Su experiencia como escritor. La importancia de los giros de guion y la sorpresa razonable. La necesidad de ceder en la adaptación. 

Un nuevo miércoles volvemos con una nueva edición de Así Habló Martin. Como ya sabéis, en esta sección os traemos poco a poco todas las declaraciones que Martin ha hecho sobre Canción de Hielo y Fuego a lo largo de los años. La recopilación original es cosa de Westeros.org, quienes muy amablemente nos dejan traducir su So Spake Martin para vosotros.

Avanzamos hasta marzo de 2014. La entrevista que leeremos a continuación se publicó poco antes del estreno de la cuarta temporada de la serie de televisión y trata sobre su experiencia como escritor, sus gustos literarios, la importancia de los giros de guión y la sorpresa razonable y la necesidad de ceder en la adaptación.

Entrevista Vanity Fair

[George R.R. Martin es perfectamente consciente de que Game of Thrones, la serie de televisión avanza más rápido de lo que él escribe sus libros. Aunque está a sólo dos volúmenes de alcanzar su objetivo de siete novelas, Martin se ha reunido con los creadores de la serie, D.B. Weiss y David Benioff para hablar de la velocidad con la que le están atrapando. Pero los fans de Poniente y sus complicadas tramas no deben entrar en pánico aún. Martin tiene un plan muy minucioso sobre cómo la serie puede bajar el ritmo para que le de tiempo a acabar antes1.]

La temporada que está a punto de estrenarse adapta la segunda mitad de mi tercer libro, Tormenta de Espadas, que es tan largo que tenía que dividirse en dos. Ahora tendrán que adaptar dos libros más (Festín de Cuervos y Danza de Dragones) y el quinto es igual de largo que el tercero así que, en teoría, aún tengo 3 temporadas de margen para que me alcancen. Ahora bien, Festín y Danza ocurren de forma simultánea y en una serie no puedes usar la técnica que hice yo de dividir los libros en POVs y zonas geográficas: debes combinarlos y narrar la historia de forma cronológica. Así que esa es mi esperanza, que yo ya tenga Vientos de Invierno publicado cuando se les acabe el material y así tenga dos años más de margen para sacar Sueño de Primavera.

[Estamos en su casa de Santa Fe, New Mexico sentados en dos mecedoras de cuero cara a cara. El novelista GRRM se sienta en una y yo en la otra. A mi izquierda, en una estantería, se puede ver una réplica del trono de hierro de la serie de HBO Game of Thrones que adapta su saga literaria Canción de Hielo y Fuego.

¿Te gusta este Trono?]

Ese trono es muy icónico y ahora todo el mundo lo conoce como el Trono de Hierro pero es un ejemplo de cómo David y Dan y su equipo de diseñadores se apartan de forma significativa de mi trono de los libros. Hay una versión de un artista francés llamado Marc Simonetti que publiqué en mi Not a Blog y dije «Este es el Trono de Hierro. Por fin alguien lo ha clavado».

A parte de la serie, también hay juegos sobre la saga: hay juegos de mesa, de cartas; miniaturas; etc. Muchos de ellos preceden a la serie. Hay un calendario por ejemplo que incluye ilustraciones de pasajes de mis libros… durante los años he ido trabajando con varios artistas y algunos de ellos han realizado un trabajo estupendo, y otros no tanto, pero al menos una docena de artistas han hecho sus propias versiones del Trono de Hierro y no me gustaba ninguna. Me frustraba mucho porque dudaba que la descripción que daba en mis libros fuera buena si nadie la entendía y claro, no podía dibujarlo yo… Así que trabajé con Marc Simonetti y él finalmente lo consiguió.

