La adaptación televisiva. El proceso de escritura. Los puntos de vista. La magia bien usada.

Un nuevo miércoles volvemos con una nueva edición de Así Habló Martin. Como ya sabéis, en esta sección os traemos poco a poco todas las declaraciones que Martin ha hecho sobre Canción de Hielo y Fuego a lo largo de los años. La recopilación original es cosa de Westeros.org, quienes muy amablemente nos dejan traducir su So Spake Martin para vosotros.

Seguimos en julio de 2013. La entrevista que leeremos a continuación trata sobre la diferencia entre escribir una novela y escribir para televisión y sobre cómo afronta la escritura con tantos puntos de vista y narrativa compleja.

Entrevista The Austin Chronicle

[Con informes que demuestran un aumento dramático de bebés bautizados como «Khaleesi» y un despunte en el turismo de Dubrovnik, Croacia (también conocida como Desembarco del Rey) suponemos que George R.R. Martin no necesita presentación. El hombre que nos ha dado 5 libros y tres temporadas de decapitaciones, traiciones y no muertos de ojos azules, Martin ha sido el autor que más ha contribuido a aumentar el valor de la fantasía desde otro escritor con las iniciales R.R. en su nombre. Los personajes de Poniente son ahora más reales para muchos Estadounidenses que sus compañeros de trabajo y — gracias al reparto talentoso de la serie de HBO Game of Thrones— mucho más atractivos.

Pero aquellos que se enamoraron de Tyrion Lannister antes que Peter Dinklage caminara en sus diminutos zapatos1 saben que Martin es ante todo un novelista. Los dragones molan, pero para los lectores, la atracción por el mundo de Martin viene dada por el humanismo que desprende la obra, su imaginación histórica comparable a Tolstoy (que de hecho, con su barba y gorra, si entrecerramos los ojos, Martin se parece mucho a al autor ruso). Canción de Hielo y Fuego trata, a grandes trazos, del papel que juegan individuos y familias en una sociedad medieval rota por las intrigas y luchas de poder. Martin, quien fue objetor de conciencia en la guerra de Vietnam, sabe bastante sobre resistir al embiste de la guerra; sus personajes en cambio no son tan afortunados.

La reputación de Martin como escritor que busca analizar la condición humana empezó hace ya 40 años con otra canción «Canción para Lya«, una historia de ciencia ficción inquietante sobre la melancolía que le valió el Premio Hugo a la mejor Noveleta en 1975. Desde entonces, ha mantenido su racha de premios además de editar el universo compartido de Wild Card, colaborando a través de distintos géneros y antologías y escribiendo para televisión como La Bella y la Bestia en 1980.

Martin parece ser un hombre de múltiples gustos y proyectos. Esta entrevista se dio días antes de la re-apertura del histórico cine Jean Cocteau de Santa Fe (que Martin compró y renovó). El abuelo de dragones2 nos habla en detalle sobre su proceso de escritura, los retos de la televisión y por qué no es buena idea meterle prisa.

[Ha tenido usted una larga carrera literaria con muchos éxitos desde el principio y ahora tiene esta serie tan popular de HBO mientras sus lectores esperan hiperventilando su próxima novela. ¿Es el tipo de carrera que imaginó cuando empezó en el mundo de la ciencia ficción y la fantasía?]

No realmente porque cuando empecé hace mil años aproximadamente, nadie tenía una carrera así. Mi debut profesional como autor fue en 1971 y en ese momento, aunque había muchos autores de ciencia ficción exitosos, no había ninguna novela de ciencia ficción que se colara en la lista de los más vendidos. Se consideraba a la ciencia ficción como un género lento: en un principio no se vendían muchas copias pero las ventas eran constantes a lo largo de muchos años. Ese era el tipo de carrera que buscaba –¿puedo escribir un libro al año?¿La gente los leerá?¿Se quedarán para siempre en la imprenta? Puede que algún día me nominen o gane un Premio Hugo – pero luego todo cambió. El futuro que imaginaba en los sesenta y principios de los setenta cambió radicalmente en 1977 cuando se estrenó Star Wars. Empezó ahí el primer gran boom de la ciencia ficción y los libros de este género empezaron a aparecer en las listas de más vendidos. A ese boom le siguió el boom de la fantasía y luego el del terror. Tu carrera tiene altibajos y te sorprendes a ti mismo con cosas que no imaginabas como cuando decidí, por una serie de eventos imprevistos, empezar a escribir para televisión. Así que suelo decir a autores jóvenes que no es una profesión en la que puedas planificar tu futuro: solo puedes limitarte a contar tus historias y escribir sus libros y esperar que tengan éxito, pero no esperes ningún tipo de garantía o seguridad.

