Hoy traemos una nueva edición de El Rincón del Cronista, en donde, como ya sabéis, alternamos entre personajes, sucesos, lugares e instituciones del mundo creado por George R. R. Martin con la idea de presentar un espacio de discusión y debate en el que la acción está en los comentarios. En esta ocasión vengo a hablaros de una organización que, aunque fundada hace siglos, cobra ahora la relevancia que nunca pudo tener, por lo que se merecen un vistazo, asi como de la Casa por la que se creó: se trata de la Compañía Dorada.
La Compañía Dorada es considerada la mejor compañía de mercenarios que pueda encontrarse en Essos. Mientras que otras compañías son famosas por su deslealtad o su salvajismo (como los Segundos Hijos o la Compañía Audaz, respectivamente), la Compañía Dorada ha demostrado su fidelidad, pues en toda su historia nunca han roto un contrato (aun cuando tuvieran la derrota asegurada), asi como la disciplina de su ejército en numerosas ocasiones. Es por ello que su lema, «bajo el oro, el acero amargo», en homenaje a su fundador, es conocido y temido tanto en Essos como en Poniente.
Aunque la Compañía se haya fundado en Essos, su objetivo no es enriquecerse interviniendo en las guerras de las Ciudades Libres (que también), sino conseguir establecerse en Poniente. Pero para poder comprender el porqué, debemos remontarnos a sus orígenes.
EL NACIMIENTO DE LA COMPAÑÍA
En el año 196 D.C., Daemon Fuegoscuro, hijo bastardo del rey Aegon IV el Indigno y legitimado por él en su lecho de muerte junto al resto de Grandes Bastardos, se rebeló contra su hermanastro Daeron II el bueno, legítimo heredero de su padre. La reclamación de Daemon fue apoyada por la nobleza más conservadora y reaccionaria, contraria a las innovaciones que Daeron pretendía introducir en el reino y en su forma de gobernarlo, más centrado en el apoyo a la cultura y a la integración de Dorne en el reino que en el tradicional belicismo que caracterizó el reinado de Aegon IV.
La Primera Rebelión Fuegoscuro terminó siendo un fracaso. Sin embargo, Aegor Ríos (otro bastardo de Aegon IV legitimado, y apodado Aceroamargo) consiguió exiliarse junto con el resto de la Casa Fuegoscuro y sus partidarios a Tyrosh (que les valdría como base para sus futuras operaciones). El rey Daeron despojó de tierras, castillos y rehenes a todos esos señores que lucharon por la Casa Fuegoscuro como castigo. Al paso del tiempo, los señores exiliados comenzaron a alistarse en distintas compañías mercenarias, y el apoyo a la causa de los Fuegoscuro comenzó a disgregarse. Como solución, en el año 212 Aceroamargo fundó la Compañía Dorada, una nueva compañía mercenaria compuesta por los exiliados ponientis que aun apoyaban a la dinastía rebelde y soñaban con retornar a su hogar.
Pronto la Compañía ganó fama en Essos, después de que la ciudad de Qohor, imprudentemente, se negase a cumplir un contrato que antes habían firmado con ellos. Como respuesta, los mercenarios saquearon la ciudad, (que, recordemos, es una de las más ricas y poderosas de Essos). Desde el principio, la Compañía se vinculó con la Casa Fuegoscuro y su reclamación al Trono de Hierro, con el fín de que un rey Fuegoscuro devolviera a los exiliados los asentamientos que el rey Daeron les arrebató. A lo largo del tiempo, cada vez que un nuevo pretendiente desembarcaba en Poniente, acompañado de los 10.000 hombres de la Compañía Dorada apoyándole.
LAS SIGUIENTES REBELIONES FUEGOSCURO
Aunque hay una notable excepción: cuando Daemon II, hijo del primer Daemon, vino a Poniente bajo la identidad de Ser John el Violinista, apoyado por Lord Gormon Peake, Aegor no consideró cruzar el Mar Angosto y alzar sus estandartes en su apoyo. El motivo se desconoce: la tesis mayoritaria dice que el plan que tenían Daemon y Peake no convenció a Aceroamargo para apoyarlo (dado la ambición y las ansias de venganza les cegaban); otros en cambio opinan que las personalidades de Daemon y las de Aegor chocaban: uno amaba la música, la cultura y «las cosas finas», y otro vivía y pensaba como un soldado, y no pensaba hacer la guerra para sentar en el trono a un rey con quien no tenía nada en común. Incluso hay quien afirma que la razón por la que Ríos se abstuvo de apoyarle por la relación tan cercana que mantenían Daemon y Lord Alyn Cockshaw.
