Curiosidades en los capítulos de House of the Dragon: la Mano del Rey, Ser Arryk y Ser Erryk, los maestres, Alicent, Mysaria, las ratas, Helaena, Daemon y Aemond y el adiós de Viserys.
Tras valorar el último capítulo y debatir su análisis pormenorizado, una semana más volvemos a escudriñar el episodio de House of the Dragon en busca de los EasterWesteros Eggs que pueden pasar desapercibidos a simple vista. En este espacio, propuesto por el Leal @zagel, pretendemos compartir esos detalles que te hacen levantar la ceja y comprobar cuán minucioso es el equipo de House of the Dragon.
Dicho esto, nuestra pajarera siempre está abierta para recibir vuestros cuervos con aportaciones, por lo que si habéis estado avispados y os habéis percatado de alguna curiosidad en éste o en episodios venideros, estaremos encantados de recogerlos para incorporarlo en esta sección.
Westeros Eggs VIII
La cortesía de la Mano
Comenzamos esta edición hablando sobre un personaje que ya pudimos ver hace dos capítulos. Tras dar a luz a Joffrey, la reina Alicent solicitó ver al bebé de inmediato, así que la propia Rhaenyra se lo llevó. Por el camino, en las escaleras, Rhaenyra y Laenor se cruzan con un hombre que dice que es «un privilegio ser de los primeros en felicitaros». Se trata de Lord Caswell, quien también ofrece sus servicios si puede ser de utilidad.
En este último capítulo, Lord Caswell es el único recibimiento que tiene Rhaenyra, la heredera al trono, al llegar a la Fortaleza Roja. Poco después sabemos que este era el recibimiento que la Mano había ordenado para la princesa: «Confío en que se les haya recibido como merecen», decía. No es casual que sea precisamente Lord Caswell quien vaya a recibirla, pues será uno de los pocos leales que le quedarán a Rhaenyra en Desembarco del Rey hasta el final.
Sin embargo, éste no es el único gesto cuestionable que la Mano tiene con la heredera al trono. En la cena familiar, tras el brindis donde Alicent reconoce que Rhaenyra «será una gran reina», todos alzan sus copas y beben, excepto Otto Hightower, que no está muy de acuerdo con su hija y ni se arrima la copa a la boca.
Izquierdo y Derecho
En este capítulo también hemos conocido a otro miembro de la Guardia Real. Bueno, en realidad, a dos. Ser Arryk y Ser Erryk Cargyll, a los que podéis ver entrenando juntos en el patio de armas, son dos hermanos gemelos que sirven ambos en la Guardia Real. En la escena en la que se nos presenta, Alicent llama Arryk al guardia y él le corrige y le dice que es Erryk. Pero este despiste sin importancia nos revela varias cosas.
En primer lugar, lo ya mencionado, nos hace saber que efectivamente los gemelos Cargyll están presentes en la serie y son miembros de la Guardia Real, de la cual sólo conocíamos a tres miembros, y uno ya ha muerto. Y es que estos hermanos tendrán un trágico final; bueno, como la mayoría de los personajes que ya conocemos, para qué vamos a engañarnos.
En segundo lugar, y en relación con esto último, hay que destacar que Alicent creía que estaba hablando con Arryk. Recordemos que fue quien le dio la noticia sobre el incidente de Aegon con la criada y ella automáticamente creyó que estaba hablando con alguien de su confianza. Aquí se nos introduce sutilmente en qué bando estará cada hermano: Arryk será leal a Alicent y Erryk lo será a Rhaenyra.
Por último, hay que hacer mención a nuestra querida Reina de las Espinas, quien nos deja el último huevo en este asunto. La guardia personal de Lady Olenna también estaba compuesta por dos hermanos gemelos llamados Arryk y Erryk —no se matan buscando nombres en Poniente—. En su caso, no se molestaba en tratar de adivinar quién era quién y simplemente los llamaba Izquierdo y Derecho.
