Hoy es noche de ensayo de Canción de Hielo y Fuego. Continuamos con un ensayo que trata sobre la verdevidencia y de cómo la experiencia de ahogarse en el mar, un mar verde para más señas, es utilizada en la saga como su metáfora. De cómo las similitudes y juegos de palabras en inglés como sea y see se usan en abundancia, generando a su vez una experiencia inmersiva en el propio lector. La autora, ravenousreader, lo publicó inicialmente en el foro de Westeros.org, dentro del hilo Nennymoans and merlings; more Patchface tinfoilTras conocer el resumen introductorio en la edición anterior, comenzamos esta semana con la primera parte de la versión larga, en la que todas las ideas irán siendo convenientemente desarrolladas.


Mar Verde / Vista Verde (I). Bufones listos

— ravenousreader —


 

La versión larga

 

Primero, veamos algunas descripciones de este acertijo.

Caramanchada, de quien mostraré que tiene un marcado parecido con los verdevidentes, en particular con el llamado último verdevidente Cuervo de Sangre:

El bufón volvió la cabeza a manchas1 para ver cómo Pylos subía por las escaleras de hierro que llevaban a la pajarera. Los cencerros sonaron al ritmo del movimiento.
—Bajo el mar, los pájaros tienen escamas en vez de plumas —dijo. Clang, clang2—. Lo sé, lo sé, je, je, je.

choque de reyes, prólogo

 

Es de interés, quizás, que además de su función onomatopéyica en conjunción con los cencerros de Caramanchada, clanging3 es un término psiquiátrico en el que los pacientes se involucran en un tipo especial de juego de palabras, que puede incluir neologismos, asociando las palabras principalmente en función de sonidos similares (rimas, aliteraciones, asonancias, consonancias, etc.) más que por su significado lógico. Un ejemplo de esto encontrado en internet: He went in entry in trying tieing sighing dying ding-dong dangles dashing dancing ding-a-ling!4 En comparación, algunas de las declaraciones de Caramanchada también caerían bajo esta categoría. Además de que este recurso se utiliza para dar la impresión de enfermedad mental en el orador, el bufón se supone que está loco, suponemos que GRRM tiene un propósito narrativo más profundo en mente con sus poéticos jangling clang-a-langings, ¡así que tratemos de descubrir algo de sentido en su aparente sinsentido!

Hiemal dijo:
Caramanchada como el anti-Ariel:

Canción de Ariel

Yace tu padre en el fondo
y sus huesos son coral.
Ahora perlas son sus ojos;
nada en él se deshará,
pues el mar le cambia todo
en un bien maravilloso.
Ninfas por él doblarán.
Coro: Din, don.
Ah, ya las oigo: Din, don, dan.

william shakespeare, la tempestad. acto i, escena ii

 

No creo que la conexión que estás haciendo sea de gorrito de aluminio. Hace ya demasiado tiempo que reconocí la influencia de Shakespeare en la obra de GRRM (ya fue tácitamente reconocida por el autor de forma tan temprana como en el prólogo con la figura de Will tal y como @evita mgfs nos ha señalado). Es imposible escribir en inglés sin aludir de alguna manera (aunque uno no se dé cuenta) al mejor escritor que ha habido en esa lengua, y de alguna forma intentar escapar de su imponente sombra, y superarlo. Habiendo reconocido ciertos elementos de La Tempestad en las ideas de @LmL, recientemente le envié el discurso de Próspero, porque me lo recordó inmediatamente al leer su último ensayo sobre los verdevidentes:

