Inicios de la saga. Métodos de escritura. Proyectos anteriores.

Como cada miércoles desde hace cincuenta y dos semanas, volvemos con una nueva edición de Así Habló Martin. Con esta sección os traemos poco a poco todas las declaraciones que George R. R. Martin ha hecho sobre Canción de Hielo y Fuego a lo largo de los años. La recopilación original es de Westeros.org, quienes muy amablemente nos permiten traducir su So Spake Martin para vosotros.

El año es el 2000, y en estas fechas se acaba de publicar el tercer tomo de la saga, Tormenta de Espadas. El siguiente libro pendiente es Danza de Dragones, pues la división que daría lugar a Festín de Cuervos aún no se ha contemplado. Además, el autor aún está planeando un salto temporal de cinco años que más adelante descartaría. Ya reconocido como un gran escritor de fantasía, diferentes medios especializados muestran interés en hacerle entrevistas a Martin.

Entrevista con Amazon.co.uk: Se acerca una Tormenta

[Nota: la fecha exacta, más allá de julio del 2000, es desconocida.]

Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin es quizás la más espectacular, y ciertamente la mejor escrita, de las fantasías épicas a larga escala actuales. Con la publicación del tercer volumen, Tormenta de Espadas, habla con Roz Kaveney sobre el realismo en la fantasía, villanos simpáticos y encontrar la extensión adecuada para tu trabajo.

[Canción de Hielo y Fuego iba a ser originalmente una trilogía, pero aquí estás, con el tercer volúmen y nada cerca aún del final.]

La saga tendrá seis volúmenes, pero trataré de dejarlo ahí. Mi editorial americana quería dividir Tormenta de Espadas en dos volúmenes, pero la persuadí de lo contrario. Con este volumen he llegado al menos al final de mi introducción, aunque no es aún el principio del final. El cuarto volumen, dentro de un año o dos, tendrá lugar cinco o seis años más tarde que este; lo que significa que tendría que empezar con mucho material que establezca qué pasó mientras tanto.

[Esta es una de las fantasías medievales más realistas ahora mismo en marcha.]

Creo que es posible capturar propiamente el sabor de la Edad Media en la fantasía. Cuando estás investigando y tratando de capturar el sentimiento de las cosas, hay momentos en que la historia es realmente una distracción. Yo intento sumergirme en el periodo hasta el punto en que sabes hasta los detalles de la ropa interior, los nombres de las piezas de una armadura o las reglas de un torneo cuando los necesitas. Y, entonces, eres poco fiel a los hechos cuando tienes que serlo. Parte de la utilidad de escribir fantasía es que no estás ligado a la historia. Yo necesitaba escribir torneos en los que los tumultos fueran algo en lo que todo vale, donde el ganador fuera el último hombre en pie, mientras que normalmente eran un evento entre equipos claramente distinguidos.

[Incluso fijándonos en los hechos de la historia, tu mundo está particularmente lleno de traición.]

Supe desde el principio que la traición era una parte importante de lo que estaba escribiendo, y tenía algunas de las ideas principales en mente. Había una dicotomía similar en el mundo real entre la creencia en la caballería y las barbaridades que la gente se hacía entre ella casi todo el tiempo. Mira a Ricardo el Primero o al Príncipe Negro: el Príncipe Negro entretuvo lujosamente al rey francés capturado en Poitiers después de que este hubiera saqueado las ciudades en otras ocasiones. Me gusta pintar en sombras de gris.

[Y esto es por lo que en el libro nuevo algunos personajes menos probables resultarán tener conciencia.]

Esto es también en parte porque, según mi proceder, me gusta expandir el número del elenco principal, que solían ser personajes con punto de vista: nunca antes hemos visto a Jaime el Matarreyes desde dentro…

[Y usas la Edad Media factual para montar algunas de las desagradables sorpresas para aquellos a quienes les gusta adivinar la trama por adelantado.]

Me gusta sorprender, pero también me gusta presagiar. Mezclo mis fuentes históricas. Obviamente me he inspirado en la Guerra de las Rosas, pero Tywin Lannister no es Warwick el Hacedor de Reyes, y Tyrion no es Ricardo de Gloucester. También me inspiro en la Guerra de los Cien Años, la Cruzada albigense y cosas de fuera de Europa. Mis lectores siempre se equivocan al asumir que hay correspondencias directas. El lujo de la fantasía es que puedes llevar más fácilmente tu trama en diferentes direcciones. En la ficción histórica sabes la mayor parte de lo que va a pasar.

