Regresamos, en el día del padre (qué apropiado), para deleitar a los leales con la continuación de este tema tan esperado y controvertido, la segunda parte del ensayo que, con ocasión de la entrega de premios Champiñón, la leal @Ladykiller Tyrell se ofreció traer a la Compañía, y que se ha visto aún más necesario después de salir a la luz la provocativa portada del próximo calendario de Canción de Hielo y Fuego 2024. Así pues, ha llegado el momento de seguir con esta serie que analiza los flecos de la gran teoría de la saga.


¿R+L=J?: A debate la teoría más famosa de la saga

Parte II: Análisis de la situación

— Ladykiller Tyrell —


Leales, lo primero es lo primero, y me gustaría pedir disculpas por la tardanza de esta segunda parte a un fandom ya de por sí acostumbrado y castigado por las tardanzas. Como reina que soy solo me queda decir: “lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder”. Lo cierto es que durante estas semanas he tenido envidia de los esclavos del antiguo Feudo Franco y que mi única aspiración mientras escribo esto es poder dormir hasta que Manderly alcance su peso ideal a base de una dieta equilibrada y ejercicio moderado, pero tenía ganas de volver a compartir con vosotros mis destacadas conclusiones sobre los orígenes de Jon Nieve. Sé que muchos de vosotros también habréis estado en un sinvivir esperando novedades sobre esta importantísima teoría, así que sin más preámbulos vamos directos al tema, que diría Robert Baratheon.

Antes de entrar en materia con todos los acontecimientos que tuvieron lugar en el año de la Falsa Primavera, Harrenhal, la Rebelión y las consecuencias de la misma, en esta segunda parte me gustaría hacer una breve análisis de cómo estaba la situación en Poniente hasta ese momento, hablar de algunos secundarios relevantes y de cómo Martin juega no solo con nuestros sentimientos con la prolongada espera de Vientos de Invierno, sino también con nuestras mentes como lectores. Es solo un pequeño retazo de lo mucho que el autor manipula nuestras cabecitas de una forma muy currada, pero que en algunos casos tiene lagunas.

Y vamos a empezar por el secundario menos secundario de toda esta trama: Aerys II, el Rey Loco, abuelo de dragones y quién sabe si mucho más importante de lo que podamos imaginar en un principio. Ya lo dijo Jaime:

Aerys. Siempre igual. Todo se remonta a Aerys.

tormenta de espadas, jaime vii

 

Aerys, el Rey Loco

Durante los acontecimientos del año de la Falsa Primavera y la Rebelión de Robert, el trono de hierro estaba ocupado por Aerys II, también conocido como El Rey Loco. Pero realmente Aerys no había sido siempre así. De joven se dice que era galante, que tenía un gran encanto, le gustaban los bailes y tenía un carácter sociable. Había hecho una buena campaña como escudero en la guerra contra los Reyes Nuevepeniques, donde forjó una gran amistad con Tywin Lannister y con Steffon Baratheon. Por otro lado, también se dice que era vanidoso y orgulloso, lo cual lo convierte en presa fácil de aduladores y lamebotas que estuviesen dispuestos a reirle las gracias y a bailarle el agua.

Por obligación de su padre, después de la famosa visita de una bruja de los bosques que afirmaba que el príncipe que fue prometido nacería de su linaje, contrajo matrimonio con su hermana Rhaella, cosa que fue una condena para ambos, pues ninguno de los dos deseaba esa unión. Con quince años de edad Aerys se convirtió en padre de su primogénito y heredero Rhaegar. Cabe destacar también que era un gran mujeriego, al que en muchos sentidos se le compara incluso con el mismísimo Aegon IV, con la diferencia de que a Aerys las amantes apenas le duraban unos días y enseguida se cansaba de ellas.

Con tan solo dieciocho años de edad se convierte en rey tras la muerte prematura de su padre, y a partir de aquí sí que podemos afirmar que su camino hacia la locura fue acelerándose. Hubo tres aspectos que empujaron cada vez más a que Aerys se convirtiese en el infausto Rey Loco.

