Adaptación de las novelas al medio televisivo. Tolkien y sus malos imitadores. La mala literatura fantástica. Etapa en Hollywood. Influencia de su historia familiar a su gusto literario.
Como habitualmente cada miércoles, vuelve una nueva edición de Así Habló Martin. En esta sección os traemos poco a poco todas las declaraciones que George R. R. Martin ha hecho a lo largo de los años sobre Canción de Hielo y Fuego. La recopilación original es obra de Westeros.org, quienes muy amablemente nos permiten traducir su So Spake Martin para vosotros.
El año es 2011, semanas antes del estreno de Juego de Tronos de HBO. Este Así Habló Martin es un poco más largo de lo habitual pero creemos que disfrutareis especialmente de esta entrevista en la que vemos un Martin mucho más suelto y en la que repasa tanto la adaptación de las novelas al medio televisivo, como de su gusto por Tolkien, críticas a lo que él considera mala literatura fantástica, su etapa en Hollywood e incluso nos habla de sus leyendas familiares y como éstas afectaron a su gusto literario.
Entrevista a TIME MAGAZINE
Si alguna vez comes con George R. R. Martin, pide lo que pida él. Las novelas fantásticas de Martin, el material de base para la nueva serie de HBO Juego de Tronos (podéis ver una escena del piloto en el enlace de arriba), son conocidas por su ambigüedad moral, su complejidad y sus brillantes, aunque crueles, giros de guión. Pero también están plagadas de maravillosas descripciones de comida (ave a la miel, pastelillos de limón y uros asados); y cuando nos sentamos a desayunar en el Tecolote Cafe cerca de su casa en Santa Fe, pide lo que parece el mejor plato del menú: un burrito de desayuno al estilo navideño (con su salsa roja y verde).
Hablamos largo y tendido de sus novelas, de televisión y de convertir una en otra. Esta larga charla la he dividido en cuatro partes que publicaré la semana que viene mientras esté de vacaciones.
En la parte 1 hablaremos de la adaptación de los libros a la pantalla, el proceso de casting y el peligro de que la serie, de ser un éxito, pueda atraparle antes que termine los siete libros. He pulido la transcripción en algunos puntos y quitado algunas respuestas un poco spoilerosas del futuro de la trama; lo que queda son charlas sobre la trama que sólo puede considerarse spoiler de una forma muy vaga y genérica, pero tómese esto como aviso en caso de ser súper sensible al respecto.
PARTE 1: Juego de Tronos, de novela a serie.
[Empecé mencionando que he visto dos episodios de la serie hasta ahora (en ese momento, él aún no había visto ninguno) y le comenté cómo me había gustado el reparto, especialmente el particularmente difícil casting de los niños. Empezó desde ahí.]
Los roles de los niños fueron los más difíciles de elegir porque miramos a, literalmente, cientos de niños para los 3 personajes infantiles principales. Básicamente, la mayoría eran niños actores. Bueno, ya sabes, ves a esos niños que son niños pero no actores, su mayor mérito es que han memorizado las líneas de diálogo y que papá y mamá están súper orgullosos de que lo han hecho, pero no hay más. Y luego tienes el otro extremo: tienes a un niño a quien, obviamente papá y mamá o su profesor de arte dramático, le han dicho que parte de actuar es evocar emociones. Esos niños empiezan a dramatizar todas las frases: ponen los ojos en blanco, hacen muecas y están pasadísimos de rosca en todo haciendo su interpretación completamente artificial.
Así que ves este panorama y llegas a un punto en el que estás listo para deprimirte y decir que esto no puede funcionar aquí porque la mayoría de niños actores…muchos niños actores actúan en sitcoms y su papel ahí es hacer mohínes y resultar monos, ¿sabes? Nuestros niños, en cambio, tienen roles dramáticos en los que deberán expresar dolor, soledad, ira y otras emociones muy adultas. Pensé, “oh dios mío, ¿cómo demonios vamos a hacerlo?» Pero entonces, encuentras a uno entre cien o entre mil y de repente… “Oh dios mío, gracias, esto es maravilloso”. Maisie Williams, que interpreta a Arya, fue una de esas. Desde el momento en que vi su audición, sabía que ella era nuestra Arya y lo mismo con Sansa y Bran; también dos buenos actores que interpretaban esos roles. Fueron extraordinarios.
