Análisis del capítulo 1×06 de House of the Dragon.

 

Compañeros de armas, esperamos que hayáis disfrutado del sexto capítulo de House of the Dragon y, para todo aquel que aún no haya pasado a valorarlo, le emplazamos a que lo hagan aquí. Si hacéis honor a nuestro apelativo Leal, ya sabréis que en esta sección un valiente integrante de la Compañía nos comparte su análisis particular. En esta ocasión, tenemos que informaros de que nuestro intrépido @Ser Barristan Selmy, a quien se le encargó esta misión, fue visto por última vez en los alrededores de Harrenhal. Su intención, en aras de traer noticias calentitas, era relatar en primera persona el regreso de los Strongs a su fortaleza. Sin embargo, no hemos sabido nada desde entonces. Si alguien lo ve o tiene noticias suyas que contacte con la Compañía. Necesitamos saber si ha sido emboscado o, si por el contrario, como con los desertores, hay que ir preparando su partida al MURO.

Demos gracias a los Dioses Antiguos y a los Nuevos por tener un plan B, que más bien debería llamarse plan Z, de @Zagel.  Habría que mandar al Muro, también, a todo aquel que aún no sepa quién es Zagel. Ha participado en tantas misiones ya que es imposible llevar la cuenta. De él partió la idea de los Westeros Eggs y podéis ver su última colaboración en Mientras llegan los Vientos. Recurrimos a nuestro compañero en ese momento de necesidad y, pese a la premura del encargo, hoy mismo nos ha dejado esta reseña sobre La Princesa y la Reina.


House of the Dragon

1×06: La Princesa y la Reina 

— Zagel —


Buenas leales, esta es una reseña de emergencia no prevista, hecha con premura. Espero que sea de vuestro agrado.

Son las cinco de la mañana, suena el despertador, me levanto, me lavo la cara para despejarme y me pongo a ver el sexto episodio de La Casa del Dragón. Quién iba a decirme a mí que los lunes serían el día de la semana que más madrugaría.

Empieza el episodio, a la intro no le presto atención. Seguro que habrá algún cambio en ella súper sutil e importante… Pero desde el principio no he entendido esta intro, me marea e incluso la veo desagradable con esos ríos de sangre recorriendo las callejuelas de la maqueta de la Antigua Valyria. Si algún leal descubre novedades importantes y significativas estaría muy agradecido de que las comentara… O quizá deban dejarse para los posibles Westeros Eggs.

La primera escena es la de una Rhaenyra adulta luchando la batalla que luchan las mujeres en esta sociedad, batalla que perdió su madre al intentar traer un heredero varón a Viserys, y de la que Rhaenyra sale victoriosa. Una escena tremenda de parto a la que le sigue el reclamo de la reina de ver al recién nacido. Sorprende la fortaleza de Rhaenyra, que recién parida lleva ella misma el niño a la reina, atando el cordón umbilical del niño y expulsando la placenta por el camino. Sorprende también el poder de Alicent en este punto de la historia. Hemos pasado de una Alicent que era una pieza del juego de tronos usada por su padre Otto Higtower, a la Alicent jugadora a la que parece que se le tiene más respeto en la Fortaleza Roja que al mismísimo rey Viserys.

Laenor acompaña a su esposa a la audiencia con la reina. Con qué poco logra esta serie que comprendamos las cosas. La reina está con el rey, quienes reciben al niño. Viserys está más feliz que una perdiz, hasta se fija en lo parecido que es el niño a su papá (en la nariz). Y Laenor elije nombre para el bebé: Joffrey, como su querido Caballero de los Besos brutalmente asesinado al final del episodio anterior.

Tienes que comer mucho para ponerte Strong

Alicent comprueba que el niño no se parece a su supuesto padre, que es de pelo oscuro y piel clara. Y empiezan las insinuaciones nada veladas sobre la bastardía de los hijos de Rhaenyra.

Seguimos con la presentación del infante recién nacido a sus hermanos, que están acompañados por el Comandante de la Guardia de la Ciudad, los capas doradas (que no Guardia Real) Ser Harwin Strong. Esta escena sirve para confirmar que el papá de todos los hijos de Rhaenyra es Ser Harwin… Por si había alguna duda.

A continuación nos presentan a los hijos más creciditos de Alicent: Aegon y Aemond, junto a los de Rhaenyra, Jacaerys, al que llaman Jake para abreviar, y Lucerys, al que llaman Luke. Y nos los presentan en Pozo Dragon, en una ceremonia en la que Jacaerys reclama a Vermax como dragón y humillan a Aemond con un cerdo alado. Aemond se interna en las profundidades de Pozo Dragón para reclamar a una montura más digna que el «Terror Rosa» , pero los dragones que hay ahí no parecen estar por la labor y Aemond huye por patas. Estos traumas infantiles son muy malos y crean mucho resentimiento. Veremos en lo que termina tanto bullying.