[Y esto es fantasía propiamente dicha… con dragones.]

Nunca quise tener dragones parlantes. Quizás aún sea demasiado escritor de ciencia ficción para estar contento con criaturas que son también como humanos. Si los dragones fueran inteligentes, lo serían de forma que no lo reconoceríamos como tal. Pensé mucho el evitar elementos visibles de fantasía y hacer algo que solo sería una fantasía que tiene lugar en lugares imaginarios y que evita hechos históricos conocidos. Así, he racionado la magia con cuidado. Leí de nuevo El Señor de los Anillos y me fijé en cómo lo hace Tolkien. El Señor de los Anillos sucede en un mundo mágico, pero no hay mucha de esa magia realmente en escena. Para Tolkien, la brujería es conocimiento, no hechizos y encantamientos constantes. Quería mantener sutil la magia en mi libro y dar la sensación de que crece, pero deja de ser mágico si la ves demasiado. Para Tolkien, la espada de Aragorn es mágica porque lo es, no porque la veamos normalmente ayudarle a ganar batallas. En estos libros, la magia es siempre difícil y peligrosa, y tiene un precio y riesgos.

El sentido de la escena en Juego de Tronos donde Daenerys incuba a los dragones es que ella hace magia conforme avanza. Es alguien que realmente podría no haber hecho nada. Quería que la magia fuera algo apenas bajo control y medio instintiva; no la versión de John W. Campbell con la magia como la ciencia y tecnología del mundo, que funciona por reglas simples y entendibles. Sin palabras precisas o una serie de pasos que olvidas cuando los has hecho y tienes que volver a aprender, como en Dying Earth de Vance. Cuando Vance lo hizo, era original, pero yo quería hacer otra cosa. Y es importante que los libros individuales se refieran a las guerras civiles, pero el título de la saga nos recuerda constantemente que el problema real está en el Norte más allá del Muro. Stannis se convierte en uno de los pocos personajes que realmente entiende eso, por lo que a pesar de todo es un hombre justo y no una versión de Enrique VII, Tiberio o Luis XI.

[Escribes bien a los niños.]

No tengo ninguno, pero fui uno una vez. Cuando la saga se concibió originalmente, solo tenía tres volúmenes y no sabía que varios de los personajes principales se iban a quedar siendo niños la mayor parte de ellos. Los capítulos que me son más difíciles de escribir son los de Bran, porque es el personaje más inmerso en la magia, el niño más joven y está seriamente tullido. Tengo que escribir en esa sensación de impotencia y siempre tiene que ser creíble. Sansa era la menos simpática de los Stark en el primer libro: se ha vuelto más simpática, en parte porque llega a aceptar su parte de responsabilidad en la muerte de su padre. Jon Nieve es el personaje más auténtico. Me gusta su sentido del realismo y la forma en que lleva su bastardía.

[Y el personaje más popular parece ser Tyrion.]

Es posiblemente mi favorito, y es ciertamente el más fácil de escribir. Es la persona a la que no se puede engañar, y tiene un cínico sentido del humor. Me he encontrado muchas veces a mí mismo jugando con el hecho de que realmente no es Ricardo de Gloucester, aunque se deja claro que tendrá una reputación al menos tan oscura a partir de ahora.

Portada de Sueño del Fevre de Gigamesh

[Hablemos un poco ahora de mi favorito de tus trabajos iniciales: Sueño del Fevre, tu novela sobre vampiros y los barcos de vapor del Mississippi.]

Estoy trabajando en un guión de eso, por lo que aún es un proyecto nuevo para mí. También es mi favorito personalmente, en parte porque me encanta el personaje principal, Abner Marsh.

[Existe la posibilidad de que tus space operas tempranas (Muerte de Luz, Windhaven) se vuelvan a lanzar. El universo de esos libros siempre me pareció curiosamente melancólico y poético.]

