Capítulo vencedor de la encuesta final de Tormenta de Espadas
Regresamos con una nueva edición de El Campeón del Torneo, esta vez para traeros a vuestro ganador a la votación por el mejor capítulo de Tormenta de Espadas. La victoria de catelyn vii ha sido tan arrolladora como trágico es este capítulo y queremos agradeceros enormemente vuestra participación.
Catelyn VII, el mejor capítulo de Tormenta de Espadas.
Si se quiere analizar el porqué un capítulo ubicado más o menos a la mitad de un libro lleno de giros, sorpresas y clímax como Tormenta de Espadas es considerado y valorado como el mejor, uno debe fijarse, no solo en qué cuenta dicho capítulo, sino en lo que significa para el lector.
Como ya dijo el leal Aerys II, en su brillante e imprescindible análisis de este capítulo (que os recomendamos encarecidamente revisitéis), todos los fans de la saga recuerdan perfectamente el momento en el que leyeron la Boda Roja. Ese momento se grabó en la memoria y consciencia colectiva de los lectores, adquiriendo dicho capítulo un aura de rito de paso, un punto en el camino en el que todos nos dimos cuenta de que esta saga era algo más. Uno tiene la sensación que no ha interiorizado el mundo de Martin hasta que lee este capítulo y cualquier preaviso que se lanzara en libros anteriores, incluso con una descripción detallada de ese banquete en la Casa de los Eternos, es en balde: la Boda Roja golpea, trauma y cambia para siempre a sus lectores.
La Boda Roja, pues, es por un lado el horror por la violencia que marca el capítulo, un cuento de terror que recuerda a Edgar Allan Poe. Esta atrocidad es aún mayor cuando Martin emplea imágenes de una apabullante, aunque desgarradora, belleza para narrar esta masacre: una madre, nuestro punto de vista, asiste a la carnicería que acaba no solo con su propia vida y la de su último hijo, sino también con todas las esperanzas de justicia y venganza que quedaban a norteños y ribereños.
Por otro lado, catelyn vii supone la sorpresa y el shock. El lector, aunque advertido ya en momentos anteriores de los libros, presencia la ruptura de cualquier concepción que existía sobre el relato: ahora sí que nadie está a salvo de la guadaña y cualquier norma o principio que regía el mundo de Martin puede quebrantarse. Las leyes de la hospitalidad son también masacradas en el salón de Los Gemelos; el horror ahí perpetrado sacude todo Poniente y marca profundamente a todos los personajes del libro.
Estamos ante una traición a todo orden establecido, a toda moral que se granjeará el desprecio no solo de los lectores, sino de la sociedad ponienti: Tyrion entenderá que cualquier acto de bondad que tenga con Sansa jamás será suficiente para ganarse su cariño; Arya, a las puertas de la barbarie, verá como la última posibilidad de reunirse con su familia se desvanece ante sus ojos y emprenderá el viaje que la llevará a ser Nadie; los norteños supervivientes recordarán el horror sufrido en Los Gemelos y como uno de ellos participó en su ejecución; Berric Dondarrion cederá su vida para que Catelyn clame venganza; y Lady Corazón de Piedra hará de su única misión perpetuar una masacre similar hacia sus verdugos.
—Si darle fin ya fuera el fin, más valdría darle fin pronto; si el crimen pudiera echar la red a los efectos y atrapar mi suerte con su muerte; si el golpe todo fuese y todo terminase, aquí y sólo aquí, en este escollo y bajío del tiempo, arriesgaríamos la otra vida. Pero en tales casos nos condenan aquí, pues damos lecciones de sangre que regresan atormentando al instructor: la ecuánime justicia ofrece a nuestros labios el veneno de nuestro propio cáliz. Además, es tan buen rey, tan justo y clemente, que los ángeles de su guarda irán pregonando eterna maldición contra su asesino. La compasión, niño recién nacido, querubín desnudo, irá cabalgando en las invisibles alas del viento, para anunciar el crimen a los hombres, y el llanto y agudo clamor de los pueblos sobrepujará a la voz de los roncos vendavales. La ambición me impele a escalar la cima, ¿pero rodaré por la pendiente opuesta?
macbeth, acto i, escena vii
Esta violación de la ley divina, como propone Shakespeare, no acaba con su perpetuación sino que exige justicia, un castigo y consecuencias para sus actores. Y esas consecuencias ya pueden ser más jugosas que una empanada.
Y ahora os toca a vosotros, leales. ¿Estáis de acuerdo con el capítulo ganador? ¿Cómo fue vuestra reacción ante la Boda Roja? ¿Creéis que catelyn vii es el capítulo más mítico de la saga?
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