otho dedicó su reinado a la construcción de los muros más altos que se habían visto en Poniente. Aunque Antigua se empobreció por costear esas murallas, impidió que cualquier saqueador intentase volver a saquear la ciudad, por lo que pudo volver a resurgir más adelante. Pero ello no significó que hubiera logrado la paz con sus vecinos. La paz solo llegó cuando los Hightower renunciaron a su corona y se convirtieron en vasallos de los reyes del Dominio, la Casa Gardener.
Lymond Hightower se casó con la hija de Garland II, que a su vez se casó con una hija de Lymond. Al contar con ésta protección, Lymond construyó la mayor flota de todo Poniente y se hizo con el dominio del Mar del Ocaso, por lo que aun es recordado como «el León Marino». Los descendientes de Lord Lymond continuaron con su práctica: Lord Jeremy Hightower llegó a afirmar que “Altojardín defiende nuestras espaldas, por lo que somos libres de mirar al mar y las tierras más allá.” Por ello, desde entonces los Hightower procuraron no participar en las guerras de Poniente, y centrarse en aumentar la riqueza y poder de Antigua a través del comercio y la construcción de nuevos barcos.
Con la llegada de los ándalos, Lord Dorian llegó al límite de abandonar a su esposa para poder casarse con una princesa ándala, pues tal y como opinaba, «las guerras son malas para el comercio». Su nieto, Damon el Devoto, abandonó a los Antiguos Dioses para practicar la nueva fe que traían los invasores y patrocinó la construcción de siete septos en sus dominios. A su muerte, un septón, Robeson, gobernó Antigua como regente y tutor de su hijo hasta la mayoría de edad. Con el paso del tiempo, Robeson se convirtió en el primer Septón Supremo de Poniente, y su pupilo, Lord Triston, construyó el famoso Septo estrellado de Antigua.
Así comienza la estrecha unión entre la ciudad de Antigua (y los Hightower) con la Fe de los Siete: aun con Poniente dividido en varios reinos y sin ninguna unión entre ellos, Antigua se convirtió en el centro de la Fe. Los Septones Supremos rara vez provenían de un lugar distinto del Septo Estrellado, y muchos provenían de la poderosa Casa Hightower. Muchos devotos, hombres y mujeres, la visitaron para orar en sus septos y santuarios y otros lugares santos. Esto ayudó a acrecentar el poder de los Hightower, hasta el punto de que los Gardener no les obligaban a participar en sus guerras.
La importancia de Antigua también tuvo sus consecuencias. Cuando Aegon Targaryen, su dragón Balerion y su ejército se aproximaron a la ciudad, el Septón Supremo se encerró en el Septo Estrellado y ayunó durante siete días, viviendo a pan y agua hasta que los dioses le iluminasen. No tomó alimento alguno, salvo pan y agua, fue dicho, y pasó todas sus horas orando, desplazándose de un altar al siguiente. Y el séptimo día, la Vieja había alzado su lámpara dorada para mostrarle el camino. Si Antigua se alzara en armas contra Aegon el Dragón, Su Suprema Santidad vio, la ciudad se quemaría ciertamente, y los Hightower y la Ciudadela y el Septo Estrellado serían destruidos.
El Septón Supremo convenció a Lord Manfred Hightower para rendir la ciudad y jurar vasallaje a Aegon como rey de los Siete Reinos. Tres días después, en el Septo Estrellado, Su Suprema Santidad ungió a Aegon con los siete aceites, puso una corona en su cabeza, y lo proclamó Aegon de Casa Targaryen, el Primero de Su Nombre, el Rey de los Ándalos, Rhoynar, y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos, y Protector del Reino. (“Siete Reinos” era el estilo usado, aunque Dorne no se había sometido. Ni lo haría, por más de un siglo por venir).
El destino de Antigua fue puesto a prueba una vez más ante el fuego de dragón décadas más tarde: los Hijos del Guerrero y los Clérigos Humildes se rebelaron contra los Targaryen durante el reinado de Aenys I. En el año 44 D.C. su sucesor, Maegor, amenazó con quemar el Septo Estrellado, con todo aquel que se encontrase dentro, después de que el Septón Supremo (pariente de Lord Hightower) hubiera condenado su bigamia. Poco tiempo después de que Maegor y su madre, Visenya, se presentasen a los muros de Antigua montados en sus dragones, el Septón Supremo falleció de forma súbita, y la ciudad se salvó. Pronto surgieron rumores de que había sido asesinado, y muchos hechos apuntan a ello. Muchos apuntan a que el mismo Lord Martyn ordenó el asesinato de su pariente al hermano del Septón, Ser Morgan Hightower, líder de los Hijos del Guerrero de Antigua. Aunque no deja de ser un rumor, lo cierto es que Maegor ejecutó a todos los Hijos -previamente apresados por Lord Martyn-, pero perdonó a Ser Morgan, sin razón aparente.
