Volvemos con otra noche de ensayo de Canción de Hielo y Fuego. En esta ocasión, intentaremos dar respuesta a si ya han podido darse las condiciones para que sea forjada Dueña de Luz, la espada roja de los héroes. ¿Puede ser que haya ocurrido ante nuestros ojos sin que nos hayamos dado cuenta?


Las tres forjas de Dueña de Luz

— Wilma Deering —


 

No es una idea original pensar en los dragones que nacieron en el mar dothraki como la espada que, según dice la leyenda, empuñará Azor Ahai renacido para vencer a la oscuridad. De hecho, son candidatos habituales en la mayoría de las quinielas. La mayoría de las veces pensamos en la forja de la espada como algo que pasará a futuro. Algo, algún suceso, que produzca una transformación en el objeto, ser o personaje que haga que se revele como tal. Quizá, pueda ser, que Azor Ahai se manifieste o renazca; o quizá, que llegue la tan anunciada Larga Noche, la hora más oscura para nuestros personajes.

Lo que sí resulta novedoso, pues parece que hasta ahora no lo habíamos tenido en cuenta, es que todo eso haya pasado ya. Es más, que pasara ante nuestras narices durante Juego de Tronos, el primer libro de la saga, cuando todavía éramos unos dulces niños de verano

Pero empecemos por el principio de la historia, que no es —y aquí está parte de la trampa— el principio de la saga. Leemos por primera vez de la leyenda de Dueña de Luz, la espada roja de los héroes, de la mano de Davos Seaworth en Choque de Reyes. Este la escucha, a su vez, de labios de Salladhor Saan, ese viejo pirata que siempre parece saber algo más de la cuenta sobre asuntos mágicos:

¿Conocéis la leyenda de la forja de Portadora de Luz? Os la contaré. Hubo un tiempo en que la oscuridad cubría el mundo con un manto pesado. Para enfrentarse a ella, el héroe necesitaba una espada de héroe, sí, una hoja como no se había visto jamás. Así que durante treinta días y treinta noches, Azor Ahai trabajó en el templo sin descanso, forjando una espada en los fuegos sagrados. Calentaba, martilleaba, plegaba, calentaba, martilleaba, plegaba… y así hasta que tuvo la espada. Pero, cuando la metió en agua para templar el acero, saltó en pedazos.

»Como era un héroe y todo eso, no podía encogerse de hombros y marcharse a comer unas uvas tan deliciosas como éstas, de modo que empezó de nuevo. La segunda vez tardó cincuenta días y cincuenta noches, y la espada parecía aún mejor que la primera. Azor Ahai capturó un león para templar la hoja clavándola en el corazón rojo de la fiera, pero una vez más, el acero se quebró. Grande fue su pesar y mayor aún su pena, porque comprendió lo que debía hacer.

»Cien días y cien noches trabajó en la tercera espada, y brillaba al rojo blanco en los fuegos sagrados cuando llamó a su esposa. «Nissa Nissa —gritó, porque tal era su nombre—, desnuda tu pecho y recuerda que te amo por encima de todo lo que hay en este mundo.» Ella obedeció, no sabría deciros por qué, y Azor Ahai le clavó en el corazón palpitante la espada al rojo. Se dice que el grito de aflicción y éxtasis de Nissa Nissa abrió una grieta en la cara de la luna, pero su alma, su fuerza y su valor pasaron al acero. Tal es la historia de la forja de Portadora de Luz, la Espada Roja de los Héroes.

»¿Entendéis ya qué quiero decir? Dad gracias porque lo que Su Alteza sacó del fuego no fuera más que una espada quemada. Un exceso de luz daña los ojos, amigo mío, y el fuego quema.

choque de reyes, davos i

 

Quizás sea eso lo que nos ha deslumbrado a nosotros, lectores, un exceso de luz o, por mejor decir, de acontecimientos. Porque los tres pasos necesarios para templar a Dueña de Luz aparecen justamente rodeados de acontecimientos mucho más extraordinarios. Tanto, que pasan completamente desapercibidos por la forma casual en que se narran. Así, las tres forjas darían lugar, o quizás sería más correcto decir que darían forma, a los tres dragones de Daenerys.

Solo uno sin embargo es Dueña de Luz: Drogon, que siempre parece ir por delante de sus hermanos e incluso tener un instinto especial para la propia magia. Cuando esta Compañía empezó su andadura, se me ocurrió dar forma de ensayo a mi idea de que la Sombra Alada sea vista por los dothraki como el Semental que Monta el Mundo, como el verdadero hijo de Daenerys nacido, según cuentan las mujeres del khalasar de Drogo, con escamas de lagarto, un muñón de cola, y alitas de cuero. Así pues, quizás no sea del todo descabellado ir incluso más allá. Empecemos:

Primera forja: Agua

Cabalgaron hasta el lago que los dothrakis llamaban Vientre del Mundo, una superficie de aguas tranquilas, rodeada de altos juncos. Según Jhiqui, el primer hombre había salido de sus profundidades hacía mil años, a lomos del primer caballo.