Spider-Cerdo o Terror Rosa ¡¡Ainnns, es que no me decido!!

Alicent está con su hija Helaena, que tiene como hobby la entomología avanzada. Colecciona bichos y los estudia detenidamente. Ahora está con un miriápodo, contándole los anillos, las patas y los ojos. Esta chica va a fundar toda una rama científica, dudo que incluso en la Ciudadela haya maestres tan especializados en entomología. Su obsesión con los bichos es casi igual que la de su padre Viserys con las maquetas.

Aemond se lleva una reprimenda porque su obsesión no es con los bichos, como su hermana, ni con las maquetas, como su padre, sino con los dragones. Y eso, a ojos de Alicent, lo hace casi un depravado que muestra interés por bestias inmundas. Aemond, para defenderse, se chiva de su hermano y sus sobrinos.

Por tu cara, Alicent, veo que lo de tirar esa pared para la ampliación de mi Lego como que no

Alicent va ver a Viserys para contarle lo que los bastardos de Rhaenyra están haciendo con Aemond; pero Viserys le cuenta una historia sobre lo caprichosa que es la naturaleza; una historia sobre una yegua negra y un semental plateado que dio como resultado de su cruce un potrillo de un marrón vulgar… Y aquí se muestra un muy buen uso de un semental plateado para explicar algo muy importante en la historia: la credulidad de Viserys; no como en otra serie, donde lo usan porque es bonito verlo cabalgar a cámara lenta con la protagonista corriéndose de gusto y poniendo sonrisas terroríficas mientras lo cabalga.

Alicent no se puede creer lo ciego que está Viserys con respecto a este asunto y tiene una charla con Ser Criston Cole, Crispín para los no-amigos, sobre lo depravada que es Rhaenyra, en contraposición a la decencia que ella representa. Charla que termina cuando llegan a la habitación de Aegon, su hijo, que está demostrando tener un mérito que no tiene Rhaenyra para ser rey: algo entre las piernas, a lo que le está dando un fuerte masaje en lo alto de una ventana abierta para el disfrute de todo el que quiera alzar la vista. Su madre ni se inmuta. Tiene una conversación con él para verificar que la idea del «Terror Rosa» fue de los depravados bastardos de Rhaenyra. Para sorpresa de su madre, Aegon reconoce a Jacaerys como heredero al trono por delante de él, como primogénito de la heredera, Rhaenyra. Esto pone de los nervios a Alicent, que le da un sermón a Aegon sobre que él se sentará en el Trono de Hierro.

Eres más puerco que el dragón de Aemond

Pasamos a Pentos, donde Daemon, Laena y sus hijas, con sus tres dragones, están invitadas por un Magíster. El Magíster le ofrece hospitalidad a Daemon a cambio de que mantenga cerca a sus dragones como arma disuasoria de la Triarquía, que con la ayuda de Dorne vuelve a controlar los Peldaños de Piedra y puede amenazar con expandirse al norte.

Laena, embarazadísima, quiere volver a Marcaderiva, pero Daemon está a gusto como invitado a cuerpo de rey del Magíster pentoshi. ¿Por qué están tan lejos Daemon y Laena de Poniente? ¿Ha sido desterrado una vez más Daemon? No creo, pues Laena no plantearía entonces la posibilidad de volver. Yo creo que Daemon está alejado del centro por dos motivos. El primero es que ama a Rhaenyra y quiere poner distancia entre ellos debido a las circunstancias. El segundo es que sus hijas son muy diferentes a los hijos de Rhaenyra y si se les ve juntos las habladurías podrían ser incluso mayores de lo que son.

Me ha gustado mucho Laena, su aplomo, su relación con Daemon e incluso su charla con la hija que aún no tiene dragón, contándole cómo reclamó a Vhagar cuando ya era bastante mayor.

-¿No querías un hermanito?   -Yo quería un dragón

Daemon se muestra muy apático, algo raro en el que suele ser pasional. El matrimonio con Laena parece sentarle bien en su carácter. Lo único objetable es la poca atención que le dedica a la hija que no tiene dragón y que ésta se siente poco querida.

Volvemos a la Fortaleza Roja, donde los hijos y nietos de Viserys practican las artes marciales con maniquíes de paja. Aegon, llamado el «Señor de la Paja» por Ser Criston (lo que en español hace un chiste buenísimo si lo relacionamos con la escena vista anteriormente), se aburre y Ser Criston propone un enfrentamiento con Jacaerys; Aegon es mayor y más fuerte y además, a instancia de Ser Criston, juega sucio, tumba a Jacaerys y le está dando una paliza cuando interviene Ser Harwin Strong. Ser Criston provoca a Ser Harwin, que arremete en su contra y pretende hacerle lo que Ser Cristo hizo al Caballero de los Besos, pero Ser Harwin no lleva guantelete de armadura en su puño y desgraciadamente Ser Criston sólo sufre leves moratones en su bello rosto, daño compensado con creces por la confesión implícita de Ser Harwin como «padre» de Jacaerys.