Aerys II, por Kahdiya Lynne

En primer lugar, las dificultades para engendrar más hijos con su esposa. Hasta once embarazos tuvo Rhaella de los cuales solo sobrevivieron hasta la edad adulta Rhaegar, Viserys y Daenerys. Aerys llegó a obligar a su esposa a dormir siempre acompañada, pues él pensaba que le era infiel y que la muerte de los bebés se debía a eso. Mató nodrizas y cuidadores acusándolos de asesinar a sus hijos. Prometió fidelidad a su esposa e hizo una caminata hasta el septo de Baelor para pedir a los dioses más hijos. Lo cierto es que después de eso nació Viserys, pero el rey no dejaba que nadie lo tocase sin su permiso, ni siquiera la reina.

En segundo lugar, algo que volvió a Aerys totalmente paranoico e irracional fue curiosamente la gran labor de su Mano, su hasta entonces buen amigo Tywin Lannister. Lejos de congraciarse por la buena decisión que había tomado al elegir a Tywin como Mano pese a su juventud, era evidente que Aerys sentía celos y envidia de las alabanzas que despertaba. Muchos consideraban que realmente quien gobernaba era el Lannister, y para Aerys, que era vanidoso y cada vez más paranoico, era algo insoportable. Estos celos y envidia se verían también reflejados en el cariño que despertaba su heredero Rhaegar.

En tercer lugar, el golpe de gracia definitivo a la cordura de Aerys fue el encierro que sufrió en Valle Oscuro. Parece que hay mucho misterio todavía sobre qué fue lo que llevó a Lord Darklyn a retener al rey y algunos culpaban a su esposa myriense.

Como sea, después de ese encierro donde se dice que el rey fue golpeado y maltratado por sus captores, la salud mental de Aerys era alarmante. No permitía que se usasen cuchillas ni armas de filo en su presencia salvo las de su Guardia Real. Su cabello estaba largo y enmarañado. Sus uñas eran garras y el trono parecía lastimarlo más que de costumbre, lo cual le hizo ganarse el apodo del Rey Costra. El fuego como elemento para castigar a sus enemigos se volvió un lugar común, y no confiaba en nada ni en nadie. No salía de la Fortaleza Roja y los desprecios, burlas y desaires a Tywin Lannister subieron de nivel pues lo culpaba de querer dejarlo morir en Valle Oscuro.

Ilustración por Marc Simonetti

En el año 278 d.c. decidió enviar a Steffon Baratheon de viaje a la Antigua Volantis, para que encontrase una esposa adecuada para su hijo Rhaegar, “una doncella de noble cuna y antiguo linaje valyrio”, pero la misión nunca llegó a completarse y Lord Steffon perdió la vida junto a su esposa en un naufragio llegando a Bastión de Tormentas. Aerys culpó de esto a Lord Tywin e incluso llegó a pensar que la reina y su hijo podrían estar detrás del complot.

Así las cosas, Aerys trajo de Pentos a un eunuco de nombre Varys, más conocido como la Araña, que tejió por todo Poniente una gran red de espías y que permaneció al lado del rey susurrándole al oido y teniendo una gran relevancia en todas sus decisiones. Aerys confiaba plenamente en Varys, pues pensaba que al no tener ningún vínculo con Poniente sus movimientos serían desinteresados y siempre en su favor.

Elia Martell, Jon Connington y el príncipe plateado

Vamos ahora con un personaje que normalmente aparece muy en segundo plano en toda esta historia, pero del que creo que es de justicia (y venganza, fuego y sangre) hablar. Como hemos explicado antes, la idea de Aerys era casar a su hijo con una doncella de noble cuna y antiguo linaje valyrio, o lo que es lo mismo, de ojos púrpura y cabello plateado típicos del viejo feudo franco. ¿En qué momento pasamos de eso a Elia Martell?

Hay una teoría que dice que ese matrimonio fue orquestado por la madre de Elia, que en ese momento era la gobernante de Dorne, y del rey Aerys para molestar a Tywin. Recordemos que, por un lado, Tywin había rechazado de malos modos casar a alguno de sus gemelos con Oberyn o Elia; y, por otro, Aerys había rechazado el compromiso de su hijo Rhaegar con Cersei alegando que él “no casaba a sus hijos con los hijos de sus sirvientes”.