La diferencia principal es de escala. El Trono de Hierro se describe como gigantesco en los libros, es enorme. En la serie incluso incluyeron una escena en la que Meñique habla de las mil espadas de los enemigos de Aegon y dice «No hay realmente mil espadas, es un cuento que nos contamos a nosotros mismos» y David y Dan se marcaron un monólogo muy brillante a continuación. Ahora bien, en el Trono de Hierro real, el de los libros, ¡hay mil espadas! Tienes que escalar los escalones torcidos, es feo y asimétrico. El de la serie sí, parece peligroso con tanto pincho pero tiene cierta belleza en su simetría. En los libros la idea es de que lo esculpieron herreros no diseñadores de muebles precisamente. Es el símbolo de una conquista, de un triunfo, de «Miradme, cogí las espadas de esta gente y las puse todas en el sitio en el que ahora reposa mi culo». Ese es el mensaje que transmite.

Como todo, el Trono es un ejemplo más de que todo es más grande en mi cabeza. Contamos con el estudio de grabación más grande en Europa, el Paint Hall de Irlanda y sus platós son enormes, pero siguen siendo decorados de una película. Yo estoy imaginándome una sala del trono como la Catedral de San Pablo, una Abadía de Westminster… un Trono que dominara una sala así no cabria en ningún set de rodaje. Así que, ya sabes, cedes. Lo bueno es que en mi imaginación puedo hacerlo todo tan grande como quiera. Puedo tener un elenco de miles de personajes pero cuando lo trasladas a televisión tienes que tener en cuenta cosas como la practicidad: habrá que construir eso tan enorme o hacerlo por CGI, tendrás que castear a miles o crearlos por CGI, etc. Desde que trabajé en Hollywood durante muchos años y estoy muy familiarizado con las problemáticas que eso conlleva… puedo ponerme la gorra de guionista y productor pero dados los retos que planteaban mis libros, creía sinceramente que una serie era inproducible porque nunca me molesté en pensar cómo podría hacerse cuando se adaptara. En esa época me había rendido con Hollywood, después de intentar lanzar muchísimos pilotos durante los noventa que me esforzaba mucho en hacer producibles para que alguien los desarrollara… y no lo hacían. Así que me harté y me puse con la novela… Y por ironías de la vida esta ha sido la idea que se ha adaptado y son David y Dan los que deben hacer frente a estos retos y no yo.

Trono de Hierro, por Marc Simonetti

[Cuando ideaste la saga en 1991, ¿ya sabías que era una saga o pensabas que iba a ser solo una novela?]

La primera idea que vino a mi fue el primer capítulo del primer libro, el capítulo en el que encuentran los cachorros de huargo. Vino de la nada… de hecho estaba trabajando en otra novela y de repente vi esa escena que no pertenecía a lo que estaba escribiendo así que tuve que parar a escribirla. Cuando la terminé eso me llevó a un segundo capítulo en el que Catelyn le cuenta a un recién llegado Ned que ha llegado un mensaje anunciando la muerte de la Mano. El hecho de escribir un segundo capítulo también fue una revelación porque no sabía qué tenía entre manos: ¿un relato corto? ¿Una novela? ¿El protagonista será este niño Bran? Pero al escribir el segundo introduje (justo cuando empezó todo, en julio de 1991) un nuevo punto de vista… en el momento que eso ocurrió supe que había transformado esa idea en algo mucho más grande. Ahora tenía dos puntos de vista, y donde tienes dos puedes tener tres, cinco, siete o los que te apetezca. Así que desde los primeros capítulos sabía que tenía algo gordo entre manos.