No he hecho space opera desde hace mucho, pero a veces recuerdo cómo se sentía escribirla. La gente veía en Sueño del Fevre como que estaba dejando la ciencia ficción por el terror, pero es solo que me gusta probar cosas diferentes. Puede que aún vuelva a las space operas algún día. Este es el tipo de cosas que vuelven locas a las editoriales, porque en el clima actual de la ciencia ficción y fantasía el cambiar de género no se ve siempre con buenos ojos.

[Tras una historia distinguida y ganadora de premios por ficción corta (Reyes de la Arena, por ejemplo), no parece que sigas escribiendo historias cortas.]

Simplemente no tengo tiempo. La única ficción corta que he escrito en los últimos años fue un spin off de lo de los Siete Reinos. Incluso cuando estaba en Hollywood tenía poco tiempo para editar las antologías Wild Cards y escribir ficción corta, porque no podía perder la práctica y tenía que recordarle a la gente que existía. Cogía demasiados proyectos entonces y siempre tenía problemas con los plazos.

Ya no cojo proyectos que no pueda hacer. Cuando esté entre libros puede que haga más ficción corta. Pero el otro problema es que me resulta más difícil escribir historias cortas. La ficción corta sea probablemente novelas ahora para mí, porque respiro hondo. Soy consciente de que eso es una elección estética. Hay un culto de libros finos, pero lo contrario a ello no es libros gordos. Lo Hemingwayesco no es una opción para mí. Espero que las novelas de fantasía tengan mucho músculo para ir con su propio peso. Algunos de los fans de fantasía se han ofendido por el contenido sexual, pero si vas a darle al lector una contribución ajena de un mundo imaginario, el sexo tiene que ser tan real como los festines o los torneos. Las cosas tienen que ponerse claramente en el ojo de la mente, y eso conlleva palabras.

1 de julio de 2000

Entrevista con Outland

[Nota: la siguiente entrevista ya no está disponible en Ottakars, por lo que amablemente nos han dado permiso para reproducirla entera aquí. Sigue siendo de Ottakars. La fecha exacta, más allá de septiembre del 2000, es desconocida.]

[En la primera parte de tu carrera, eras principalmente conocido como escritor de historias cortas, ganando creo que eran 3 Hugos y 2 premios Nebula. Por favor, corrígeme si me equivoco.]

En el presente son 4 Hugos y 2 Nebulas. Recogí otro Hugo hace un par de años en la WorldCon de San Antonio por la novela Sangre del Dragón, un extracto de Juego de Tronos. Por si sirve de algo, también un Bram Stoker y un Premio Mundial de Fantasía.

[Según ha pasado el tiempo, parece que gradualmente te has movido a formatos más y más largos: primero novelas, después una saga de novelas largas con Canción de Hielo y Fuego. Me preguntaba cuáles crees que son las fortalezas de cada forma, y si estabas planeando quedarte en estas más largas o volver de nuevo a la historia corta.]

Quiero hacer más ficción corta en el futuro, definitivamente, aunque no es probable que haga historias cortas de verdad. Incluso en los 70 me encontraba más cómodo con formatos más largos. Quiero hacer más cuentos de Dunk y Egg, quienes salieron en mi historia El Caballero Errante en Legends. Esas serán probablemente mis novelas cortas. Es cuestión de encontrar el tiempo. Los libros de Canción de Hielo y Fuego son enormes, y no me dejan mucho tiempo para otros proyectos.

[Muchas de tus historias tempranas sucedían en el mismo universo, por última vez visitado en las historias recopiladas de Los Viajes de Tuf. ¿Planeas volver a escribir algo en el mismo universo?]

Bueno, me gustaría hacer más historias de Tuf algún día, y también tengo un pedazo de una novela de ciencia ficción llamada Avalon que dejé de lado para escribir Juego de Tronos. Tengo un cariño persistente por esa vieja historia futurista, debo admitir… incluso aunque ciertas aspectos puedan parecer desfasados ahora. Espero visitarlo de nuevo algún día.

[Se te ha descrito a menudo como un escritor romántico en el sentido más amplio, teniendo la sensibilidad de un poeta además de una conciencia de las brutales realidades de la existencia. Tus personajes viven frecuentemente la pérdida y el arrepentimiento, y el fracaso al no alcanzar sus objetivos o no estar a la altura de sus ideales, una temática que está desde tus trabajos iniciales hasta Canción de Hielo y Fuego. ¿Hay un elemento autobiográfico en tales imperfectos cruzados como Laren Dorr, el Gran y Poderoso Turtle y Ser Jorah entre muchos otros, o reflejan sin embargo quizás una visión de la vida general?]

