Una semana más regresamos con otra entrega de esta serie de ensayos dedicada a la Casa Mormont, ya la última con la que concluimos este serie de doce partes. Como sabéis, se trata de una modalidad especial de ensayo que la leal @EvaJoelMortmont ha querido traernos para expresar de un modo diferente sus pensamientos e inquietudes sobre hechos que son cruciales en la historia de los Mormont o en los que han sido partícipes o testigos. De este modo, a través de la narración, dando voz y sentimientos a algunos personajes de la saga, esta vez nos contará qué sucedió realmente con Jorah Mormont y las verdaderas razones de su destierro.


Rompejuramentos

— EvaJoel Mormont —


Mi arrepentimiento y mi confesión habían hecho resurgir nuestra amistad como antaño. Había sido la única y última vez que vendía cazadores furtivos como esclavos; su valor era inferior a una piel de oso o de lobo en las ciudades libres. Una locura. Juré que no se volvería a repetir. Las dos semanas que habíamos pasado en Invernalia habían resuelto mi mal comportamiento. Disfrutábamos de nuestra última noche en Invernalia, Lord Stark había dispuesto una multitudinaria cena en nuestro honor en el gran salón.
—Decidme, Lynesse, ¿habéis disfrutado de vuestra estancia en Invernalia? —preguntó Lady Catelyn con una sonrisa convenientemente dirigida a Ned.
—Sí, mi señora, os agradezco vuestra hospitalidad… —Ned se inclinó hacia mí discretamente.
—Cat se ha ofrecido a acoger un tiempo a Lynesse e instruirla. Si os parece bien solo tenéis que pedírmelo.
—Estoy seguro que agradecerá vuestra invitación, mi señor, pero su deber es con su esposo y ha de aprender cuál es su lugar —dije firme y Ned afirmó con la cabeza.
—Dentro de una luna visitaré a los clanes de la montaña y estoy meditando acercarme a visitaros también —volvió apoyar su espalda en la silla.
—Sois bienvenido siempre que lo deseéis —dije con orgullo—. Le pediré a Lady Maege que organice una gran cacería. La Vieja Osa estará complacida de escogeros al mejor macho de la isla para vos —sonreí burlón—. Y ella los conoce bien —Ned soltó una carcajada.
—No hay duda entonces. Una cacería así no puedo rechazarla; será un honor complacer a vuestra tía —Ned cogió su copa de plata pasando su dedo por el relieve del huargo —Decidme, ¿la pequeña Lyanna crece bien?
—Está muy alta para su edad. Ya ha recibido su primer mangual y ahora su mayor diversión son los bancos que va destrozando —Ned sonrió complacido y tomó un sorbo de vino.
—Lord Eddard, vuestra biblioteca es impresionante —se dirigió Lynesse a Ned.
—No sabía que tuvieras tanto interés en los libros, querida —dije sorprendido.
—En realidad, no soy yo quien tiene tanto interés —tomo un sorbo de su copa—, sino mi estimado padre. Tenéis libros que no se hallan ni en la mismísima Ciudadela, o eso es lo que creé él.
—En esa búsqueda podemos ayudarle, ¿verdadm Ned? —dijo Catelyn complaciente.
—Escribiré a Lord Leyton. Si lo desea ordenaré al maestre copiar algún ejemplar; tardará un tiempo pero… —decía Ned cuando fue interrumpido.
