Análisis del capítulo 2×05 de House of the Dragon.
Como de costumbre en esta nuestra comunidad, una vez visto el capítulo de House of the Dragon, que podéis valorar aquí, llega el momento de reflexionar. Para esta misión, contamos de nuevo con el leal @Carnicero Fuegoscuro, compañero de armas que ya nos deleitó en la anterior edición del Escriba leal.
House of the Dragon
2×05: El Regente
— Carnicero Fuegoscuro —
Saludos, Compañía. Casi dos años y doce capítulos después, vuelvo a encargarme de la reseña de uno de los episodios de la serie. No mentiré si digo que me encuentro emocionado y nervioso a partes iguales, preguntándome si seré capaz de igualar el magnífico nivel de @Mat Targaryen y @Tywin Colina. Pero puedo prometer y prometo que daré lo mejor de mí mismo. Dicho esto, comenzamos con la reseña.
Y lo hacemos con unos preciosos planos en los que Corlys y Rhaenyra se lamentan por la muerte de Rhaenys, la Reina que Nunca lo Fue Pero Siempre lo Será en mi Corazón. Un gran personaje cuya muerte me apenó, pese a las enormes cagadas de Sara Hess y, en especial, la innombrable escena de la coronación de Aegon.
Desembarco del Rey
Luego nos movemos a la capital, donde las tropas de Aegon, capitaneadas por Ser Crispin, están mostrando la cabeza decapitada de Meleys al pueblo llano, mientras trasladan un contenedor tapado, a salvo de miradas indiscretas. Ryan Condal tenía razón cuando dijo que esta temporada nos iba a hacer perder la cabeza. Lo que a la Mano le debió parecer una buena idea se revela como una mala decisión, ya que, por más sea una demostración de fuerza, contribuye a destruir el mito popular de la invulnerabilidad de los dragones, como bien señaló @Sansacabo en los comentarios sobre el anterior capítulo. El pueblo, ante las dificultades producidas por el bloqueo naval de la flota Velaryon, lo interpreta como una señal de mal augurio y lo celebra la victoria, aunque más de uno de los espectadores que perdió a algún ser querido cuando Meleys reventó Pozo Dragón debería haberse alegrado. Sea como fuere, Alicent mira a Aemond, y la sonrisa de satisfacción que percibe en su cara le hace imaginar, o al menos sospechar, que este ha tenido algo que ver en el “desafortunado accidente” de Aegon. Esto me crea una duda: ¿Aemond chamuscó a su hermano solo por venganza, o quería hacerse con el trono?
La escena continúa en la Fortaleza Roja, en los aposentos de Aegon, donde vemos que la caja antes mencionada trasladaba al rey. Aegon se ha convertido en caballero a la brasa, con quemaduras en al menos en la mitad de su cuerpo y más de un miembro roto. Fuegosolar también se ha quedado hecho una piltrafa, y aquí es donde las traducciones y las interpretaciones parecen divergir. En el doblaje castellano, Ser Crispin dice que Fuegosolar ha muerto, pero según he entendido, en inglés dice “it’s longing in dying”. Vamos, que está agonizando, no muerto. Esto puede significar que está moribundo y que todo el mundo da por hecho que va a morir, cosa lógica, o que aun estando moribundo, va a sobrevivir, que es lo que sucede en el libro. De hecho, el dragón dorado tiene un papel clave en el final de la Danza. Habrá que ver cómo se desarrolla esto, pero de momento solo he sacado en claro que jinete y dragón están hechos mierda.
Más adelante, nos movemos a otra escena con Alicent y Ser Crispin, mientras el segundo se encuentra limpiando su espada. La de acero, no la otra, que os veo venir. El Follador de Reinas le dice muy acertadamente, con un tono a caballo entre el estrés postraumático marca Vietnam y el monólogo de Roy Batty al final de Blade Runner, que esta es una guerra de dragones, más aún con un monstruo como Vhagar, y que los soldados de a pie van a ser poco más que carne de barbacoa. Para mi enorme sorpresa, no han incluido una escena de tórrido sexo entre Alicent y Ser Crispin. ¿Trauma del Follareinas por la carnicería del capítulo anterior, secuelas persistentes del aborto de Alicent, o quizá un mejor guion por parte de Ti Mikkel, minion de GRRM? Escojan la opción que más les convenza.