[Trabajó en La Bella y la Bestia y otras series de televisión antes que en Juego de Tronos. ¿Qué retos existen al trasladar sus novelas a la pequeña pantalla en oposición a escribir directamente para ese medio?]

Técnicamente, solo hago un guion por temporada así que trabajo con el guion que ellos me dan, pero es evidente que existen retos y problemas que surgen a raíz de hacer una adaptación. Es como andar sobre una cuerda haciendo equilibrismos. Debes afrontar problemas que los escritores de narrativa no tienen como presupuesto o adaptación visual. En una novela puedes escribir una escena en la que dos personajes hablen durante 5 páginas y que todo sea diálogo, pero si lo trasladas a la pantalla serían solo dos tíos hablando en un sofá durante 10 minutos. No es interesante. Así que debes luchar contra cosas así. Uno de mis principales problemas de mis días de guionista era que mis ideas siempre eran demasiado grandes, demasiado caras y demasiado complejas. No podíamos hacer ninguna de ellas con el presupuesto del que disponíamos. Escribí Hielo y Fuego como una respuesta a eso: quería hacer algo tan grande como la imaginación me permitiese. Ahora son los showrunners de la serie, David Benioff y Dan Weiss, quienes tienen que romperse la cabeza buscando adaptar mis ideas a la pantalla y decidir qué se queda y qué se corta.

[¿Qué puede hacerse en televisión que no pueda hacerse en una novela?]

En televisión y cine tienes colaboradores maravillosos como por ejemplo un compositor. La música añade emoción a las escenas, ya sea dando un toque de suspense o afectando directamente al estado de ánimo de la misma (si pongo un violín de fondo, la escena es triste, o si pongo un tema con mucha percusión, pasa a ser más emocionante). Tienes a los actores o a los diseñadores de efectos especiales que añaden un elemento más espectacular visualmente hablando. Una cosa es escribir sobre una batalla de 10.000 hombres en la que no sabes exactamente qué imaginará el lector y otra distinta es hacerlo en pantalla con 10.000 extras peleando entre ellos. Como dicen, una imagen vale más que mil palabras.

«Un resplandor y hace BOOM», Aguasnegras, Juego de Tronos, HBO

[A menudo aparecen escenas en la serie que no podrían existir en los libros por su narrador con punto de vista. ¿Cómo toma usted la decisión de decidir en los libros quién tiene punto de vista y cómo eso cambiará de libro a libro?]

Siempre he tenido la estructura general de la saga en mente y sabía que empezaría con un grupo reducido de personajes situados todos en la misma localización, Invernalia en el primer libro, y que a medida que la acción fuera creciendo, se irían incorporando puntos de vista y sitios que descubrir, con lo que la historia se haría cada vez más grande. Eso es un paralelismo con la historia: la Primera Guerra Mundial empezó en Austria y Hungría con el asesinato del Archiduque Francisco Fernando y allí solo tienes 3 personajes: el archiduque, su mujer y el asesino. Entonces Serbia y Austria empiezan a discutir y Alemania decide intervenir, luego Rusia también lo hace y cuando te das cuenta ya están los ejércitos en marcha. La historia crece sola y esa era la estructura que buscaba. Siempre he escrito con este tipo de narradores porque creo que es la forma más realista de transmitir cosas: las personas no vivimos con un conocimiento omnisciente, solo vemos lo que podemos ver con nuestros ojos y los únicos pensamientos que oímos son los nuestros. No podemos saber a ciencia cierta qué piensa otra persona. Ahora bien, en un caso en el que la historia es complicada… no puedes tener solo un punto de vista. Si fueras a escribir sobre la Primera Guerra Mundial, ¿escribirías una novela desde el punto de vista de una sola persona? ¿Hay alguien absolutamente central que pueda narrarte toda la guerra? No, necesitas a un montón de gente. Necesitas a alguien en el frente Este, otro en el Oeste. Necesitas a un soldado raso que te narre la vida en las trincheras y necesitas a un pacifista que te cuente su oposición a la guerra o un comunista para mostrarte cómo se revelan contra el Zar, también podrías narrar desde el punto de vista del Rey de Inglaterra o el Primer Ministro…Así que para mi historia necesitaba el número de narradores que tiene ahora mismo.