—Sois muy amable, pero no es un libro sino un manuscrito lo que busca —sonrió de esa manera que yo tan bien conocía y tomó otro sorbo de vino—. Vuestro maestre dice que no se encuentra en vuestra biblioteca —suspiró—, aunque padre estaba plenamente seguro que podría seguir ahí. —¿qué estaba tramando?
—Querida, vuestro padre debe de estar confundido —dije en un tono algo burlón—. No sería extraño, ¿no crees? Después de saber dónde estaba encerrado y la locura que se comentaban de él.
—No creo en esos chismorreos. Él es un hombre muy ilustrado y tenía en gran estima a su primo bastardo, al maestre Walys —mi corazón dejó de latir por un instante—. Nunca dejaron de escribirse, ni cuando fue enviado tan lejos, aquí en Invernalia. ¿Lo conocisteis, Lord Eddard? —sonrió maliciosa hacia mí.
—Así es… fue maestre de mi padre —dijo lentamente con el ceño fruncido— antes de la gran guerra. ¿Un manuscrito? ¿Y sabe vuestro padre por quién fue escrito, mi señora?
—Por el mismo maestre Walys, que prometió entregárselo, pero debió desaparecer con él también —volvió a beber de su copa—. Padre todavía se pregunta por su desaparición. ¿Sabéis vos qué le pasó? —el rostro de Ned se enfuscó y un gélido silencio de pronto se cernió extrañamente sobre las gentes del salón.
—En la guerra muchos hombres se perdieron, Lynesse; los caminos eran muy peligrosos —dijo rápidamente Catelyn poniendo su mano en el brazo de Ned, dirigiéndome una mirada severa.
—Querida, es tarde; debemos retirarnos —dije con rapidez levantándome antes de que Lynesse pudiera decir nada más—. Mañana tenemos un largo camino —la cogí del brazo—. Agradezcamos la gran hospitalidad que nos han otorgado Lady y Lord Stark.
A la mañana siguiente Lord Eddard quería verme antes de partir. Entré en el bosque de los dioses, donde me esperaba sentado en el Árbol Corazón. Estaba viendo a los niños jugar.
—¡Soy el señor de Invernalia! —decía uno.
—¡Soy el príncipe Aemon, el Caballero Dragón! —decía el otro, levantando su rama como espada. Sonreí cuando el muchacho salió corriendo y chocó de bruces conmigo.
—Lo siento, mi señor —me dijo rápidamente escondiendo avergonzado su cara; le cogí el rostro con mi mano, levantándoselo.
—No pasa nada muchacho… —sus ojos grises me miraron con firmeza y un escalofrío frío como el hielo volvió a recorrer por segunda vez todo mi cuerpo; habían pasado diez años desde la última vez.
—Vete, Jon —dijo Ned caminando hacía mí. El muchacho salió corriendo. Al volver mi rostro vi a Hielo apoyada en el tronco blanco; solo podía significar una cosa. La justicia del señor y ante los dioses, aquí estaba atado a la verdad, aquí no podía mentirle. El temor y los recuerdos volvieron con fuerza.
—¿Queríais verme, mi señor? —dije nervioso.
—Vuestra esposa bebió mucho vino anoche; tuvo la lengua muy suelta, demasiado —su semblante cambió endureciendo la mandíbula mirándome fijamente.
—Yo… mi señor, no sé qué os pudo decir Lynesse que os haya ofendido tanto. Es joven e ingenua, demasiado curiosa… nada más.
—¿Lynesse? Es más Lord Lyton y su interés por el maestre Walys lo que me ha quitado el sueño ésta noche —me miró muy serio—. Algunas habladurías corren por el castillo sobre el maestre desde hace años, habladurías que ordené acallar como otras mentiras —suspiró—. Benjen me dijo que el maestre nos había abandonado. Que decidió emprender un viaje hacía la Ciudadela, de estudio y meditación. ¿Es cierto?
