Bienvenidos a una nueva edición de El Rincón del Cronista, en donde, como ya sabéis, alternamos entre personajes, sucesos, lugares e instituciones del mundo creado por George R. R. Martin con la idea de presentar un espacio de discusión y debate en el que la acción está en los comentarios. En esta ocasión vengo a hablaros de una Casa un tanto especial, que ha tenido cierto protagonismo a lo largo del tiempo: la Casa Royce.
La Casa Royce
La Casa Royce de Piedra de las Runas es una casa noble del Valle de Arryn y vasalla de la Casa Arryn. Su asentamiento es Piedra de las Runas, y su emblema es una lluvia de piedras sobre campo de bronce con bordura de runas. Ostentan gran poder dentro del Valle, y podría decirse que es una de las Casas nobles secundarias más poderosas. Cuenta con varios vasallos (la Casa Coldwater, la Casa Shett y la Casa Tollett), y además, existe una rama cadete, la Casa Royce de las Puertas de la Luna. Actualmente, está regida por Lord Yohn, apodado Yohn Bronce, un afamado guerrero aunque ya envejecido pero respetado por todos los nobles del Valle.
Con los siglos, los Royce han emparentado con varias Casas distinguidas: los Arryn, los Stark e incluso los mismos Targaryen, y han tenido cierto protagonismo en el devenir del reino desde hacia siglos. Quien sabe si no serán importantes en los acontecimientos futuros de Poniente.
Los Royce aun alardean con orgullo ser descendientes de los Primeros Hombres y de su último gran Rey, Robar II. Incluso hoy en día, los Señores de Piedra de las Runas entran en batalla vestidos con la armadura de bronce grabada con runas de sus antepasados, que se dice protege a quien la use de cualquier daño. Por desgracia, el número de «Royces» que han muerto usando dicha armadura rúnica es poco alentador.
El comienzo: la guerra contra los Ándalos
Hace siglos, Poniente fue invadida por una raza procedente de Essos: los Ándalos. Vinieron en barcos desde el otro lado del Mar Angosto a azotar los reinos de los Primeros Hombres. El primer lugar donde desembarcaron fue el Valle de Arryn. Los reyes de entonces, en lugar de unirse contra ellos, decidieron pactar con los invasores para guerrear entre ellos. No fueron pocas las veces en que ambos bandos caían ante los líderes ándalos, pues no tardaban en rebelarse una vez tuvieran la victoria a su alcance.
Mientras tanto, el rey Osgood Shett estaba luchando contra el poderoso Rey del Bronce, Yorwick VI, un guerrero de gran talento. Viendo su derrota próxima, se alió con los caudillos Shell y Bridgstone, y pactó varios matrimonios con la familia de Ser Gerold Grafton. Llegó incluso a convertirse a la Fe de los Siete, prometiendo construir un gran septo en Puerto Gaviota si los Siete le concedían la victoria.
Osgood consiguió la victoria, pero no sobrevivió a la batalla, y poco después entre los hombres de Puerto Gaviota y otros Primeros Hombres se susurraba que había sido el propio Ser Gerold quien lo había asesinado. Al regresar al pueblo, el caudillo Ándalo reclamó para sí la corona de su suegro, arrebatándosela al hijo de Shett. Pronto Puerto Gaviota, la capital del reino, se rebeló contra el usurpador, pero Gerold aplastó la rebelión con sangre. El rey Gerold se convirtió en el mayor peligro para los Reyes del Bronce.
El rey Yorwick se vió obligado a luchar contra los invasores en solitario, pero consiguió varias victorias hasta que falleció en batalla. Fue sucedido por su nieto, Robar II. Este no tenía más de dieciséis años, pero había heredado el talento de su abuelo y tenía tanta ferocidad en el combate como ingenio. Pronto Robar fue temido por todos los caudillos Ándalos, que además habian empezado a luchar entre ellos, al igual que los Primeros Hombres en su momento.