La conspiración de los maestres: Parte III
Tras visitar a Viserys y comprobar que «parece una persona distinta», Rhaenyra le sugiere a Daemon consultar con el maestre Gerardys si hay algo diferente que se pueda hacer. Gerardys es el maestre que está al servicio de Rhaenyra en Rocadragón y que, en Fuego y Sangre, envió a la Fortaleza Roja para salvar la vida de Viserys tras herirse con el trono, como ya comentamos en la sexta edición.
La desconfianza en el buen hacer de los maestres continúa, e incluso llega a acusar a Alicent de estar de su lado, aletargándolo con la leche de amapola mientras los Hightower gobiernan. No en vano, la Casa Hightower goza de buena relación con la orden de los maestres, cuya sede se encuentra en Antigua.
La piadosa Alicent
Sin cambiar demasiado de tema, en lo que a las alianzas Hightower se refiere, también es digno de destacar el puritanismo que Alicent ha mostrado en este último capítulo. Ya sea por culpabilidad o por compensar los excesos de su hijo, ha sustituido los dragones de la Fortaleza Roja por estrellas de siete puntas e incluso ella lleva una al cuello –un gran medallón durante la audiencia y un colgante más discreto en la cena privada–. Este acercamiento y compromiso con la Fe de los Siete, cuya sede también se encuentra en Antigua en este momento de la historia, será clave a la hora de ungir al sucesor de Viserys.
Talya y el Gusano Blanco
Llevábamos varios capítulos sin saber de ella, pero ahora Mysaria ha vuelto a aparecer mostrándonos que sigue teniendo influencias dentro de la Fortaleza Roja. En esta breve escena vemos a una encapuchada que se acerca al Gusano Blanco para contarle lo ocurrido en la Fortaleza Roja. Esta muchacha no es otra que Talya, la criada que estaba con Alicent mientras resolvía «el incidente» de Aegon y que le trajo el té de la luna a la pobre Dyana.
Hemos visto a Mysaria con Daemon, pero también susurrándole a Otto, por lo que su lealtad no parece estar muy clara aún, en lo que a la serie se refiere. Lo que está claro es que habrá que estar pendiente de cuál será su próximo movimiento y de qué hará con la información que está obteniendo.
Las Ratas: Parte… ¿por cuál íbamos ya?
Sí, nuestros amigos roedores han vuelto a aparecer. Después de un capítulo en Marcaderiva sin su presencia, al volver a la Fortaleza Roja ahí las tenemos de nuevo. Y hay que tener en cuenta que han pasado seis años, por lo que son ratas con solera ya. Esta vez el bichejo aparece campando por la antigua maqueta de la Antigua Valyria. Con el cariño que Viserys le ha dedicado a su Lego, ha quedado relegado a almacén de telarañas y hogar de roedores. Parece que el servicio de la Fortaleza Roja está más preocupado en ir con chismes que en limpiar los aposentos del rey. La cara de asco de Rhaenyra al entrar en la habitación lo dice todo.
Como ya hemos dicho en anteriores ediciones, las ratas parecen una clara señal de que Sangre y Queso aparecerán en algún momento de la serie. Pero vamos a hablar primero del siguiente huevo.
Helaena y la entomología onírica: Parte III
Bueno, vale, esta vez no tenía ningún bicho1, pero, como dijo Zagel, estaba junto a su hermano/esposo Aegon, eso cuenta como bicho. Desde que Helaena apareció, en cada capítulo nos ha ido regalando pequeñas perlas de sabiduría sobre el futuro de su familia. Sus anteriores profecías fueron bastante claras y reconocibles para aquellos que conocemos la historia; sin embargo, esta vez se ha puesto más críptica. Durante la cena podemos oír que dice «cuidado con la bestia bajo las tablas» poco antes de pronunciar su propio brindis.
Aunque aquí ya cada uno tiene su propia teoría, conociendo un poco la historia lo más factible es pensar que se refiere a su propio destino. Ya hemos hablado de las «bestias» que pueblan la Fortaleza Roja, esas ratas que no paran de salir y que tienen toda la pinta de ser una señal de Sangre y Queso, dos autenticas bestias que se colarán en la Fortaleza Roja por los túneles que hay bajo ella.
