Análisis del capítulo 1×10 de House of the Dragon.

Una semana más, después del visionado del décimo capítulo de House of the Dragon, que podéis valorar aquí, llega el momento de reflexionar sobre lo que hemos visto. La Escriba Leal que hoy asume la capitanía de esta expedición es @Nah Kunda, una habitual en la caja de comentarios de la Compañía. Ya nos ha deleitado con su pluma en dos ensayos, uno sobre la identidad de Aegon VI y otro sobre las diferencias entre grajos y cuervos, pero hoy se estrena en esta sección dedicada a la serie por todo lo alto, analizando el décimo y último capítulo de la temporada.


House of the Dragon

1×10: La Reina Negra 

— Nah Kunda —


Uff… Bueno, ¿cómo empezar esto? Creo que ahora entiendo por qué faltaban leales para hacer las reseñas un par de semanas después de llegar los cuervos con el llamamiento, pero bueno, aquí estoy yo, leal a mis palabras (aunque no haya rastro de mi juramento) y hemos llegado (¿por fin?) al final de temporada… Solo vengo a traerles la reseña del último episodio de la primera temporada y espero estar a la altura de las expectativas (sobre todo luego de la extraordinaria reseña de Ladykiller Tyrell del capítulo anterior). Con ustedes… La Reina Negra.

Advertencia: este texto estará repleto de «argentinismos».

Intro

Si algo ha sido consistente durante la temporada es que, del capítulo uno al diez, no he entendido nada de la introducción. Todo muy lindo, la tempera roja, las llavecitas y eso.. pero a esta altura agradezco que utilicen la misma canción que en Juego de Tronos, ¡¡es un temazo!!

Na, na, naara, na, na, naara.

Rocadragón

Lindo recorrido sobre la mesa del Conquistador (encuesta rápida: ¿qué quedó mejor: el Trono de Hierro o la Mesa Pintada de Rocadragón?). Vemos a Luke dubitativo sobre su futuro inmediato y su herencia de Marcaderiva, sin dejar de mostrarnos, con algo de esfuerzo (¿quién es el enviado del Otro que hace las letras? ¡Por favor!), las Tierras de la Tormenta (alto, spoiler, amigo). Su madre intenta… ¿cómo decirlo? Encaminarlo hacia sus deberes, y aquí yo me pregunto, ¿dónde quedó el muchacho valiente y sagaz que defendió a su hermano mayor y a sus primas de su tío? A mí no me vengan con que es hijo de Harwin Strong. Hablando de esto, ¿hay que entender que estas dudas de Luke son por su bastardía? No se siente un heredero legítimo de la Serpiente Marina, ¿no? Sinceramente no lo sé, hace dos capítulos que mojó sus pantalones en el patio de armas de Desembarco y no se los cambió… En fin, recibe el consuelo de nuestra reina legítima y Ser Lorent Marbrand avisa de que Rhaenys ha llegado y pide audiencia urgente.

La reina que nunca fue la hace corta: «Viserys ha muerto», pero las malas noticias no terminan ahí; Aegon ha sido coronado por los Verdes frente a una multitud, y todo este shock provoca inconvenientes en el embarazo de Rhaenyra. Mientras tanto, Daemon (el Príncipe canallita) trae un análisis de la situación digno de Champiñón (¡¡Ey!! ¿Y Champiñón?): al Rey lo mataron, Rhaenys sigue viva luego de no arrodillarse frente a Aegon y no dijo dracarys. Y la respuesta de la señora de Marcaderiva fue que ella no iba a empezar una guerra. Y aquí la cuestión, ¿usurpar el trono no es acaso ya un motivo para que una guerra se dé por bautizada? Rhaenys, mi querida reina que nunca fue, pudiste terminar la guerra con tan solo ocho o nueve muertes (sin contar a los ciudadanos de Desembarco, pero bueno) y estar amparada por la clara usurpación y traición de los Hightower, pero eso es tema que no me compete, por lo menos aquí.

¿Vos me estás diciendo que pudiste evitar este quilombo con un dracarys?

Daemon, ni lento ni perezoso, comienza a planear la guerra mientras todo Rocadragón escucha los gritos de dolor de su reina (diez de diez para la actuación de Emma. En general, lo mejor de la serie fueron algunas actuaciones). Mientras tanto, en la playa Jace le da una verdadera paliza Strong a su hermano y son llamados por su madre a través de la «princesa mensajera que nunca fue».

No solo intenta no morir en este aborto espontáneo a causa del estrés (curioso que no quiera recibir ayuda, lo dejamos para teorías falopa en los comentarios), sino que les avisa a sus hijos sobre la muerte de su abuelo y los inconvenientes de la situación en general, usurpación de por medio y toda la cháchara.

No te mereces todo esto, mi reina.

Jace, siempre dispuesto, intenta ponerle los puntos a Daemon, que está empecinado con darse una vuelta por la Tierra de los Ríos, pero no sin antes darle una lección de honor a su hijastro, que consiste en darles una opción a los Guardias Reales: hacer su juramento a Rhaenyra y a su heredero, o morir.