Robar controlaba la cuarta parte del Valle, pero aun había otros reyes que resistían: los Redfort de Fuerterrojo, los Hunter de Arcolargo, los Belmore de Rapsodia, y los más importantes, los Coldwater de Comezón de Aguasfrías. Robar formó alianzas con cada uno de ellos, además de con varias casas menores y clanes, uniéndolos a su causa con matrimonios, concesiones de tierras, oro, y (en un caso especial) tras vencer a Lord Hunter en una competencia de arquería (la leyenda dice que el Rey Robar hizo trampa). Tal fue su elocuencia que incluso se ganó la alianza de Ursula Upcliff, una famosa hechicera que se hacía llamar la esposa del Rey Tritón. No eran precisamente alianzas con reyes poderosos, pero la unión les devolvió la fuerza, y nombraron a Robar Rey Supremo del Valle, de los Dedos y de las Montañas de la Luna.
Robar decidió atacar a los Ándalos uno a uno, aprovechando su división. Él mismo asesinó a Qyle Corbray, después de haberle arrebatado a Dama Desesperada, su famosa espada. Puerto Gaviota fue reconquistado por asalto después de que Robar enviara a su propia hermana dentro de las murallas para persuadir a los Shett de rebelarse en contra de los Grafton y abrirles las puertas de la ciudad. El Martillo de las Colinas, el rey Ándalo que dominaba el extremo occidental del Valle, fue el siguiente en caer ante los Primeros Hombres, bajo las murallas de Roble de Hierro. Por un glorioso y breve momento, parecía que los Primeros Hombres podrían retomar sus tierras bajo el liderazgo de Robar.
Los Ándalos se dieron cuenta y decidieron aliarse para contraatacar. Decidieron entregar sus nuevas coronas a un caballero, el joven Ser Artys Arryn, el mejor comandante que había entre sus filas y tan ingenioso como el rey Robar. Aunque era de sangre Ándala pura, había nacido en el Valle a la sombra de la Lanza del Gigante, donde los
halcones volaban entre los altos picos de las montañas. En su escudo lucía la luna y el halcón, mientras que un par de alas de halcón decoraban su yelmo plateado. Desde entonces, Artys fue llamado el Caballero Halcón.
Los ejércitos de ambos se encontraron en la que se llamó la Batalla de las Siete Estrellas. Los Primeros Hombres lucharon con valor y repelieron varios ataques de los Ándalos. El momento decisivo se dió cuando Artys acudió a enfrentarse a Robar y decidir quien reinaría en el Valle. Robar consiguió cortarle la cabeza con su espada de acero valyrio…o eso debió pensar. Robar había dado su armadura a otro caballero para distraer a Robar, y dirigió un nuevo ejército que atacó a los Primeros Hombres por la retaguardia, lo que decidió la batalla. El rey Robar luchó con fiereza y valor, pero terminó perdiendo la vida, y la Casa Royce, su trono, después de rendir tierras, oro y honores al rey Artys. Desde entonces, el Valle fue gobernado por los Reyes de la Montaña y el Valle de la Casa Arryn.
Tras la Conquista
Durante el reinado de los Arryn, los Royce pudieron prosperar y conseguir volver a tener parte del poder que tuvieron en su día, y asi continuaron después de la Conquista de Aegon Targaryen. Durante el reinado del sucesor de éste, Aenys, el señor de Piedra de las Runas, Lord Allard Royce envió fuerzas para asediar el Valle cuando el hermano de Lord Ronnel Arryn, Jonos, le ejecutó y se coronó nuevo Rey de las Montañas y el Valle (quien sabe si mostrar apoyo directo a los Targaryen no tendría segundas intenciones, dada la rebelión de los Arryn). Al final, el hermano del rey, Maegor, voló al Nido de Águilas y ejecutó a Jonos y sus partidarios. El rey recompensó a Allard con oro, nuevos derechos y honores, y el nuevo Lord Arryn, Herbert, se casó con una de sus hijas.
Décadas después, durante el la minoría de edad de Lady Jeyne Arryn, fue Lord Yorbert Royce quien acudió al Gran Consejo del año 101 en representación del Valle, pues fue nombrado Lord Protector del Valle. Tal era el renombre por entonces de los Royce que el rey Jaehaerys decidió casar a uno de sus nietos, Daemon, con Rhea Royce, la hija de Yorbert, en el año 97. Aunque fue un matrimonio infructuoso, pues ambos se odiaban. Daemon llegó a referirse a Lady Rhea como «mi puta de bronce». Lady Rhea murió pasados veinte años, y Daemon acudió a reclamar Piedra de las Runas, pero pasó al sobrino de su esposa. Lady Jeyne Arryn llegó a declarar a Daemon como persona non grata en el Valle.