Durante la reunión del Consejo, se discute la posibilidad de establecer una regencia durante el tiempo que Aegon esté indispuesto. Alicent expone que su experiencia previa, durante la convalecencia de Viserys, podría ser muy útil, y aunque los demás miembros reconozcan que no le falta razón, acaban por escoger a Aemond. Este ofrece una combinación difícil de rechazar: es un guerrero, es mil veces más astuto y mejor líder que Aegon, es un hombre, y principalmente, tiene un dragón descomunal que puede merendarse cualquiera que se le oponga. Sus primeras decisiones son cerrar las puertas de la ciudad para evitar que escapen los ciudadanos cabreados y descolgar a los matarratas ahorcados, que si seguían un poco más ahí acabarían atrayendo más ratas de las que jamás mataron.
Justo cuando se están cerrando las puertas, vemos a una masa de ciudadanos intentando huir de la capital, incluyendo a nuestro amigo Hugh Martillo y su familia. No tienen éxito, por lo que deben volver a su casa, mientras la enfermedad de la hija de Hugh avanza. Visto esto, está por ver cómo conseguirán escapar Hugh y Ulf hasta Rocadragón, pero si Rhaenyra y Daemon pudieron pasearse por Desembarco como Pedro por su casa, seguro que a los guionistas se les ocurre alguna buena idea.
Terminamos la sección de Desembarco con dos escenas. En la primera, Aemond contempla el Trono de Hierro como su tío el capítulo pasado, mientras Helaena le pregunta si el precio ha merecido la pena. En la segunda, Alicent cuida de Aegon, que respira con mucha dificultad, pero se marcha justo antes de que este se despierte y diga “mamá”.
Harrenhal y las Tierras de los Ríos
Nos movemos a Harrenhal, donde Daemon sueña que se acuesta con su madre, Alyssa Targaryen, en una situación que haría las delicias de Freud, y que supone un nuevo logro en el marcador incestuoso de los Targaryen. Más tarde, podemos ver cómo mi antepasado corta leña, cual aizkolari, mientras participa en la reconstrucción del castillo y exige que le llamen rey, porque “mi príncipe” es una mierda y “rey consorte” más de lo mismo. Luego, hablando con Alys, le dice que su plan aparente es tomar Desembarco y tomar el trono junto a ella cuando acabe la guerra, para gobernar como rey y reina, pero por aquí todos sabemos que Daemon no es de los que gustan de compartir el poder.
Posteriormente, vemos cómo Daemon y Lord Blackwood se han reunido con los Bracken, que con notable valor se niegan a rendirse, incluso si eso significa convertirse en el almuerzo de Caraxes. El Príncipe Resentido, de manera bastante inteligente, decide dejarlos vivos porque va a necesitar esa fiereza en combate, y opta por enviar a Lord Blackwood a convencer a los Bracken y demás casas nobles de las Tierras de los Ríos. Pero Willem Blackwood debe tener más o menos la misma sutileza que un vikingo, porque poco después llegan representantes de otras casas nobles denunciando la destrucción que los Blackwood, portando banderas Targaryen, han causado en sus feudos, y denuncian a Daemon como un tirano. A ver cómo soluciona este pifostio. Si mal no recuerdo, en Fuego y Sangre no le sucede nada a Daemon mientras está en Harrenhal, mientras que en la serie mi querido antepasado está enfrentándose a sus demonios internos, alucinando con su esposa muerta, y aprendiendo las dificultades que trae el gobierno. Además, tiene una química bestial con Alys. Esto me parece un gran acierto que demuestra que los guionistas de esta serie saben hacer cosas buenas. Cuando quieren.
El Valle
Volvemos, después de mucho tiempo, al magnífico Nido de Águilas, donde Lady Jeyne Arryn se encuentra hablando con Rhaena. La primera está cabreada porque Rhaenyra le prometió un dragón y, en cambio, le han enviado un poni con alas y un cachorro que vete a saber si podría volar. Rhaena le responde, con razón, que el acuerdo solo decía que enviarían dragones, que no se especificó su tamaño, y que ya está tardando en movilizar a las huestes para apoyar a su familiar. Hay que reconocer que la chica tiene agallas, y que seguramente haya salido a su padre. Lady Arryn le dice que la seguridad del Valle es lo primero y que no se lo tenga tan creído. Antes de marcharse, le da el pésame a Rhaena por la muerte de su abuela.