Solo vemos una opción, mi príncipe.

La escena del aborto es impactante. Los flashes del dragón creo que, después de verlo un par de veces, podría ser Syrax (díganme en comentarios). Si es así, bien warg todo ¿no? Digo… esa conexión dragón/jinete que se plantea en ese momento particular. ¡Qué actuación maravillosa, Emma! Y la música, a la altura de la pluma de Martin.

Con la llegada del gemelo bueno (Ser Erryk) y su juramento al estilo del Muro, la ceremonia de cremación se convierte en la coronación de la Reina Negra, («La Reina en Luto» podría haberse llamado este episodio y nadie se hubiera opuesto, pobre de mi delicia del reino).

Este es el bueno.

Todos los presentes se arrodillan ante ella… Bueno, todos no. La «reina que nunca se arrodilla» incompresiblemente queda paradita, impoluta, ¿desafiante? ¿Cómo deberían comportarse los allí presentes con este acto? ¿Es traición? O sea, vino en dragón esta señora, ya sé que las Casas están unidas por un reciente pacto, pero es raro. Ah, los guardias de Rocadragón tampoco se arrodillan, pero bueno, alguien tiene que ver si viene un barquito.

Ni en pedo me arrodillo, nena.

Seguimos con bonitas imágenes de los preparativos de la mesa de guerra (jaja, Rhaenys se sigue haciendo la mala) y Rhaenyra invita a sus primas/nueras Velaryon a acercarse a la planificación. Me gusta este lado maternal que tiene con los jóvenes. Sin poner como pretexto las recientes pérdidas que tuvo, la reina legítima se hace cargo de sus deberes y comienza la planificación. La situación más allá de los numeritos es que se puede defender Rocadragón, pero no nos da la nafta para la conquista (lógico), y al parecer solo unas cinco Casas se pronunciaron. Y vamos directo a lo importante, la Casas Stark, Tully, Baratheon, Tyrell, Lannister… Ah, ¿no? No, Tyrell ni idea. Lo de Martell es entendible por cuestión temporal, pero… ¿qué me dicen de esa baneada a los señores del Dominio?

Rezo a los Antiguos Dioses que Champiñón no se haya escondido debajo de la mesa para escuchar los chismes.

Rhaenyra parece saber cómo actuar en esta situación, no titubea, sabe qué tiene que hacer con cada señor y encara a la «reina que nunca dijo dracarys» para saber la posición de Marcaderiva, obviamente siempre en buenos términos; nuestra Reina Negra a la altura de las circunstancias. Parece que Corlys no se muere y navega hacia allí. Daemon también tiene su plan y estallan las miraditas en un conflicto que irá creciendo con el transcurrir del capítulo. Llegan noticias de un barquito verde y nos vamos para el puente.

La cartita de Otto

Jajaja, ¿qué hace este señor ahí con algunos espadachines y un maestre? Así, todo despeinado, Otto viene a entregar las condiciones para que se arrodillen frente a Aegon II (me extraña, usted es un señor). Queda a merced de cualquier cosa y (alerta spoiler) misterio para la próxima temporada qué pasó con él. Pregunta importante para la comunidad, ¿Syrax empequeñeció, agrandaron el puente o es cosa mía? En fin, todos somos Daemon queriendo patearle el culo a estos engreídos, cuando nuestra ilusión se desploma en un «No» de la Reina Negra y mañana sabremos la respuesta (¿?). Todo bien con tomarse un tiempo para evaluar la situación, encarcelen a Otto y maten al gemelo malo si es necesario, quemen el barquito con el que vinieron y mañana les decimos qué onda.

¿Está chiquito?

Continuando con la mesa de guerra también lo hacemos con el conflicto creciente entre reina y rey consorte, que de miraditas pasa a discrepancias estratégicas y crece inesperadamente a violencia física. ¿Qué decir? El solo hecho de mencionar «Canción de Hielo y Fuego» enloqueció a Daemon, quien hizo honor de su apodo. ¿Qué hacemos con esto?

La volvés a tocar y no la contás.

¡Corlys está vivo! Y Rhaenys le canta las cuarenta, que la abandonó y todo eso, le cuenta la traición de su hermano, y el señor de los mares reconoce que la ambición es un obstáculo en una familia teñida por sombras. Ya no perseguirán la búsqueda del Trono de Hierro, por lo menos hasta la próxima escena. La Serpiente Marina se hace presente en la mesa de guerra y se pone al corriente de la situación sin dejar de dar sus opiniones y poner a prueba a Rhaenyra, quien le recuerda su juramento… Me encantan los primos/pretendientes, se ven hermosos y todo será dolor. Marcaderiva se arrodilla (es una forma de decir) ante la reina y pone su flota a disposición. Luego de las batallas en los Peldaños de Piedra, los Velaryon controlan el Mar Angosto, Rhaenys «la Reina que casi sonrió» controlará junto a Meleys lo que creo que era el Aguasnegras, Jace irá al Valle y al Norte (aquí el mejor momento del capítulo «y luego volarás a Invernalia, para tratar con Lord Cregan Stark, el apoyo del Norte», sublime y emocionante arribo del señor del Norte al canon de las series) y Luke… pobre Luke.

