Resultado de la votación del mejor arco argumental de Tormenta de Espadas
Otro jueves, volvemos con una nueva edición de El Campeón del Torneo, esta vez para cerrar definitivamente el tercer libro de la saga, Tormenta de Espadas. Como sabéis, la última vez os pedimos que votaseis cuál es su mejor arco argumental o, dicho de otra forma, qué personaje tiene una trama más interesante en el libro según vuestro criterio. Queremos agradeceros nuevamente vuestra colaboración y participación ya que sin ella, esta sección no tendría sentido.
A continuación analizaremos el arco ganador y, como es tradición ya, os recomendamos que revisiteis tanto el análisis que el leal Aerys II hizo en su día cuándo diseccionó todos sus capítulos cómo el resumen de los arcos argumentales de Tormenta de espadas.
Jaime Lannister, el muñeco que se rompió
“Nada es lo que parece” es probablemente uno de los tópicos más manidos de la literatura universal y de la cultura popular. Se trata de un axioma tan integrado en nuestra forma de pensar que siempre tendemos a dudar de la primera impresión que nos ofrece un personaje en la literatura, aunque esto no sucedió con Jaime Lannister, el Matarreyes.
Es innegable que las primeras dos novelas de Canción de Hielo y Fuego se cuentan desde la perspectiva de los Stark y se configuran las tramas para que los lectores sientan mayor empatía hacia los norteños, así que no debería extrañarnos que nuestra primera impresión sobre el mediano de los Lannister sea negativa, ya que, a fin de cuentas, sólo le conocemos por su reputación y por sus interacciones con los señores de Invernalia.
Ser Jaime Lannister se parecía más a los caballeros de las historias, y también pertenecía a la Guardia Real, pero Robb dijo que había matado al viejo rey loco y que ya no contaba.
juego de tronos, bran ii.
Jaime rompió su palabra y quebrantó un juramento y la sociedad ponienti no lo olvidará ni se lo perdonará jamás. En estas primeras novelas, el Guardia Real parece decidido a confirmar su mala fama: lanza a Bran por una ventana cuando descubre su relación incestuosa con la Reina dejándolo tullido para el resto de su vida; Eddard sufre una emboscada en los callejones de Desembarco del Rey por parte del Matarreyes; Robb se enfrentará a él en batalla y conseguirá derrotarle después que los soldados Lannister hayan arrasado las Tierras de los Ríos; y, finalmente, Catelyn, después de sospechar acertadamente que Jaime tuvo algo que ver en la caída de Bran, le liberará para que cumpla con una promesa: reparar el daño causado a los Stark devolviéndole a sus hijas.
Es cuanto menos curioso que hasta este momento en la historia Jaime se ha asociado a la falta de honorabilidad y que la primera vez que Martin decide darle voz, sea a raíz de que el Lannister compre su libertad con un juramento. Sus primeros POVs no parecen si no confirmar esta percepción, ya que, a pesar de lo débil que se encuentra después de haber sido prisionero en Aguasdulces, la arrogancia de Jaime Lannister se hace patente e incluso llega a expresar la ironía que supone su liberación.
Recordó el pinchazo del acero a través de los harapos cuando ella hizo girar la punta de la espada. «Me pregunto qué opinará el Septon Supremo sobre la inviolabilidad de los juramentos hechos cuando uno está totalmente borracho, encadenado a una pared y con una espada en el pecho.» No se trataba de que Jaime se preocupara de veras por aquel fraude flagrante ni por los dioses a los que decía adorar. Recordaba el balde que Lady Catelyn había pateado en su celda. Extraña mujer, que confiaba sus hijas a un hombre cuyo honor era pura mierda. Aunque, en realidad, no depositaba mucha confianza en él. «Pone todas sus esperanzas en Tyrion, no en mí.»