¡Elfos de los montes, arroyos, lagos y boscajes
y los que en las playas perseguís sin huella
al refluyente Neptuno y le huís
cuando retorna! ¡Hadas que, a la luna,
en la hierba formáis círculos, tan agrios
que la oveja no los come! ¡Genios, que gozáis
haciendo brotar setas en la noche y os complace
oír el toque de queda, con cuyo auxilio,
aunque débiles seáis, he nublado
el sol de mediodía, desatado fieros vientos
y encendido feroz guerra entre el verde mar
y la bóveda azul! Al retumbante trueno
le he dado llama y con su propio rayo he partido
el roble de Júpiter. He hecho estremecerse
el firme promontorio y arrancado de raíz
el pino y el cedro. Con mi poderoso arte
las tumbas, despertando a sus durmientes,
se abrieron y los arrojaron. Pero aquí abjuro
de mi áspera magia y cuando haya, como ahora,
invocado una música divina
que, cumpliendo mi deseo, como un aire
hechice sus sentidos, romperé mi vara,
la hundiré a muchos pies5 bajo la tierra
y allí donde jamás bajó la sonda
yo ahogaré mi libro.

william shakespeare, la tempestad. acto v, escena i

 

Hay mucho en este pasaje, así que no lo desenvolveré por mucho tiempo; basta con destacar que en términos de GRRM Próspero sería un hechicero, una suerte de verdevidente, que se ha aliado con demiurgos del mundo natural (elfos como los Hijos, como los Antiguos Dioses quizás) para aprovecharse de los elementos, todos los cuales están incluidos aquí (agua, aire, fuego, tierra), a su voluntad, con efectos poderosos y destructivos. El principal compañero de Próspero es Ariel, a quien rescató de la prisión de una bruja en un árbol (¿os suena familiar…?), sólo para cautivarlo a su vez a su servicio. También es interesante saber que, como figura mitológica, Ariel es un arcángel que supervisa la naturaleza y regula el inframundo. Su nombre se traduce literalmente como león de Dios, altar o fuego – hogar de Dios. Así, al encerrar a Ariel en un árbol… tenemos el arquetipo del hombre ardiente en el árbol, que considero el mensaje para llevar del último ensayo de @LmL. Próspero, al liberar a Ariel del árbol e inculcarle sus propios propósitos, ha robado en esencia el fuego de los dioses. Shakespeare expresa esta transgresión cardinal (llamadlo ingenio humano o pecado original si queréis) más elocuentemente de lo que yo podría, especialmente en la línea de al retumbante trueno le he dado llama y con su propio rayo he partido el roble de Júpiter. Usurpando el poder de Júpiter, específicamente robando el trueno y el relámpago del dios del cielo, el propio rey de los dioses, Próspero tiene la arrogancia de reclamar ese título para sí mismo, ¡incluso yendo tan lejos como para volver ese poder contra el dios y su creación! Usando el propio rayo de Júpiter para desgarrar su propio roble (el roble era el árbol sagrado de Júpiter, probablemente porque, como @sweetsunray ha notado, es el árbol que tiene más probabilidades de ser golpeado por un rayo, incluso comparado con otros árboles de estatura similar), Próspero redirige así el fuego del cielo, capturándolo para sus propios propósitos en un árbol. En la obra de GRRM, la figura que encarna el cielo, el rayo, el árbol y la travesura más que cualquier otra es ésta:

La Vieja Tata contó a Bran la historia de un niño malo que trepó tan alto que lo alcanzó un rayo y los cuervos se acercaron a picotearle los ojos.

juego de tronos, bran ii

 

Como Bran, la fuente del poder de Próspero reside en un árbol, representado visualmente por el bastón de madera que lleva (equivalente a una varita mágica o una espada). Lamentando su áspera magia y la lucha que ha causado, promete romper y enterrar su bastón, así como ahogar su libro de hechizos, en un intento de arreglar las cosas y enmendarlas. Es interesante que Shakespeare hace un paralelo entre enterrar algo bajo tierra y ahogar a alguien bajo el agua, un punto que yo misma señalaré para los propósitos de mi comentario; por ejemplo, incluso utiliza una unidad de medida para el agua, la braza, para describir la profundidad bajo tierra. Irónicamente, Próspero se imagina desterrando la magia bajo tierra o bajo el agua, ¡y ambos reinos figuran como lugares prominentes para concentrar la magia en el mundo de GRRM! De todos modos, como solución al problema de la magia, la referencia a enterrarla o ahogarla parece contradecir la dada anteriormente, donde Próspero indica que también posee el poder sobre la vida y la muerte, con mi poderoso arte las tumbas, despertando a sus durmientes, se abrieron y los arrojaron… La resurrección es la última inversión, ¿no es así?

