Regresamos una semana más con otra entrega de esta serie de ensayos dedicada a la Casa Mormont, la sexta edición. Se trata de una modalidad especial de ensayo que la leal @EvaJoelMortmont ha querido traernos para expresar de un modo diferente sus pensamientos e inquietudes sobre hechos que son cruciales en la historia de los Mormont o en los que han sido partícipes o testigos. De este modo, a través de la narración, dando voz y sentimientos a algunos personajes de la saga, nos revelará los entresijos del compromiso de Lyanna y Robert Baratheon y lo sucedido tras el Torneo de Harrenhal en la Falsa Primavera.


La loba encadenada

— EvaJoel Mormont —


Había pasado casi un año tras el torneo de la Falsa Primavera, ese fue su nombre después que el invierno volviera. Después de los acontecimientos, Lyanna se tomó muy mal ser el centro de atención de todas las miradas. Los rumores malintencionados que se extendieron por todo Poniente la destruían interiormente. No ayudó tampoco que Ned tuviera que volver a sus obligaciones en el Nido de Águilas. Yo añoraba profundamente a Ned. Nuestros encuentros siempre habían sido en las sombras y fugaces, para no ser descubiertos. Nuestra promesa en silencio fue que “ni Lyanna, ni nadie puede saberlo”.
Fue Ned quien templó con destreza la provocación, frenando así la ira de su hermano y amigo Robert. También fue él quien se reunió con Rhaegar y con la Víbora Roja en la intimidad. El príncipe hizo lo que debía hacer, las rosas invernales habían sido tomadas como un pago de lealtad al príncipe, un insulto ante los ojos perturbadores del Rey. Esas fueron sus únicas palabras de explicación hacia Lyanna. Pero ella seguía sin entender por qué la habían utilizado, por qué un simple presente tan hermoso de amistad podía haberse convertido en tanta maldad.
Seis lunas atrás, en una mañana, llegó un mensajero con una carta durante el almuerzo. Lord Rickard con el ceño fruncido se la entregó, quedando a la espera con su mirada endurecida. El lacre un sol iba dirigida a Lyanna ante nuestra sorpresa. Desde la ofensa a su virtud, el señor había sido muy duro con ella en demasía. Lyanna abrió el lacre y leyó en alto:

“Mi querida Lyanna, me alegra anunciarte el nacimiento del príncipe Aegon. Doy gracias a tus Dioses por su bendición. Aún tengo en mí poder una de tus hermosas rosas, que guardo con gran estima en recuerdo de nuestra amistad.”