[En el guión han aumentado la edad de los niños un par de años, ¿verdad?]
Han aumentado las de todo el mundo, no solo los niños. Quiero decir, Sean Bean tiene, qué, ¿50 y pico? (Sean Bean cumplirá 52 el día del estreno del Piloto), mientras que Ned Stark tiene unos… ¿Ned debe tener unos 33? Así que sí. Robb y Jon tienen 16 y 17 años en la serie mientras que al principio del primer libro ambos tienen 14 años. Así que podríamos decir que a todo el mundo le han puesto años, creo.
Pienso que esto fue especialmente crucial en el caso de Dany, que al inicio de la saga de libros tiene 13 años. Pero claro, tienes todo el problema de que a una chica de 13 años la pongas a tener actividad sexual, aunque esto fuera plenamente aceptado en la Edad Media, que es mi fuente de inspiración. La mayoría de mujeres de alta cuna, especialmente de la nobleza, eran casadas a los 13 o incluso más jóvenes. Pero en la sociedad actual no se acepta y no querían abrir ese cajón de mierda.
[¿Qué te convenció de que estos libros funcionarían bien como una serie de televisión en vez de en una película, tal y como se te llegó a proponer, verdad?]
Fue lo primero que me propusieron. Pero desde el primer momento en que mi agente empezó a pasarme esas propuestas y las productoras y guionistas empezaron a sondearme, sabía que no se podría hacer en el formato de una película. Era simplemente demasiado grande. Quiero decir, El Señor de los Anillos se hizo en tres películas y les costó 40 años encontrar una productora que aceptara rodar las tres de antemano. La mayoría quería adaptar la historia pero en plan “Bueno, hagamos una y ya vemos como va” que es el máximo riesgo que suelen aceptar y te quedas con una historia sin acabar.
Y me dije, “Bien, El Señor de los Anillos, que Tolkien escribió como una única novela, no como una trilogía, es del tamaño de Tormenta de Espadas. Así que las tres novelas que ya tenía publicadas necesitarían mínimo 9 películas para adaptarse». Nadie lo haría. Harían una película y a ver como va y esa película recortaría un 90% de personajes y tramas secundarias. He sido guionista, te sientas a diseccionar este libro inmenso y a decirte a ti mismo “Vale ¿cuál es el arco principal? ¿Quién es el protagonista? Nos centraremos en él o ella y le seguiremos a largo de la trama e iremos despejando todos estos personajes secundarios y tramas para tener una película”. No sólo no quería eso para mi historia sino que me parecía que se equivocarían, ya que en los primeros libros escondí deliberadamente quienes eran realmente los protagonistas de la historia. Pensé que podría funcionar mejor como una serie de televisión pero que tendríamos problemas con los censores de la cadena por el sexo y la violencia mucho más gráfica de la que acostumbramos a ver en en el medio.
[No existía nada parecido a una serie de HBO cuando empezaste a escribir]
Bueno, existían para cuando el segundo libro entró en las listas de bestsellers. Esa fue mi conclusión final cuando me dije que si se adaptaba tenía que ser o bien con una miniserie épicamente grande, como Raíces o Shogun-Señor de Samurais; ya sabes ese tipo de miniserie de 27 capítulos que ya no se estilan, o bien una serie con varias temporadas. Luego un factor determinante fue cuando David y Dan aparecieron. Mi agente les dio los libros, nos reunimos y conectamos inmediatamente; querían hacer lo mismo que yo quería, así que… el resto es historia o infamia o algo por el estilo.
[Una cosa que me impactó cuando empecé a leer los libros era cómo los capítulos encajarían con la forma en la que HBO suele producir. ¿Dirías que el haber escrito para televisión influenció la manera en la que desarrollaste y estructuraste la historia?]
Creo que sí, lo hizo. Una de las cosas que aprendes cuando estás trabajando para una cadena de televisión es la importancia de cortar porque, a diferencia de lo que ocurre con HBO, tienes que enganchar a la gente para que vuelva después de la publicidad. Así que siempre buscas tener un final de acto con una revelación, un giro, un momento de tensión, un cliffhanger al final de cada acto. El momento TA-RA-RÁ como Parris, mi mujer, suele decir cuando vemos Ley y Orden… quería y quiero que la gente siga leyendo, mantenerlos enganchados. Así que intenté terminar cada capítulo con un clímax.