Los Gemelos
Para negociar el paso de las tropas norteñas y garantizarse el apoyo de la Casa Frey, Jacaerys viaja sin el permiso de su madre a Los Gemelos, para negociar con los antepasados de nuestra comadreja favorita, Lord Forrest Frey y Lady Sabitha Frey. Ahí vemos que la repulsión física y la ambición política le vienen de familia a Walder Frey. Pero, como @Maegor III ha tenido a bien señalar en los comentarios del capítulo, Ti Mikkel ha mostrado a los Frey como señores bastante competentes, pudiendo haberlos caricaturizado. Otro acierto más. Como buenos y astutos jugadores que son, han pedido Harrenhal a cambio de su apoyo, sin saber, pobres de ellos, que el castillo tiene más agujeros que las temporadas 5-8 de Juego de Tronos. Jace, que en este capítulo ha tenido más desarrollo que en todos los anteriores, juega bien sus cartas y consigue el apoyo, demostrando que es un chaval competente.
Marcaderiva
Ahora nos movemos hasta Marcaderiva para ver el dolor y la decadencia física de Corlys. En el pasado dije en más de una ocasión que me gustaba el personaje, pese a todo, pero tras pensarlo un poco mejor, me ha quedado claro que es el segundo peor adaptado de la serie. Independientemente del color de piel y del pelo, así como del buen papel que interpreta siempre Steve Toussaint, apenas percibo rasgos del intrépido marinero y el astuto estratega de los libros. Quizá por eso le tenga una especial estima a lo que sucede en Marcaderiva en este capítulo: Baela llega, ofreciéndole el broche de Mano de la Reina. Aunque Corlys, roto de dolor por su reciente viudedad, lo rechaza al comienzo, una entrañable conversación con su nieta le acaba convenciendo. En ella, Corlys recuerda cómo todo lo que hizo fue por Rhaenys, y Baela se lamenta por no haberla conocido cuando era más joven. Pienso que estoy abusando de esta frase, pero creo sinceramente que estamos ante una escena que ha desarrollado más a estos personajes que todos los capítulos anteriores. La Serpiente Marina reconoce a Baela como su heredera, mas esta, muy acertadamente, le dice que ella no sabe nada del mar, y que mejor se busque a otro, abriendo la puerta en un futuro próximo a Addam y Alyn de Casco.
Rocadragón
Vamos con la última ubicación del episodio. En una reunión del Consejo Real negro, salta a la vista el penúltimo paralelismo entre Alicent y Rhaenyra, como es que a ninguna de las dos les hagan ni puto caso por ser mujeres. El Consejo le dice a Rhaenyra, no sin razón, que ella no está versada en la guerra, a lo que ella responde que ellos tampoco, gracias a las dotes de Jaehaerys y Viserys. Juego, set y partido.
Después, Mysaria le aconseja tejer una buena red de espías en la capital, para lo cual la reina envía a su criada Elinda a la capital, porque si Daemon y ella pudieron colarse sin ser descubiertos, una don nadie pasará completamente desapercibida. Parece que lo digo con ironía por el cierre de la ciudad, pero sinceramente, me parece una estrategia mil veces más inteligente que la de los capítulos 1 y 3. Para acabar con las mudanzas, Rhaenyra envía a Ser Alfred Broome a Harrenhal para que hable con Daemon. Es muy consciente de que, sin él, está perdida, pero tiene que controlar muy bien sus movimientos para no aparentar debilidad frente a su marido.
Al llegar Jace, su madre le critica por su desobediencia, pero el pragmatismo se acaba imponiendo y Rhaenyra felicita a su hijo por sus éxitos. Ambos son perfectamente conscientes de que solo podrán vencer a Vhagar con dragones adultos, y los dos que más posibilidades tienen son Vermithor y Ala de Plata, ambos sin jinetes. Jace recuerda que algunos Targaryen se casaron hace mucho tiempo con miembros de casas nobles, por lo que hay cientos de potenciales jinetes de dragón dispersos por todo Poniente. Una buena idea que no extraña, viendo lo espabilado que ha salido el crío, pero viendo cuánto se ha insistido en la soledad de Rhaenyra y en que no hace nada, podría haber sido una gran oportunidad de ganar méritos de cara a los suyos. Sea como fuere, valiéndose del pedazo de biblioteca que tienen en Rocadragón, madre e hijo comienzan a investigar acerca de matrimonios pasados en su familia. En Fuego y Sangre, si mal no recuerdo, se insiste sobre todo en los muchísimos bastardos que los Targaryen han dejado en Rocadragón, y apenas en los nobles con sangre valyria. ¿Un detalle menor, u otra forma de blanquear a los Targaryen y que no parezcan Aegon IV? De nuevo, elijan la opción que más les guste.
Y hasta aquí mi reseña, que espero que os haya gustado. Me ha parecido un gran capítulo de transición, inusualmente sólido a nivel de guion, así que le he puesto un 8/10.
¡Gracias por leerme y nos vemos en los comentarios!
Debe estar conectado para enviar un comentario.