— Elia —

Lyanna sonrió, miró a su padre desafiándolo. Él se giró para abandonar el salón.
—¿Me permitís que pueda contestar con mis más sinceras felicitaciones? ¡Mi Señor! —dijo con voz bien alta.
Lord Rickard aguardó por un instante y, sin mirar a su hija, un no rotundo fue su respuesta. Ella arrugó la carta, se levantó para salir del salón a toda prisa. Yo la seguí, era mi obligación estar con ella día y noche. Compartía su comida, su cama y sus sueños también. Así me lo ordenó Lord Stark. Cuando llegué al Bosque de los Dioses estaba sentada en el borde del estanque mirando su triste reflejo. Me senté a su lado. Levantó su puño y abriendo su mano me mostró la carta.
—Sigue leyendo —ante mi sorpresa la cogí y la alisé sobre mi falda, empecé a leer y suspiré con gran asombro.
—Habéis hecho bien en esconder estas palabras a vuestro padre —dije enojada. Lyanna había aprendido bien que podía decir ante él—. Es otra provocación. ¿Cómo se atreven?
—Alarra Stark, ¿recuerdas? —dijo sin dejar de mirar su reflejo.
—Cómo no voy a recordarla —volví a mirar la carta—. ¡Esperad! Algo está mal, no es la escritura de Elia —dije muy segura.
—¿Cómo lo sabes? —me miró de pronto.
—¿Os acordáis de la invitación en el torneo? Mientras yo esperaba, ella escribía. Me la entregó de sus propias manos. Mi señora, podemos comprobarlo. Todavía guardo…
—Pero no significará nada si no hago nada. Quieren otra vez perjudicarme, siguen atacando a mi familia y yo soy el lobo más débil —su mirada se torno gélida.
—¿Creéis que sus damas podrían estar detrás de éstas palabras? Lady Alerie no fue muy amable con vos y Lady Ashara podría estar…
—¿También tú crees en los chismorreos de Ned?
—No, mi señora —intenté disimular, no podía romper mi promesa—, pero es lo que se comenta. Escribidle, pedidle que interceda por vos. Vuestro hermano haría cualquier cosa por protegeros…
—¡Así me protege! –gritó— ¡Protegiendo a los bastardos de Robert! —volvió a mirar su reflejo en el estanque, intentando contener su rabia—. Me lo prometió, me dijo que cambiaría… Me mintió.
A medida que pasaban los días, Lyanna se tornó taciturna, inmersa en sus pensamientos. Se le había prohibido salir del castillo y montar su caballo por el Bosque de los Lobos; era prisionera en su mismo hogar… Ahora odiaba más que nunca el sur. Pasábamos la mayor parte del tiempo en la biblioteca; nuestro interés eran los libros más antiguos. Un día descubrí un baúl extraño, escondido en un rincón debajo de un pilar de libros. Era tan antiguo que todo él estaba oxidado. Mi curiosidad me llevó a estudiarlo con atención; no encontré cerrojo ni cerradura alguna. Limpié con mis manos su superficie, las runas grabadas empezaron a aparecer ante mi asombro. Todavía se podían leer: “solo aquel cantor que susurre al viento podrá abrirlo”, leí en mi interior. Ahogué un suspiro de emoción… Sabía que estaba protegido con una magia antigua ancestral, a la que yo no podía acceder. Volví a esconderlo con rapidez… el maestre jamás podía saber de él.
Mientras las lunas pasaban, la tristeza de Lyanna la consumía y cada vez más se acentuaba ante la pronta partida hacia Aguasdulces. La boda de su hermano significaba que al año, con dieciséis, abandonaría el Norte para siempre para no volver jamás.
Nuestro grupo era el primero en salir. Lord Tully había organizado varios festejos para los prometidos. Lord Stark viajaría en otro grupo una semana más tarde. Jorah había dispuesto a seis guerreros de la Isla del Oso de su confianza, para la custodia de Lyanna. No montaríamos a caballo, a nuestro pesar; las dos viajaríamos encerradas en un carromato. Enseguida Brandon se aburrió del lento camino, adelantándose con sus acompañantes.
—Esta noche descansaremos en Atalaya de Aguasgrises, mi señora. Dos hombres se han adelantado para anunciar vuestra llegada a Lord Reed —Ella asintió; sabía que le gustaría la idea.
—¿Podrías entregarle un mensaje a Howland? —me dijo mientras miraba por el ventanuco—. Me placería que nos acompañara en el viaje. Quizás durante unos días. ¿Crees que Jorah se opondrá? —giró su rostro y me miró suplicante.
—Tiene órdenes muy estrictas sobre vos, pero siendo amigo vuestro, y si Howland viajara al sur por otros motivos, no veo por qué no… Podría arreglarlo, el oso no es tan gruñón como parece —Sonreí para animarla—. Lo arreglaré. ¿Sabéis que en Atalaya no tienen Maestre? —me miró sorprendida– Dicen que es porque los cuervos ni los enemigos encuentran el lugar, pero yo sé la verdadera razón —me sonrió curiosa—. Dicen que descienden de los antiguos cantores de la tierra, tienen sus costumbres, sus secretos y no desean que una rata gris les diga cómo han de vivir.
Me cogió la mano con una tímida sonrisa, con la otra se tocó el cuello, buscando inconscientemente esa cadena invisible que oprimía su garganta y su libertad.

 

He aquí una propuesta divertida para describir pensamientos y teorías. Una lectura ligera para dejar fluir la imaginación, para dar voz y sentimientos a aquellos que ya no están y dar respuestas a los acontecimientos que están por venir.

Así que abrid vuestro tercer ojo y sobre todo… disfrutad o reíros de los cuentos de ésta vieja osa.

Alarra Stark Mormont era descrita por su padre como una mujer tan dulce como cualquier dama sureña. Ella y sus hermanos llegaron a Desembarco del Rey al Gran Torneo, donde la joven se quedó como dama de compañía de la reina Alysanne.

fuego y sangre

 

Una loba doncella de alta cuna con su manada, otro gran torneo en tierras del sur con dragones y otra vez una dama como peón… Me es tan familiar esta historia. En realidad, no sabemos más de Alarra, por ahora. Si Fuego y Sangre no se hubiera publicado antes, no sabríamos de la importancia de la esposa de Alaric, pero sí creo que vamos a saber más de ella; lo vamos a leer a través de alguna mujer Mormont en Vientos. Y tengo la sensación que la vida de Alarra también va a ser una historia muy triste.