—No, mi señor —no puedes mentirle, un sudor frío recorría mi frente—. Se rompió el cuello; cayó por las escaleras de la torre de la biblioteca.
—Entiendo. Benjen me mintió —me miró sombrío—. Así pues, mis sirvientes y mi vasallo saben más que su propio señor —suspiró contrariado y volvió a sentarse delante del árbol corazón—. ¿Hay algo que yo no sepa, Jorah?
—Hay secretos que es mejor desconocer, mi señor. Hay secretos demasiados peligrosos para compartirlos. Lord Rickard me hizo jurar que jamás hablaría de ello, incluso con aquellos a quienes se ama y en los que se confía —apretó la mandíbula.
—¿Lo ordenó mi padre? Quiero la verdad, Jorah —no lo iba ha dejar pasar, quiere la verdad… pues la tendrá, mis rodillas tocaron el suelo.
Mis palabras fluyeron rompiendo mi juramento de silencio; traspasaba los límites pero ahora ya no podía parar. Tenía que saber que todo había sido una elaborada traición. Le hablé de la carta de Lyanna y su fuga, de la traición del maestre Walys, de las últimas instrucciones que recibió mi padre antes de vestir el negro. Del camino equivocado que llevó el orgullo de Lord Rickard a alentar más la mentira, la ambición de coronar a su hija como reina junto a Robert. Con mis palabras traicionaba nuestra amistad en mil pedazos, podía verlo en su rostro como en el de Lyanna, su inmenso dolor. La verdad le rompía, le destruía, le desgarraba, la furia del lobo no tardó en llegar.
—¡Mientes! ¡Mancillas el honor de mi padre! —un temblor recorrió sus labios.
—Juré ante Lord Rickard proteger la mentira y vos me habéis pedido la verdad…
—¡Jamás pronuncies su nombre! —siseó con la mandíbula en tensión, irguiéndose su mano ya sujetaba a la gran Hielo—. ¡Jamás mancillarás su nombre!
—¿Os respondieron alguna vez los antiguos dioses? Cuando os arrodilláis ante vuestro árbol corazón, ¿creéis que os oyen? —Ned frunció entonces el ceño y dudó por un momento—. Sabéis bien que no miento, aquí no, los dioses se pronunciaron ante mí igual que ante vuestra hermana.
Tenía una luna para abandonar el Norte. Me desterraba con la promesa de que no destruiría la Isla del Oso jurando que jamás volvería o pesaría sobre mí cabeza el mandoble de su espada. Me lo arrebataba todo, perdía todo lo que me importaba, todo lo que yo tanto amaba. El odio de Lynesse era lo único que me quedaba. La Vieja Osa no se equivocaba; has ofendido a los dioses, ella no te merece, nos desprecia, desprecia tu hogar y lo que somos, jamás te amará ni engendrará un heredero. Los dioses te castigarán. Los dioses me castigaban.
Seguía de rodillas cuando Ned me dejó solo. Miré a los ojos ensangrentados del Arciano con los míos en un pozo negro de dolor. Recordé con temor las palabras en el Ojo de los Dioses, pero sólo una se repetía constantemente en mi interior.
—¿Qué más queréis de mí? —grité al rostro tallado. Esperé una respuesta. No la hubo. El odio y la ira se apoderaron de mí alma entonces. ¡Perdóname, padre! Maldije entonces a los dioses, maldije el camino que me habían otorgado, maldije a los Stark y escupí sobre su estimado honor dejando el lugar.