Uhm… bueno, admito que exploté descaradamente mi propia vida cuando creé al Gran y Poderoso Turtle. La infancia de Tom era la mía, con tortugas como mascotas y todo. Por desgracia, nunca desarrollé telequinesis… en cuyo caso podría estar por ahí combatiendo el crimen desde un Volkswagen armado en vez de escribiendo mis novelas. Mis otros personajes son menos autobiográficos en la superficie, pero en el fondo hay mucho de mí en todos ellos. Un escritor observa a otra gente y se inspira en todo lo que ve, escucha y experimenta, claro, pero la observación no te llevará muy lejos. Para hacer que un personaje cobre vida tienes que ser ese personaje, y eso significa sumergirte en tu propia psique usando tus propios sueños y deseos… e incluso miedos.

[Fuiste de muchas formas unos de los precursores del reciente boom de novelas vampíricas con Sueño del Fevre. ¿Cuál crees que es el atractivo de las historias de vampiros, y por qué parece que se han hecho tan populares ahora?]

Los vampiros siempre han sido populares. He escrito también historias sobre hombres lobo, fantasmas y zombies, pero ninguno de ellos tiene el sex appeal del vampiro. Creo que el erotismo tiene mucho que ver. Hay un oscuro romanticismo en el vampiro al que ninguno de los otros monstruos tradiciones puede llegar. En El Sueño de Fevre, Joshua York cita a Byron en cierto punto: «camina con belleza, como la noche…» Está hablando del barco de vapor, pero las palabras también se aplican a los vampiros.

[En los 80 te pasaste a la televisión, trabajando en series tales como la nueva Dimensión Desconocida y La Bella y la Bestia. ¿Cómo crees que la experiencia difirió de trabajar en el medio de la imprenta? ¿Te enseñó algo?]

Al final me enseñó que quería volver a los libros. Oh, fue una temporada excitante, por supuesto. Trabajé con buena gente e hice mucho trabajo del que estoy orgulloso, pero la televisión y el cine son medios colaborativos, y al final me harté de colaborar. Un libro me permite ser el escritor, director, productor, artista de efectos especiales, diseñador de escenarios, especialista y todos los actores todo en uno. No tengo que comprometer mi historia a seguir las demandas del estudio o de la cadena, o suavizarlo porque piensan que es demasiado violento o demasiado sexy o demasiado opinativo. Y tampoco me tengo que preocupar de los presupuestos. Mis guiones siempre eran disminuidos en cuanto a presupuesto en Hollywood.

[Al final de los 80 fuiste la luz guía detrás de la excelente saga de novelas mosaico Wild Cards, trabajando con escritores tales como Roger Zelazny, Mellinda Snodgrass, Ed Bryant y Walter Jon Williams, entre muchos otros. ¿Cómo fue colaborar de cerca con tantos escritores tan diferentes?]

Era frustrante y estimulante a la vez. Teníamos un gran grupo de escritores con mucho talento, y un gran mundo en que jugar, y algunas de nuestras sesiones de lluvia de ideas eran de lo más divertidas. Por supuesto, también había discusiones. Pero como yo era el editor, siempre las ganaba… no como las discusiones que tenía en Hollywood. Contamos historias geniales, y también creo que llevamos el concepto de «mundo compartido» a un nuevo nivel. Ninguna otra saga de mundo compartido había intentado nada tan ambicioso como nuestras novelas mosaico.

De hecho, parece que Will Cards volverá pronto. Estamos negociando un acuerdo que traerá de vuelta muchos de los antiguos libros y nos permitirá añadir un par nuevos. No puedo decir nada más hasta que se firmen los contratos, pero estoy deseando revisitar algunos de esos personajes.

[Aunque siempre has escrito fantasía y ciencia ficción, Canción de Hielo y Fuego es, creo, tu primera incursión en el género tradicional de fantasía épica. Consideraciones comerciales aparte, ¿qué te atrajo del género?]