Durante la Danza de Dragones del año 129, los Royce se involucraron en la guerra, apoyando a Rhaenyra Targaryen. Décadas más tarde, varias hijas de la Casa Royce se casaron con las Casas Stark, Arryn y Frey. Más recientemente, Ser Kyle Royce se encontraba en el séquito que acompañó a Brandon Stark a desembarco del Rey a desafiar al Príncipe Rhaegar. Ser Kyle acabó asesinado junto al resto de norteños (salvo Ethan Glover).
La actual Casa Royce: poderosos y orgullosos
Durante el reinado del rey Robert, la Casa Royce es liderada por Lord Yohn, llamado Yohn Bronce. Jon Arryn reconoció a la casa Royce, otorgando el cargo de Gran Mayordomo del Valle mientras ejercía como Mano al primo de Lord Yohn, Nestor Royce. Yohn tuvo varios hijos e hijas, que han ganado fama como caballeros y han emparentado con varias Casas del Valle.
Pero también han tenido sus desgracias. En el mismo prologo de Juego de Tronos conocemos a su tercer hijo, Ser Waymar Royce, un hermano juramentado de la Guardia de la Noche que lideraba una expedición más allá del Muro (pues el lord Comandante, Lord Mormont, no quería ofender a Lord Royce). Waymar será de los primeros ponientis en morir a manos de los Otros.
Durante el primer libro, los Royce tienen el honor de ser invitados por el mismo rey Robert a una cacería. Tras la muerte de Robert, los Royce juran lealtad al rey Joffrey, pero el Valle no se posiciona en la Guerra de los Cinco Reyes, pero Robar, el segundo hijo de Lord Yohn, decide acudir con el rey Renly en Altojardín, y se une a su Guardia Arcoiris. Pero poco más tarde será asesinado por su hermano juramentado, Ser Loras Tyrell.
En Tormenta de Espadas, volvemos a ver a los Royce, y parece que han dejado de tener ganas de quedarse quietos:
—Cuánto te he echado de menos, mi querido Petyr, no lo sabes, no te lo puedes ni imaginar. Yohn Royce me ha estado causando muchos problemas; no para de exigirme que llame a mis vasallos y vaya a la guerra.
[…]
A base de fragmentos de conversaciones escuchadas aquí y allá, Sansa se había enterado de que los vasallos de Jon Arryn estaban resentidos con Lysa por su matrimonio y envidiaban la autoridad de Petyr como Lord Protector del Valle. La rama principal de la casa Royce estaba al borde de la rebelión por la negativa de su tía a ayudar a Robb en la guerra, y los Waynwood, los Redfort, los Belmore y los Templeton los apoyaban plenamente
tormenta de espadas, sansa vi
Vemos como, insatisfechos por el gobierno de Lady Lysa como regente de su hijo, Robin, entre otras cosas por sus favoritismos, su neutralidad en la guerra y su matrimonio con el -a priori- insignificante Petyr Baelish, muchas Casas se vuelven a los Royce como un contrapoder dentro del Valle. Y él encantado, claro. La misma situación se dará en Festín de Cuervos.
Los Señores Recusadores. O «Lord Yohn y cia»
Tras la muerte de Lady Lisa a manos de su propio marido bardo, el Valle es gobernado por el despreciado Meñique, lo cual no hace ninguna gracia a varias Casas del Valle. Yohn Royce organiza un motín contra el nuevo Lord Protector, exigiendo su dimisión, su salida del Valle y la entrega de Lord Robin Arryn, el actual señor del Valle. A Royce se le unen Lady Waynwood, Lord Redfort, Lord Hunter, Lord Belmore y Ser Templeton. La situación para Meñique es bastante desesperada.
—Mi primo tiene intención de quitaros el puesto de Lord Protector.
—Si es así, no se lo puedo impedir. Dispongo de una guarnición de veinte hombres; Lord Royce y sus amigos pueden reunir a veinte mil.
festín de cuervos, sansa
Sin embargo, Petyr es más astuto de lo que podrían pensar los Señores Recusadores. Divide a los Royce entregando a Nestor Royce el señorío de las Puertas de la Luna, ganándose su apoyo. Después de que asedien el Nido de Águilas que los señores rebeldes suban al castillo a parlamentar. Pero Meñique ha prevenido su victoria sin que el resto pudiera sospechar nada.