Al principio pensé que seria una trilogía y así se lo vendí a los editores: tres libros (Juego de Tronos, Danza de Dragones y Vientos de Invierno) porque en los noventa lo que dominaba el mundo de la fantasía eran trilogías por influencia de Tolkien (aunque paradójicamente él escribió una novela muy larga llama El Señor de los Anillos que su editor decidió vender en tres tomos). No fue hasta Robert Jordan que alguien rompió el molde de la trilogía con su La Rueda del Tiempo que hizo que la gente viera que podía haber sagas de libros que fueran más de tres. Al final yo también conseguí verlo, más o menos en 1995 cuando vi que el manuscrito de mi primer tomo superaba ya las 1500 páginas y no estaba ni remotamente cerca del final. Así que decidí que serian cuatro libros primero, luego seis y ahora me aferro a que podré, con un poco de suerte, contarlo todo en siete. Cuando te paras a pensarlo es algo muy grande ya que en mi cabeza no se trata de siete novelas sino de una macro novela, una sola historia. Cuando la termine y dentro de 20 o 100 años alguien se aproxime a ella se la leerá como un todo, de principio a fin y les pasará como a mi que no sabrán en qué libro ocurrió tal evento.

[¿Supuso un cambio drástico para ti cuando pasaste de escribir escenas que ocurrían en Invernalia a de repente contar la historia de Daenerys que ocurre en un lugar totalmente distinto?]

Ya en ese verano de 1991 escribí cosas de Daenerys. Sabía que ella tenia que estar en otro continente y creo que por entonces ya había dibujado un mapa de Poniente.. y ella no estaba allí porque era una exiliada y su trama era algo que haría crecer la historia. Tomé ejemplo de El Señor de los Anillos: empezamos en La Comarca e incluso nos dibujan un mapa y creemos que ese será todo el mundo que conoceremos pero no. Pasas de centrarte en un lugar muy concreto a ir introduciendo localizaciones y personajes a medida que avanza la trama y los personajes se van separando… podríamos decir que básicamente plagié al maestro en este sentido. Todo en Juego de Tronos empieza en Invernalia, todo el mundo está allí y eventualmente sus caminos van separándose y vamos conociendo nuevos escenarios…excepto Daenerys. Ella siempre está a parte. Es como si Tolkien hubiera puesto un capítulo de Faramir al principio de La Comunidad del Anillo.

[Pero incluso en Invernalia Daenerys hace presencia porque oímos hablar de su familia, los Targaryen, desde el principio.]

Vemos retazos: cuando Daenerys se casa y Robert recibe el cuervo en el que se le informa de ello vemos cómo reacciona a eso y nos cuenta la amenaza que ello supone.

[Tus libros siempre tienen giros que hacen que el lector no pierda nunca el interés. Al principio puedes creer que se trata de un relato prácticamente artúrico y te imaginas por dónde irá el libro — Bran siendo el héroe y protagonista2 — pero luego se convierte en un juego de engaños entre tú y el lector].

Creo sinceramente que escribes lo que lees. He sido un lector voraz desde que era un niño en Bayonne. «George con su nariz en un libro» solían decirme, así que he leído muchas historias a lo largo de mi vida y algunas me han afectado profundamente y otras las he olvidado a los cinco minutos de terminarlas. Una de las cosas que he aprendido a buscar es un factor de impredecibilidad en mis relatos. No hay nada que me aburra más que un libro que puedas saber hacia dónde irá en todo momento y que con dos capítulos ya tienes suficiente para ver como seguirá. Es lo que me pasaba por ejemplo cuando de pequeño veía la televisión con mi madre y ella siempre predecía que ocurriría a continuación en I Love Lucy (y nunca fallaba). Nada era más gratificante que cuando algo no salía como habíamos anticipado (siempre que el giro fuera coherente). No puedes dedicarte a lanzar giros de guion que no tienen sentido por el mero hecho de tenerlos, las cosas deben seguir un curso lógico. Quiero que mis lectores digan «Oh dios mío, no me esperaba esto pero es cierto que en tal libro había esta pista o este foreshadowing… debería haberlo visto venir». Eso es realmente satisfactorio para mi y busco que mi ficción consiga generar ese sentimiento.

[Como con Bran siendo empujado, tu pones la pista antes y así el lector no se siente estafado. Lo mismo con La Boda Roja.]

