Análisis de la séptima temporada de Juego de Tronos.

Ya en las postrimerías del verano, los leales aún continuamos por nuestra particular travesía por los mares de Game of Thrones, la serie que durante tanto tiempo nos ha acompañado. Aunque ya haya finalizado su emisión, creemos que resulta particularmente interesante echar la vista atrás y valorar la serie de HBO desde sus inicios y en su conjunto. Por este motivo, el Titán lanzó un llamamiento hace unos meses para reclutar a nuevos Escribas Leales, que se ofrecieron voluntarios para tan ardua tarea (especialmente aquellos que les toque analizar según qué temporadas… nuestros pensamientos están con vosotros) y que, de forma periódica, analizarán una temporada de la serie. Sigue el calendario de publicaciones en esta entrada.

Esta semana os presentamos a un nuevo leal. Tras responder la llamada del Titán y visitar Braavos, @Aitor Fuegoscuro no solo se quedó en la mejor de las compañías sino que decidió enrolarse en la hasta ahora última misión del Escriba Leal. Toma por tanto la pluma con nosotros por primera vez y lo hace por la puerta grande: narrándonos los sucesos de la séptima temporada, la antesala del final. Las Piezas de Hielo y Fuego del gran tablero seguían cayendo pero esta vez nada volvería a ser igual. Pues todos sabíamos que de entre aquellas que siguieran en pie al acabar se alzaría el definitivo ganador del Juego de Tronos.


Juego de Tronos: Temporada 7

— Aitor Fuegoscuro —


No había empezado la séptima temporada y ya teníamos malas noticias. Supimos que, tras finalizar la sexta temporada, a la serie le quedaban dos temporadas y tan sólo trece capítulos.

Con esto, la serie dio un giro brusco en cuanto a cierre de tramas y los ya vislumbrados en temporadas anteriores, demostrando una falta de entrega en el guion, que ya venía haciendo aguas desde que la serie dejó de «guiarse» por los libros. Y además tuvimos que esperar un poco más de lo habitual, pues tras el capítulo 6×10: «Vientos de invierno», la séptima temporada de Juego de Tronos no llegaría hasta bien entrado el verano de 2017. La temporada ha sido amada y odiada a la vez, pero eso, con esta serie en general, suele pasar.

Es la temporada que definirá el tablero para la última, llena de alianzas, traiciones, batallas, reuniones, reencuentros y una dosis de amor que ha dividido al fandom haciendo llorar de alegría a unos y fruncir el ceño a otros…

Veamos que sucedió en la Séptima Temporada de Juego de Tronos:

Poniente, punto de encuentro

Pastel Caliente estaría orgulloso de mí.

Comenzamos con un banquete en Los Gemelos a cuenta de Arya Stark, enseñándonos sus habilidades adquiridas en Braavos. Se transforma en Walder Frey, reúne a los Frey y destruye toda una casa de una sentada, un movimiento maestro por parte de la Stark, que hace que entremos en calor rápidamente. Siguiendo sus pasos hacia el sur para tachar a Cersei de su lista, se topa con un concierto de Ed Sheeran & The Soldiers. En este encuentro observa que, debajo de las capas de las Casas, existen personas con preocupaciones internas más allá de las guerras de los grandes señores. Más tarde, tendremos un reencuentro de esos que tanto nos gustan, pues aparece en escena Pastel Caliente, que no ha dejado de cocinar en todas las temporadas que llevamos sin verlo. Tras intercambiar recetas, Arya se entera de que Sans…, quiero decir, Jon ha reconquistado el Norte, y decide volver a casa.

A todo esto, ¿qué estará sucediendo en Invernalia?

Jon convoca una asamblea —vaya novedad— y se dispone a reforzar el Norte para la guerra contra los muertos repartiendo indultos, con discrepancias claras de Sansa, y advirtiendo que no solo los hombres deben participar. Una vez realizadas las tareas de Rey se reúne con Sansa, donde se atisba un poco de envidia hacia Jon, pues desearía su puesto, aunque jamás lo traicionará, ¿verdad? Un cuervo de Desembarco irrumpe con un mensaje de la reina Cersei Lannister exigiendo la lealtad del Norte a la Corona.

Mientras tanto, en la Ciudadela Sam descubrirá que convertirse en Maestre es más duro de lo que creía, pues se dedica a limpiar y ordenar y no recibe ni encuentra respuesta a sus dudas sobre los Caminantes Blancos, hasta que lee en un antiguo libro que en la isla de Rocadragón se encuentra una mina de vidriagón, material necesario para destruirlos, y debe hacérselo saber a Jon enseguida. Tras esto, y continuando con sus tareas de ayudante, descubre que allí se encuentra Jorah Mormont, hijo de Jeor Mormont, su antiguo Lord Comandante, enfermo de psoriagrís y desahuciado médicamente. Sam no está dispuesto a dejarlo morir mientras haya una posibilidad de salvarlo. Saltándose todas las normas decide ayudarlo, y lo consigue, frente a otros que perecieron en el intento. Jorah Mormont le confiesa marcharse en busca de Daenerys Targaryen, ¿acaso alguien lo dudaba? Y la recompensa de Sam, aparte del orgullo personal, no es otra que transcribir textos que se están pudriendo debido a su edad.