 

He aquí una propuesta divertida para describir pensamientos y teorías. Una lectura ligera para dejar fluir la imaginación, para dar voz y sentimientos a aquellos que ya no están y dar respuestas a los acontecimientos que están por venir.

Así que abrid vuestro tercer ojo y sobre todo… disfrutad o reíros de los cuentos de ésta vieja osa.

Al final fui yo quien lo perdió todo. Cuando supe que Eddard Stark se encaminaba hacia la Isla del Oso, ni siquiera me quedaba honor suficiente para quedarme allí y enfrentarme a su juicio, de modo que la arrastré conmigo al exilio.

choque de reyes, daenerys i

 

Sabéis muy bien por qué Jorah es un prófugo desde cinco años atrás en Juego de Tronos. No me centraré en esta historia. Ni en el deporte nacional norteño: la caza, muerte y esclavitud enmascarada con servidumbre de los salvajes que saltan el muro. Dejemos por ahora de lado a su segunda esposa y lo “calzonazos” que puede llegar a ser con las mujeres. Analicemos todas aquellas palabras y sentimientos contradictorios de Jorah, que personalmente me llevan a un serio conflicto de credibilidad con su relato expuesto.

Viví aquí casi un año. – El caballero apuró los restos del fondo de la jarra -. Cuando Stark me obligó a exiliarme, huí a Lys con mi segunda esposa.

danza de dragones, tyrion vii

 

Desde que leí esta afirmación saltaron todas mis alarmas con el Oso Negro. En esta conversación afable con Tyrion, Jorah está muy relajado bebiendo vino. Nos dice que fue Ned quien le obligó a exiliarse. ¿Nos miente? Podemos pensar que sus palabras parecen ser defensivas. El culpar a otro de tus actos, de tu vergonzosa huida, como en otras citas que después expondré… pero ¿y si tomáramos ésta afirmación de Jorah como cierta? ¿Y si es cierto que Jorah se enfrentó al juicio de su señor? ¡Entonces tenemos mil preguntas!

Sé qué sois. Y si vos sabéis quién soy, también sabréis que fui mano del rey y formé parte del Consejo con la Araña. ¿Os sorprendería saber que fue el eunuco quien me hizo emprender este viaje? —«Junto con Jaime, pero a mi hermano mejor no lo meto en esto»—. Soy obra suya, igual que vos. No deberíamos enfrentarnos.
—Acepté el oro de la Araña, no lo niego, pero nunca fui obra suya. —El caballero no parecía nada complacido ante la comparación—. Además, ahora guardo lealtad a otra persona.

danza de dragones, tyrion vii

 

Si es cierto que fue Ned quien le castigó con el exilio, que él es obra de los Stark, todas sus palabras nos llevan a especular con otro punto de vista. Esta es la razón de que nunca me he creído su relato y la razón de creer que puede ocultar mucho más. Tenemos que intentar comprender qué pudo pasar entre estos dos hombres, entre vasallo y señor. Veamos primero que relación tenían Ned y Jorah.

Catelyn sabía de quién hablaban; Jorah Mormont había llevado a su segunda esposa a Invernalia a algunos banquetes, y en cierta ocasión se quedaron quince días como invitados.

tormenta de espadas, catelyn v

 

Aparte de un vínculo familiar ya lejano, Ned le otorga a Jorah privilegios que podrían suscitar recelos o envidias ante otras familias norteñas. No tenemos dudas de la lealtad de los Mormont a los Stark. Ned considera a Jorah un vasallo de total confianza, un formidable guerrero en batalla y probablemente un leal amigo, como Howland. Esto podría ser un motivo justificable para que Ned se sintiera traicionado, defraudado, que se tomara muy apecho su delito de esclavismo. Hipotéticamente su amistad podría ser la razón que le perdonara la vida, si hubo un juicio. Vayamos ahora al inicio de la saga.

El Usurpador quería ajusticiarlo —les dijo Illyrio —. Alguna disputa sin importancia. Creo que vendió unos cazadores furtivos a un esclavista tyroshi en vez de entregarlos a la Guardia de la Noche. Una ley absurda. Cada uno tendría que ser libre de hacer lo que quisiera en sus tierras.

juego de tronos, daenerys i

 

La primera aparición de Ser Jorah en las novelas es para decirnos que pesa sobre él una ejecución. Aquí se nos demuestra como Lord Eddard Stark se aseguró que hubiera un decreto real firmado contra el delito de Jorah por el Rey Robert. Si Ned dictó un exilio perdonándole la vida, tenía que asegurarse de que jamás volvería a Poniente, que jamás volviera a pisar el norte.