Siempre tiene que haber esta tensión entre la ficción y la realidad y es que la primera está más estructurada que la segunda pero tu trabajo como escritor es esconder esa estructura para que el lector la perciba como algo más verosímil. Hay demasiadas historias demasiado estructuradas y que nos resultan demasiado familiares: la forma en la que leemos, vemos la televisión, vamos al cine… nos da ciertas expectativas sobre cómo irá la historia incluso por cosas totalmente desconectadas de la trama. Por ejemplo, si vas a ver una película y ves que el protagonista es una gran estrella, ponle Tom Cruise, ya sabes que Tom Cruise no morirá en la primera escena porque es la estrella, llegará hasta al final de la película. O si ves una serie que se llama Castle ya deduces que el personaje llamado Castle está bastante a salvo, volverá la semana que viene y la siguiente.

Idealmente no deberías saber eso. La implicación emocional del espectador seria mayor si pudiéramos superar eso. Así que eso es lo que intento hacer en mis libros. Bran es el primer personaje importante que conocemos después del prólogo así que el lector piensa «Ok, esta es la historia de Bran, él será el héroe» y luego BOOM! ¿Qué le ha pasado a Bran? Le cambias las reglas de forma inmediata y el lector llega a un punto en el que no sabe qué esperar y cree que cualquier cosa es posible. Uno de los primeros autores que hizo eso fue Alfred Hitchcock en Psicosis: empiezas viendo la película y crees que ella es la protagonista y «¡es imposible que la maten en la ducha si he visto su viaje hasta ahora!».

«Me hizo volar… y yo volé de él.»

[¿Había autores así cuando eras joven que leyeras o vieras sus productos de televisión? Por ejemplo, La Dimensión Desconocida jugaba a eso.]

La Dimensión Desconocida era conocida por sus giros al final del capitulo. Trabajé en los ochenta en la nueva versión de La Dimensión Desconocida y la cadena nos repetía constantemente «Hay que haber más giros al final» pero descubrimos que hacer un final sorprendente en 1987 es mucho más complicado que en 1959 porque la audiencia ha visto más cosas y se ha refinado más. Intentamos hacer remakes de los capítulos más clásicos de la serie pero a los tres minutos la gente adivinaba el final. Es como el capítulo en el que una mujer que se ve fea se opera la cara y durante todo el capítulo a ella la vemos con vendajes en la cara y se nos oculta constantemente la cara del resto de personajes. Cuando por fin le quitan las vendas descubrimos a una mujer preciosa pero todo el mundo reacciona con horror y entonces descubres que toda la gente tiene cara de cerdo. Si hicieras un remake ahora de ese capitulo la gente al minuto diría «No nos están enseñando las caras de la gente, algo hay». Así que hoy día cuesta más sorprender porque la audiencia está más educada.

[Puede que El Sexto Sentido fuera el último que lo consiguió. Y eso fue hace 15 años.]

Lo hizo; aunque por desgracia no la vi cuando se estrenó y tanto yo como mi mujer no parábamos de oír a la gente decir que había un giro increíble, que no adivinaríamos que pasaba. Así que fuimos al cabo de tres semanas de su estreno y en los cinco minutos de la película sacamos un papelito y escribimos una nota y lo cerramos. Cuando acabó la película lo abrimos y vimos que ambos habíamos escrito «Bruce Willis está muerto». Como sabíamos que había un giro lo adivinamos más fácilmente así que yo intento no usar este tipo de recursos. Intento que mis historias tomen rumbos inesperados pero que sean coherentes con el personaje que te he presentado. Mis personajes suelen ser grises con ambigüedades y conflictos, no hay héroes  y villanos. Uno de mis personajes favoritos – adoro El Señor de los Anillos así que nadie se lo tome como una crítica a Tolkien ni nada, es mi libro favorito – es Boromir porque es el personaje más gris y es quien realmente siente un conflicto poderoso con el anillo e incluso acaba sucumbiendo a él pero al final muere heroicamente. Puedes ver que tiene luz y oscuridad en su interior.