Dejemos a Sam transcribiendo y viajemos a Rocadragón, pues allí se produce la gran entrada de Daenerys Targaryen. La Madre de Dragones por fin se encuentra frente a las costas del lugar donde nació, con su poderoso ejército y sus tres poderosos hijos. Esta escena está cargada de simbolismo y nos llega de la mano de una de las obras musicales de Ramin Djawadi, experto en cargar de dramatismo las escenas de la serie. Con sólo el sonido de las olas y el rugir de los dragones nos muestran a Daenerys entrando a su fortaleza, arrojando el estandarte de la casa Baratheon y dirigiéndose directamente a la sala de la Mesa de Poniente junto a su leal mano, Tyrion Lannister, y pasando con suavidad los dedos por los que un día serán sus reinos, dice con determinación y serenidad: «¿Comenzamos?».

Nuevas alianzas

Y todo comienza con una noche tormentosa, en la que Daenerys agradece a Varys el apoyo de Dorne y Altojardín a su causa, pero conoce la vida del eunuco y sabe lo que hace cuando considera a un rey indigno, por lo tanto, tras un gran discurso-resumen de la vida de Varys, Daenerys acepta sus servicios y le advierte que ante una futura traición, «Dracarys», básicamente. Tendremos la inesperada visita de Melisandre, que advierte a Daenerys sobre la Larga Noche, y cree que ella tiene un papel que jugar, al igual que el Rey en el Norte. Por petición de Melisandre y la mediación de Tyrion, Daenerys convoca a Jon Nieve a hincar la rodilla.

Más tarde, sus aliados empiezan a planear la conquista de Desembarco del Rey. Tyrion ha elaborado un «plan maestro» que desbanca el argumento de Cersei del uso de ejércitos extranjeros, pues quiere asediar la capital con los ejércitos del Dominio y de Dorne, mientras los Inmaculados van al corazón del poder de Poniente y asentamiento de la Casa Lannister, Roca Casterly. Todo parece encajar y es aprobado por todos. Después de esto, vemos a Daenerys hablar con Lady Olenna, pues ésta se ha mostrado reticente y ha sido especialmente crítica en la reunión. Pobre Dany, no conoce tan bien como nosotros a la Reina de las Espinas. Al final le acaba dando a la Madre de Dragones un consejo: «Ignorad a los hombres listos como vuestra mano, son ovejas y vos sois un dragón». Personalmente me encantó este momento, dos de mis personajes favoritos teniendo una pequeña charla y Daenerys sonriendo frente al consejo de Olenna. Pronto veremos si finalmente lo lleva a cabo.

En Desembarco, Cersei y Jaime Lannister se centran en el gobierno del reino. Saben que Daenerys Targaryen se dirige a Poniente con ayuda de Tyrion Lannister como su mano; en el Norte Jon Nieve se ha proclamado Rey; Dorne es controlado por Ellaria Arena y las furiosas y letales Serpientes de Arena; y en Altojardín, Olenna Tyrell se ve destrozada por la pérdida de todos los miembros de su familia y reniega de la culpable, Cersei. Rodeados de enemigos, están dispuestos a destruirlos a todos a sabiendas de que no cuentan con nadie tras lo ocurrido con los Frey. Cersei se reúne con Euron Greyjoy para cerrar una alianza temible: Euron quiere casarse con Cersei y ofrece sus barcos en el acuerdo. Cersei rechaza el trato, pero Euron se propone conquistarla con regalos.

Ella, por su parte, ha convocado a los señores de Poniente en su búsqueda de aliados para la guerra, apelando a que Daenerys es una famosa sanguinaria en la Bahía de los Esclavos, perdón, Bahía de los Dragones, y que ha traído al país ejércitos extranjeros y salvajes Dothrakis, además de tres grandes dragones que no harán otra cosa que arrasar Poniente reduciéndolo a cenizas. Qué equivocada estás, Cersei, al menos de momento. Tras la reunión, Jaime intercepta a Randyll Tarly, aguerrido guerrero de antaño y vasallo de la casa Tyrell, lo seduce apelando a la ceguera por venganza de Olenna Tyrell y prometiéndole que, tras acabar la guerra, se necesitará un nuevo Guardián del Sur. Muy agudo por tu parte, Jaime; me pregunto si se le ocurrió a él solo. En esta escena podemos observar que Randyll Tarly acude a la llamada de Cersei por miedo, pues ha escuchado lo que le ocurre a quienes osan enfrentarse a la digna hija de Tywin Lannister. Qyburn ha estado estudiando la forma de acabar con los dragones de Daenerys y, tras oír lo que le ocurrió a Drogon en los reñideros, manda construir una ballesta gigante que la reina Cersei no duda en probar contra la calavera de lo que un día fue Balerion el Terror Negro.