Particularmente, creo que la teoría tiene sentido, pero no creo que ese fuese el motivo por el que se celebró ese matrimonio. Para empezar, Rhaegar y Elia se comprometen en el año 179 d.c. y en ese momento las relaciones entre padre e hijo ya estaban prácticamente rotas.

Mientras tanto, el Rey Aerys se distanciaba cada vez más de su propio hijo y heredero. A principios de 279 DC, Rhaegar Targaryen, Príncipe de Rocadragón, quedó oficialmente prometido con la Princesa Elia Martell, la joven y delicada hermana de Doran Martell, Príncipe de Dorne. Se casaron el año siguiente, en una ceremonia a todo lujo en el Gran Septo de Baelor de Desembarco del Rey, a la que, sin embargo, Aerys no asistió. Al consejo privado le dijo que temía que atentasen contra su vida si salía de la Fortaleza Roja, incluso con la protección de su Guardia Real. Tampoco permitió que su hijo pequeño, Viserys, estuviera presente en las nupcias de su hermano.

Cuando el príncipe Rhaegar y su nueva esposa decidieron no residir en la Fortaleza Roja si no en Rocadragón, a lo largo y ancho de los Siete Reinos crecieron los rumores como crece la espuma.

el mundo de hielo y fuego, aerys ii

 

Me cuesta mucho creer que si las relaciones estaban tan rotas entre padre e hijo, Rhaegar se dejase imponer una esposa por parte de Aerys. No digo que esa boda no fuese un triunfo para Dorne y para la madre de Elia, como nos haría entender Oberyn más adelante en una conversación con Tyrion; pero dudo de la implicación de Aerys. Ni que decir tiene el rechazo que causó en él su nieta Rhaenys, que había heredado los rasgos dornienses de su madre y a la que humilló de una forma cruel diciendo que “huele a dorniense”.

Elia, Rhaenys, Aegon y Balerion

Sí, obviamente Aerys estaba loco, y parece que eso sirve para justificar cualquier cosa de su conducta, pero aun así es extraño que no volviese a intentar encontrar otra esposa para su hijo más allá del Mar Angosto. Teniendo a Varys a su lado, que le servía como espía y que además era de Essos, no habría resultado extraño hacer un nuevo intento esta vez con alguien de su entera confianza como lo era el eunuco. Y por otro lado, estoy segura de que no habrían de faltarle aduladores interesados en casar a sus hijas con el heredero y que habrían hecho las delicias del rey para conseguirlo. Claramente no fue el caso de Dorne, como veremos durante la Rebelión. Dorne no parece tener nada que agradecer a Aerys por el matrimonio, pero en cambio siempre fueron leales a Rhaegar.

Recordemos también que Rhaegar tenía ya veintiún años, no era precisamente ningún chiquillo, y en cuanto se casó se largó a Rocadragón, sin importar lo que eso pudiese implicar de cara a la paranoia de su padre.

Sobre Elia y su matrimonio con Rhaegar tenemos las siguientes declaraciones de Selmy:

—La princesa Elia era una buena mujer, alteza —titubeó el anciano caballero—. Era bondadosa e inteligente, de ingenio rápido y corazón amable. Sé que el príncipe le tenía mucho afecto.
«Afecto. —Era una palabra muy reveladora—. Yo también podría cobrarle afecto a Hizdahr zo Loraq. Con el tiempo.»
—También presencié el matrimonio de vuestros padres —continuó ser Barristan—.Perdonadme, pero entre ellos no había afecto, y el reino lo pagó muy caro, mi reina.
—Si no se querían, ¿por qué se casaron?
—Por orden de vuestro abuelo.

danza de dragones, daenerys iv

 

Pobrecita Daenerys, espera poder tener afecto algún día por su nuevo esposo. Me llama la atención que en este caso Barristan destaque que el matrimonio de Aerys y Rhaella fue por orden de su padre; en cambio, no dice nada del de Rhaegar y Elia. Él considera que Rhaegar sentía “mucho afecto” por Elia; no habla de amor, pero a pesar de eso no confirma que ese matrimonio se hiciese por orden de nadie. También me parece curioso que considere que el reino pagó muy caro el matrimonio de Aerys y Rhaella y no el de Rhaegar y Elia, cuando se supone que fue precisamente el abandono de Rhaegar lo que desencadenó la Rebelión y la caída de los dragones.