¡Venid, que el Espantapájaros le está dando de hostias a Aegon!

Lyonel Strong, Mano del Rey y padre de Ser Harwin, se da cuenta de la trampa en la que ha caído su hijo y se dispone a tomar medidas antes de que el escándalo sea imparable.

Mientras tanto, Rhaenyra y su esposo Laenor tienen una conversación. Laenor se aburre en Desembarco del Rey, pese a tener sus amiguitos especiales, y quiere irse a quemar gente a los Peldaños de Piedra. Si tantas ganas de acción tenía, yo de él habría hecho una visita a Ser Criston con Bruma para darle recuerdos de parte del Caballero de los Besos.

Sigue un Consejo Privado, en el que están como consejeras la heredera Rhaenyra, normal, y la reina Alicent, no tan normal. El consejo está formado por gente que parece poco competente, más dada a los chismes que a las labores de estado. Las que más interés muestran por los asuntos serios son la Princesa y la Reina. El consejo termina con una sorprendente proposición por parte de Rhaenyra: casar a su primogénito con la hija de Alicent. A Viserys se le ilumina la cara por primera vez en… toda la serie. Qué buena idea para cerrar viejas rencillas. Pero Alicent no está por la labor. «Cuando yo esté bajo tierra», dice. Pues dicho y hecho, la encierras en las mazmorras negras que están bajo tierra y casas a tía y sobrino. Eso habría hecho un rey medieval con carácter. Total, estás cumpliendo los deseos de la reina. Pero Viserys es muy moderno y tiene en cuenta las opiniones de la hija de puta Otto.

Quien aguante más tiempo de pie se lleva el Trono

Ser Lyonel presenta su dimisión irrevocable como precio a pagar por los excesos de su hijo mayor, Harwin Strong. El rey le dice que no es para tanto, pero Lyonel insiste. Entra ahora en juego Larys, el Patizambo, el otro hijo de Lord Lyonel. Larys se ha convertido en confidente de la reina y tiene un plan digno de Meñique en sus buenos momentos.

Las tragedias se precipitan: Laena tiene un mal parto, como lo tuvo Aemma en el primer episodio. El matasanos pentoshi le da la misma opción a Daemon que el maestre le dio a Viserys. La decisión de Daemon es distinta y parece dejarle a Laena la decisión final. Y esta decisión es tremenda, pues Laena va junto a su dragón, se pone frente a sus fauces y grita «Dracarys». Vhagar duda, Laena repite varias veces dracarys… Hasta que Vhagar lanza una llamarada y calcina a Laena, que muere como quiso morir: como una jinete de dragón, no en el lecho de sangre.

Muy hecha, por favor.

Tremenda escena con Daemon mirando fascinado y horrorizado por lo que está haciendo su mujer, y preguntándose quizá si él tendría el valor de hacer algo similar. Yo creo que sí. Lo demostró en los Peldaños de Piedra, cuando estuvo dispuesto a sacrificarse para acabar con el Cangrejero, antes que recibir la ayuda de su hermano.

Desgarradora la despedida de Ser Harwin, con Jacaerys preguntando a su madre si es su padre y él, un bastardo. Y su madre diciéndole que lo que importa es que es un Targaryen. Rhaenrya se da cuenta de que ha perdido su apoyo principal en Desembarco del Rey y propone a su esposo partir a Rocadragón. Y que lleve a su amante con él, que cuantas más espadas mejor. Los contendientes van tomando posiciones.

Y el episodio termina de forma brutal, con los planes de Larys manifestándose y provocando la muerte de Lyonel, su padre, y Harwin, su hermano, en un incendio en Harrenhal, con un monólogo dirigido a la reina Alicent digno de Meñique en sus buenos tiempos, cuando charlaba con Varys sobre el caos y las escaleras. Un monólogo que versa sobre uno de los temas centrales de la saga: el deber y el amor. Y cómo el amor mata al deber. El amor como impedimento a hacer las cosas que hay que hacer, para obtener los fines que se proponen.

Sí, quiero ser el Meñique que todos esperabais.

Un monólogo con imágenes de Viserys con el anillo de su esposa Aemma, el amor de su vida. Con imágenes de Daemon mirando el cadáver calcinado de su esposa y no haciendo caso de sus hijas (¿renunciando a su amor?), de los estragos que el incendio ha hecho en Harrenhal… Un final de episodio brillante que deja las piezas posicionadas en el tablero para la próxima jugada… Que veremos sin duda la semana que viene.

Y hasta aquí la reseña de emergencia.