Regresamos hoy con una de las teorías que durante más tiempo hemos leído por los comentarios. Todos le hemos pedido en infinidad de ocasiones que se animase a escribirla, y aquí tenemos una parte de ella. Como muchos sabéis, @Zagel ha sostenido en multitud de ocasiones que la profecía de Azor Ahai puede concretarse en diversos personajes, cada uno de ellos representando además un rol específico que coincidiría con cada uno de los aspectos de la Fe de los Siete. Y hoy sí es ese día, el día en el que comienza la forja del gran compendio zageliano.


Sam, el herrero

— Zagel —


El Herrero trabaja sin descanso, para nuestro mundo enderezar. Usa su martillo, enciende su fuego, todo para los niños.

tormenta de espadas, samwell iii

 

Si hay un personaje improbable para ser Azor Ahai renacido, ese es Samwell Tarly, repudiado por su padre por blando y cobarde; cobardía que no duda en asumir, llamado Ser Cerdi de forma despectiva entre sus hermanos juramentados de la Guardia de la Noche. Pero Sam es un personaje en continua evolución; un personaje que, pese a todo, NO se rinde. Un personaje que representa a los que no son líderes ni guerreros, sino a los que trabajan para «enderezar» el mundo.

Sam como el Herrero. Imagen gratuita generada por IA Pixabay

Cuando empecé a pensar en la teoría de Azor Ahai como las siete encarnaciones del dios de los ándalos, una de las mayores dificultades que encontré fue con el personaje que pudiera personificar a El Herrero. Hay algunos herreros en la saga como Mikken, el herrero de Invernalia, que forja a Aguja; o Donal Noye, el herrero del Castillo Negro. Pero ambos murieron. La única opción que parecía quedar era la de Gendry. Pero a mi no me convencía del todo, lo veía demasiado secundario, no involucrado en la trama mística sino en la meramente política. No me terminaba de encajar.

Había que buscar algún personaje que no fuera literalmente un herrero pero que pudiera encajar.

Tyrion era la primera opción más o menos evidente. Es uno de los personajes principales de la saga, y su aspecto concuerda con herreros de otras mitologías. Es deforme, como el Hefesto/Vulcano de la mitología grecolatina, y es enano, como los herreros de armas mágicas de la mitología nórdica. Además es inventivo y sabe diseñar cosas (como la silla de montar de Bran) y ordenó forjar la gran cadena que cerró la bahía del AguasNegras y facilitó la victoria sobre Stannis.

Tyrion parecía encajar. Pero… GRRM parece haberle asignado otro papel, y en este caso ha sido muy directo para mí por una vez: Tyrion es Hugor Colina, es decir el que gobernará gracias a la acción de los Siete, NO uno de los Siete. Luego esto lo excluye como el Herrero.

—«El Padre alzó la mano a los cielos y sacó siete estrellas —recitó Tyrion—, y las depositó de una en una en la frente de Hugor de la Colina para ponerle una corona resplandeciente.»

danza de dragones, tyrion ii

«¿Yollo? Suena a nombre de mono.» Peor aún, era un nombre pentoshi, y saltaba a la vista que Tyrion no lo era.
—En Pentos me llaman Yollo —se apresuró a aclarar para arreglarlo de la mejor manera posible—, pero mi madre me llamó Hugor Colina.
—¿Qué sois? ¿Un pequeño rey o un pequeño bastardo? —preguntó Haldon.

danza de dragones, tyrion iii

 

Si Tyrion no es el Herrero… ¿qué otro personaje más o menos principal podría encajar en ese rol?

Y pensé en los maestres. Y pensé en Sam, que va camino de convertirse en un maestre. Pero Sam no es herrero, ni siquiera un trabajador físico. No fue asignado a los constructores en la Guardia de la Noche, sino a los mayordomos. ¿Qué lo vincula con el Herrero?

Analicemos dos citas de la saga. La primera está relacionada con Sam, cuando Jon aboga por él para no dejarlo solo cuando va a dejar de ser un recluta y no quiere dejar a Sam desamparado frente a los otros reclutas.

—Recuerdo que en cierta ocasión le pregunté al maestre Luwin por qué llevaba una cadena al cuello.
—Sigue. —El maestre Aemon se rozó la cadena con dedos huesudos y arrugados, acariciando los pesados eslabones de metal.
—Me dijo que el collar de un maestre es una cadena que simboliza su vocación de servicio —continuó Jon, rememorando—. Le pregunté por qué cada eslabón era de un metal diferente, cuando un collar de plata sería más adecuado para sus túnicas grises. Él se echó a reír y me contó que el maestre forjaba la cadena con sus estudios. Los metales diferentes simbolizaban los distintos aprendizajes: el oro era por el estudio del dinero y las cuentas, la plata por la curación, el hierro por las artes de la guerra… Y me dijo que había otros metales con otros significados. El collar debe recordar a un maestre que sirve al reino, ¿no es así? Los grandes señores son el oro y los caballeros son el acero, pero con dos eslabones no se hace una cadena. También se necesita plata, hierro, plomo, estaño, cobre, bronce, de todo, y eso son los granjeros, los herreros, los comerciantes y el resto de las personas. Para hacer una cadena se necesita todo tipo de metal, igual que la tierra necesita de todo tipo de hombres.