[Has hecho referencia con anterioridad al hecho de que cuando Ned decapita al explorador está obrando mal, no es intachable. O incluso después de que Jaime Lannister empuje a Bran por la ventana le vemos en una escena tierna con Tyrion. Siempre hay más.]

La gente real es compleja y nos sorprenden cada día con cosas distintas. Hace poco compré y restauré un teatro aquí en Santa Fe y hemos tenido algunos eventos con autores. Hace unas semanas tuvimos a Pat Conroy para una firma: un autor maravilloso, de los mejores autores estadounidenses. Pues la mayoría de sus libros tratan de su padre, algunas veces como un recuerdo, otras de ficción, pero puedes siempre ver como la relación conflictiva con su padre aparece de alguna forma u otra. Da igual que nombre le dé que el Gran Santini (el personaje basado en su padre) es un personaje complejo: es un abusador que aterroriza a los niños, pega a su mujer.. pero por otro lado es un héroe de guerra y un luchador excepcional. En algunas libros, como en El Príncipe de las Mareas, es un personaje casi cómico que parece de Ralph Kramden: es un tío que quiere comprarse un tigre y abrir una gasolinera pero todo le sale mal. Lo lees y sientes empatía y admiración por ese personaje pero a la vez sientes rechazo y odio y eso son sentimientos reales. A veces sentimos cosas así por gente de nuestras vidas.

[¿Dónde vivías cuando empezaste a escribir Canción de Hielo y Fuego?]Aquí en Santa Fe. En los setenta vivía de Dubuque, Iowa porque era profesor en la universidad. Me iba bastante bien, todo lo que podía escribir en mi tiempo libre lo acababa vendiendo a algún editor o revista. Entonces en 1977, un amigo mío también escritor que tenía a penas 10 años más que yo ganó un premio a Mejor Autor Novel por su primera novela. Unos meses después sufrió un infarto y murió instantáneamente sobre su máquina de escribir mientras trabajaba en su segunda novela, fue algo instantáneo. No éramos íntimos pero su muerte me afectó profundamente porque me di cuenta que por estar trabajando de profesor me estaba privando de escribir las historias que quería escribir… ya no pensaba que tuviera todo el tiempo del mundo para hacerlo pero con mi trabajo no tenía tiempo. Antes de empezar a dar clase había acabado mi primera novela pero no sabía cuando podría sentarme a escribir la segunda. La muerte de Tom me hizo darme cuenta que quería dedicarme en exclusiva a escribir aunque supusiera morirme de hambre porque no podía dar por seguro nada. Cuando dimití me di cuenta que podía vivir donde quisiera y en esa época estaba muy harto de tener que desenterrar el coche de nieve por las mañanas3creo sinceramente que la atmósfera de nieve, frío y hielo que describo en Juego de Tronos viene de mis tiempos en Dubuque…bueno, había estado en Santa Fe un año antes en una convención y me enamoré de New Mexico. Es muy bonito. Así que vendí mi casa y me mudé y nunca me he arrepentido.

[¿Te convence el diseño de producción y el vestuario de la serie? Los castillos, los uniformes, …]

Creo que la serie luce genial. Reconozco que al principio tuve que pasar una fase de ajuste mental porque llevaba conviviendo con este mundo desde 1991 así que tenía que ignorar 20 años de imágenes en mi cabeza de cómo son estos personajes, estos castillos y blasones. No se parecen a los de la serie pero ya está bien que así sea. No soy de esos escritores que entran en cólera porque en el libro se describe que una levita tiene seis botones y el maldito monstruo de Hollywood ha puesto ocho. He conocido demasiados autores así cuando trabajaba en televisión y aprendí que la TV y el cine son medios de colaboración y tienes que permitir que otros creadores traigan sus ideas al proyecto.