En Invernalia, Jon convoca otra asamblea —estos norteños trabajan más que los Diputados en el Congreso—. En ésta explica que ha recibido una carta de Samwell Tarly, quien ha descubierto que en Rocadragón se encuentra una mina de vidriagón, necesario para construir armas que puedan hacer frente al ejercito de los muertos, además de la invitación a Rocadragón de Tyrion Lannister para reunirse con la reina Daenerys Targaryen. Los norteños tienen malas experiencias con los Targaryen y con los Lannister y recelan de que acuda a la reunión. Argumentan que le hicieron Rey en el Norte y que lo necesitan en Invernalia. Sansa tampoco le es de gran ayuda, pues le recuerda lo que les sucedió a los hombres de su casa cuando abandonan su hogar. Pero Jon insiste en que necesitan nuevos aliados y Daenerys cuenta, si la carta es verídica, con tres dragones que vendrían muy bien en la guerra y en que su finalidad como Rey es proteger el Norte y para eso, necesitan aliados potenciales como ella. Deja el Norte en manos de Sansa y emprende el viaje hacia Rocadragón junto a Ser Davos Seaworth, no sin antes hacer una visita a las Criptas y una «pequeña» advertencia a Meñique al más puro estilo Ned Stark. Me encantó el plano en el que se ve la estatua de Ned de fondo mientras Lord Baelish está a 20 centímetros del suelo.

El mandato de Sansa no se hace esperar, demuestra ser una gran gobernante dando órdenes de abastecer Invernalia para recibir al gran ejército de los vivos y preocupándose porque las armaduras se forren de cuero para cuando haga más frío. Meñique, al que tiene todo el día en la chepa, le advierte y aconseja que no baje la guardia, si los vivos ganan a los muertos, que no piense en el Norte o en el Sur, que libre cada batalla en su mente en todos los momentos y en todos los lugares. Sansa se queda sorprendida, pues poco a poco va aprendiendo más y más de Lord Baelish y, a veces, parece que empieza a ver por dónde pretenden ir sus intenciones.

Camino hacia allí se encuentra Arya, que en un alto en el camino sufre un ataque de una manada de lobos liderada por Nymeria. Al fin sabemos algo de ella, pues su trama en los libros ha sido obviada totalmente en la serie. La pequeña Stark no puede creerlo y le explica a la que un día fue su loba que vuelve a casa y le pide que vaya con ella, pero Nymeria da media vuelta y la manada se dispersa. «No eres tú» es la frase que usa al comprender que, al igual que ella, cuando su padre le dijo que sería toda una dama al frente de una gran casa, no quiso serlo y escogió ser otra cosa. Nymeria ahora tiene una nueva familia y no quiere ser una «mascota». Ambas han tomado caminos distintos, pero son los que han escogido. Entiendo que muchos de verdad creyeran que no era Nymeria ya que parece algo confuso, pero pensad, ¿cuántos lobos huargo conocéis que vivan en las Tierras de los Ríos? El reencuentro le sirve al personaje en el «abandono» del pasado otro punto de inflexión en el desarrollo de Arya.

La venganza de la Reina

En el Mar Angosto, la flota de Yara Greyjoy se dirige a Lanza del Sol, junto a Ellaria Arena, para llevar a cabo el plan de conquista de Daenerys. En una escena entre cerveza y tonteo son sorprendidos por Euron Greyjoy, maestro de las emboscadas, que aparece de la nada con su flota liderada por el Holandés Erra… El Silencio. En plena tormenta nos encontramos con una batalla marítima, en la que Euron arrasa con la flota de su sobrina y asesina a Obara y Nymeria Arena con algunas dificultades, pero derrotándolas ¡CON SUS PROPIAS ARMAS! Punto para Euron. Además, sus hombres capturan a Ellaria y Tyenne y él captura a Yara animando a Theon a rescatarla, pero la valentía que demostró ayudando a Sansa le flojea esta vez y salta al agua abandonando a su hermana a su suerte.