Realmente había tenido varias incursiones en la alta fantasía años e incluso décadas antes de que empezara a trabajar en Canción de Hielo y Fuego: The Lonely Songs of Laren Dorr, El Dragón de Hielo, In The Lost Lands, etc. Incluso en mi fantasía rockandrollera de terror y misterio, The Armageddon Rag, nombré a mi banda ficticia de los 60 los Nazgul, y llamé a su primer álbum Hot Wind Out of Mordor.

Juego de Tronos fue mi primer intento de fantasía épica en cuanto a novela, pero me había encantado el género toda la vida. Al crecer, nunca hice distinciones entre ciencia ficción, fantasía y terror. Podía leer Dying Earth de Jack Vance una semana, y Fundación de Asimov la siguiente y disfrutarlas ambas. Y El Señor de los Anillos tuvo más impacto en mí que ningún libro que haya leído.

[Las novelas de fantasía están a menudo ambientadas en una especie de versión idealizada de cómo querríamos que hubiese sido realmente la Edad Media. Una de las características únicas de Canción de Hielo y  Fuego para mí era la forma en que combina el brutal realismo de la Edad Media real con elementos derivados de las versiones idealizadas de la misma: la elaborada armadura y heráldica evoca ecos obvios a Chaucer, Mallory y Spenser. ¿Fue una decisión consciente iluminar la forma en que una sociedad medieval se podía ver a sí misma o era quizás demasiado divertido jugar con todo el simbolismo bizarro?]

Bueno, tengo que admitir que disfruto de la heráldica por sí misma, aunque me he tomado demasiado en serio algunas de las convenciones heráldicas del mundo real. Mucha mala fantasía tiene lugar en una especie de Edad Media de Disney, y eso no se me antojaba, pero tampoco quería escribir miles de páginas sobre barro, pulgas y plagas. Eso sería igual de falso pero en la otra dirección. La Edad Media real tenía lugar tanto para las plagas como para el esplendor, y quería ambas cosas también en mis libros; realzado de alguna forma, ya que es fantasía.

[Del mismo modo, la sociedad de los Siete Reinos parece estar atrapada en la dicotomía entre sus ideales nobles expresados por sus códigos de caballería y heráldica y su inhabilidad de estar a la altura de esos ideales, como revelan las atrocidades que describes conforme la guerra civil erosiona las máscaras que lleva la sociedad. ¿Qué piensas sobre esto?]

Cada sociedad tiene tensiones entre sus ideales y su realidad, pero en algunas, la brecha es especialmente dramática. El periodo medieval fue un caso así.

[Canción de Hielo y Fuego es obviamente una épica en casi cada sentido de la palabra. Hay aquí elementos de casi cada convención de Fantasía, como la guerra, la magia y los dragones. Hay una realpolitik maquiavélica real, e incluso los favoritos de la cultura popular como mamuts, gigantes y lo que parecen sospechosamente velocirraptores. Toda la historia tiene una sensación épica, no menos como resultado de su tremendo tamaño. Empezar un proyecto así debe requerir un gran compromiso, pero obviamente crees que merece la pena. ¿Cómo has encontrado toda la experiencia y qué piensas sobre el género épico?]

Este fue el primer gran proyecto que abordé después de diez años trabajando en Hollywood, de estar siempre pendiente del presupuesto, de escribir guiones que tenía que encajar en 46 minutos y que no podían ser más largos de 120 páginas. Después de una década de eso, quería desesperadamente hacer algo que me diera más espacio para respirar, algo que fuera grande, rico y a gran escala.

Cuando empecé, estaba planeando una trilogía: tres libros de alrededor de 800 páginas de manuscrito cada uno, estimé. Si me hubiera mantenido en eso, habría acabado ya, con el último libro a punto de salir. Pero una historia tiene sus propias demandas, y esta era simplemente demasiado grande para estar contenida en tres libros. Tampoco ninguno de los libros terminados hasta la fecha ha tenido 800 páginas. Han tenido aproximadamente 1.100, 1.200 y 1.500 respectivamente. Y aún me quedan tres libros…

Si hubiera sabido al empezar cómo de enormes serían estos libros y cuánto me llevaría escribirlos, probablemente me habría sentido demasiado intimidado para escribir la primera frase. Pero ahora que estoy en ello, me alegro de que las cosas vinieran así. Podría haber contado una versión de esta historia en tres libros de 800 páginas, sí, pero nunca habría tenido la complejidad de trama, la profundidad de personajes o la riqueza de detalles que he sido capaz de conseguir con esas páginas añadidas. A veces, más grande es mejor.