Volvamos a Caramanchada, mensajero de los reinos de las profundidades:

Bufones listos

Caramanchada resultaba lastimero hasta para ser un bufón. Quizá en algún tiempo fue capaz de provocar carcajadas con una réplica ingeniosa, pero el mar le había arrebatado ese poder, junto con la mitad de los sesos y todos los recuerdos.

choque de reyes, prólogo

 

Para empezar, este duro recordatorio del mensaje de advertencia de GRRM de que las resurrecciones, de las que Caramanchada y Beric son ejemplos destacados, siempre se pagan a un precio muy alto.

—Sí, sabe unas cuantas palabras. Ya te lo he dicho: son unos pájaros muy listos.
—Pájaro listo, hombre listo, bufón muy muy listo —dijo Caramanchada al tiempo que hacía sonar los cencerros. Empezó a canturrear—: Las sombras vienen a bailar, mi señor; bailar, mi señor; bailar, mi señor —entonó saltando a la pata coja, primero con un pie, luego con otro—. Las sombras se van a quedar, mi señor; quedar, mi señor; quedar, mi señor. —Con cada palabra sacudía la cabeza, y los cencerros de las astas resonaban con estrépito.
El cuervo blanco graznó, alzó el vuelo y revoloteó para ir a posarse en la barandilla de hierro de las escaleras que llevaban a la pajarera. Shireen pareció encogerse.
No para de cantar eso. Le he dicho que no lo haga, pero no me hace caso. Me da miedo. Dile que no lo cante.

choque de reyes, prólogo

 

Caramanchada con Shireen y Davos, por M. Luisa Giliberti

Caramanchada tiene una cabeza a manchas6 (ver la primera cita). De todos los adjetivos que pudo haber usado, ¿por qué GRRM incluiría uno tan confuso? Además de evocar una imagen imaginativa de alopecia desigual y cicatrices, provocadas por su trauma, piebald técnicamente indica un patrón asimétrico de manchas pigmentadas (generalmente negras, marrones o amarillas) sobre un fondo blanco, que se encuentra en ciertos animales, incluyendo aves, de ahí urraca7, de la que se deriva la palabra piebald. Una urraca, conocida como una de las aves más inteligentes del mundo, es un miembro de la familia Corvidae, que también incluye cuervos y cornejas, ambas especies que juegan papeles importantes en la historia de GRRM, como se está discutiendo en el reciente hilo de Heresy, los cuervos. Así que, ya de entrada, este bufón está directamente relacionado tanto con los cuervos como con la inteligencia, irónicamente.

Hablando de inversiones inteligentes, la función literaria tradicional de la figura del bufón es la de servir en su relación con un rey como una especie de Mano inversa del rey, constantemente a su lado aconsejándolo, aunque a menudo de manera críptica y poco ortodoxa, cantando, adivinando, haciendo malabarismos y realizando trucos y divertimentos de magia. El bufón es una figura engañosa que empuja los límites, en línea con la última idea de @LmL de verdevidentes traviesos. Con esta imagen en mente, ¿conocemos otro cuervo muy inteligente, urraca o corneja, además con un patrón distintivo de pigmentación en la piel, con un inusual tocado cornudo que produce una música parecida a Caramanchada cuando gira la cabeza y habla? ¿Podemos pensar en una especie de cantor, uno bien versado en intriga, magia y otras heterodoxias traviesas, que sirvió como notoria Mano a varios reyes? ¿Un verdadero hombre con la cara a manchas8, que ha sido conocido por cambiar de rostro en más de una ocasión, utilizando muchas apariencias? ¿Un hombre asociado con los dioses sin rostro y sin nombre de los bosques, las piedras y el agua? De hecho, Caramanchada se parece intencionadamente a Cuervo de Sangre, cuya madre fue una Blackwood (más cuervos posados en los árboles…), el lord albino de pelo blanco y negra hechicería, con sus harapientas y gastadas galas que alguna vez fueron de color ébano; instalado en su última encarnación en un entramado de raíces de arciano blancas y tierra negra… Nótese la vertiginosa acumulación de imágenes en blanco y negro; es decir, piebald.