¿Por qué se casó Rhaegar con Elia? Bueno, tal vez simplemente porque quiso. Rhaegar era el heredero; tenía como tal la obligación de casarse y, a su vez, tener más herederos. Tal vez consideró que Elia, una princesa, una mujer buena, inteligente e ingeniosa era una buena candidata. Tal vez fue Elia la que consiguió llevarse el gato al agua. Si realmente era tan inteligente y de ingenio tan rápido como afirma Selmy, es posible que encontrase la forma de caer en gracia al príncipe y a la vez servirle a su madre la venganza contra Tywin en bandeja. O tal vez Rhaegar buscaba a una mujer con sangre Targaryen porque creía que así podría cumplir la profecía y, al no haber ninguna en su propia familia, buscó a una que sí se sabe que tiene gotitas de sangre de dragón. O tal vez todas las anteriores son correctas.

En Danza de Dragones, Martin nos regala un punto de vista que puede arrojar un poco más de luz al asunto, el de Jon Connington:

Mientras subía, recordó las veces que había realizado aquel ascenso, un centenar con su señor padre, que gustaba de contemplar desde allí el bosque, los riscos y el mar, sabiendo que todo lo que veía pertenecía a la casa Connington; y una vez, una tan solo, con el príncipe Rhaegar Targaryen, cuando volvía de Dorne y se alojó allí, junto con su escolta, durante quince días.”

danza de dragones, el grifo redivivo

 

¿De dónde regresaba Rhaegar con su escolta? ¿Tal vez un simple viaje de cortesía a Dorne, un viaje político quizá, o a lo mejor un viaje para buscar esposa?

Siempre ha habido un asunto que me ha llamado la atención, y es el nombre de la Torre de la Alegría. Para empezar, Rhaegar y alegría son dos palabras que no pegan en absoluto, pero sabemos que fue el príncipe quien le dio este nombre y que ese hecho ya era conocido de antes, pues el nombre que Rhaegar daba a la torre trascendió y se hizo popular.

Es increíble pararse a pensar en algo que pudiese darle alegría a Rhaegar, pero parece que así era. ¿Por qué está torre, situada precisamente en Dorne, le causaba alegría? ¿Qué vivió allí antes de lo que supuestamente pasó con Lyanna? ¿Estamos subestimando a Elia?

«Una esposa para nuestro amado príncipe. —Jon Connington recordaba demasiado bien la boda del príncipe Rhaegar—. Elia nunca fue digna de él. Ya era frágil y enfermiza, y el parto la debilitó más aún.» Tras el nacimiento de la princesa Rhaenys, Elia tuvo que permanecer en cama medio año, y el parto del príncipe Aegon estuvo a punto de matarla. Los maestres comunicaron después al príncipe Rhaegar que no podría volver a concebir.

danza de dragones, jon connington

 

Jon Connington, por slavicstarks

Pobre Jon Connington, todos hemos sido Jon Connington en algún momento de nuestras vidas. ¿Qué hace con esa/ese? Estoy segura de que es una frase que todos hemos dicho o pensado en algún momento, no se lo tengamos en cuenta a nuestro buen caballero de los grifos.

Pero este momento de celos airados de JonCo nos revela demasiada información. Para empezar, que Jon sienta celos de una mujer que al parecer para Rhaegar solo era un compromiso y a la que abandonó por otra a la mínima es curioso. Recordemos además que se supone que es la madre de su querido Aegon. En los dos capítulos que tenemos de Connington en Danza de Dragones, cuando recuerda a su adorado príncipe plateado, no hay ni un solo pensamiento hacia Lyanna. Ni bueno, ni malo, ni regular.