Dejadme ahora expresaros una de mis inquietudes y de la importancia que puede tener en la saga Howland Reed.

Había una vez un muchacho extraño que vivía en el Cuello. Era menudo, como todos los lacustres, pero también valiente, astuto y fuerte. Creció cazando, pescando y trepando a los árboles, y aprendió toda la magia de mi pueblo.
—¿Tenía sueños verdes, igual que Jojen? —Bran estaba casi seguro de que no conocía aquella historia.
—No —respondió Meera—, pero era capaz de respirar lodo y correr sobre las hojas, y convertía la tierra en agua y el agua en tierra con tan solo susurrar una palabra. Sabía hablar con los árboles, tejer palabras y hacer que los castillos aparecieran y desaparecieran.

tormenta de espadas, bran ii

 

Para muchos, Howland solo tiene la importancia de ser el espectador vivo de la Torre de la Alegría, el único que puede saber del padre de Jon. Pero yo observo en el lacustre una mayor importancia en la parte mágica, sobre todo en la sabiduría ancestral de los elementos de la tierra. Podría ser uno de los pocos que haya mantenido el difícil lenguaje (cantar) de los hijos del bosque. Creo que será vital esa sabiduría en la terrible guerra que está por venir.

Ned recordó claramente el momento en que todas las sonrisas murieron

juego de tronos, eddard xv

 

Y la sonrisa de su hermana también. Sabemos algunas reacciones de lo que aconteció en el momento de la provocación. El silencio del Rey para ver qué decisión tomaba su hijo; Elia, que se quedó sentada, inmóvil, guardando la compostura; Robert casi se lo tomó a broma, pero seguro que debió dudar si su prometida había sido desflorada; Ned, el racional, estudiando qué había pasado; y Brandon, que estalló ante la provocación. ¿Y nuestra Lyanna? Analicemos un poco su comportamiento en el torneo, a la joven adolescente.

—Estáis atacando a un hombre de mi padre —aulló la loba.
—¿Una loba de cuatro patas o de dos?
—De dos —dijo Meera—. La loba atacó a los escuderos con una espada de torneo y los puso en fuga.
[…]
No era fácil decirle que no a aquella doncella lobo…
[…]
El príncipe dragón cantó una canción tan triste que hizo sollozar a la doncella lobo, pero cuando su hermano más joven se rió de ella porque lloraba, le derramó vino por la cabeza.

tormenta de espadas, bran ii

 

Howland Reed

Howland Reed, por Sir Heartsalot

Todos conocéis la historia y la amistad que se formó entre los hermanos Stark y el pequeño lacustre. La lealtad de Howland hacia Lyanna será inquebrantable ahora y siempre. Pero a mí lo que me gustaría analizar es el comportamiento de la doncella, que nos recuerda tremendamente a Arya. Así es, pero esa misma tarde asiste a un gran baile con la manada y sus banderizos, no como loba, sino como dama de alta cuna porque ese era su deber, lo que se espera de ella. Probablemente jamás había visto nada igual, tanto glamour entre damas y caballeros, que le sobrepasa sollozando como una adolescente en las nubes, muy típica de Sansa, hasta que Benjen se burla de ella y despierta de golpe de su ensoñación.

[…] La vida no es una canción, querida. Algún día lo descubrirás, y será doloroso.

juego de tronos, sansa iii

 

Las rosas que le entrega Rhaegar no son una muestra de amor, ni honor ninguno… ni canción alguna. También esas espinas de la traición se le clavan dolorosamente en la piel como a Ned, afiladas, despiadadamente, una joven que no entiende de juegos políticos y que, de pronto, queda en medio de un circo sin aplausos, con todo un sinfín de miradas críticas, despiadadas e insultantes. La misma mirada que debió recibir de su padre a volver a casa, la duda en ella sería constante.

Creo que Ned Stark quería más a Robert que a su hermano o a su padre… o incluso que a vos, mi señora. A Robert nunca le fue infiel, ¿verdad? —Jaime soltó una risotada ebria —. Vamos, lady Stark, ¿no os parece gracioso?

choque de reyes, catelyn vii

 

Jaime es un personaje que ebrio o febril suelta, en mi opinión, “verdades como puños”. Todos sabemos que a Robert le van muchos las faldas y, aunque el pequeño lacustre no lo ve bailar con Ashara, sí sabemos algo: “El señor de la tormenta derrotó al caballero de los cráneos y los besos en un duelo de copas de vino”. Muy ebrio para ser embaucado fácilmente por alguna hermosa dama con ojos hechiceros color violeta, que hiciera perderle la cabeza, aún teniendo a su propia prometida muy cerca y rompiendo así la promesa de Ned a su hermana.