—Ser Jorah está en Pentos, y daría cualquier cosa por conseguir un indulto real que le permitiera regresar del exilio —explicó Robert—. Lord Varys aprovecha a fondo esa circunstancia.
—Así que el esclavista es ahora un espía —dijo Ned con repugnancia. Le devolvió la carta— Yo preferiría que fuera un cadáver.
—Por lo que me dice Varys, los espías son mucho más útiles que los cadáveres —replicó Robert—. Dejando a parte a Jorah, ¿qué opinas de este informe?

juego de tronos, eddard ii

 

El último hombre de honor, por Magaly Villeneuve

La primera vez que Ned habla de Jorah es con gran desprecio. Preferiría verlo muerto, pero si quieres verlo muerto por qué no has ofrecido ninguna recompensa por él; ya han pasado cinco años. Mientras no volviera a Poniente, Jorah podía seguir viviendo, seguir perdonado. Vivir su vida en el exilio tranquilamente sin temor a ser capturado por una recompensa.

La misericordia no es nunca un error, lord Renly —replicó Ned—.

juego de tronos, eddard viii

 

Pero las tornas están cambiando: Jorah quiere volver a toda costa. Por regresar espía para alguien demasiado peligroso, demasiado cercano a Robert. Poneros ahora en la piel de Ned, si es cierto que el castigó a Jorah. ¿Qué representaría este indulto? Acatar las órdenes del Rey. Es muy probable que volver a aceptarlo como señor de la Isla del Oso. Tragarse el orgullo, reabrir viejas heridas.

Su hermano Stannis, lord Tywin Lannister, Eddard Stark… Escupió al suelo tras pronunciar su nombre.
Él me quitó todo lo que amaba por culpa de unos piojosos cazadores furtivos y de su condenado honor —replicó con amargura. Dany advirtió en su tono que aún le dolía la pérdida. El caballero cambió de tema con rapidez—.

juego de tronos, daenerys iv

 

He aquí la primera contradicción de Jorah en la saga culpando a Ned de quitarle todo lo que amaba. La inquina y el odio son muy palpables, está muy dolido con Ned. Toda una contrariedad si después nos explica su historia endulzada de huida, vergüenza y falta de honor.

…las piernas rotas se curaban con el tiempo, pero algunas traiciones se pudrían y envenenaban el alma.

juego de tronos, eddard xii

 

La actitud de Jorah tampoco explicaría éste sentimiento tan visceral, si la hipótesis es que hubo un juicio por un delito de esclavismo, Jorah no se siente afortunado con su perdón ni por conservar su cabeza. Me atrevo a decir que su alma está muy envenenada contra la persona de Ned. Él se siente injusta y profundamente traicionado por Ned.

Por mi hogar. Lo único que quería era regresar a mi hogar.

danza de dragones, daenerys x

 

Jorah no solo quiere ser indultado sino que su propósito desde el inicio de las novelas era volver al norte. Si Jorah conseguía ese indulto tramaba toda una afrenta personal contra la persona de Ned, contra la justicia del señor. Un tú me lo arrebataste todo, tú tendrás que tragarte tu “condenado honor”.

¿Era una venganza personal? Sí, no tengo dudas. Hablo en pasado, porque ahora con la muerte de Ned su objetivo se ha diluido y nunca podrá enfrentarse a él cara a cara. Egoístamente en la actualidad ya no tiene ninguna prisa por volver a su hogar.

—¿Si acaso? —preguntó Varys con voz suave, al tiempo que se frotaba las manos empolvadas—. Me tomáis por lo que no soy, mi señor. ¿Acaso presentaría yo una mentira al rey y al Consejo?
—Lo que nos presentáis, mi señor —dijo Ned dirigiendo una mirada gélida al eunuco —, son los chismorreos de un traidor que se encuentra a medio mundo de distancia. Puede que Mormont se equivoque. Puede que mienta.
—Ser Jorah no osaría engañarme —dijo Varys con una sonrisa astuta—. Podéis darlo por seguro, mi señor. La princesa está embarazada.

juego de tronos, eddard viii

 

Quien mejor para reprobar a Jorah sino el hombre que mejor puede conocerlo, el intachable y recto Eddard Stark. Aunque Ned intente desacreditar a Jorah, tachándolo de traidor y de mentiroso para intentar convencer a los demás de desestimar sus planes, no es capaz de conseguirlo, el consejo ya ha decidido… y el lector también.