[El mundo que ha creado es rico en detalles y al mismo tiempo muy vasto. ¿Cómo consiguió este equilibrio?]

La gente ha remarcado que probablemente la mayor influencia de Hielo y Fuego es la Guerra de las Rosas y tienen razón. También los que detectan paralelismos con otros conflictos medievales como la Guerra de los Cien Años, las Cruzadas, la historia de Escocia (que es particularmente sangrienta)… Así que tomé elementos de la historia real pero no me limito a transcribirlos. ¿Qué gracia tiene si me inspiro en Enrique VIII y a mi personaje le ocurre exactamente lo mismo pero solo cambio los nombres? Eso para mí es hacer trampas, es demasiado sencillo. Coges un poco de esto, un poco de aquello, lo combinas, lo replanteas, añades nuevos giros que ni un historiador vea venir, le pones elementos de fantasía para hacerlo más llamativo y épico…

[Le he oído decir en entrevistas que no tiene la saga planeada al detalle sino que tiene usted los principales acontecimientos pensados y que va llegando a ellos por caminos que improvisa. ¿Implica eso horas de extensas revisiones?]

Sí. Totalmente. Por eso tardo tanto en escribir los libros. Confío totalmente en mi musa pero a veces me lleva por callejones sin salida de los que no sé cómo salir, así que debo volver atrás y volver a empezar. No puedo negarlo. Eso sí, a veces la historia toma rumbos inesperados que resultan mucho más satisfactorios que mi idea original. Así que tiene sentido que siempre persiga a mi musa, aunque no sepa dónde me llevará.

[¿Qué personaje le ha sorprendido más durante el desarrollo de los libros?]

Catelyn me sorprendió mucho al principio de la saga. Otro que también lo hace de vez en cuando es Sam, es alguien quien ha crecido mucho a lo largo de la saga.

[Mientras crea esta saga trabaja en otros proyectos. ¿Cree que es importante para usted, para su trabajo, cambiar de aires de vez en cuando?]

Muchos fans me odian por ello, pero sí, trabajo en otras cosas. Edito antologías, escribo y edito mis sagas de Wild Cards (junto a otros 40 escritores), me involucro en la serie que tiene los mismos personajes pero con sus diferencias… Creo que ir parando me ayuda a que los engranajes sigan bien engrasados. Al mismo tiempo esto me pasa en la propia escritura de la novela ya que, aunque solo escriba Hielo y Fuego, estoy escribiendo docenas de historias. Cambiar de un POV de Tyrion a uno de Jon Nieve es hacer un cambio radical: su voz es distinta, está en otro lugar del mundo rodeado de personajes distintos y con problemas propios. Así que es como si cambiara cada vez de novela dentro del mismo universo. Hielo y Fuego no es solo una novela si no que son docenas de libros mezclados entre sí, con una narrativa muy intricada y con distintas voces.

[¿Cómo decide cada día sobre quién escribirá?]

Bueno no escribo la saga en el orden que el lector la lee. Es un ejercicio de abstracción muy fuerte meterme en el cerebro de cada personaje así que cuando tengo que cambiar me cuesta días encontrar de nuevo la voz de cada uno. Una vez la encuentro entonces suelo escribir tres o cuatro capítulos de Jon Nieve y cuando me estanco o cuando tengo que desarrollar primero otras tramas, cambio a Sansa o a Daenerys.

[Tengo mis sospechas pero ¿qué personajes son los más divertidos de escribir? ¿Hay alguno que le resulte tedioso? ¿Quiénes son los más difíciles?]

Tyrion es el más divertido, siempre lo ha sido. El más difícil… no diría que es un muermo ni nada, pero los capítulos de Bran son los más complicados porque, por un lado, es el personaje más joven con punto de vista (especialmente al inicio de la saga) porque tenía 7 u 8 años en el primer libro y me costaba escribir desde el punto de vista de alguien tan joven. Tienes que revisar cada frase y plantearte «Vale, está en esta situación. ¿Comprende qué está pasando?¿Qué pensaría?¿Entiende tal palabra o la importancia de esto otro que ha escuchado decir a alguien?»… es agotador. Otro factor es que, sí, es una serie de fantasía y hay magia, pero la magia hay que explicarla muy delicadamente porque es muy fácil equivocarse. Es como echar sal a un guiso: si pones un poquito el guiso sabe mucho mejor, si pones demasiado lo arruinas. Así que intento ir con sumo cuidado con la magia y Bran es el personaje que más se relaciona con elementos fantásticos. Así que Bran es el personaje con el que debo ir con más cuidado y de quien acabo reescribiendo más.