—¿Me estáis amenazando con una guerra, ser? —Petyr no parecía asustado en absoluto.
—Nos vamos a llevar a Lord Robert —replicó Yohn Bronce.
Durante un momento pareció que habían llegado a un callejón sin salida, hasta que Lyn Corbray se apartó de la chimenea.
—Ya estoy harto. Si seguís escuchando a Meñique, os convencerá para que le regaléis los calzones. Sólo hay una manera de arreglar esto, y es con acero. —Desenvainó la espada larga.
Petyr extendió las manos.
—Voy desarmado, ser.
[…]
—Sí. Podéis dar gracias de que tenga más honor que otros. —Nunca había oído a Petyr tan furioso—. Ya he leído vuestra declaración y he escuchado vuestras exigencias. Oíd ahora las mías: retirad vuestros ejércitos de esta montaña, marchaos a vuestros hogares y dejad en paz a mi hijo. Aquí ha habido mal gobierno, no lo dudo, pero fue obra de Lysa, no mía. Dadme un año y, con ayuda de Lord Nestor, os prometo que ninguno de vosotros tendrá motivo de queja.
—Eso decís vos —replicó Belmore—. ¿Por qué tenemos que fiarnos?
—¿Cómo osáis desconfiar de mí? No he sido yo quien ha desenvainado el acero en medio de una tregua. Habláis de defender a Lord Robert y al mismo tiempo le negáis la comida. Esto tiene que acabar. No soy guerrero, pero si no levantáis el sitio, lucharé contra vosotros. No sois los únicos señores del Valle, y Desembarco del Rey también me enviará hombres. Si es guerra lo que queréis, decidlo, y el Valle sangrará.
Alayne vio que la duda empezaba a aflorar en los ojos de los Señores Recusadores.
[…]
—¿Podemos negociar, mis señores?
—No es necesario. Es evidente que ha ganado. —Yohn Bronce clavó los ojos grises en Petyr Baelish—. No me gusta, pero parece que vais a tener el año que pedís. Empleadlo bien, mi señor. No nos habéis engañado a todos.
[…]
—Necesito saberlo. ¿Qué sucederá dentro de un año?
—Redfort y Waynwood son viejos. —Petyr dejó la pluma sobre la mesa—. Puede que muera uno de ellos, o los dos. Los hermanos de Gilwood Hunter lo asesinarán. Probablemente se encargue el joven Harlan, el mismo que dispuso la muerte de Lord Eon. Y ya que estamos, sigamos hasta el final. Belmore es corrupto, lo puedo comprar. Templeton y yo nos haremos amigos. Mucho me temo que Yohn Bronce seguirá siendo hostil, pero mientras esté solo no representará ninguna amenaza.
—¿Y Ser Lyn Corbray?
La luz de la vela bailaba en los ojos de Petyr.
—Ser Lyn seguirá siendo mi enemigo implacable. Hablará de mí con desprecio y odio a todo el que quiera escucharlo, y prestará su espada a cada plan secreto para acabar conmigo.
Fue entonces cuando las sospechas se convirtieron en certezas.
—¿Y cómo le pagaréis sus servicios?
Meñique se echó a reír.
—Con oro, muchachitos y promesas, por supuesto.
festín de cuervos, alayne i
Dice Ser Ilyn que «sólo hay una manera de arreglar esto, y es con acero». Quien sabe de que será capaz Yohn Bronce, pero una cosa es segura: continuará enfrentándose con Meñique (y a cualquiera que aspire a gobernar el Valle que no sea él). Y la Corona, que es quien garantiza a Meñique el cargo de Lord Protector, cada vez se debilita más por las luchas internas entre los Lannister y los Tyrell, y las guerras con otros enemigos.
El futuro del Valle de Arryn.
Mi honor de cronista me obliga a avisaros de que a partir de aquí habrá varios spoilers de Vientos de Invierno, (aunque leves).