Su Alteza no ha mostrado la menor timidez. Sé que reconoció al chico de Bastión de Tormentas, el que engendró la noche de bodas de Lord Stannis. No le quedó otro remedio, la madre era una Florent, sobrina de Lady Selyse…

juego de tronos, eddard ix

 

¿A quien acudiría Robert si había metido la pata hasta el fondo en el torneo? No estamos hablando de una campesina, sino de una dama. Solo un susurro es más que suficiente para desviar nuestra atención y la atención de los demás.

El Caballero de las Flores ha escrito a Altojardín para apremiar a su padre para que envíe a su hermana a la corte. La niña es una doncella de catorce años, dulce, hermosa y manipulable. Lord Renly y ser Loras quieren que Robert se acueste con ella, la despose y la nombre reina.

juego de tronos, arya iii

 

Las ambiciones de los señores y los sacrificios de sus hijas, como peones, es una constante en la saga, y la crueldad para llegar a ello no tiene ningún límite. Varys conoce muy bien las debilidades de los hombres y sus secretos. ¿Por qué no pensar en utilizar esa debilidad para romper el compromiso de Robert y susurrar promesas a los Dayne?

—Estáis muy callada —observó Tyrion Lannister—. ¿Es eso lo que queréis? ¿Que cancele vuestro compromiso?
—Yo… —Sansa no sabía qué decir. «¿Es un truco? ¿Me castigará si digo la verdad?». Contempló la gigantesca frente abultada del enano, el duro ojo negro, el astuto ojo verde, los dientes desiguales y la barba hirsuta—. Solo quiero ser leal.

choque de reyes, sansa iii

 

Lyanna ya tenía serias dudas de la lealtad de Robert antes del torneo. Había sido también insultada en público, luchaba entre la decepción y ser leal a los deseos de su familia. Al igual que Sansa, tenía que seguir mostrándose sumisa, pero en su interior ya tenía decidido que quería escapar. De algún modo creo que ella deseaba cancelar el compromiso con Robert.

—Vaya, así que tiene nombre, ¿eh? —Su padre suspiró—. Ay, Arya. Tienes algo de salvaje, hija. Mi padre lo llamaba «la sangre del lobo». Lyanna tenía un poco de eso, y mi hermano Brandon, mucho. A los dos los llevó morir jóvenes. —La niña captó la tristeza en su voz, no acostumbraba hablar de su padre, ni de sus hermanos, que habían muerto mucho antes que ella naciera —. Lyanna habría llevado una espada si mi padre lo hubiera permitido. A veces me la recuerdas. Hasta te pareces a ella.

juego de tronos, arya ii

 

Arya Stark con Aguja y Nymeria

Arya y Nymerya, por Irene Flores

Muy sutil Ned en sus palabras, culpando a la sangre del lobo, al carácter o a la rebeldía de su hermana como lo que propició su muerte. No rapto, no violación, no asesinato… no “Rhaegar”. Arya es una niña muy difícil y Ned quiere domarla, pero con la comprensión y no con la imposición. Dejando que la sangre del lobo se desfogue poco a poco, dándole algo de libertad y no negándole lo que ella desea. En definitiva, Ned no seguirá los pasos equivocados de su padre… con una hija tan parecida en carácter a Lyanna.

¿Por qué son siempre los inocentes los que más sufren cuando vosotros, los grandes señores, jugáis al juego de tronos?

juego de tronos, eddard xv

 

Al igual que Sansa nuestra Lyanna está en medio de un terrible juego de tronos. Lord Rickard tenía ambiciosos planes y esos planes debían seguir adelante. Después del torneo Lyanna se convirtió en un pajarito enjaulado, pero ella es una loba, mucho más difícil de enjaular y de dominar.

¿Leeremos sobre Alarra Stark en Vientos de Invierno? ¿Podría Howland tener un papel mucho mayor en la parte mágica, con Bran? ¿Robert infiel a Lyanna durante su noviazgo con Asahara? ¿Alerie Hightower por su proximidad en la corte de Elia, podría contarnos algo más del Torneo? ¿Creéis que Ned pudo saber de las intenciones de su hermana, y no hacer nada por evitarlo?