juego de tronos, jon v

 

El otro extracto hace referencia a El Herrero; cuando el septón Meribald habla con Podrick y Brienne sobre él en su deambular por las Tierras de los Rios:

—Un dios con siete aspectos. Así es, mi señora, y tenéis razón, pero el misterio de los siete que son uno es difícil de entender para la gente sencilla, y yo soy sencillo, así que hablo de siete dioses. —Meribald se volvió hacia Podrick—. Nunca he conocido a un muchacho que no adorase al Guerrero. Pero yo soy viejo, y por eso adoro al Herrero. Sin su labor, ¿qué podría defender el Guerrero? Hay un herrero en cada ciudad, en cada castillo. Hacen arados para sembrar nuestras cosechas, clavos para construir nuestros barcos, herraduras para los cascos de nuestros fíeles caballos, hermosas espadas para nuestros señores… Nadie duda de la valía del herrero, así que ponemos su nombre a uno de los Siete, pero también lo podríamos haber llamado Granjero, Pescador, Carpintero o Zapatero. No importa en qué trabaje; lo que importa es que trabaja. El Padre gobierna, el Guerrero lucha, el Herrero trabaja, y juntos hacen todo lo que está bien para el hombre. El Herrero sólo es un aspecto de la divinidad, y de la misma manera, el Zapatero es un aspecto del Herrero. Fue Él quien escuchó mi plegaria y me curó los pies.

festín de cuervos, Brienne v

 

Si analizamos ambos fragmentos vemos que en realidad están hablando de lo mismo. En el primero se dice que los grandes señores son oro, en el segundo se dice que el Padre (el equivalente a los grandes señores) gobierna. Los Caballeros son acero, el Guerrero (su equivalente) lucha; el resto de personas (entre ellos los herreros) son el resto de metales con los que se forjan las cadenas de los maestres, que sirven al reino, que trabajan; el Herrero es el que trabaja y que representa a todo tipo de persona que trabaja.

Luego podríamos decir que el Herrero es un Maestre.

El primer párrafo está dedicado a Sam, a justificar porque Sam es digno de ser un Hermano Juramentado de la Guardia de la Noche, pese a ser (en apariencia) un blando y un cobarde. El segundo está dedicado al Herrero. Y si ambos están hablando de lo mismo y los unimos podríamos decir que Sam, que ha sido enviado a Antigua para formarse como maestre, debería ser el Herrero.

Sam Azor Ahai

Sam como Azor Ahai renacido. Imagen generada por IA Tailbox

Y si hay un personaje en la saga del que pueda decirse a la altura de lo publicado que ha actuado como Azor Ahai, ese personaje es Sam. El único que empuñando una espada de fuego (una daga de vidriagón, que es fuego helado) ha terminado con Otro, con un ‘Caminante Blanco’ usando terminología de la serie. Un episodio tremendo donde se cumplen muchas de los indicios que anuncian el renacimiento de Azor Ahai.

—Madre, ten piedad —sollozó, había olvidado a los antiguos dioses en medio del terror—. Padre, protégeme… Oh…
Sus dedos encontraron la daga que llevaba y los cerró en torno a la empuñadura.
Los espectros habían sido lentos y torpes, pero el Otro era ligero como la nieve llevada por el viento. Esquivó con fluidez el hachazo de Paul, su armadura siempre ondulante, describió un arco con la espada de cristal y la clavó entre los aros de hierro de la cota de mallas del hombre, atravesando el cuero, la lana, la carne y el hueso. Le salió por la espalda con un siseo aterrador, y Sam oyó la exclamación de Paul cuando perdió el hacha. El hombretón, empalado y con la sangre humeando en la espada, trató de alcanzar a su asesino con las manos, y casi lo logró antes de caer. Su peso arrancó la extraña espada de la mano del Otro.
«Ya, ataca ya, deja de llorar y lucha, mocoso. Lucha, cobarde.» La voz que oía era la de su padre, era la de Alliser Thorne, la de su hermano Dickon y la de Rast. «Cobarde, cobarde, cobarde.» Soltó una carcajada histérica, se preguntó si lo convertirían en un espectro, un espectro grande, gordo y blancuzco, que siempre se tropezaba con sus pies muertos. «Ataca, Sam. —¿Era aquélla la voz de Jon? Jon estaba muerto—. Tú puedes, tú puedes, ataca.» Y de pronto se encontró precipitándose hacia delante, en realidad más que correr lo que hacía era caer, con los ojos cerrados y agitando la daga a ciegas ante él con las dos manos. Oyó un crujido, como el ruido que hace el hielo al romperse bajo una bota, y a continuación un chillido tan agudo y penetrante que lo hizo retroceder tambaleante, con las manos en los oídos, hasta que cayó de culo.
Cuando abrió los ojos, la armadura del Otro se deslizaba por las piernas del ser como un riachuelo, mientras una sangre color azul claro siseaba y humeaba en torno a la daga de vidriagón que tenía clavada en la garganta. El Otro se llevó las manos blancas como la nieve hacia la herida para tratar de arrancársela, pero cuando los dedos rozaron la obsidiana empezaron a humear.
Sam rodó de costado, con los ojos abiertos de par en par, mientras el Otro se deshacía en un charco, se disolvía… En pocos momentos desapareció toda la carne, se había evaporado en jirones de tenue neblina blanca. Debajo había huesos como vidrio lechoso, claros y brillantes, que también se estaban disolviendo. Por último sólo quedó la daga de vidriagón, envuelta en un sudario de vaho, como si estuviera viva y sudorosa. Grenn se inclinó para recogerla, pero al momento la volvió a soltar.
—¡Madre, qué fría está!
—Es obsidiana. —Sam se puso trabajosamente en pie—. También la llaman vidriagón. Vidriagón. Vidrio de dragón. —Soltó una risita, luego un sollozo, y se dobló por la cintura para vomitar su valor sobre la nieve.