Un cliffhanger es un clímax genial seguramente, pero no es el único modo de conseguirlo. Puede ser tan solo un momento… un momento de un personaje, una revelación, tiene que acabar con algo que haga que quieras seguir leyendo más sobre este personaje. Mis diez años en televisión y cine me dieron una buena ración de obstáculos y dolores de cabeza, pero también creo que, a la larga, fue muy beneficioso para mi en otros muchos aspectos.
[Escribiste el octavo capítulo de esta temporada. ¿Cómo fue volver a revisar este material que escribiste hace 15 o 20 años, ahora como guionista? ]
Lo disfruté muchísimo, fue genial. Estaba muy nervioso al principio a muchos niveles. Primero, ¿conseguiría cumplir con el plazo? Porque en los últimos años no se me está dando demasiado bien esto de cumplir con ellos. También sobre cómo me sentiría al volver a este material que escribí en los noventa y sobre si iba a acordarme de escribir para televisión, ya que hacía más de diez años que no lo hacía. Pero todo salió bien: no cambié mucho, solo trasladé la historia de un medio a otro recortando por aquí y por allá, cosa que hice en multitud de ocasiones en mi época en Hollywood. Cumplí con el plazo, cosa que estuvo genial y me acordaba de cómo se escribe un guión bastante bien también. Realmente, lo que más me costó fue acostumbrarme al nuevo software de ordenadores.
[Dije que no te iba a increpar sobre el nuevo libro, juro que no lo haré. Pero ya que mencionas el combinar tu trabajo en las novelas con escribir para la serie, ¿te has planteado, si la cosa funciona, que la serie adelante a los libros? ¿Tienes un plan B?]
Esto se lo plantean más los fans. No se lo ha planteado nadie de forma oficial en HBO. Todo depende de las decisiones que tomen, que desconozco, pero la primera temporada ha necesitado de 10 horas y, aunque no las haya visto, todo el mundo dice que tienen buena pinta, así que esto me anima. Hubiera preferido que la temporada fuera de 12 o 13 horas, como otras series de la cadena con esta duración, como por ejemplo Los Soprano, que solía durar 12 o, incluso, 13 horas. Si adaptan Choque de Reyes, ¿será una temporada de 10 horas o la harán en 12? Choque de Reyes es un libro un poco más largo que Juego de Tronos, pero aunque sean 10 o 12 sigue siendo posible adaptarlo en una temporada.
El momento crucial llegará con Tormenta de Espadas. Tormenta de Espadas es un libro mastodóntico, gigante. El manuscrito tiene 500 páginas más de las que tenía el de Choque de Reyes; y éste, a su vez, era 100 páginas más largo que Juego de Tronos. No puedes adaptar Tormenta de Espadas en 10 horas1, necesitas hacerlo en dos temporadas, cortar por algún punto del centro de la trama, por ejemplo en *spoiler*. Y luego tienes Festín de Cuervos y Danza de Dragones, que estoy terminando, que realmente son dos partes de un libro inmenso que empequeñece incluso a Tormenta de Espadas al tratarse de historias simultáneas. Esos libros deberán recombinarse y dividir en, al menos, dos temporadas o incluso tres, ya que hay un montón de material en ellos.
Así que en algún punto a lo largo del camino HBO tendrá que, o bien darnos más de una temporada para cada uno de estos libros, o bien mantener la estructura de temporadas de 10 horas, omitiendo y perdiendo un montón de material. Si optan por la segunda opción, y hacen una versión de 10 horas de Tormenta de Espadas entonces, sí, puede que me alcancen en algún momento. Pero si van al ritmo que espero que vayan, creo que para entonces habré acabado y no me sobrepasarán. A no ser claro que me atropelle un camión.
PARTE 2: Fantasía y novela histórica
[Cuando pienso en las series de HBO, me los imagino cogiendo un género que está muy gastado, incluso romantizado, y ensuciándolo un poco, como son los casos de Deadwood o Roma. ¿Hubo ciertos aspectos de la tradición de la novela fantástica que te atrajeron especialmente o que intentaste evitar para no caer en clichés?]