Superada esta crisis, Meñique comienza a pensar en su futuro y en el de su pupila, Sansa Stark, escondida bajo la identidad de Alayne Piedra, su hija bastarda. Y, que casualidad, comienza a unir el destino de ambos con el de la propia Casa Arryn, y pasando por Invernalia.
—Eres la prometida de Harrold Hardyng, cariño, siempre que consigas ganarte su juvenil corazón… Cosa que a ti no te costará mucho.
[…]
—¿Por qué? —Alayne no entendía nada—. ¿Por qué Ser Harrold? ¿Cómo puede ser el heredero de Lady Waynwood? ¿No tiene hijos de su propia sangre?
[…]
—No es el heredero de Lady Waynwood —contestó Alayne, con los ojos abiertos como platos—. Es el heredero de Robert. Si Robert muriera…
—Cuando Robert muera. Nuestro pobre y valeroso Robalito es un niño tan enfermizo que sólo es cuestión de tiempo. Cuando muera Robert, Harry el Heredero se convertirá en Lord Harrold, Defensor del Valle y señor del Nido de Águilas. Los banderizos de Jon Arryn nunca me aceptarán a mí, y nuestro tembloroso Robert tampoco se ganaría su afecto, pero sí que se lo ganará su Joven Halcón… Y cuando se congreguen para celebrar su boda, y tú aparezcas con tu melena castaño rojiza, con una capa de doncella blanca y gris con el blasón del lobo huargo en la espalda… no habrá caballero en el Valle que no ponga su espada a tus pies para reconquistar lo que te corresponde por derecho de nacimiento. Así que esos son los regalos que te traigo, mi querida Sansa: Harry, el Nido de Águilas e Invernalia. Bien valen otro beso, ¿no crees?
festín de cuervos, alayne i
Pero Lord Royce no es que se haya quedado quieto. Yohn Bronce también sabe quien gobernará el Valle dentro de unos años, e intenta ganarse su confianza. En primer lugar él mismo le nombra caballero, y le aconseja acerca de Meñique y «su hija».
—Sí —dijo Alayne—, ¿pero por qué debe ser tan cruel? Me llamó tu bastarda. En mitad del patio, enfrente de todo el mundo.
—Hasta donde él sabe, es lo que eres. El casamiento nunca fue su idea y Yohn Bronce sin duda le habrá advertido de mis artimañas. Eres mi hija. No se fía de ti y cree que eres inferior a él.
vientos de invierno, alayne
A la vez, Meñique planea que Alayne seduzca a Harry en un torneo en las Puertas de la Luna, mientras él decide continuar su guerra particular contra Lord Royce por el Valle:
—Yohn Bronce no esperará —se quejó Grafton—. No necesita mandar barcos desde Puerto Gaviota, tiene sus propios puertos. Mientras estamos acumulando nuestras cosechas, Royce y los otros Señores Recusadores convertirán las suyas en plata, estate seguro de eso.
—Esperemos eso —dijo Petyr—. Cuando sus graneros estén vacíos, necesitarán cada pieza de su plata para comprarnos sustento a nosotros.
vientos de invierno, alayne
No podemos saber cual será el futuro del Valle, ni de la Casa Arryn, de la Casa Royce, ni menos aun de Sansa o Meñique. Pero me atrevería a decir que, a priori, Lord Yohn no tiene nada que hacer contra Meñique y sus maquiavelicos métodos.
Pero la Casa Royce sigue siendo una de las más poderosas del Valle, y, de nuevo, Meñique no cuenta con un ejército propio, sino que ha de confiar en amenazar con la intervención de la Corona (cosa que en realidad dudo que desee, sobre todo sabiendo a quien tiene como «hija») y con la amistad huidiza de los nobles del Valle. Además, Poniente sigue sumido en el caos, rodeada de rebeldes y usurpadores, y nadie podría intervenir si se diera una guerra civil en el Valle, que se encuentra prácticamente aislado del resto del reino.
Ahora es vuestro turno: ¿Que opináis de la Casa Royce? ¿Hubiera sido distinto el Valle de haber vencido a los Ándalos? ¿Han renunciado del todo a la ambición de dominar el Valle? ¿Son honorables las intenciones de Lord Yohn? ¿Que ocurrirá en el Valle próximamente? ¿Tendrá relación con el resto de conflictos de Poniente?.
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