[Vemos como las distintas casas usan estrategias distintas para lograr poder y conservarlo. Renly usa su encanto, como una especie de Bill Clinton. Ned se guía por su honor y Robb le sigue también en ese sendero. Stannis es pedante pero también se siente atraído por la magia. Daenerys es un carisma mesiánico. Puedes reconocer a políticos en ellos… ¿Así te lo planteaste al escribirlo?]

No soy un historiador pero sí que leo mucha novela histórica. No leo ensayos sobre las cosechas de trigo entre 1332 y 1347 pero me encanta leer historias populares: las tramas que se dan en la vida real son maravillosas, brutales y sorprendentes. Me gusta que el lector reflexione sobre el tema y que entienda que la moral era distinta en esa época. Es complicado explicarle a un lector del siglo XXI que ideas como la igualdad de género y raza, la democracia o de que la gente tiene voz propia sobre sus gobernantes no eran ideas dominantes en la sociedad medieval. Tenían sus propios valores y creían muy poderosamente que Dios influía en el poder ya fuera haciendo ganar a uno u otro en una batalla o decidiendo quien tenía derecho a gobernar por su sangre.

[Las mujeres son poderosas en tus libros.]

Sí, pero luchan y viven en una sociedad patriarcal y tienen que derribar muchos obstáculos tal y como ocurría en la Edad Media. Tienes a mujeres poderosas como Leonor de Aquitania que fue esposa de dos reyes pero que su marido pudo encarcelar durante 10 años porque se enfadó con ella. Eran tiempos distintos y en un mundo de fantasía aún más.

[¿Qué estrategia funcionará mejor al final?]

Eso sería contarte el final. Tendrás que leer para averiguarlo.

[Tiendes a crear parejas muy divertidas en los libros como cuando Jaime viaja con Brienne o Arya con El Perro. ¿Buscas este tipo de conflictos?]

Bueno, el drama se nutre del conflicto así que cuando pones a dos personajes muy distintos es muy divertido apartarte y ver como saltan chispas. Te da diálogos buenísimos y crea situaciones muy interesantes.

[Pequeños detallitos de los libros también aparecen en la serie. Como por ejemplo, Tyrion silva en los libros y también lo hace en la serie.]

Peter en realidad es muy distinto al Tyrion de los libros incluso en cosas meramente físicas: es más alto y mucho más atractivo que él. Pero todo eso deja de importar cuando le ves actuar, él es Tyrion. Ahí está. Y es perfecto.

Separados al nacer

[Cuando David y Dan te presentaron su proyecto, ¿qué hizo que te sintieras cómodo dejándoles tu obra?]

Estaba en Los Angeles por otros asuntos y mi agente concertó una reunión. Fuimos a comer a un sitio que estaba bastante lleno y yo entré en el restaurante con la idea y la actitud de «Esto no puede hacerse pero vamos a conocer a esta gente». Me había sentado con otra gente y normalmente el interés era hacer una película porque Peter Jackson había reventado la taquilla con sus películas de El Señor de los Anillos y Hollywood básicamente se basa en la imitación. Todos los estudios querían su propia saga de fantasía así que varios me contactaron pero siempre les decía lo mismo, todo El Señor de los Anillos es igual de largo que Tormenta de Espadas así que no veía cómo podrían adaptarlo a una película y cuando me proponían más de una siempre era «Hacemos una y si triunfa nos darán dinero para las otras». Eso no te asegura que se vaya a contar la historia completa y no quería que le hicieran eso a mis libros.

Afortunadamente mis libros eran bestsellers así que no necesitaba el dinero y podía decir que no. Otra gente quería contar la historia pero centrándose en un personaje («Jon, o Dany, o Tyrion o Bran») pero eso tampoco funcionaba porque las historias se relacionan entre si. Así que llegué a la conclusión de que la única forma en la que podía hacerse era en televisión de pago para por un lado contar la historia y por otro poder incluir las escenas de sexo, violencia, decapitaciones y masacres… Era espectador de HBO así que había visto Los Soprano, Roma o Deadwood y creía que si ellos estuvieran interesados en adaptar un libro por temporada sería la única forma de que eso pudiera hacerse. Y cuando me reuní con David y Dan ellos me dijeron lo mismo así que vi que estábamos en la misma onda.