Sí, definitivamente. Quiero decir, soy un gran fan de Tolkien. Leí esos libros cuando estaba en el instituto y me afectaron profundamente. Había leído otras novelas de fantasía antes pero ninguna me enamoró tanto como Tolkien y, por supuesto, no estaba solo en ello. El éxito de los libros de Tolkien redefinió la fantasía moderna. Aún así, la mayoría de editores trataban a Tolkien como un fenómeno raro: “Ok, se trata de unos libros pequeños, extraños, que aparecen de vez en cuando y que son bestsellers por razones que nadie entiende, pero nadie hará nunca más un libro así».
Fueron realmente (Lester y Judy-Lynn) del Rey en Ballantine Books, los que luego se convirtieron en Del Rey Books, quienes finalmente retaron a esa concepción y publicaron las Crónicas de Thomas Covenant, el Incrédulo de Stephen R. Donaldson o La Espada de Shannara de Terry Books, los primeros que replicaron y siguieron, de forma exitosa, los pasos de Tolkien a finales de los 70. Y eso llevó a que aparecieran multitud de imitadores de Tolkien. Como fan probé con todos ellos y odié a muchos. Me parecía que solo trataban de imitar a Tolkien sin entenderle realmente y que solo estaban copiando lo peor del mismo. Quiero decir, adoro a Tolkien pero no creo que fuera perfecto. Así que quería hacer algo que contestara, no sólo a Tolkien, si no a todos los sucesores que habían aparecido después y que, esencialmente, habían creado una especie de estilo young adult de sus novelas.
Leía también un montón de ficción histórica y el contraste que había entre ésta y la fantasía que se escribía en ese momento era dramático, porque esos imitadores de Tolkien desarrollaban sus historias en un ambiente casi medieval, pero era un medievo estilo Disney. Tenían borlas y señores, pero parecían no entender qué era realmente la Edad Media. Luego, por otro lado, estaba la novela histórica, que era mucho más cruda y realista y sí conseguía transmitir qué se sentía al vivir en un castillo o al estar en una batalla de espadas y cosas así. Así que me dije que quería combinar el realismo de la novela histórica con mi gusto por la fantasía, la magia y la maravilla de la mejor novela fantástica.
Por mucho que adore la ficción histórica, mi problema con ella es que siempre sabes qué pasará. Si estás leyendo sobre la Guerra de las Rosas, sabes que los príncipes nunca saldrán de esa torre. La fantasía en cambio no tiene límites. Sigues teniendo esa fuerza, que creo que es la motivación de mucha gente al leer, de “¿qué pasará a continuación. Me encanta este personaje pero, ¿vivirá o morirá?”. Quería tener esa clase de suspense.
[En tus novelas además, los personajes y las situaciones son de moral más compleja. No es solo que el personaje que parecía malo en realidad resulta que era más bueno de lo que creíamos, sino que además tienes el tema de que el honor puede ser un handicap]
Sí, siempre me han atraído los personajes grises. Siempre he tomado por guía el discurso de aceptación del Premio Nobel de William Faulkner en los años 50, en el que dijo que el corazón humano y el conflicto consigo mismo son la única temática sobre la que merece escribirse. Y creo que tiene razón. La batalla entre el bien y el mal es un tema recurrente en la fantasía. Pero creo que, realmente, la batalla entre el bien y el mal transcurre en el corazón de cada uno, con las decisiones que tomamos. No es un malo que se viste sólo de negro y es muy feo. Eso lo hizo Tolkien y consiguió que funcionara de una forma maravillosa, pero en manos de sus imitadores se convirtió en cliché. Me refiero, por ejemplo, a criaturas tipo orco que siempre visten de negro y son muy… feas. Tienen la cara deformada o algo; así que, en esa literatura, puedes prever que si alguien es feo, será malo. Más aún, los héroes de Tolkien, por ejemplo, son todos ultra atractivos y todo eso, y, por supuesto, esto vuelve a convertirse en cliché a manos de sus imitadores.
Quiero que se me entienda, AMO a Tolkien. Quiero remarcarlo porque no quiero que dé la impresión que le estoy poniendo a parir o algo, pero estoy reaccionando a su obra.
Uno de mis personajes favoritos en El Señor de los Anillos es Boromir. Boromir es el héroe tradicional en muchos ámbitos. Es el príncipe heredero de un reino, es muy valiente, es un gran guerrero y todo eso, pero al final sucumbe a la tentación del anillo. Pero entonces, muere de forma heroica protegiendo a los inocentes. Tiene ese maravillosa aura de grandeza. Saruman es otro personaje interesante, el Mago Blanco que ha estado en el bando del bien durante, literalmente, cientos de años, o miles (ya que los magos al no ser humanos, al ser de los Maiar, viven durante mucho tiempo). Y aún así, él también sucumbe al final. Estos son ejemplos de dos personajes cuyo conflicto está en su corazón humano.