Ajenos a todo esto, en Rocadragón se produce la llegada de Jon Nieve, recibido por Tyrion y Missandei, y se dirigen a conocer a Daenerys. Tyrion pregunta por Sansa, Jon le asegura que se encuentra bien y le hace saber que no quería que viajara dadas las experiencias con los Starks cuando abandonan el Norte. En esto coincide Tyrion, pero: «No soy un Stark» y ¡BOOOOOM! Primera vez que Jon y Davos ven un dragón, por supuesto no es casualidad que pasara justo al decir esas palabras. Desde la colina, Melisandre se asegura de la llegada de Jon, haciendo saber a Varys que su relación no acabó bien con él y su consejero —jamás te olvidaremos Shireen—, pero se muestra satisfecha al reunir al hielo y al fuego. Varys le aconseja que no vuelva a Poniente, pero regresará ya que, al igual que él, debe morir en tierra extranjera. Desde aquí te doy las gracias, Melisandre, por iluminarnos las guerras venideras.

Jon y Davos llegan a la sala del trono de Rocadragón y Missandei procede a presentar a la Reina Daenerys Targaryen, la primera de su nombre, heredera legítima del Trono de Hierro, y un larguísimo etcétera. Davos presenta a Jon Nieve, Rey en el Norte. La reunión se convierte en un «y tú más» por parte de Jon cuando empiezan a hablar de sus antepasados. Daenerys, pide perdón en nombre de su Casa y añade no ser juzgada por los crímenes de su padre. En este punto vemos una similitud entre ambos, Jon había perdonado a los hijos de Umber y Karstark, pues la traición que cometieron contra su Casa había sido obra de sus padres.

Quien exprese algo antes, pierde.

Nuestro Jon Nieve es más listo de lo que parece y lleva la petición a su terreno, apelando que él tampoco está sujeto al juramento de su antepasado Torren Stark. Está ahí porque se necesitan mutuamente, pues el ejército de los muertos se dirige hacia el sur. Daenerys y Tyrion se muestran reticentes a creerle, ella hace un resumen de su trayectoria hasta el punto en que se encuentran, advirtiendo que lo único que la mantuvo firme fue la fe, sí, pero no en dioses ni leyendas, sino en ella misma, la destinada a gobernar los Siete Reinos. Davos también resume las hazañas de Jon Nieve en la Guardia de la Noche y cómo Rey en el Norte, hasta dio su vida por lo que creía correcto. Tras una mirada fría de Jon, pues resultaría menos creíble su argumento si además hablamos de resurrecciones, Varys interrumpe la reunión con noticias que no sentarán muy bien a Daenerys.

Un alabado Euron Greyjoy se pasea con sus trofeos por las calles de Desembarco. Entra a caballo al Salón del Trono y nos hace recordar cuando Tywin Lannister fue nombrado salvador de la ciudad tras la Batalla del Aguasnegras. Euron presenta sus regalos a la Reina, las asesinas de su hija. Cersei se lo agradece nombrándolo Comandante de la Flota Real y asegura al pueblo no tener nada que temer mientras él se encuentre en los mares y Jaime Lannister controle los ejércitos en tierra. Toda una dosis de populismo barato, pues quién se atrevería a contrariar a la reina. Que el pueblo «va al sol que más calienta» podemos verlo en las frases de Jaime, pues éste nos recuerda que los que ahora aplauden a Cersei, la jalearon en su «camino de la vergüenza».

Nada puede detener a Cersei. En sus mazmorras, Ellaria y Tyene Arena han sido encadenadas y vemos un EXTRAORDINARIO discurso de Cersei acompañado de una BRUTAL interpretación por parte de Lena Headey. El ambiente está cuidado al detalle: iluminación baja, planos cerrados al paso del discurso de Cersei y otra GRAN obra musical como lo es «The Long Farewell». Con tantos buenos ingredientes, se hacen grandes escenas de Juego de tronos, esas que tanto nos gustan. También quiero destacar la interpretación de Rosabell Laurenti Sellers (Tyene Arena) e Indira Varma (Ellaria Arena), asombrosas durante la escena.

Cersei sabe cómo Ellaria le arrebató a su única hija y se decanta por la «justicia poética» usada en ocasiones anteriores, ¿u os habéis olvidado de los míticos «confesad» y «vergüenza»? Correcto, la escena de venganza contra la septa Unella en la sexta temporada. Ambas escenas guardan muchísima similitud, y es que cuando Cersei decide vengarse, siéntate y disfruta, el resto no importa. En esta escena, tras un discurso magistral y envenenar a Tyene, advierte a Ellaria: «Viviréis para ver pudrirse a vuestra hija, para ver ese hermoso rostro convertirse en huesos y polvo… Mientras meditaréis sobre las decisiones que tomasteis». CHAPÓ.

Mi nombre es Cersei Lannister, tú mataste a mi hija, prepárate a morir.