—No, muchacho. Mira detrás de ti.
La mujer levantó un poco más la antorcha, y la luz pareció cambiar y transformarse. Durante un instante, las llamas fueron naranja y amarillas, y llenaron la caverna de un resplandor rojizo; después, todos los colores se apagaron y solo quedaron el blanco y el negro. Tras ellos, Meera ahogó un grito. Hodor se volvió.
Allí había un hombre pálido, vestido con ropa color ébano, inmerso en sus ensoñaciones y sentado en un nido enmarañado de raíces; un trono de arcianos entrelazados que lo abrazaban con sus atrofiados miembros como haría una madre con su hijo.

Tenía el cuerpo tan esquelético y las vestiduras tan harapientas que, al principio, Bran pensó que era otro cadáver, un muerto que llevaba tanto tiempo allí sentado que habían crecido raíces sobre él, bajo él y a través de él. Lo que se podía ver de la piel era de color blanco, salvo por una mancha sangrienta que le subía del cuello a la mejilla. Tenía el pelo blanco, fino como las raíces de hierba, y tan largo que llegaba al suelo de tierra. Las raíces se le enredaban por las piernas como serpientes de madera. Una de ellas se había abierto camino a través de los calzones y la carne reseca del muslo, para aparecer de nuevo en el hombro. De su cráneo surgía una mata de hojas rojas, y tenía la frente cubierta de setas grises. Los restos de piel en la cara eran duros y tirantes como si fueran de cuero blanco, pero también parecían desgarrados, y aquí y allá se veían huesos marrones y amarillos.
¿Eres el cuervo de tres ojos? —se oyó decir Bran.
«Un cuervo de tres ojos debería tener tres ojos. Él solo tiene uno, y es rojo». Bran sintió como aquel ojo lo miraba fijamente, brillante como un pozo de sangre a la luz de la antorcha. De la cuenca vacía donde debería haber estado el otro ojo crecía una delgada raíz blanca que bajaba por la mejilla hasta llegar al cuello.
—¿Un… cuervo? —La voz del hombre pálido sonaba seca. Movía los labios despacio, como si hubiera olvidado cómo se construían las palabras.

danza de dragones, bran ii

 

Como con Caramanchada y Beric, el renacimiento ha comprometido su memoria. O tal vez se podría decir que un lenguaje se ha ganado a expensas de la pérdida de otro.

La gran caverna que se abría sobre el abismo era negra como boca de lobo, negra como el carbón, más negra que las plumas de un cuervo. La luz se colaba como una intrusa, ni deseada ni bienvenida, y no tardaba en desaparecer; los fuegos, candiles y teas de junco ardían un rato y se extinguían cuando su breve existencia tocaba a su fin.
Los cantores construyeron un trono para Bran, igual que el que ocupaba lord Brynden, de arciano blanco salpicado de rojo y ramas secas entretejidas con raíces vivas. Lo colocaron en la gran caverna, junto al abismo, donde el aire negro resonaba con el eco del agua que corría mucho más abajo. Fabricaron el asiento con musgo suave y gris. Primero sentaron a Bran en su sitio y luego lo cubrieron con pieles suaves.