[Otro elemento que me gustó de la saga es el relativismo moral de muchos de los personajes. Demasiadas fantasías se basan en el reducido de villanos realmente malvados en el sentido moral absoluto. Pero tus personajes, aunque cometan actos terribles, generalmente lo hacen desde el propio interés, con poca visión a largo plazo o porque realmente creen que están actuando bien. ¿Fue esto una decisión deliberada o simplemente era más interesante escribir así?]

Ambas. Siempre me han parecido más interesantes los personajes grises que esos que son puramente blancos o negros. No tengo reparos con la forma en que Tolkien manejó a Sauron, pero en algunas cosas El Señor de los Anillos da un ejemplo desafortunado para los escritores que le siguieron. No quería escribir otra versión de la Guerra entre el Bien y el Mal, donde el antagonista se llama el Rey Grosero o el Señor Demoníaco o el Príncipe Podrido, y sus secuaces son subhumanos esclavos vestidos de negro. (Vestí a mi Guardia de la Noche, quienes son básicamente tipos buenos, todo de negro en parte para disminuir esa irritante convención). Antes de que puedas luchar la guerra entre el bien y el mal tienes que determinar qué es cada uno, y eso no es siempre tan fácil como algunos fantasistas querrían hacerte creer.

[Asimismo, muestras una predisposición para matar personajes que están desarrollados como si fueran a ser elementos importantes que verán todo hasta el final. Este repentino despacho de personajes que a menudo están a punto de conseguir su objetivo me parece un todo con la representación a menudo dolorosamente realista y poco glamourosa de la guerra y las obscenidades aleatorias que normalmente genera. ¿Es difícil planear algo que parece que refleja la naturaleza arbitraria de la vida como esto?]

¿Difícil? No, no especialmente. De hecho, creo que hay algo poco obsceno en las fantasías épicas que muestran guerras enormes y aún así de alguna forma nunca dejan que ningún daño serio afecte a los personajes principales. La ficción es el arte de mentir convincentemente, pero creo que Mark Twain dijo una vez que hay mentiras y mentiras malditas (y estadísticas, pero no nos metamos en eso). Durante mis años en televisión, a menudo me topé con la hipocresía de las cadenas, quienes querían series de «acción» pero no mucha «violencia». Me cansé de eso. Había gloria en la guerra, al menos antes de que aparecieran las pistolas (todas nuestras fuentes antiguas y medievales coinciden en eso), pero también había terror, dolor y miedo, y una vez te unías a la batalla, cualquiera podía morir.

[¿Dirías que esta aparición del destino aleatorio es una parte integral de lo que intentas decir sobre el género de la fantasía épica, dado que es tan a menudo sostenido por una temática determinista, incluso una profecía?]

La profecía es uno de esos tropos de la fantasía con los que es divertido jugar, pero que puede fácilmente volverse una camisa de fuerza si no tienes cuidado. Una de las temáticas en mi ficción, desde el principio, es que los personajes deben tomar sus decisiones, para bien o para mal. Y tomar decisiones es difícil. Hay profecías en mis Siete Reinos, pero sus significados son muchas veces turbios y engañosos, y pocas veces ofrecen a los personajes mucho en cuanto a ser una guía útil.

[Por último, una crítica que leí alababa la «pura mentalidad sangrienta» de Canción de Hielo y Fuego. ¿Cuál es tu reacción a esto?]

Me lo tomo como un halago. Aún así, Canción de Hielo y Fuego no sostiene una vela para las cosas que pasaron en la Edad Media real…

1 de septiembre de 2000

Y ahora, es vuestro turno para hablar. ¿Qué declaración de Martin os ha llamado más la atención? ¿Qué punto de vista os hubiera gustado tener en los libros? ¿Por qué creéis que Stannis presta atención a la amenaza de los Otros mientras los demás no se la toman en serio? ¿Qué obra anterior de Martin tenéis pendiente leer?

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