Tras una noche de incesto, recibe la visita de Tycho Nestoris, representante del Banco de Hierro, que ha venido a trasmitir sus condolencias por la muerte de Tommen y la enhorabuena por convertirse en la primera Reina de los Siete Reinos —con permiso de Rhaenyra Targaryen—. Tras hacer el paripé, decide ir al grano y hablar de la deuda que la corona tiene con el Banco de Hierro. Cersei consigue una quincena para saldar la deuda y financiación para la guerra que va en curso.

El ejército de los Lannisters, comandado por Jaime, se dirige a Altojardín y allí acaban con la Casa Tyrell. Tras la batalla, Jaime y Olenna discuten sobre Cersei y ésta le advierte de que «será vuestra perdición», razón no le falta. Su final también es de «justicia poética», pues tras beberse el veneno le confiesa a Jaime que ella fue la que organizó la muerte de Joffrey, soltó la bomba. «Decidle a Cersei que quiero que sepa que fui yo». ¿Acaso el león esperaba no pincharse acercándose tanto a la rosa? Gracias, Olenna Tyrell, por tu lengua afilada, pero sobre todo por tantos momentos de sinceridad espinosa.

¿Que si quiero o que si tengo?

Reuniones y reencuentros

En Invernalia, Sansa se reúne con nada y más y nada menos que Bran Stark, su hermano al que no veía desde hacía años y creía muerto. «Hola, Sansa» es todo lo que el Cuervo de Tres Ojos tiene que decirle tras tanto tiempo. Me parece un encuentro demasiado frío comparado con el vivido entre ella y Jon en la temporada anterior. Bran ha desarrollado un comportamiento robótico, estático y parece que no tenga alma. Le dice a su hermana que no puede ser señor de nada, claro que Rey suena de otra forma, ¿no? En fin, que no puede warguear un cuervo o una cosa más suave, no, él tiene que recordarle a su hermana la noche en la que se casó con quien no quería y después fue brutalmente violada, haciéndole revivir dicho trauma. Normal que Sansa se descomponga ante la situación y huya de la compañía de «su hermano».

Más tarde vemos a Bran con Meñique. Éste le hace entrega de la daga con la que casi es asesinado y Bran se muestra impasible durante la conversación, además de mostrarnos su «deshumanización» en la despedida de Meera, haciendo que a todos nos hierva la sangre.

También llega Arya, que mantiene un encuentro cálido con Sansa en las criptas junto a la estatua de Ned y después se reencuentra con Bran, que le entrega la daga y muestra interés por su cambio de rumbo; Sansa prefiere saber más acerca de la famosa lista de su hermana. Por su parte, Arya prefiere entrenar con la persona que venció al Perro, Brienne, y tras mostrar sus nuevas habilidades de combate, descubren a Sansa observando y mostrando un rostro desencajado y con cierto toque de preocupación, y a su lado se encuentra Lord Baelish analizando la situación, consciente de la vieja relación entre las hermanas.

En Rocadragón, Daenerys accede a dejarle explotar la mina de vidriagón a Jon y se reúne con él a solas. La tensión entre ambos empieza a aparecer a partir de este punto, pues empezamos a ver en ambos esas «miraditas». Jon piensa que Daenerys le cree, pero ella se limita a «darle aire» diciendo que empiece cuanto antes —si tan urgente es la situación, amigo—. Poco a poco nos van poniendo en situación con la música de la escena, y empezaremos a oír «a cuenta gotas» lo que más adelante escucharemos completo y conoceremos como su tema de amor.

En la mina, Jon muestra el vidriagón y las «pinturas rupestres» que los Niños del Bosque hicieron hace miles de años sobre el enemigo común. La Targaryen promete ayudar en dicha guerra, cuando la supervivencia de los norteños se imponga frente al orgullo de Jon. De nuevo encontramos un paralelismo clave entre ambos, pues dicha frase nos recuerda a la conversación que tuvo Jon con Mance Rayder cuando éste se negaba a reconocer a Stannis como su Rey.

Fuego y Sangre

Tyrion ha llegado con noticias no muy buenas de Roca Casterly y del Dominio, Daenerys se ha cansado de planes inteligentes y se enfrenta a su Mano cuestionando su lealtad por encima de su propia familia. Está dispuesta a soltar «Fuego y Sangre» en la capital, pero Jon la disuade de eso.