[Boromir quiere el anillo básicamente para hacer lo que él considera como el bien]
Quiere tomar el anillo y usarlo, sí. Así que ya ves, este tipo de cosas siempre me han interesado. Pero también quiero inspirarme en… he leído mucha novela histórica sobre Roma o el feudalismo, sobre la política en esos tiempos. También sigo la actualidad política y me sorprende que éstos temas suelen ser escabrosos y, en cambio, en la mayoría de obras de fantasía se simplifican: si un hombre es bueno será un buen rey. Pues bien, no siempre es así y un hombre malvado no siempre es un mal rey; es mucho más complicado que todo esto.
Si me fijo en mi propia experiencia vital, el mejor hombre que ha sido presidente fue Jimmy Carter. Como ser humano me refiero, el más bueno, pero no fue un buen presidente. La bondad en sí no hace que las flores florezcan de forma automática. Y luego ves a hombres que considero malvados como Richard Nixon, y Nixon fue un mal presidente en algunos aspectos pero en otros fue muy efectivo, como en el abrir el comercio a China y cosas así. *Spoilers omitidos al hablar de dos personajes que encontrarán dificultades en su reinado*. Quería mostrar qué decisiones tomaron y las consecuencias de las mismas, cómo algunas cosas funcionaron y otras no. Así que sí, estos temas siempre me han interesado.
[Tal y como dices, al escribir fantasía, podrías dar a la historia cualquier contexto histórico que te apeteciera. ¿Qué ganas al tomar como modelo algo que hemos visto en el mundo real o en la propia historia, y usarlo en tu universo?]
Creo que se gana un mayor nivel de realismo. En la fantasía pura no irás con medias tintas porque el género en si puede soportarlo. La magia es particularmente… quiero decir, mi fantasía es bastante pobre en lo que a magia se refiere si lo comparamos con la mayoría de cosas que hay por ahí. En ese sentido me fijé en Tolkien porque si tú analizas El Señor de los Anillos como hice yo cuando estaba escribiendo la saga, *la Tierra Media* es un mundo mágico en un sentido literal: hay un montón de maravillas y elementos místicos. Pero luego en la trama en sí, hay poca magia, ¿sabes? Nunca ves a Gandalf lanzando un hechizo o lanzando bolas de fuego mágicas que haya conjurado. Si hay una batalla, él saca su espada. Conjura fuegos artificiales y su vara se ilumina, magia menor. Incluso con los anillos de poder, del anillo único ultra poderoso, lo único que realmente le vemos hacer es volver a la gente invisible. No es como si… se supone que tiene este poder inmenso para la dominación pero no es como si Frodo pudiera sacar el anillo y decir a los Nazgul qué hacer, no funciona de forma tan simple. Es desconocido, es misterioso, y ese es el tipo de magia que me parece buena.
Un error que veo en la mala narrativa fantástica es que van a por un mundo con magia superior y se quedan a medias. Tienen a magos y brujas realmente poderosos que pueden destruir ejércitos enteros… ¡ y la gente sigue teniendo ejércitos enormes! No, debes hacer que A implique B. Si tienes a un tío que puede ir y abracadabra matar a tu ejército de 10.000 hombres, ¡no reclutarás a un ejército de 10.000 hombres! La gente no piensa en las consecuencias… Tienen a estos magos poderosísimos pero aún existen señores y reyes… ¿Cómo es que no son los magos los que dominan ese mundo? Me refiero, el poder gira alrededor de eso.
Luego hay cosas que van contra la realidad histórica y, en parte, intento criticar a eso también. Por ejemplo, un matrimonio concertado, que los ves constantemente en la ficción histórica y en las series de televisión, y casi siempre que hay un pacto de este tipo, la chica no quiere casarse, lo rechaza y se fuga con el mozo de cuadra. NUNCA JODIDAMENTE PASABA. Simplemente no lo hacía. Hubo miles, decenas de miles, puede que centenares de miles de matrimonios pactados entre la nobleza a lo largo de los años durante la Edad Media y la gente los cumplía. Es así como se hacía, sin cuestionarlo. Sí, seguramente te apetecía estar con otra persona, pero no te fugabas con el mozo de cuadra.