Desde este instante condicionaremos al personaje a ser un traidor mentiroso, siempre dudaremos de sus motivaciones, de ser honorable, de sus actos y de sus palabras. Siempre dudaremos de su verdad.

… Y no me llaméis lord; no tengo título de señor. La Isla del Oso me fue arrebatada. No soy más que un caballero…

choque de reyes, daenerys v

 

Otra gran contradicción. Arstan (Ser Barristan) provoca intencionadamente a Jorah llamándole dos veces Lord Mormont. Él reaccionará con brusquedad dolido por sus palabras. Dany está presente y ella ya sabe de su relato: fue él quien abandonó voluntariamente su Isla. Culpar a Ned de tus propias decisiones y delitos no tendría porqué, pero él nos sigue insistiendo, vuelve a culpar a Ned.

Y la mano a caído; era lord Stark, amigo del rey Robert. Ha sido detenido por traición.
¿Ned Stark… traidor? —bufó ser Jorah—. Imposible. El largo verano volverá antes de que ese mancille su estimado honor.
—¿Qué honor puede tener? —dijo Dany—. Traicionó a su rey legítimo, igual que esos Lannister.

choque de reyes, daenerys ii

 

Jorah menciona anteriormente “su condenado honor” en Ned como algo inquebrantable. La incredulidad de Jorah es inmediata y aunque le odie, le culpe de caer en desgracia y lo desprecie, defiende la imposibilidad de que Ned sea un traidor y su honorabilidad ante Dany. Pero he aquí un detalle en sus palabras que me gustaría profundizar y analizar; “ese mancille su estimado honor”.

Mancillar: causar perjuicio en la honra o el honor de una persona, familia o linaje.

Podríamos traducirlo en: “ese perjudique la honra tan estimada en su familia”. Si borramos los adjetivos “estimado” y “condenado” delante de honor, nos dejaría sin la profundidad del sentimiento al pronunciarlas, el sentir y el saber de Jorah sobre la persona de Ned. No hay duda de que conoce muy bien al hombre, probablemente porque el mismo lo ha padecido en sus propias carnes. Jorah también utiliza esta misma palabra en sí mismo, el no querer mancillar más el nombre de su padre. Es lógico, él es un Mormont, sus actos perjudican sólo al honor de su familia.

—Los dioses están ciegos y los hombres ven lo que quieren.
—Yo te veo perfectamente, Gnomo. —la voz del caballero había adquirido un matiz oscuro— He hecho cosas de las que no estoy orgulloso, cosas que sumieron en la ignominia mi casa y el apellido de mi padre…

danza de dragones, tyrion vii

 

Ignominia: ofensa grave que sufre el honor o la dignidad de una persona.

Creo que es importante comentar que mis citas son originales en papel escrito, de la traducción de Cristina Macía para la editorial Gigamesh. En otra traducción digital en español que tengo:

–He hecho cosas de las que no estoy orgulloso, cosas que llevaron la vergüenza a mi casa y al nombre de mi padre…

danza de dragones, tyrion vii

 

Ignominia se ha traducido como vergüenza, que hace diferir el verdadero significado de ésta frase. Podemos provocar vergüenza por muchas cosas, con muchos actos. Pero tanto mancillar como ignominia dichas por Jorah son palabras muy explícitas sobre una ofensa de honor. Creo que no son utilizadas banalmente por Jorah, creo que estas palabras son la clave de su historia pasada, sus actos pasados provocaron una ofensa de honor.

Si volvemos a la historia de Jorah contada por Ned y al inicio de la saga, si lo analizamos fríamente… ¿Quién ofende a quien? Jorah es solo un simple vasallo norteño corrupto, como muchos ante los ojos de todo el mundo. “Stark me obligó a exiliarme”. Es ridículo pensar que con su acto de vender cazadores furtivos ha deshonrado el norte, ha provocado una ofensa de honor que mancillaría o que caería en la ignominia la persona de Ned. Que sus acciones puedan repercutir sobre la familia y el linaje de los Stark. La motivación de Jorah es restaurar su honor que él cree haber perdido injustamente a manos de Ned. Si esa es su motivación, ese siempre ha sido su objetivo durante toda la saga y no el perdón por vender cazadores furtivos.