La procesión aguardó en la orilla cubierta de hierbas, mientras Dany se despojaba de las ropas manchadas. Caminó desnuda hacia las aguas. Irri le había dicho que el lago no tenía fondo, pero ella sintió el lodo blando entre los dedos de los pies al avanzar entre los juncos altos. La luna que flotaba sobre las aguas se rompió y volvió a rehacerse con las ondas concéntricas. Se le puso la carne de gallina cuando el frío le subió por los muslos y le besó el sexo. Tenía sangre del semental seca en las manos y en torno a la boca. Dany cogió las aguas sagradas con las manos y se la derramó sobre la cabeza, para limpiarse ella y limpiar al niño que llevaba dentro, bajo la mirada atenta del khal y los demás. Oyó los murmullos de las ancianas del dosh khaleen, y se preguntó qué estarían diciendo.

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El Vientre del Mundo, por Zach Graves

El Vientre del Mundo, junto a la Madre de las Montañas y Vaes Dothrak, es un lugar sagrado para los dothraki. El baño pasa casi totalmente desapercibido porque ocurre entre dos sucesos mucho más impactantes. A saber: la ceremonia en que Daenerys consigue devorar el corazón humeante y crudo de un semental mientras el dosh khaleen profetiza que su hijo nonato será el Semental que Monta el Mundo y la muerte de Viserys, quien al entrar armado en Vaes Dothrak es coronado por Khal Drogo con una corona de oro fundido. Sin embargo, fijaos en la imagen de la luna reflejada en sus aguas:

La luna que flotaba sobre las aguas se rompió y volvió a rehacerse con las ondas concéntricas.

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Según la leyenda de Qarth, antes había dos lunas en el cielo pero una se rompió y de ella nacieron los dragones. También cuentan que la que queda seguirá la misma suerte y esto marcará el retorno de los dragones.

Segunda forja: El león

Drogo y sus jinetes de sangre iban a cabalgar en busca del hrakkar, el gran león blanco de las llanuras. Si regresaban triunfantes, su señor esposo estaría de excelente humor, y quizá entonces la escuchara.
—Durante la noche ha llegado una gran caravana, khaleesi. Cuatrocientos caballos que vienen de Pentos, pasando por Norvos y por Qohor, bajo el mando del capitán mercante Byan Votyris. Puede que Illyrio haya enviado alguna carta. ¿Queréis ir al Mercado Occidental?
—Sí —dijo Dany animada—. Me encantaría.

[…]

El Mercado Occidental era una gran plaza de tierra batida, rodeada de edificaciones de ladrillo de barro cocido, establos para animales y tabernas encaladas. En el suelo sobresalían prominencias, como los dorsos de grandes bestias subterráneas, fauces negras abiertas que llevaban a cavernas inmensas, muy frescas, que servían como almacenes. El centro de la plaza era un laberinto de tenderetes y pasadizos retorcidos, con un entoldado de hierba trenzada.

[…]

Una vez en la caverna subterránea que era su hogar en Vaes Dothrak, Dany ordenó que la dejaran a solas con Ser Jorah.
—Decidme —ordenó al tiempo que se acomodaba sobre los cojines—, ¿ha sido el Usurpador?
—Sí. —El caballero le mostró un pergamino doblado—. Una carta para Viserys, del magíster Illyrio. Robert Baratheon ofrece tierras y un título de lord por vuestra muerte o la de vuestro hermano.

[…]

¿Fue una locura nacida del miedo lo que la dominó en aquel momento? ¿O tal vez una extraña sabiduría, enterrada en su sangre? Dany no habría sabido decirlo.
Ser Jorah, encended el brasero —se oyó decir.
¿Khaleesi? —El caballero la miró, extrañado—. Hace mucho calor. ¿Estáis segura?
—Sí. —Dany jamás había estado tan segura de nada—. Siento… siento escalofríos. Encended el brasero.
—A vuestras órdenes —dijo el caballero con una reverencia.
Cuando el fuego estuvo encendido, Dany despachó a Ser Jorah. Para lo que iba a hacer necesitaba estar sola.
«Esto es una locura —se dijo al tiempo que cogía el huevo negro y escarlata—. Se romperá y arderá, y es tan hermoso… Ser Jorah pensará que soy tonta por estropearlo, pero… pero…».
Acunó el huevo entre las manos, lo llevó ante el brasero y lo puso sobre los carbones al rojo. Las escamas negras parecieron brillar al absorber el calor. Las llamas lamieron la piedra con diminutas lenguas rojas. Dany colocó los otros dos huevos junto al negro, sobre el fuego. Se alejó del brasero y contuvo la respiración.