Y este es otro de mis problemas con cierta fantasía. Los malos autores plasman las estructuras de clase de la Edad Media: tienes la realeza, la nobleza, la clase comerciante, los campesinos, y así… pero parece que no entiendan qué significaba realmente la estructura de clases. Ponen escenas en que la pizpireta campesina chulea al príncipe bonito. En el mundo real, el príncipe bonito hubiera violado a la pizpireta campesina, luego le hubiera puesto un cepo y hubiera ordenado a la gente que le tirara basura encima. Las clases sociales debían ser obedecidas y había consecuencias de no hacerlo. La gente era educada desde que nacían para saber cuál era su lugar en el mundo y conocer sus deberes de clase y los privilegios que merecían. Siempre era una causa de malestar cuando alguien se salía de las mismas e intenté reflejar eso en mis obras.
PARTE 3: Dimensión Desconocida y Perdidos
[¿HBO te pedían consejo a la hora de crear los detalles visuales para llevar a la pantalla tu mundo?]
No demasiado la verdad, a veces me enseñaban algo y les daba mi opinión pero, básicamente, me involucré y participé en el casting…. La gente me pregunta “¿Es así como te lo imaginabas?” y mi respuesta es que no, no realmente. En mi cabeza tengo grabado a fuego cómo luce ese mundo y, a no ser que me lea la mente, es muy difícil que alguien consiga plasmarlo fielmente. Pero lo que han hecho está genial: si consigues que gente muy creativa se una (al proyecto) debes dejarles espacio para crear. No puedes fichar a una diseñadora de vestuario y entonces decirle que sus diseños están mal y que tiene que seguir al pie de la letra lo que está escrito. Así no vas a fichar a los mejores precisamente.
[¿Trabajar en televisión te dio mejor perspectiva para esas transigencias?]
Mi primer guión que se rodó fue un episodio de Dimensión Desconocida titulado El último defensor de Camelot y se basaba en un relato corto de Roger Zelazny. Roger, que vivía aquí en Santa Fe, era uno de mis mejores amigos hasta que murió en 1995. Me acuerdo que cuando escribí este guión me dije a mi mismo “Hollywood siempre arruina las obras que adapta, siempre cambia cosas. En este caso no deberían cambiar nada… haré una adaptación absolutamente fiel de la historia de Roger”.
Ahí estaba yo en el proceso de escribir y, por supuesto, me fui dando cuenta que eso era imposible de hacer: la historia de Roger tenía un clímax en el que Lancelot, el héroe, luchaba contra una armadura embrujada llamado Hollow Knight (El Caballero Vacío). Nadie va dentro de la armadura pero está encantada para que luche. Además, la lucha tiene lugar en una especie de universo paralelo de Stonehenge.. Así que al principio lo escribí así tal cual, como lo había hecho Roger. Pero entonces me llamó el productor y me dijo: “Puedes tener Stonehenge, puedes tener los caballos, pero no puedes tener Stonehenge Y los caballos». Al no tener nada parecido a Stonehenge por aquí, tendríamos que construirlo en papel maché y claro, con el galope de los caballos eso no aguantaría en pie. Así que si quieres caballos podemos ir a rodar en los bosques de por aquí, que están muy bien, pero claro, ahí tampoco podríamos construir un Stonehenge porque se lo llevaría el viento.” Así que llamé a Roger, quien se lo tomó a cachondeo, y le pregunté que qué prefería, si caballos o Stonehenge. Él me dijo: “bueno… quiero Stonehenge” así que eliminamos a los caballos y filmamos en un plató con dos caballeros peleando a pie. Y funcionó de maravilla.