—Quizá no sea tan estúpida al fin y al cabo —dijo en voz alta.
tormenta de espadas. jaime i
Ahora bien, esta concepción poco a poco desaparecerá. A medida que avance su periplo por las Tierras de los Ríos veremos como Jaime cobrará profundidad y descenderemos a sus infiernos cuando la Compañía Audaz le corta la mano de la espada, su mejor baza, la razón de ser de cualquier caballero. Su consecuente depresión se ve asimismo agudizada por la constante presencia de Brienne— la «moza» le recuerda constantemente al ideal de caballería que aspiraba en su juventud y que se vio frustrado al convertirse en una pieza más en el choque de egos entre su padre y el Rey Loco. No sólo eso, la fe e idealismo en el código de honor de la joven conseguirán lo que parecía imposible: ser Jaime se despojará de su brillante armadura, se analizará a si mismo y se quitará su máscara de perpetua sonrisa para revelar cómo su acto más heroico y altruista fue lo que le granjeó el apodo de Matarreyes y le hizo ganar el desprecio de todo el continente.
¿Cómo ponderamos los juramentos? ¿Es más justo dejar morir a inocentes para servir al juramento que le has prestado a un Rey? Ni tan siquiera Brienne, una creyente ciega en la caballería, parece tener una respuesta. Este dilema nos muestra como las rígidas normas morales que rigen Poniente encierran un montón de contradicciones que demuestran hasta qué punto la hipocresía reina en la sociedad ponienti, exigiendo el cumplimiento de votos, aunque sean incompatibles entre si, y el escarnio público hacia aquellos que los rompan.
El viaje que el lector ha emprendido con Jaime hacia sus más profundos temores encuentra su momento catártico en un sueño febril que hará que vuelva a Harrenhal para rescatar a Brienne. Su salto al foso para enfrentarse al oso supondrá el primer acto heroico que presenciaremos del Guardia Real de primera mano y marcará el inicio de su viaje de redención hacia ese ideal de caballería que siempre quiso ser.
Este nuevo destino, chocará con la realidad a su llegada a Desembarco del Rey trastocando la relación con su propia familia— su nuevo objetivo de encauzar su destino de caballero le alejará cada vez más de su hermana y el juicio amañado contra su hermano Tyrion hará que deje de obedecer las órdenes de su padre, rompiendo, una vez más, un juramento para respetar otro.
El «matar al padre» se reflejará en dos actos. Por un lado, entregará Guardajuramentos a la doncella de Tarth para que siga con la misión que su puesto en la Guardia Real le impide cumplir, salvando así, no solo a las niñas Stark, si no su honor en el proceso.
Por otro lado, la liberación de Tyrion de las celdas negras supondrá un nuevo paso hacia adelante en el afán de justiciero. Al mismo tiempo que salva a su hermano de una ejecución segura, Jaime le confesará otro de los secretos imperdonables que callaba: Tysha no era una prostituta. Esta revelación dinamitará definitivamente el seno de la familia Lannister—Tyrion le confesará el asesinato de Joffrey, le abrirá los ojos ante las infidelidades de su hermana y matará a su padre de un ballestazo— dejando a un Jaime totalmente aislado en la capital para que prosiga con su redención en libros futuros.
Al terminar de leer Tormenta de Espadas el lector comprueba que, sin esperarlo, Jaime se ha ganado un puesto en su corazón y, aunque no se convierta en el favorito de todos, sí que se gana su respeto (y a juzgar por el 49% de los votos recibidos en la encuesta, su aprecio). El juego cambió con el arco de Jaime porque nos enseñó a ver la misma historia desde otra perspectiva, que los personajes en esta saga no son ni blancos ni negros sino que existen multitud de matices de gris y que nada debía darse por sentado.
El mediano de los Lannister se erige al final del libro como un prototipo de anti-héroe que busca la redención y cómo alguien que parece encarnar el ideal de superhombre de Nietzsche al situarse por encima del bien y del mal, aceptando su condición de Matarreyes, para superar la norma y la moral social que considera absurda e imposible de respetar. El lector comprende que, en ocasiones, lo más justo y lo más heroico puede ser quebrantar un juramento.
Ya votasteis pero ahora queremos saber vuestra opinión leales, ¿qué hace de Jaime Lannister, el mejor arco de Tormenta de Espadas?
Recordaros que aquí concluyen nuestros análisis de Tormenta de Espadas. El Campeón del Torneo se tomará ahora un descanso para que podamos comentar Fuego y Sangre con detenimiento y profundidad pero a la vuelta, empezaremos con los arcos de Festín de Cuervos.
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