Es curioso como un personaje con punto de vista cercano a Rhaegar o que podría tener más información sobre todo lo ocurrido en esa época no revela nada al respecto, mientras otros personajes con puntos de vista ajenos al círculo de Rhaegar nos venden la “historia oficial”, como por ejemplo Daenerys, Cersei o Kevan.

Si se hubiera casado con Rhaegar, como era intención de los dioses, él ni siquiera se habría fijado en la loba

festín de cuervos, cersei v

Me dijo que, si hubiera nacido cuando debía, Rhaegar se habría casado conmigo y no con Elia, y las cosas habrían sido diferentes. Si Rhaegar hubiera sido feliz con su esposa no habría buscado a la Stark

tormenta de espadas, daenerys iv

Cersei habría dado al príncipe los hijos varones que tanto deseaba, leones de ojos violeta y melena de plata…Y con semejante esposa, jamás se habría fijado en Lyanna Stark

danza de dragones, epílogo (kevan)

 

Y ojo, no estoy diciendo que las omisiones de Jon Connington quieran decir necesariamente que por lo tanto el R+L no existió. Lo que quiero decir es que el autor se apoya en personajes que no pueden saber la verdad de los acontecimientos para vendernos el R+L una y otra vez, de forma machacona, mientras que alguien que sí era cercano al príncipe y podría tener otra información o aportar más datos, guarda un silencio atronador al respecto. Es que incluso aunque Jon no tuviese una versión diferente, y sólo conociese la “historia oficial” que contaron los vencedores, el hecho de que no haga ninguna alusión también es extraño. Y es aquí, en este tipo de omisiones, donde yo creo que más se le ven las costuras a Martin.

También es cierto que el caso de Connington es especialmente llamativo. Para él Rhaegar era un interés amoroso, y sentir celos de la mujer abandonada y rechazada, que queda sola a su suerte con sus pequeños, y no sentirlos de la mujer por la que Rhaegar dejó todo y ni siquiera dedicarle un mísero pensamiento… pues es raro.

Pero el detalle más importante es el de que los maestres le comunicaron que después del parto del príncipe Aegon no podría tener más hijos… Es decir, había planes de tener más hijos. Si Rhaegar es informado de esto y se lo cuenta más adelante a sus amigos cercanos, como es el caso de Connington, entiendo que es porque fue algo que le afectó, algo que no estaba en sus planes. Rhaegar quería más hijos con Elia, y no iba a poder ser.

Esta información que nos revela JonCo y que no conoceríamos hasta el quinto libro es importantísima.

Y aquí es donde se empieza a tambalear de forma bastante evidente cualquier teoría acerca de lo que pudo pasar entre Rhaegar y Lyanna en Harrenhal. ¿Qué opciones se nos plantean sobre lo que pudo pasar entre estos dos en el famoso torneo?

  1. Rhaegar y Lyanna se conocen y se enamoran. Es tal el flechazo que siente el príncipe dragón que no duda en coronar a Lyanna como Reina del Amor y la Belleza delante de su humillada esposa, su familia, la familia Stark y de Robert Baratheon.
  2. Rhaegar y Lyanna descubren de alguna forma que son una especie de elegidos para engendrar al príncipe que fue prometido, tal vez a través de un encuentro en la Isla de los Rostros (que les quedaba un poco a desmano, pero bueno) y que ese debe ser su cometido para salvar a la humanidad. En este caso sobraba un poco la coronación con toda su parafernalia y fanfarria haciendo sufrir a terceros inocentes, si se me permite decirlo.

Bien, pues con estas dos opciones sobre la mesa, la pregunta es: ¿Qué sucede a continuación? Que Rhaegar regresa muy tranquilamente con su esposa Elia a Rocadragón, nace su hijo Aegon, se convence de que será el príncipe que fue prometido confirmado no solo por la visión que tiene Daenerys en la Casa de los Eternos, sino también por el maestre Aemon, y cuando se entera de que Elia no podrá tener más hijos sufre un duro golpe. ¿Por qué? Pues porque evidentemente tenía la intención de tener más hijos con Elia.