De lo que no hay duda es de que la segunda Rebelión Fuegoscuro fue un absoluto desastre gracias a la intervención de la Mano del rey Aerys I: Lord Brynden Ríos, conocido como Cuervo de Sangre. Lord Brynden era otro hijo bastardo del rey Aegon IV y por tanto hermanastro de Aceroamargo, aunque ambos sentían hacia el otro un profundo odio que les convirtió en enemigos de por vida. la debilidad de Aerys y el recelo hacia Lord Brynden, así como el descontento por la Gran Epidemia Primaveral (en la que murieron muchos de los rehenes de los antiguos traidores) una larga sequía y a los espías de la Mano creó un clima de descontento ideal para intentar una nueva rebelión
Por suerte, Lord Brynden había introducido espías en el torneo de Murosblancos en el que Ser John reveló su identidad y se proclamó rey. Ese mismo día la Mano apareció con un ejército con el que evitó que la rebelión prosperase. Daemon fue apresado, y fue retenido como prisionero en la Fortaleza Roja, para evitar que Aceroamargo proclamase a su hermano como un nuevo pretendiente al trono mientras Daemon siguiera con vida.
Daemon murió en el año 219 D.C., y ese mismo año la Compañía Dorada llegó a Poniente con la intención de colocar al tercer hijo de Daemon, Haegon Fuegoscuro, en el trono. Los Targaryen plantaron batalla, Haegon cayó asesinado, e incluso Aegor Ríos fue capturado con vida y hecho prisionero. Lord Brynden y otros clamaron por ajusticiarle, pero Aerys se mostró benevolente y le permitió vestir el negro. Sin embargo, mientras era transportado al Muro, los partidarios de los Fuegoscuro interceptaron el barco y le liberaron. Aegor regresó a Tyrosh y coronó al hijo de Haegon, Daemon III, como nuevo rey.
Casi dos décadas después de la última rebelión, en el año 236, Daemon intentó tomar el reino, pero los ejércitos realistas le derrotaron estrepitosamente, y el mismo Lord Comandante de la Guardia Real, Ser Duncan el Alto, mató a Daemon en combate singular.
La Compañía se retiró de nuevo a Tyrosh, donde fueron enviados a enfrentarse a la vecina ciudad de Myr. Aceroamargo murió en una simple escaramuza a la edad de sesenta y nueve años. Se dice que murió como vivió: con una espada en la mano y una maldición en los labios. Curiosamente, antes de morir, Ser Aegor Ríos ordenó que a su muerte, la carne de su cráneo fuera hervida, y que luego éste fuera remachado en oro y colgado en un estandarte cuando la compañía cruzara el Mar Angosto para conquistar Poniente. Cada uno de sus sucesores ha seguido su ejemplo, por lo que a la muerte de los comandantes, sus cráneos dorados son puestos en el estandarte de la Compañía Dorada.
Tras la muerte de su comandante, la Compañía Dorada pasó a ser liderada por Daemon, miembro de una rama distante de la Casa Fuegoscuro. Posteriormente, Maelys, su primo, le asesinó en un combate singular en el que manifestó su naturaleza salvaje, separando su cabeza de su cuerpo con sus propias manos. Maelys, el último representante de la estirpe del Dragón Negro, se hizo cargo de la Compañía y se alió con la Banda de los Nueve, un grupo de mercenarios, piratas y comerciantes que se unió para apoderarse de reinos en su nombre. En el año 262, la Compañía Dorada y las fuerzas de la Banda conquistaron Tyrosh e invadieron los peldaños de Piedra, con el objetivo de conquistar los Siete Reinos.
Los Siete Reinos respondieron enviando sus ejércitos, dando comienzo a la última guerra contra los Fuegoscuro, que se conoce como «la guerra de los reyes Nuevepeniques«. La guerra se alargó durante un año hasta que Ser Barristan Selmy se enfrentó con el mismo Maelys y consiguió matarle. Así terminó la Casa Fuegoscuro. O no...
LA COMPAÑÍA DORADA ACTUAL:
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
Con la extinción de los Fuegoscuro, la Compañía Dorada limitó su actuación a batallar por aquel que los contratase, ganando la fama de ser la mejor compañía mercenaria de todo Essos; pero no por ello olvidaron su objetivo de volver a Poniente y recuperar las antiguas fortalezas de sus antepasados. Mientras tanto, en Poniente sucedió un hecho transcendental: en el año 282, las Casas Baratheon, Stark, Arryn y Tully se rebelaron contra los Targaryen y consiguieron derrocarlos, siendo coronado Robert Baratheon como el nuevo rey.
Irónicamente, los Targaryen supervivientes, Viserys y Daenerys, hijos del rey Aerys II, se exiliaron a las Ciudades Libres, al igual que hicieron antaño los Fuegoscuro. Quizá fuera por los años de batallar contra ellos, pero la Compañía Dorada no pareció interesada en apoyarles para recuperar el trono, aún cuando se trataba de la misma situación en la que fue fundada: una dinastía y un ejército exiliados.