[…]

Cuando Khal Drogo regresó, el brasero volvía a estar frío. Cohollo llevaba por las riendas un caballo cargado con el cuerpo de un gran león blanco. Las estrellas empezaban a brillar en el cielo. El khal bajó de su semental entre carcajadas y mostró a Dany los arañazos en la pierna, donde las garras del hrakkar habían traspasado el tejido de las polainas.
—Te haré una capa con su piel, luna de mi vida —juró.

juego de tronos, daenerys ix

 

Danerys y la piel del hrakkar, por nastjastark

De nuevo, la caza del león, la segunda forja, pasa desapercibida entre los sucesos del mercado: el atentado, con el intento de asesinato por parte de un agente de Varys, parece ocupar toda la acción. Pero está ahí. Drogo ha cazado el león y el león ha conseguido verter, aunque sea de forma mínima, su sangre. Es más, incluso la descripción de la plaza misma en que se celebra, la caverna en Vaes Dothrak, el que Daenerys decida poner los huevos en el brasero justo ese día… Todo parece indicar que la magia estaba actuando incluso cuando nadie creía todavía que existiera. Más tarde, Drogo mandaría hacer una capa con la piel del león blanco; una capa que Daenerys llevará a partir de entonces en varias ocasiones a lo largo de la saga.

Tercera forja: El corazón de lo más querido

Sentía el calor en su interior: era un ardor espantoso en el vientre. Su hijo era alto y orgulloso, con la piel cobriza de Drogo, el pelo como oro blanco de su madre, y los mismos ojos color violeta, pero almendrados. Sonrió, y tendió los brazos hacia ella, pero cuando abrió la boca sólo salió fuego. Vio que el corazón le ardía dentro del pecho, y al instante desapareció, convertido en cenizas, como una polilla que se hubiera acercado demasiado a una llama. Lloró por su hijo, por la promesa de una boca dulce sobre el pecho, pero las lágrimas se convirtieron en vapor en cuanto le tocaron la piel.

juego de tronos, daenerys x

 

Rhaego, por S_Kinnaly

Tras los hechizos de Mirri, todavía faltará la muerte definitiva de Drogo, la preparación de su pira funeraria con el sacrificio de la propia Mirri y la colocación de los huevos. Pero poco importa. Daenerys había pagado ya el precio para que de entre sus dragones se alzara Dueña de Luz. Ahora, solo quedaba despertarlos, devolver la vida a la piedra:

—Tengo que darte las gracias, Mirri Maz Duur —dijo—, por las lecciones que me has enseñado.
—No me oirás gritar —replicó la mujer, mientras el aceite le goteaba del pelo y le empapaba la ropa.
—Sí te oiré —dijo Dany—. Pero no me interesan tus gritos; sólo tu vida. Recuerdo qué me dijiste. Sólo la muerte puede pagar el precio de la vida.

Mirri Maz Duur abrió la boca, pero no dijo nada. Al alejarse, Dany vio que en los ojos negros de la maegi ya no había desprecio, sino algo muy parecido al miedo. Ya no quedaba nada que hacer, excepto presenciar la puesta del sol y esperar a que brillara la primera estrella.

Cuando muere un señor de los caballos, se mata también a su caballo para que cabalgue orgulloso hacia las tierras de la noche. Los cadáveres se queman bajo el cielo, y el khal se eleva en su corcel llameante para ocupar su lugar entre las estrellas. Cuanto más haya ardido el hombre en su vida, más brillante será su estrella en la oscuridad.

Jhogo fue el primero en verla.
—Allí —dijo en un susurro.
Dany alzó la vista y la vio, muy baja en el cielo del este. La primera estrella de la noche era un cometa, un cometa rojo. Rojo sangre, rojo fuego, con cola de dragón. Era la señal más poderosa que podía imaginar.

juego de tronos, daenerys x

 

Solo un último apunte más. Recordad que para prender la pira de Khal Drogo se esperaba a que brillara la primera estrella de la noche. En ese momento, apareció por primera vez a simple vista el cometa rojo (el maestre Luwin, sin embargo, ya lo había avistado con anterioridad, pero solo con la ayuda de cierto catalejo myriense). La primera estrella tras la puesta de sol que acostumbra a ser vista es el lucero del atardecer, el planeta Venus, y el planeta Venus es, también y por sus características, la estrella que antecede a la salida del sol, el lucero del alba o… Bien, ya sabéis la historia: Lucifer para los griegos, Lightbringer para los angloparlantes, Portador de Luz para nosotros y… Portadora o Dueña de Luz cuando hablamos de la saga.