Y ahora (atención spoilers) dejadme ir con el avance de Tyrion II en Vientos de Invierno.

—El Mediohombre tiene razón —dijo Jorah Mormont—. No querremos luchar por los esclavistas cuando Daenerys vuelva… y ella volverá, no os equivoquéis. Golpead ahora y golpead fuerte, y la reina no lo olvidará. Encontrad a sus rehenes y liberadlos. Y prometeré por el honor de mi casa y mi hogar que este era el plan de Ben el Moreno desde el principio.

vientos de invierno, tyrion ii

 

Palabras dichas delante de hombres que saben quién es, palabras que quiere jurar delante de su reina. Un hombre sin honor, sin hogar, que a los ojos de todos es un traidor, parece un juramento de palabras vacías. ¿Por qué entonces Jorah se permitiría decirlas? A no ser que las diga porque nunca ha considerado que mancillara el honor de su casa. “Todo le fue arrebatado”. Su objetivo sigue siendo el mismo, restaurar su honor y la única persona que ahora podría otorgárselo es Dany.

Se Jorah Mormont, por Jacques Bredy

Aunque os parezca inverosímil, tanto Ned como Jorah están cortados por un mismo patrón. Un ejemplo muy simple para compararlos es que los dos se negaran a seguir las órdenes de Robert. Ambos se agarrarían a un clavo ardiente antes que mancillar su honor participando en un asesinato tan vil. Los dos están obsesionados con sus actos y que estos puedan mancillar a su familia. Y no solo pienso en sus actos presentes, sino en ese runrún constante de sus actos pasados. Para ambos el pasado es un pesado lastre.

Empiezo a pensar que toman mucho sentido sus palabras. Stark me obligó a exiliarme. Pienso que puede haber mucha verdad en ellas, pienso que entre Ned y Jorah hay un terrible rencor mucho más profundo y creo que no fue provocado por la venta de unos furtivos, sino por una afrenta de honor. Afrenta que sí perjudicaría y mancillaría la historia familiar de los Stark.

Tyrion Lannister aseguraba que la mayoría de los hombres preferiría negar una verdad dolorosa antes que enfrentarse a ella, pero Jon estaba harto de negar cosas.

juego de tronos, jon ix

 

Conocemos muy bien a Ned, como se agarra férreamente al absoluto silencio que él mismo ha impuesto al pasado ocultando la historia de su hermana. Nadie puede mancillar el honor de su familia, un alto precio que lleva soportando durante años y que podrían haberle llevado también a realizar actos injustos para proteger a cualquier precio la verdad. No sé si os habré convencido de que en Jorah hay algo más que una huida deshonrosa. Pero si sé cual es la ley de los Stark, su máxima tradición.

La sangre de los primeros hombres corre todavía por las venas de los Stark, y creemos que el hombre que dicta la sentencia debe blandir la espada. Si le vas a quitar la vida a un hombre, tienes un deber para con él, y es mirarlo a los ojos y escuchar sus últimas palabras. Si no soportas eso, quizá es que ese hombre no merece morir.

juego de tronos, bran i

 

¿Stark me obligó a exiliarme, verdad o mentira? ¿Podría un vasallo “corrupto” mancillar y perjudicar el honor de Ned por vender furtivos? Si hubo un juicio, ¿por qué Ned entonces perdonó la vida de Jorah? ¿Os parece una locura mi teoría de afrenta de honor entre ellos dos?

Y como este es mi último relato, ¡GRACIAS! Espero haber sacado alguna que otra sonrisa divertida en vosotros. ¡Aquí Aguantamos!