El ejército Lannister va camino de Desembarco con el oro de Altojardín y todos los víveres del Dominio, pero una emboscada Dothraki se lo pondrá difícil, pobres necios… Hay que estar loco para enfrentarse a los Dothrakis en campo abierto, como dijo una vez Robert Baratheon, pero además vienen con su Khaleesi a lomos de Drogon. En un abrir y cerrar de ojos, la batalla, por si no estaba decantada, se inclina a favor de Daenerys, quemando todos los carros de víveres y algunos soldados, ya que estamos. Jaime manda a Bronn al escorpión de Qyburn y logra herir al dragón, nada que no pueda soportar. Se recompone de lo que parecía una caída final y destruye el escorpión. En lo alto, Tyrion observa la batalla apenado, viendo cómo las huestes de su Casa son masacradas. ¡No me jodas, Tyrion! ¿Qué esperabas de la guerra y qué esperabas de la Reina Dragón?

En un descuido de Daenerys mientras intenta quitarle la «astillita» a su dragón, Jaime embiste contra ella en un impulso de valentía y coraje. Estúpido movimiento por su parte, y así lo ve Bronn, que se encuentra allí para salvarlo en el último momento de convertirse en león a la brasa.

Fuego y Sangre demostrado. Daenerys intenta ganarse a los supervivientes dándoles la opción de arrodillarse o morir. Esto choca bastante con la personalidad de Daenerys, pues parece que ha olvidado que sus seguidores se unieron por amor y no por temor. Debería haberles dejado ver la diferencia que ella supone como reina, pues si amenazas con miedo, no eres muy diferente a lo que ya tienen. Esta idea se refleja en la barbacoa Tarly, donde hasta Tyrion se muestra preocupado, con un plano contrapicado que muestra el temor del Lannister hacia la Targaryen.

De vuelta a Rocadragón, Jon tiene un encuentro con Drogon que parece gustar a su madre, interesada cada vez más en el Rey en el Norte. En medio de su conversación entra en escena Jorah y Daenerys se muestra contenta por verle recuperado. Qué menos, si contrajo la enfermedad a causa de la devoción que siente por ella, en un intento de recuperar su confianza.

Secretos y planes suicidas

En Desembarco, Jaime informa a Cersei de lo sucedido y le sugiere la rendición, pero la Reina prefiere morir peleando que morir con la bandera blanca en la mano y, visto como se las gasta la Targaryen, es una forma honrada de hacerlo y de admirar la fidelidad a sus principios. Además, Jaime le cuenta la confesión de Olenna y esto hace que Cersei refuerce su argumento de no cesión, como hizo con la muerte de ésta.

De vuelta a Invernalia, Bran usa sus poderes y wargea una bandada de cuervos para analizar los últimos movimientos del Rey de la Noche y, tras ver su posición, decide informar a Jon. Sansa intenta contener a los señores, impacientes con la ausencia de Jon. Arya opina que debería castigar a los que lo cuestionan, pero Sansa le explica, con muy buen juicio, que cortar cabezas puede hacer que Jon pierda aliados, aunque Arya cree que su hermana se está asegurando su lealtad en caso de que Jon no vuelva. Sansa no puede creer que su hermana piense así, claro que lo ha pensado, pero no ha intentado nada en su contra y los pensamientos no son traición, ¿no?

En la Ciudadela, Sam está absorto en sus pensamientos, pues está cansado de la incredulidad de los maestres frente a la amenaza de los Caminantes Blancos. De hecho, Elí le hace una revelación diciéndole que el Maestre Maynard anuló el matrimonio del príncipe Rhaegar con Elia Martell y celebró un matrimonio secreto en Dorne, pero Sam no le presta atención y decide robar archivos importantes sobre la Larga Noche y poner rumbo al Norte. La gran revelación de la temporada tendrá que esperar un poco más.

Las noticias llegan a Rocadragón y Jon decide partir al Norte tras conocer que sus hermanos están vivos y que los muertos están aún más cerca. No se muestra muy contento por Arya y Bran, eché en falta un atisbo de alegría, pero no hay tiempo que perder. Tyrion propone la unión de Cersei en la guerra, pues Daenerys parece cada vez más convencida de ayudar. Para ello tendrán que demostrarle a Cersei que los Caminantes Blancos existen, capturando un soldado y llevándolo ante ella. Que Cersei quiera acudir a la reunión correrá de la cuenta de Tyrion, pues éste, con ayuda de Bronn, se reúne con Jaime para que la convenza.

Cersei muestra su frialdad en el juego tras dejar que la reunión entre sus hermanos se llevara a cabo, pues piensa que un armisticio es la oportunidad perfecta para destruir a Daenerys con inteligencia. Todo por su Casa y por su futuro, haciéndole saber a Jaime que está embarazada. Al principio pensé que era una estrategia para aferrar a Jaime a su lado, puesto que éste a veces dudaba de ella. Davos además visita a Gendry, que no estaba remando después de todo, sino que estaba escondido del enemigo en sus propias narices, y no duda en irse con él. Su inclusión al grupo no parece importunar a nadie y menos a Jon, pues sus padres eran amigos, o todo lo que pudieron serlo Rhaegar y Robert, ¿verdad? Una emotiva despedida por parte de Tyrion y Jorah, e iluminadora entre Daenerys y Jon, que se despiden manteniendo la mirada hasta el final. Me faltó «un giro de amor» por parte de Jon hacia ella, nos tendremos que conformar con el de Jorah.