Otra opción que también se está barajando es que la bestia haga referencia al Gusano Blanco, cuya escena aparece, precisamente, justo después de la cena en la que se pronuncia esta profecía. Quizá el gusano no sea una bestia muy feroz, pero aún no conocemos todo su potencial. Sea como fuere, al final parece que llegaríamos al mismo punto, ya que Sangre y Queso fueron contratados por Mysaria.
Puede quedarse la lengua
Aunque la historia ha cambiado un poco, Vaemond ha tenido más o menos el mismo final. Viserys anunció que le cortaría la lengua a todo aquel que dijera que los hijos de Rhaenyra son bastardos, y eso es lo que estaba dispuesto a hacer el rey durante la audiencia. Vaemond podría haber seguido viviendo, aunque sin su lengua, pero Daemon se adelanta y le corta tres cuartas partes de la cabeza, demostrando lo letal que es Hermana Oscura, y dejándole la lengua.
Podría parecer excesivo, pero si nos vamos a Fuego y Sangre, eso es precisamente lo que le pasó: conservó la lengua, pero perdió la cabeza. Tras afirmar que los hijos de Laenor no eran tal y que él debía ser el heredero de Marcaderiva, Rhaenyra ordenó a Daemon que lo arrestara y le cortara la cabeza. Y así fue. Después, su cadáver fue entregado a Syrax para que se lo comiera.
Daemon vs. Aemond
Durante la cena familiar más incómoda en tiempo, los sirvientes, con todo el tino y como quien no quiere la cosa, colocan un cerdo asado justo delante de Aemond. A Luke esa escena de Aemond junto a un cerdo le resulta familiar y no puede contener una risa. Efectivamente, la escena a la que nos referimos es a la del «Terror Rosa», el cerdo al que Aegon, Jace y Luke pusieron alas y llevaron ante Aemond para que fuera su montura; una broma que aún no ha olvidado, pero tan emblemática que hasta tiene su propia figura en la maqueta de Viserys.
I just noticed Viserys’s Valyria model has a pink dread lol#HouseoftheDragon pic.twitter.com/5mpKNXi5KU
— Art of Ice and Fire (@ArtofASOIAF) October 11, 2022
La risa de Luke enciende la ira de Aemond, cuyo brindis desata el caos en la cena y una pelea entre tíos y sobrinos. La riña llega a su fin cuando Daemon se pone por medio y mantiene un cara a cara con Aemond.
Sin mediar palabra, Aemond se retira y Daemon se da por satisfecho; la cena ha terminado. Pero antes de acabar, hay que fijarse en la cara de Daemon, al que parece divertirle todo este asunto, como si se viera reflejado en el propio Aemond. Y no es el único. Si retrocedemos al huevo anterior podemos ver la cara de fascinación de Aemond tras la muerte de Vaemond a manos de Daemon –en serio, Martin, ¿qué te pasa con los nombres?–. Hay una clara admiración mutua entre estos dos, y este cara a cara no será el único, sólo es un aperitivo para lo que está por venir.
Mi amor
La última escena nos ha dejado rotos. Viserys se va solo en una casa llena de gente a la que él denomina familia. No gastaré más líneas alabando la actuación de Paddy Considine porque ya se ha dicho todo. Pero no podía dejar de lado la última frase de Viserys, ya sobre fundido a negro, que pone el cierre al capítulo. Con su último aliento dice «mi amor», que no puede ser otro que Aemma Arryn. Ya en la anterior edición de Westeros Eggs hablamos sobre su lapsus al llamar a Alicent «Aemma» y cómo se sumía en la nostalgia observando y besando su anillo. Quizá no murió solo y Aemma estaba allí, esperándolo.
Y ahora es vuestro turno, Leales. ¿Qué os han parecido estos Westeros Eggs? ¿Os habíais percatado de todos los detalles? ¿Cuál es vuestro favorito? ¿Habéis encontrado algún Westeros Egg más?
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