En cierta ocasión, su hermano Viserys había celebrado un banquete con los capitanes de la Compañía Dorada, con la esperanza de que apoyaran su causa. Se comieron su comida, escucharon sus súplicas y se rieron de él. Por aquel entonces, Dany no era más que una niñita, pero aun así lo recordaba.
danza de dragones, daenerys III
Sin embargo, más de una década después hasta que decidieron volver su vista al otro lado del Mar Angosto. Por primera vez en su historia, rompieron su contrato con la ciudad de Myr y avanzaron a Volantis con la intención de unirse a Daenerys Targaryen, pensando que decidiría abandonar Meereen y dirigirse al fin a Poniente para restaurar a los Targaryen en el trono. Sin embargo, el plan no salió como se esperaba:
—Pronto tendréis trabajo para vuestras espadas.
—¿De veras? —intervino Lysono Maar—. Supongo que ya sabéis que la joven Targaryen todavía no se ha puesto en marcha hacia el oeste.
—Eso se rumoreaba en Selhorys.
—No es un rumor: es la verdad, aunque nadie entiende el motivo. Saquear Meereen, sí, claro, ¿por qué no? Es lo que habría hecho yo en su lugar. Las ciudades esclavas rezuman oro y para una conquista hacen falta monedas. Pero
¿por qué quedarse allí? ¿Miedo? ¿Locura? ¿Desidia?
—El porqué no importa. —Harry Strickland desenrolló unas calzas de rayas.
—Ella está en Meereen y nosotros aquí, donde cada día molestamos más a los volantinos. Vinimos a aclamar a un rey y a una reina que nos llevarían a casa, a Poniente, pero parece que la Targaryen prefiere plantar olivos a reclamar el trono de su padre.
danza de dragones, el caballero perdido
Sin embargo, pronto encuentran a un nuevo pretendiente que pudiera devolverles su hogar:
—Siento decirlo, pero el magíster Illyrio y sus amigos han cometido un error al cifrar las esperanzas en esa niña reina.
«No —pensó Grif—, cometieron un error al depositar esperanzas en vosotros».
—En tal caso, cifradlas en mí —dijo el príncipe Aegon—. Daenerys es la hermana del príncipe Rhaegar, pero yo soy su hijo. Soy el único dragón que necesitáis.
danza de dragones, el caballero perdido
Así es como la Compañía decidió volver a intentar la reconquista de Poniente (a la sexta va la vencida) para conseguir que el hijo superviviente del príncipe Rhaegar y legítimo heredero del trono, Aegon Targaryen (el sexto de su nombre) recupere la corona de su abuelo. Varys, el eunuco que servía a Aerys como Consejero de los Rumores, consiguió sacar al niño antes de que la ciudad fuera saqueada por las tropas de Tywin Lannister, y durante los siguientes dieciséis años fue criado por el antiguo Lord y Mano del rey Aerys, Jon Connington, amigo íntimo de Rhaegar, que fue exiliado a Essos por el rey Aerys tras fallar al reprimir la Rebelión de Robert. Connington y el príncipe se hicieron pasar por padre e hijo hasta que revelaron su identidad ante la Compañía Dorada.
Por aquel entonces, el liderazgo de la Compañía Mercenaria recayó en el Capitán General, Harry Strickland. Pese a que Harry se ha criado como guerrero entre la Compañía y pertenece a una familia de soldados, Strickland vive aquejado por molestias de sus ampollas. No destaca ni por su inteligencia ni por su valor en combate, y a menudo pone objeciones a la hora de luchar contra los enemigos de la compañía. Todos estos defectos le han valido que Jon Connington le considere un cobarde y alguien indigno de dirigir un ejército.
Se volvió hacia Harry Strickland. No tenía el menor aspecto de guerrero. Corpulento, cabezón, con afables ojos grises y un cabello ralo que se peinaba hacia un lado para disimular la calva, estaba sentado en una silla plegable con los pies a remojo en un balde de agua salada.
—Perdonad que no me levante —dijo a modo de saludo—. La marcha ha sido agotadora, y enseguida me salen ampollas en los pies. Es una maldición.
«Es una señal de debilidad. Hablas como una vieja».
danza de dragones, el caballero perdido
—Pues no lo veo nada claro —replicó Strickland—. El dorniense tiene miedo hasta de su sombra. No es lo que se dice un tipo osado.
«Más o menos como tú» .