[¿Oíste que Obama mencionó Game of Thrones como una de sus series favoritas?]

Eso fue muy placentero. Es una de las fantasías más comunes entre los escritores creo yo desde que John Kennedy dijo que le gustaban mucho las novelas de Ian Flemming y eso llevó a que una serie de libros de un tal James Bond que no estaban haciendo demasiado dinero se convirtieran en un fenómeno. No sé si el Presidente ha leído mis novelas, eso molaría muchísimo, pero al menos sabemos que le gusta la serie.

[¿El hecho de que exista la serie ha encorsetado tu imaginación o dado la sensación que tienes que darte prisa en acabar Canción de Hielo y Fuego?]

No porque será distinto. Puede ya reconocer que hay diferencias y aunque estoy muy contento con el nivel de fidelidad de la adaptación de mis libros, no será nunca igual. No pueden incluir todos mis personajes ni sus diálogos y subtramas así que con un poco de suerte cada producto será independiente del otro como tu puedes tener el libro de Lo que el viento se llevó y la película. Se parecen pero no son lo mismo. O puedes tener tres versiones cinematográficas de El Halcón Maltés y ninguna es igual a la novela… Incluso los fans más acérrimos de El Señor de los Anillos aprecian las películas y eso que no sale Tom Bombadil porque la adaptación, aunque no sea igual, respeta el espíritu de la novela4.

[¿Tienes alguna teoría de por qué tienes tanta imaginación? ¿Te preguntas qué hay detrás de eso?]

A veces sí hago el ejercicio de reflexionar porqué soy como soy. Hay aspectos de mi mismo que no tienen sentido… me crié en un ambiente de clase trabajadora, mi madre leía de vez en cuando algún bestseller y mi padre no abrió un libro desde que dejó el instituto. Ninguno de mis amigos leía libros. ¿Por qué yo sí? Parece como si me estuviera rebelando… ¿qué hace al escritor? ¿Su genética? ¿Su educación? No lo sé.

[¿Crees que todo artista tiene que tener algún tipo de trauma? ¿O el talento puede surgir aunque no haya dolor emocional?]

Creo que algo sí que hay… conozco autores que se vanaglorian de haber tenido infancias felices y gozar de una estabilidad emocional plena pero cuando les oigo contar eso me pregunto si en realidad mienten para esconder sus traumas… Creo que los mejores escritores escriben de corazón, desde las entrañas. Cuando empecé en los setenta escribía historias más intelectuales, no cosas que sentía sino cosas que pensaba y esas historias no tenían profundidad. Cuando empecé a escribir relatos que incluso eran dolorosos de escribir vi que cuando te exponías a ti mismo y tu vulnerabilidad era cuando tus relatos eran más de verdad. Puede que seas un escritor exitoso pero si no sangras en cada pagina no alcanzarás un nivel superior.

15 de marzo 2014

Y ahora os toca a vosotros, leales: ¿Qué os ha parecido la entrevista? ¿Un buen escritor escribe desde las entrañas? ¿Qué giro de Martin os pareció más sorprendente? ¿Adivinasteis alguno como George y Parris? ¿Os pasa como a mi que se os encoge el corazón cuando Martin demuestra estar esperanzado por terminar la saga antes que la serie le alcance o que ésta sea una adaptación fiel?

  1. Te tienes que reír
  2. Vivo con miedo de que sea verdad lo de Bran The Broken
  3. I feel you George
  4. En serio, siempre que leo cosas así me imagino a Martin llorando comiendo helado viendo lo que hicieron a partir de la quinta temporada.