Durante el reinado de Jaehaerys I, Ser Otto Hightower, hermano del señor de Antigua de aquel entonces y famoso por sus conocimientos, fue elegido por el Sabio Rey para servir como Mano; cargo en el que siguió ejerciendo durante el reinado de Viserys I; los Hightower llegaron a enlazar con los Targaryen, con el matrimonio de Viserys y Alicent, hija de Otto. Sin embargo, la ambición de Otto y sus indiscreciones en la sucesión (intentaba que Viserys designase como sucesor a su nieto Aegon, en lugar de su hija Rhaenyra) provocaron que fuera despojado del cargo.Sin embargo, fue readmitido tras fallecer la nueva Mano, Lord Lionel Strong. La codicia de Ser Otto terminó siendo la perdición de su Casa: su sobrino Ormund y varios miembros más de su familia perecieron en el conflicto dinástico que él y sus aliados causaron, al intentar imponer a su nieto Aegon en el Trono de Hierro. Tras la Danza de Dragones, el poder de la Casa Hightower mermó considerablemente, pero aprendieron de su experiencia, y a partir de entonces rara vez volvieron a entrometerse en los juegos de poder de la corte, centrándose de nuevo en la reconstrucción de su poder.
Más de un siglo más tarde, Baelor I, el rey-septón, ordenó la construcción de un nuevo septo en Desembarco del Rey, el que posteriormente se denominó el Gran Septo de Baelor. Este septo, el mayor de todo Poniente, se convirtió en la sede de la Fe de los Siete y la residencia del Septón Supremo, desplazando así la importancia de Antigua en el ámbito religioso de Poniente, en beneficio de la capital. Algo que seguramente debilitó la transcendencia de la Casa Hightower en el reino, pues ahora su influencia se limitaba únicamente a la Ciudadela. En un intento de asegurar que el escoger un bando no les debilitase aun más a su Casa, los Hightower decidieron apoyar tanto al bando Targaryen como a los Fuegoscuro en la Primera Rebelión Fuegoscuro.
Décadas más tarde, cuando una epidemia de peste gris asoló Antigua, Lord Quenton ordenó cerrar todas las puertas de acceso y quemar todas las naves en el puerto. También ordenó ejecutar a todo aquel que tratase de huir. Una vez que la plaga se disolvió, Lord Quenton retiró las órdenes que había encomendado. El mismo día que lo hizo, Lord Quenton y su hijo menor fueron desmontados de sus caballos por los supervivientes y fueron degollados.
Durante la Rebelión de Robert, Lord Leyton Hightower se mantuvo fiel a los Targaryen, y su propio tío, Ser Gerold, fue el lord Comandante de la Guardia Real del Rey Loco. Tras la guerra, se vieron obligados a jurar lealtad al rey Robert Baratheon. Aun así, tanto ellos como la ciudad de Antigua fueron afortunados, pues no se libró ninguna batalla en sus proximidades.
Durante la Guerra de los Cinco Reyes que siguió a la muerte del rey Robert, Lord Leyton apoyó, al igual que prácticamente toda la nobleza del Dominio, a Renly Baratheon en su intento de hacerse con el trono. Tras la muerte de éste, la Casa Hightower jura fidelidad al rey Joffrey, y a sus sucesor, Tommen Baratheon, manteniendo sus fuerzas intactas, ya que la guerra no llegó a las puertas de Antigua.
Sin embargo, en el año 300 D.C., los barcos de la Casa Greyjoy, capitaneados por su nuevo rey, Euron IX invaden las costas del Dominio, llegando incluso a amenazar Antigua. Aunque Lord Leyton se encuentre recluido permanentemente en el Faro, buscando hechizos junto a su hija Malora, apodada «la Doncella Loca», su primogénito Baelor se encarga de la construcción de galeras nuevas; Ser Gunthor se encarga del puerto y de inspeccionar los barcos que puedan contener enemigos; Ser Garth se ocupa de entrenar nuevos reclutas para enfrentarse a los hijos del hierro, y Ser Humfrey se dirige a Lys, con la esperanza de contratar una flota mercenaria que salve a la ciudad. Todo ello mientras esperan desesperadamente el auxilio de la flota de Lord Redwyne.
El destino de la ciudad aun es incierto, pero una cosa es segura: Antigua es la segunda ciudad del reino y no caerá fácilmente ante nadie, y ninguno puede atreverse a aventurar lo que podría pasar de ahora en adelante en Antigua.
Ahora es vuestro turno: ¿Que os parece la historia de Antigua? ¿Y del pragmatismo de los Hightower?¿Porqué creéis que han podido disfrutar de tanta autonomía y a la vez tanta influencia respecto al resto del reino?¿Creéis que los Hightower y la Ciudadela pueden tener intereses comunes?¿Que será de Antigua y de la Ciudadela en el futuro?
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