En Guardaoriente, Tormund se une a ellos, ya que sus conocimientos de esas tierras son esenciales. El Suicide Squad se completa con Thoros, Beric y el Perro, pues su Señor de Luz los ha enviado allí y quieren ayudar en la misión y juntos cruzan el Muro. Nuestos intrépidos aventureros tienen un desafortunado encuentro con un oso zombie que hiere gravemente a Thoros, quien morirá más tarde. Encuentran un pequeño grupo del ejército de muertos guiados por un Caminante. Tras tenderle una emboscada, descubren que matando caminantes pueden destruirse los soldados que estos convirtieron. «La mente colmena» creo que un recurso bien utilizado, simple, pues podría haber sido algo más «fantasioso», pero efectivo. Además consiguen capturar un soldado, pero éste hace una llamada de auxilio y se esperan lo peor.

Raudo y veloz, Gendry se dirige de nuevo a Guardaoriente para avisar a Daenerys de lo ocurrido y ella acude en su ayuda. Esto no tiene mucho sentido, ¿cómo supo Daenerys dónde ir exactamente? En fin, que en el momento de más necesidad de Jon aparece con sus tres dragones para salvarlos a todos y ocurrió lo que todos temíamos… El Rey de la Noche, oro olímpico en lanzamiento de jabalina en los Juegos de Bastión Kar 2012, acaba con Viserion dejando al grupo asombrado. Deben huir, pero Jon no estaba preparado, pues quería chulearse delante de la Targaryen y acaba cayendo al agua. Daenerys y los demás lo dejan, pero tras salir del agua y volver a estar a las puertas de la muerte, aparece Benjen Stark, reaparecido en la serie para salvar los culos de sus sobrinos, y Jon vuelve a ser salvado, sin novedades, a costa de la vida de su tío. Llega muy malherido y al borde la hipotermia, pero al despertar encuentra a Daenerys a su lado. Ella le promete que juntos acabarán con los muertos y Jon la reconoce como su reina, y volvemos a ver una chispita de amor entre ellos.

En Invernalia, Meñique inicia un nuevo plan contra las hermanas, haciendo que Arya encuentre la carta que Sansa le escribió, obligada por Cersei, a su hermano Robb. Arya acusa a Sansa de traicionar a su Casa y amenaza con enseñarla a los norteños. Preocupada por su situación, busca consejo en Meñique, quien empieza a introducir la idea de quitarse a Arya de en medio, pero antes deben solucionar el problema que les supone Brienne, protectora de ambas hermanas. Sansa decide enviarla en su nombre a la reunión de señores programada en Desembarco y aunque Brienne se muestra reticente, solo puede obedecer.

Más allá del Muro, los muertos han sacado el cadáver de Viserion del agua y el Rey de la Noche lo recluta para su bando. ¿De dónde han sacado las cadenas para sacarlo? Y si no saben nada, ¿cómo hostias le han puesto las cadenas? D&D cuando deliran, lo hacen a lo grande…

Viserioff

Tiempo de audiencias

En Desembarco del Rey, nuestros personajes favoritos se han reencontrado con su «Némesis» particular, pues la reunión más grande de señores de Poniente, después del Gran Consejo del 101, ha comenzado. Es fantástica la secuencia de miradas entre personajes que preferirían verse muertos mutuamente. Daenerys llega a lomos de Drogon ante la atónita mirada del resto y una impasible Cersei. Sandor Clegane es el encargado de llevar al muerto y Jon explica las diferentes formas que tienen de derrotarlos: vidriagón y fuego. Euron demuestra su cobardía y huye a sus islas tras saber que no saben nadar, Cersei ofrece su ayuda a cambio de que Jon y el Norte no se postulen por ningún bando cuando acaben con los muertos, pero Jon ya ha jurado lealtad a Daenerys, por lo tanto, Cersei decide no ayudar.

Tyrion intenta convencer a su hermana de la importancia de la situación del mundo, en una conversación en la que Tyrion demuestra el amor a su familia, a excepción de su padre, y Cersei desiste en la idea de acabar con él. Ambos en esta escena tienen guiones espectaculares. Tras un pequeño susto de muerte, Tyrion descubre que Cersei está embarazada y, en lo que parece un corte de conversación —creía que Bran la mostraría completa más adelante—, tendremos un momento inesperado, pues Cersei promete participar en la batalla contra los muertos y así se lo hace saber al resto. Pero cuando Jaime prepara el ejército para viajar al Norte, Cersei le interrumpe y explica que no participarán, se quedarán en el sur aguardando a la Compañía Dorada, contratada con el oro de Altojardin y llevada hasta Poniente por Euron, que no había huido después de todo. Jaime decide abandonar a Cersei, pues ha prometido luchar por los vivos, y aunque Cersei hace un intento de acabar con él, no puede.