Allí se quedó sentado y escuchó los roncos susurros de su maestro.
—Nunca temas la oscuridad, Bran. —Cuando hablaba torcía un poco la cabeza y acompañaba las palabras con un débil susurro de madera y hojas—. Los árboles más fuertes crecen en los lugares más oscuros. La oscuridad será tu capa, tu escudo, tu leche materna. La oscuridad te hará fuerte.

danza de dragones, bran iii

 

Cuervo de Sangre

Cuervo de Sangre y Bran, por Alcoholic Rattle Snake

En este pasaje, es evidente el característico patrón de manchas9 negras, marrones y amarillas (además de las rojas) sobre el blanco, entre las que destaca la característica marca de nacimiento roja en forma de cuervo de Cuervo de Sangre que contrasta con su pálida piel (del tipo que famosamente llevaba Gorbachov, comúnmente llamada mancha de vino de Oporto, nevus flammeus en latín, o marca de fuego; ¡qué apropiado para un viejo dragón!) De forma análoga, Caramanchada tiene un tatuaje de esclavo rojo y verde en su cara (y, como discutiré, un verdevidente es una suerte de esclavo y esclavista), además de ser descrito, como Cuervo de Sangre, como un cadáver que de alguna manera se ha levantado de entre los muertos. Como ya he mencionado, notad cómo la formulación de las palabras del hombre iban acompañadas por el débil crujido de la madera y la hoja al girar la cabeza y hablar, recuerda a la del sonido de las astas adornadas de cencerros con las que Caramanchada resalta cada una de sus palabras.

Caramanchada había llegado a Rocadragón siendo apenas un muchachito. El recordado Lord Steffon lo había encontrado en Volantis, al otro lado del mar Angosto. El rey (el viejo rey, Aerys II Targaryen, que en aquellos tiempos no estaba aún tan loco) lo había enviado a buscar una novia para el príncipe Rhaegar, que no tenía hermanas con las que pudiera contraer matrimonio. «Hemos visto a un bufón espléndido —escribió a Cressen, quince días antes de la fecha prevista para su regreso de la infructífera misión—. No es más que un niño, pero es ágil como un mono y tan ingenioso como una docena de cortesanos. Sabe hacer juegos malabares, acertijos y trucos mágicos, y canta maravillosamente en cuatro idiomas. Hemos comprado su libertad y esperamos llevarlo a casa con nosotros. A Robert le encantará y quizá hasta enseñe a reír a Stannis.»

Cressen se entristecía cada vez que recordaba aquella carta. Nadie enseñó nunca a Stannis a reír, y desde luego no lo hizo el pequeño Caramanchada. La tormenta se desencadenó de repente, con un viento huracanado, y la Bahía de los Naufragios hizo honor a su nombre. La galera de dos mástiles del señor, la Orgullo del viento, se hundió a la vista del castillo. Desde las almenas, los dos hijos mayores observaron cómo el barco de su padre se destrozaba contra las rocas antes de que lo engulleran las olas. Un centenar de remeros y marineros se hundieron con Lord Steffon Baratheon y su señora esposa, y durante días, cada marea dejaba una nueva cosecha de cadáveres hinchados en la costa, bajo Bastión de Tormentas.

El chico llegó a la orilla el tercer día. El maestre Cressen había bajado con los demás para ayudar a identificar los cadáveres. Encontraron al bufón desnudo, con la piel blanca, arrugada y cubierta de arena húmeda. Cressen habría jurado que estaba muerto, pero cuando Jommy lo agarró por los tobillos para arrastrarlo hasta el carro funerario, el niño empezó a toser, escupió agua y se sentó. Hasta el día en que murió, Jommy siguió diciendo que la carne de Caramanchada estaba fría y viscosa.