Sé que muchos estarán argumentando llegados a este punto que tal vez al darse cuenta de que no podría tener más hijos con Elia, descubrió de alguna forma que tendría que ser con Lyanna. Puede ser, pero entonces: ¿por qué coronó a Lyanna en Harrenhal? ¿Qué sentido tenía eso?

Torneo de Harrenhal, por Paolo Puggioni

Martin y sus trucos de prestidigitación

Se dice habitualmente que la teoría del R+L=J queda probada en Juego de Tronos, y es de recibo reconocer que todo el material que nos ofrece Ned es muy importante. Al fin y al cabo es el único protagonista con punto de vista que conoce los hechos. Tampoco es que su narración resulte absolutamente conclusiva en ningún sentido y, de hecho, muchas de las pistas son más que discutibles, pero es en futuros libros donde el autor juega a mostrar más información y no toda va encaminada a confirmar la famosa teoría.

Como ya dije antes, mientras protagonistas completamente ajenos a los hechos como Dany, Cersei o Kevan intentan seguir con el hilo oficial, se nos presenta en Tormenta de Espadas la historia del Caballero del Árbol sonriente, un relato muy importante y el más descriptivo hasta el momento de los acontecimientos del torneo. Pero no se nos presenta a través de quien lo vivió en primera persona (Howland Reed), sino de su hija. Esto permite al autor presentarnos el relato a nosotros como lectores sin demasiadas implicaciones por parte de quien lo cuenta. Nosotros, como lectores, tenemos que tener esa información. Martin quiere que la tengamos, es importante, pero lo hace de una forma desvinculada. Meera no es Howland, ella no puede tener la misma información que su padre.

Caballero-del-Arbol-Sonriente

Caballero del Árbol Sonriente, por Amoka

Y por fin llegamos a Danza de Dragones, con poca información sobre el torneo, la rebelión, los protagonistas, etc, salvo algunas cosas sueltas contadas por personajes poco cercanos, que juntas y analizas pueden significar mucho obviamente, pero siempre con personajes demasiado alejados de los protagonistas. Hasta que aparece Jon Connington. Se dice que el mejor amigo de Rhaegar era Arthur Dayne, pero en su círculo más cercano siempre se menciona a Connington como uno de los más importantes. Y aquí Martin tiene un problema serio. ¿Qué sabe Jon? ¿Hasta dónde está enterado de lo que sucedió con su príncipe plateado?

  • Si Jon no tiene ni idea de nada y solo conoce la versión oficial como el resto de Poniente, es raro que no haya ninguna mención a la mujer por la que su queridísimo príncipe dejó todo y se jugó la vida del reino.
  • Si Jon Connington sabe que efectivamente Rhaegar se fugó con Lyanna… estamos en las mismas. Los celos del caballero de los Grifos deberían de ir enfocados en la Stark, o al menos alguna alusión.
  • Si Jon Connington conoce otros hechos, como personaje muy cercano no solo a Rhaegar sino a la familia real y a Aerys, es normal que el autor se guarde esa información y juegue al despiste con la ofuscación que siente Jon por la batalla de las Campanas, el amor por Rhaegar, Elia y su debilidad, y las ganas que le tiene a Varys por hacerlo pasar por un borracho lamentable que pierde la vida deambulando en las tabernas de Essos.

Es importante leer a Martin pensando en todo lo que nos dice y por qué nos lo dice, pero también en todo lo que nos omite y por qué nos lo omite.

Y hasta aquí esta segunda parte más centrada en secundarios (valga la paradoja) y en la escritura de Martin que en la teoría en sí. Prometo que en la tercera parte ya entraremos de lleno en los hechos y en el culebrón, que es la parte jugosa y divertida y analizaremos por nonagésima séptima vez el torneo más famoso de todos los torneos. Eso sí, desde un punto de vista mucho menos romántico y onírico de lo que es habitual, que yo ni soy Corín Tellado ni tampoco Iker Jiménez.

Así pues, preparad vuestros mejores trajes de gala, alzad vuestro estandarte, empuñad vuestras lanzas y si tenéis valor podéis anotaros en las justas.

¡En Harrenhal nos vemos leales!