tormenta de espadas, sawmill i

 

Veamos los signos de Azor Ahai:

– El momento: cuando la estrella roja sangre, en la noche más oscura tras un largo verano. La estrella roja es el cometa que todos vieron en Choque de Reyes. Es el indicio que Azor Ahai esta por llegar. El largo verano pasó, la noche más oscura para Sam es la que la Guardia de la Noche vivió en el Puño de los Primeros Hombres en su terrible enfrentamiento contra los Otros.

– El lugar: en el lugar del humo y la sal. El humo que brota de la herida de Paul el Pequeño y luego del cuerpo del Otro a su contacto con la daga de vidriagón. La sal de las lágrimas de Sam; ya en la saga se ha dicho que las lagrimas simbolizan la sal, de cuando se creía que Rhaegar podría ser el príncipe que fue prometido.

—A nadie se le ocurrió buscar a una chica —dijo—. Se nos prometió un príncipe, no una princesa. En cambio, Rhaegar… El humo era por el fuego que consumió Refugio Estival el día en que nació; la sal, por las lágrimas derramadas por los muertos. Cuando era joven compartía mi creencia (…)

festín de cuervos, samwell iv

 

– La espada de fuego entregada por un guerrero: el arma que usa Sam es una daga de vidriagón, también llamado fuego helado, que le fue entregado por Jon.

– El renacimiento: Sam deja de ser Ser Cerdi para «renacer» como el Mortifero.

Este suceso de Sam matando al Otro nos puede dar además pistas de cómo funcionará Azor Ahai renacido. Sam en el momento en que está a punto de morir oye la voz de Jon Nieve (de quien piensa que está muerto), una voz que lo insta a atacar. Luego tiene un vacío de conciencia, y se encuentra cayendo hacia delante y clavándole la daga de vidriagón al Otro. Es como si alguien (¿¿Jon??) estuviera ‘usando’ su cuerpo (como Bran usa a Hodor) para matar al Otro.

¿Es Sam Azor Ahai renacido? Podríamos decir que en el momento de matar al Otro lo fue por un instante. Lo volvió a ser cuando salvó a Elí y su hijo del espectro de Paul el Pequeño (otro suceso con humo y sal de lágrimas presentes), y podría volver a serlo haciendo lo que hacen los maestres: servir al reino, no siendo un señor, no siendo un guerrero, sino siendo uno que trabaja por el reino, como el Herrero. Siendo el cuerno que despierta a los durmientes.

Así pues se podría decir que Sam es uno de los aspectos que tomará Azor Ahai renacido, y que ese aspecto se corresponde con El Herrero, o al menos esa es mi opinión a día de hoy. Empecé con muchas dudas sobre quien podría encarnar a El Herrero. Ahora no tengo ninguna duda. Para mi solo puede ser Sam.

Y vosotros, leales miembros de esta Compañía Libre de Braavos, ¿pensáis que esta loca teoría tiene algo de fundamento o solo es producto del hastío y cansancio en esta larga espera de unos Vientos que nunca soplan y nos hacen imaginar las cosas mas absurdas? ¿Creéis que hay algún otro personaje que encaje mejor?

Leal con los leales… los que leáis este breve artículo estáis demostrando que sois realmente leales.

PD: Este artículo debería ser parte de uno mucho mas amplio en el que se analizaran a fondo los motivos por los que creo en esta teoría de las siete encarnaciones de Azor Ahai… pero me sigue costando darle una forma unificada y completa. A ver si haciéndolo por partes mas breves me sale algo.