[…]
—Si Peake y Ríos consiguen sus objetivos, tendremos controlado casi todo el cabo de la Ira —replicó Strickland—. Cuatro castillos en cuatro días es un muy buen comienzo, pero todavía faltan la mitad de los hombres. Tenemos que
esperarlos. También nos faltan caballos, y no tenemos elefantes. En mi opinión, debemos aguardar, hacer acopio de fuerzas, ganarnos a algún que otro señor menor, dar tiempo a que Lysono Maar envíe espías para averiguar lo que pueda sobre nuestros enemigos…
Connington lanzó una mirada gélida al regordete capitán general.
« Este hombre no es Corazón Negro; no es Aceroamargo; no es Maelys. Esperará a que los siete infiernos se congelen antes que arriesgarse a que le salga otra ampolla».
danza de dragones, el grifo revivido
Nadie conoce el futuro, pero hay indicios que permiten pensar en quién sucederá a Strickland en el mando del ejército:
Jon Connington podría haber sido uno de esos sucesores si su exilio hubiera transcurrido de forma distinta. Había estado en la compañía cinco años y había ascendido hasta ocupar el honorable cargo de mano derecha de Toyne. Si
hubiera seguido allí, habría sido probable que, tras la muerte de Myles, los hombres se hubieran vuelto hacia él y no hacia Harry Strickland.
[…]
«Fantasmas y mentirosos —pensó Grif al examinar sus rostros—. Restos de guerras olvidadas, de causas perdidas, de rebeliones fallidas; una hermandad de caídos y fracasados, los deshonrados, los desheredados. Este es MI ejército. Esta es nuestra esperanza» .
danza de dragones, el grifo revivido
De lo que no hay duda es de que la invasión de Poniente es muy prometedora, y no podrían tener mejor momento para intentar hacerse con el trono, pues el reino se encuentra en la mayor crisis de toda su historia, sumido en la ruina y el poder de la corona descomponiéndose a pasos agigantados; lo que justifica que pronto sean una gran preocupación para el Consejo Privado:
—Llamadlos como queráis —bufó Randyll Tarly—, pero no son más que oportunistas.
—Puede —accedió ser Kevan—, pero cuanto más tiempo dejemos campar a sus anchas a esos oportunistas, más fuertes se harán. Hemos preparado un mapa de incursiones. Gran maestre, por favor.
El mapa era muy hermoso, trazado por un auténtico maestro sobre la más fina vitela, y tan grande que cubría la mesa entera.
—Aquí —señaló Pycelle con la mano llena de manchas. Al subírsele la manga de la túnica quedó a la vista la piel flácida del antebrazo—. Aquí y aquí. A lo largo de la costa y en las islas. En Tarth, en los Peldaños de Piedra, incluso en Estermont. Ahora nos llegan informes de que Connington avanza hacia Bastión de Tormentas.
danza de dragones, epílogo
Así es: Jon Connington decide dirigir la Compañía hacia Bastión de Tormentas, la fortaleza ancestral de la Casa Baratheon, que se ha ganado su fama de inexpugnable, y así poder demostrar a todo el reino la fuerza de la Compañía y animar a posibles advenedizos a unirse a la causa. Connington planea tomarla «con astucia», y desconocemos el futuro de esta empresa…
La desconocemos hasta que en Vientos de Invierno el príncipe Doran Martell envía a su hija Arianne a las Tierras de Tormenta para parlamentar con el nuevo pretendiente al trono (y para determinar si se trata del auténtico hijo del príncipe Rhaegar y de Elia de Dorne, hermana de Doran). Al llegar al Nido del Grifo (el asentamiento de la Casa Morrigen, recientemente tomado por la Compañía) es informada de que Connington ha conseguido conquistar Bastión de Tormentas, aunque la batalla ha sido sangrienta. También informa de que un ejército se aproxima al mando de Mace Tyrell, pero Connington no tiene ninguna intención de dejarse asediar, por lo que es previsible que se enfrente a Lord Tyrell en campo abierto.
Aunque quién sabe que ocurrirá entre las fuerzas de Lord Tyrell…
Laswell Peake golpeó la mesa con los nudillos.
—Ha pasado un siglo, pero algunos aún tenemos amigos en el Dominio. A lo mejor, el poder de Altojardín no es tanto como imagina Mace Tyrell.
danza de dragones, el caballero perdido.
Ahora es vuestro turno: ¿Qué opináis de la conexión de la Compañía Dorada con los Fuegoscuro? ¿Creéis que la Compañía tendría más futuro si se limitase a guerrear en Essos? ¿O debería continuar apoyando a los rebeldes para conseguir el Trono de Hierro? ¿Pensáis que esta vez tendrán éxito con Aegon VI? ¿Por qué diríais que decidieron no apoyar a Viserys pero sí a Aegon? ¿Cómo evolucionará la relación entre Jon Connington y Harry Strickland? ¿Quiénes son esos «amigos en el Dominio»? Y, sobre todo, ¿qué opináis del exilio como castigo a los traidores al rey?
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