Luego llegó mi introducción al mundo de los cambios que no quieres hacer… En las cadenas en abierto y, especialmente en los 80, a la televisión le gustaba poner a todo en cajitas; les gustaba pensar “Vale, esta serie va sobre esto”. Dimensión Desconocida fue, consecuentemente, una pesadilla para ellas al tratarse de una antología. Podíamos hacer un capítulo de drama puro, otro de ciencia ficción, uno de fantasía, terror psicológico, comedias… La cadena decidió que el tema de Dimensión Desconocida era “una persona normal se topa con circunstancias extraordinarias y entra en la dimensión desconocida. Joe el normal se encuentra con algo raro, y ahora ya está en la dimensión desconocida y deberá enfrentarse a marcianos o lo que sea”. Total, estábamos ya en la fase de casting de mi guión y a punto de empezar la producción cuando un ejecutivo de la cadena empezó a gritar “Espera un segundo, un segundo. Aquí no hay una persona normal… los personajes son Merlin, Morgana y Lancelot. Esto no es Dimensión Desconocida, ¡no podéis hacer esto!”. Así que me obligaron a añadir a un tipo corriente: añadí a un personaje llamado Tom a quien Lancelot recogía y llevaba de paquete y que no cumplía con otra función que estar ahí. Explicárselo a Roger fue la peor parte de todo ello.
Sin embargo, tengo que admitir que cuando empezaron a construir Stonehenge en el plató de detrás de mi oficina, sentí un subidón enorme. Así que desde el primer episodio que escribí conocí los dos lados de trabajar en televisión pero, me dí cuenta que, cuando el capítulo se emitiera, habría mucha más gente mirando mi trabajo de la que había habido nunca leyendo todos mis libros y relatos.
[Cuando tienes una historia con una enorme mitología detrás como Juego de Tronos, es probablemente más fácil para el espectador adentrarse en ella si lo hace a través de un elemento que conoce. Un elemento muy televisivo que tiene esta primera temporada es un misterio: ¿quién mató a Jon Arryn y por qué?]
Y quien… *spoiler* Sí, es verdad. Te gusta tener un par de subtramas simultáneas que sean diferentes a la principal.
[¿Viste Perdidos?]
Sí, lo hice, la vi entera y me fascinaba, pero ya en la segunda o tercera temporada empecé a preguntarme “¿Cómo van a resolverlo todo? Si lo hacen esto será la mejor serie de la historia de la televisión. Espero que sepan cómo hacerlo.” Y luego cuando llegó el final y no supieron resolverlo sentí como si alguien se hubiera cagado en mi portal. Me enfadé mucho, ¿sabes? Siendo un veterano de Dimensión Desconocida, no sólo escribiendo para ella sino como espectador, ya en el segundo capítulo de Perdidos me dije “Están todos muertos”. Esa sería la trama de un capítulo de media hora de Dimensión Desconocida escrito por Rod Sterling en 1958. ¿Y cuánto les costó? ¿Cuántas temporadas necesitaron para llegar al punto en el que todos estaban muertos?
[Unos 120 episodios]
Exacto. Rod hubiera llegado a esa idea al minuto 20 y todo el mundo se hubiera dado cuenta de que todos estaban jodidamente muertos. De hecho, ese fue el argumento de al menos seis capítulos de Dimensión Desconocida.
[Bueno, una cosa que siempre pasaba con Perdidos era esa noción de “Espero que todo esto lo tengan planeado desde un principio. Más les vale que desde el principio de la serie tengan planeado el final.” Como escritor, ¿crees que eso es lo que debería hacerse? Es más, ¿puede hacerse?]
Creo que es posible hasta cierto punto. En primer lugar, existen diferentes tipos de escritor (he dado esta charla muchas veces). Me gusta pensar que hay dos tipos de escritores: los hay arquitectos y los hay jardineros. Los arquitectos planifican todo por adelantado incluso antes de escribir una sola palabra de la novela. Construyen el mundo, saben cuántas habitaciones tiene la casa, cómo se comunican entre ellas y cuánto mide de alto cada piso, dónde están las tomas de agua y electricidad… todo antes de escribir el primer borrador. Y luego están los jardineros: cavan un hoyo, ponen una semilla y empiezan a regar con sangre y tinta hasta que algo sale de ahí. Normalmente sabrán si están plantando un melocotonero o un cactus pero nunca saben la forma precisa que adoptará. Creo que la mayoría de escritores están un poco a medio camino. Yo soy mucho más jardinero que arquitecto, igual que Tolkien.
Pero me gusta comparar mis libros con un viaje, como en el mapa de ahí *señala un mapa de los EE.UU en la pared*. Si haces un trayecto de Los Angeles a Nueva York mirarás al mapa y te dirás, “Bien, saldré y cogeré esta ruta que pasa por Albuquerque y me dirigiré entonces hacia el norte destino a Denver…” Conoces tu destino final, las principales carreteras que tomarás y alguna de las paradas más importantes que harás pero desconoces dónde pararás a cenar la primera noche, o dónde habrá obras en la carretera y deberás coger un desvío, si recogerás a un autoestopista que te contará una historia fascinante… esto lo descubres durante el viaje.