Nadie pudo explicar jamás los dos días que el bufón había pasado perdido en el mar. Los pescadores decían que, a cambio de su semilla, una sirena le había enseñado a respirar agua. Caramanchada nunca dijo nada. El muchacho listo e ingenioso del que Lord Steffon había hablado en su carta no llegó a Bastión de Tormentas; el niño que encontraron apenas si podía hablar, y lo que decía carecía por completo de ingenio10. Pero el rostro del bufón no permitía albergar dudas sobre su identidad. En la Ciudad Libre de Volantis tenían la costumbre de tatuar los rostros de esclavos y criados, y la piel del cuello y el cuero cabelludo del niño lucían el dibujo imborrable de cuadrados rojos y verdes.

choque de reyes, prólogo

 

Notad cómo los hombres ahogados que son arrojados a la orilla son mencionados como una cosecha de cadáveres, como si fueran plantas cosechadas por alguien con algún propósito posiblemente nefasto. Del mismo modo, los Hijos están cultivando y recolectando la cosecha de verdevidente medio árbol medio cadáver en su exótico jardín subterráneo.

El adorno de astas que lleva Caramanchada puede ser conceptualizado, entre otras cosas, como la rama de un árbol, en la que se sabe que los pájaros se posan y se congregan en cantidad (por ejemplo, en Arbolblanco y Árbol de los Cuervos), creando el moteado11 y cantando «fool«12 al mismo tiempo árbol y córvido. Aquí hay una cita en la que los cuervos se posan en un par de astas, barriendo el paralelismo para casa :

Un cuervo graznó desde un roble cercano, y Bran oyó las alas de otro que se posaba a su lado. Durante el día solo los acompañaba media docena de cuervos, que saltaban de árbol en árbol o viajaban en la cornamenta del alce. El resto de la bandada volaba delante o se quedaba rezagado en la retaguardia. Pero cuando el sol empezaba a ocultarse volvían: bajaban del cielo con alas negras como la noche, hasta cubrir cada rama de cada árbol en leguas a la redonda. Algunos volaban hasta el explorador y le hablaban al oído, y a Bran le parecía que este entendía sus graznidos.
«Son sus ojos y oídos. Exploran por él, y le hablan de los peligros que acechan por delante y los que hemos dejado atrás».

danza de dragones, bran i

 

Esta es una analogía de la verdevidencia. En superficie, la cornamenta o las ramas son como antenas que recogen y transmiten los mensajes, de la misma manera que bajo tierra los verdevidentes están conectados a las raíces de los arcianos a través de los cuales escuchan los susurros de los cantores y ven las visiones proféticas del futuro, peligros delante, y del pasado, peligros detrás.

Así, una misma figura puede cumplir el doble papel como posada13 y como percha14, que hemos encontrado en conjunción con los verdevidentes y su enmarañada relación simbiótica con árbol/cuervos/cantores; en la que las respectivas figuras asumen los papeles de anfitrión, invitado, mensajero, conducto, parásito, amo y sirviente, todo en uno. En un mundo donde arriba es abajo y viceversa, el tocado de astas, en lugar de representar un dosel de ramas sobre el suelo, se convierte en un sistema de raíces ramificadas bajo tierra. Cuervo de Sangre (alias Brynden) y Brandon, a quienes el autor ha dado deliberadamente nombres que significan cuervo, y que tienen extensas asociaciones con los cuervos15, se posan bajo tierra en sus ramas (tan seguramente como que están encaramados sobre ellas), canalizando las comunicaciones y participando con su paradójico poder de «vuelo» enraizado. Aunque son entidades distinguibles, pájaro y árbol, funcionan como extensiones bastante horripilantes la una de la otra, por lo que es difícil saber quién está en deuda con quién y en qué medida, respectivamente, en este acuerdo.

  1. his patched and piebald head
  2. clang-a-langing
  3. asociación sonora
  4. ¡Entró en la entrada tratando de atar suspirando muriendo ding-dong cuelga apresuradamente bailando ding-a-ling!
  5. fathoms: brazas, en el original
  6. piebald
  7. magpie
  8. patch-faced. Patchface: Caramanchada
  9. piebald pattern
  10. the boy they found was someone else, broken in body and mind, hardly capable of speech, much less of wit.
  11. piebald
  12. en la obra, se utiliza fool tanto para tonto como para bufón
  13. percher
  14. perch[ee]
  15. raven / crow