En Invernalia, Sansa y Meñique debaten la posibilidad de que ella controle el Norte tras la decisión de Jon de rendir la corona norteña; el problema para ello es Arya. Meñique le muestra a Sansa sus opciones y ésta convoca una reunión en el gran salón. Tras aparecer Arya, comienza un juicio con los cargos de asesinato y traición; el acusado es Lord Baelish, atónito ante la situación. Sansa explica que asesinó a su tía Lysa Arryn para gobernar el Valle y traicionó a su padre en Desembarco. Meñique, tras negarlo, es interrumpido por Bran, ya que sabe que le puso un cuchillo en la garganta y le dijo: «os advertí que no os fiarais de mí». Además, también mintió a Catelyn Stark sobre el dueño de la daga del asesino de Bran, pues era él mismo; fue el culpable del inicio de las disputas entre Lannister y Stark; y tejió conspiraciones que se extendieron en todo el país. Sansa agradece sus consejos, superando así la alumna al maestro, y Arya acaba con el causante de los principales conflictos del juego de tronos. Tras ello, las hermanas Stark están más unidas que nunca y han conseguido aparcar sus diferencias respetándose mutuamente.

El lobo y el dragón

En Rocadragón, Jon y Daenerys preparan el viaje al Norte y deciden que lo mejor es viajar juntos. Tras esto, Theon decide ir en busca de su hermana Yara tras una charla motivacional con Jon. Enfrentándose a los suyos, pues reniegan de él tras haberla abandonado en batalla, Theon entra en un cuerpo a cuerpo del que se sirve de su falta de «pelotas» para ganar y redimirse ante los suyos. Su personaje casi ha alcanzado el cénit, como veremos más adelante.

A Invernalia ha llegado Sam, que se reúne con Bran diciéndole que viene a ayudar a Jon. Bran cuenta que también quiere que llegue Jon, pues debe decirle que es hijo Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, nacido en Dorne, por lo tanto su apellido es Arena. Pero Sam ha transcrito que Rhaegar anuló su matrimonio con Ellia y celebró una boda secreta en Dorne, así que Bran viaja al pasado y podemos ver la boda entre Rhaegar y Lyanna, demostrando que se amaban y que el fruto de ello es Jon Nieve, cuyo verdadero nombre es Aegon Targaryen, heredero del Trono de Hierro. Todo esto se descubre mientras suena «Truth» de Ramin Djawadi, tema de amor entre Jon y Daenerys, pues ambos mantienen relaciones mientras escuchamos a Bran contarnos la verdadera historia de Jon.

¿Y no será raro si se llama igual que tu primer hijo?

Que comience el juego

En Guardaoriente encontramos a Tormund y Beric vigilando el Muro, cuando se produce la llegada del ejército de los muertos. Deben salir corriendo, pues el Rey de la Noche y su nuevo dragón no tienen dificultades para derribar el Muro, dando paso al ejército a Poniente.

Y así dejamos Poniente, con el Norte esperando a Daenerys como aliada, la nueva reina Cersei traicionando al mundo y Sam y Bran descubriendo una verdad que dará que hablar…

En definitiva, esta temporada nos ha dado grandes momentos, pero yo creo que lo que ha fallado de cara al público ha sido el desarrollo de los acontecimientos, dando la sensación de querer cerrar todo cuanto antes, descuidando la forma de hacerlo. Además, cogiendo las cinco ideas principales, vemos que el planteamiento es bueno, con esto no quiere decir que se podría haber mejorado, de eso no hay duda.

A mí la temporada sí que me gustó, no está al nivel de algunas de las anteriores, pero tampoco es que éstas sean perfectas. Ahora bien, si tenemos que elegir un/a ganador/a de la temporada es sin duda Cersei Lannister, chuleándose de todo y de todos. Por el contrario, el gran perdedor sin duda es Tyrion, pues nada en esta temporada le ha salido como esperaba y, visto lo visto, jamás le pediría que me diseñara un plan de conquista.


Hasta aquí la reseña de Aitor Fuegoscuro sobre la séptima temporada de Juego de Tronos. Ahora es vuestro turno, ¿quiénes creéis que fueron los ganadores y perdedores de la temporada?, ¿qué fue lo que más os gustó?, ¿y lo que menos? Y por último, os dejamos la encuesta de rigor para que votéis por vuestro capítulo favorito.

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