Bran’s Dream by SharksDen

[¿Qué hay de malo en usar magia? ¿Qué puede salir mal?]

La magia nunca debería ser la solución al problema. Mi mantra como escritor es el discurso de Faulkner en los Premios Nobel3 sobre que «el corazón humano y el conflicto consigo mismo son de lo único que merece escribirse«. Esto trasciende los géneros y lo que es buena ficción es eso: seres humanos con problemas que tienen que tomar decisiones, hacer algo, para salvaguardar la vida, el honor o solventar cualquier crisis. Para que tu historia resulte satisfactoria el protagonista tiene que resolver el problema o fracasar pero tiene que enfrentarse a él de una forma que el lector pueda entenderlo para que si al final el protagonista gana, haya una sensación de que la victoria es merecida. El peligro con la magia es que este mérito puede no estar presente. Si en el último capítulo cierras con un deus ex machina (el héroe recuerda de repente que hay una planta mágica de la que hará una poción que solucione el conflicto) estás haciendo trampas y resulta muy insatisfactorio. La fantasía bien hecha, como la de Tolkien, es la que te establece las premisas mágicas desde un principio («el anillo solo puede destruirse si lo arrojas a los fuegos del Monte del Destino donde se forjó») y no la que en el último momento Gandalf recuerda un hechizo que destruye el anillo. La magia mal usada puede arruinarte un libro y nunca debería ser la solución, tiene que ser parte del problema.

[Sus libros son oscuros y violentos. Cuando los escribe, ¿siente en algún momento que es demasiado para usted o demasiado deprimente escribir ese punto de vista del personaje sufriendo o haciendo sufrir a otros?]

Algunos momentos son más difíciles que otros… la Boda Roja ha sido lo más duro que he escrito y tuve que primero acabar el libro entero para luego decidirme a escribir el capítulo en cuestión porque era demasiado difícil, emocionalmente hablando de ponerme a escribirlo. Así que sí, a veces es complicado escribir porque tiene que ser complicado de leer. Si va a afectar emocionalmente al lector… si el lector después de leer algo terrible solo puede pensar en qué habrá para cenar, has fracasado como escritor. No has alcanzado ningún nivel de realismo. Si algo triste ocurre en los libros, los lectores deben sentirse tristes y eso implica cierto grado de implicación emocional del escritor.

[Claro. Mucha de la oscuridad y la violencia viene de que los personajes deben enfrentarse a dilemas morales complejos en una sociedad que está hecha mierda. Probablemente, de forma irreparable. ¿Siente a veces que su mundo es demasiado descorazonador?¿Cómo evitar que así lo perciba el lector?]

No sé si mi mundo es uno en el que no hay esperanza… a veces lo siento así, pero de la escritura, no del mundo. *Ríe* «¿Por qué me metí en un proyecto así de grande? ¿Eran necesarios Siete Reinos? ¿No bastaba con cinco? ¡Cinco es un número muy bonito!». El mundo real es muy oscuro y una de las cosas que repiten mis personajes en las novelas es «Valar Morghulis», todos los hombres mueren. Eso es tan válido en Poniente como en el mundo real. Todos moriremos. Creo que es parte esencial de la historia de la literatura o la religión ya que todos nos planteamos nuestra propia mortalidad: ¿qué significa morir?¿Cuándo llegará?¿Qué significa entonces la vida?». Así que sí, el mundo es oscuro y Poniente es un mundo cruel y violento, pero no mucho más de lo que fue la Edad Media. En algunas cosas, Poniente es Disneyland comparado con alguno de los acontecimientos de las cruzadas o de la Guerra de los Cien Años. No deberíamos olvidarlo nunca: la historia está escrita con sangre.

23 de julio.

Y ahora os toca a vosotros, leales: ¿qué os ha parecido la entrevista? ¿Qué puntos de vista gozasteis más la primera vez que leísteis la saga? ¿Y en relecturas? ¿Qué acontecimientos históricos os parecen más Martinianos?

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  1. Este entrevistador me parece un poco subnormal. Pero quién soy yo para juzgar.
  2. Guadalupe exige RESPETO.
  3. Aw shit, here me go again.