El juramento ante los ojos de los Siete, voy a hacer como que no pasó. Me intriga ante los ojos de qué dioses jurarían los Targaryen de antaño (ir a comentarios). Los fuertes jóvenes príncipes reciben la orden de ir como mensajeros y no como guerreros, cosa que Luke (alerta spoiler) se lo tomará muy a pecho.

Meleys, Vermax y Arrax.

La siguiente escena nos muestra a Daemon y su canción en Alto Sexy Valyrio entrando en los aposentos dignos del dragón de un Viejo Rey, con nosotros (¡de pie señores!) Vermithor (y agradezcamos que no escupió para abajo, si no adiós al Ojo de Dioses). Bella escena. Me he encontrado por ahí con cierta traducción al inglés de la canción, pero no he podido verificarla; sin embargo, a tientas de creer fielmente que es correcta dicha traducción del Alto Valyrio al inglés, se las compartiré a ustedes al español. Que R’hllor me castigue si he caído en la trampa del mundo fake y con gusto me veré convertida en hazmerreir de todo Braavos.

Aliento de fuego
Líder alado
Pero dos cabezas
Para un tercer canto

Desde mi voz:
Los fuegos han hablado
Y el precio ha sido pagado
Con magia de sangre

Con palabras de fuego
Con mirada clara
Para unir a los tres
A ti te canto

Como uno nos unimos
Y con tres cabezas
Volaremos como estábamos destinados
Con belleza, con libertad

 

¿Vos querés saber cómo habla el fuego?

Suponemos que después de esto Daemon volará hacia la Tierra de los Ríos, ya que tan empecinado andaba.

Bastión de Tormentas

Y hablando de vuelo, hermoso cómo se ve Bastión de Tormentas (de lo mejor de la temporada) a la llegada del príncipe Luke. Muy bueno el homenaje a Godzilla y Jurassic Park de Vhagar y su silueta entre truenos y relámpagos; escalofriante (todos fuimos Luke). Y allí en su salsa, el príncipe Aemond «ojo de Otro», quien ya habíamos visto crecer por demás en anteriores capítulos, por lo que también podemos llamarlo «el alto» (¿Qué le dan de comer a ese muchacho?), listo a dar su zarpazo. Borros Baratheon haciendo de Baratheon (qué casa detestable, los Antiguos Dioses quieran que Danny se ocupe de eso en el futuro) buscando su tajada y, por lo visto, con negociaciones avanzadas. El pobre Luke, con solo el recordatorio del juramento a su madre hacia el señor de las Tormentas, no tenía mucho más que hacer allí, pero «ojo de Otro» no iba a permitir que se fuera así nomás; Aemond quería lo que su madre, Alicent «pie verde», quiso algunos años atrás, quedar en parda.

Aemond «ojo de Otro»

Lord Borros no permitirá que se derrame sangre en su salón y ordena que escolten al joven príncipe hacia su dragón. Afuera el clima ha empeorado drásticamente en cuestión de minutos, Vhagar no se ve por ningún lado y Arrax pareciera al borde de la desesperación. Entonces estalló la tormenta, y ayudó enormemente al CGI de los dragones, tensión al palo y la imagen de Vhagar por arriba de Syrax lo dice todo. Aemond el tocho, además, tiene una risa socarrona bastante peculiar. Otro homenaje se hace presente cuando Arrax logra escaparse como el Halcón Milenario en Star Wars, pero a partir de aquí ya es todo descontrol. Los dragones hacen lo que quieren y lo que quiero yo es ver en comentarios cataratas de teorías a partir de esto. Arrax en estado de emoción violenta lanza una llamarada a Vhagar y vuelve a escapar, en este caso fuera de la tormenta. Pero si algo aprendimos es que una vieja dragona no anda con muchas vueltas si un dragoncito se hace el vivo con ella, y más allá de las ordenes inútiles de «ojo de Otro», Vhagar se comió a jinete y dragón.

La última escena en cámara lenta estuvo bien, creemos que Daemon lleva las malas noticias de Bastión de Tormentas a la reina, y sí, danzarán los dragones; han hecho enojar a la bestia.

Y aquí el final de la primera temporada de House of the Dragon. A mí en general me ha dejado sensaciones encontradas y me aburrí más de lo esperado, pero esta reseña no fue hecha para herir susceptibilidades y espero no hacerlo; sepan disculpar las molestias y mi pluma errante (en definitiva, nadie antes que yo reclamó el derecho y eso que hubo tiempo). Mientras tanto, rezo al Dios de Muchos Rostros que la segunda temporada mejore notoriamente, que si no ya saben a quiénes mandamos.

Entonces estalló la tormenta y danzaron los dragones.