En mis libros, conozco el destino final y sé dónde están los principales puntos en los que pararé como por ejemplo *spoiler*, que lo planeé desde el principio de la saga. Pero algunas tramas o personajes los descubro mientras voy escribiendo. Básicamente, conozco lo gordo de la trama pero muchas de las tramas secundarias que giran alrededor, se me ocurren sobre la marcha; aunque bueno, hay algunas cosas pequeñitas que están planeadísimas, como dicen, el diablo se esconde en los detalles. Los detalles son lo que hacen que tu viaje sea algo más que una experiencia del tipo Cliff’s Notes2. Así que conozco el destino final de Jon, Dany o Arya y otros personajes principales pero no necesariamente sé cuál será el final de Edd el Penas o Pastel Caliente, aunque bueno, tengo algunas ideas. *Spoiler sobre un giro dramático de la trama* Será divertido si dios quiere, llegamos a este punto. Para temporadas futuras estos serán problemas enormes a resolver.
PARTE 4 – Historia personal
[Me encanta como los libros te sitúan en una especie de mundo post-mágico. Tienes una historia en la que antes de los hechos que narras había dragones y ahora la gente ya no cree que existan. Muchos no creen en los Otros. Existía una Valyria, que parece una especie de Imperio Romano antes de su caída, una civilización superior hegemónica que ya no existe. Esta especie de mundo angustioso, le da un aura de tristeza como si tratara de una civilización a medio destruir.].
Siempre me he sentido atraído por esto ¿sabes? Di un discurso sobre el tema en 2003 cuando fui un invitado de honor en la World Science Fiction Connection en Toronto. Trabajé en ese discurso durante más de un año y analicé mucho mi obra y mi mujer y me di cuenta que siempre he sentido un cariño especial por esta decadencia3. Mi primera novela se publicó como Muerte de la Luz pero su título original era Tras el Festival. Se trataba de una novela de ciencia ficción ambientada en un mundo recinto ferial, un mundo construido alrededor de una feria interplanetaria pero ahora que se ha cancelado el festival, el mundo sigue ahí y la mayoría de gente se ha ido, excepto unos pocos. Todas las grandes ciudades de exposición están en deterioro por el abandono y este es el telón de fondo de la trama.
Al analizar todo esto creo que buena parte de mi inspiración viene de mi propia historia familiar cuando crecía en Bayonne, Nueva Jersey. No teníamos dinero, vivíamos en viviendas de protección oficial… Pero mi madre venía de una familia que sí había tenido dinero, una familia irlandesa, bueno americano-irlandesa, los Brady. La familia prosperó mucho en el sector de la construcción durante los años 10 y 20, cuando ella era joven. Tenían una casa enorme y construyeron su propio embarcadero para transportar mejor los materiales de construcción y lo llamaron el Embarcadero Brady. Ahí llegaban sus barcos a descargar el material para los camiones. Pero todo ese dinero se perdió durante la Gran Depresión: el negocio cayó en la bancarrota, algunos trabajadores murieron y otra gente estafó a sus viudas. Hay mucha leyenda familiar sobre esa época pero el hecho es que, cuando llegué yo en 1948, ya no teníamos dinero.
Mi madre solía contarme historias sobre cómo el edificio dónde vivíamos estaba situado justo al otro lado del Embarcadero Brady, aunque ahora fuera el embarcadero municipal. Así que yo miraba por la ventana hacia ese muelle y pensaba cómo mi familia había sido la propietaria de todo aquello, eso antes era NUESTRO embarcadero. De camino a la escuela pasaba al menos dos veces al día por delante de la casa que había sido de los Brady y en la que habían prosperado, esa casa enorme en la que mi madre había nacido y que ahora se había perdido y en ella residía otra familia. Creo que esto me dio este sentimiento de nostalgia por una edad de oro perdida, porque yo en realidad era pobre y vivía de protección oficial. No teníamos ni un coche pero años atrás… Dios, ¡eramos la realeza!
Supongo que aquí nació mi atracción por esas historias de civilizaciones perdidas e imperios caídos. Y puede que también fuera la razón por la que el mundo de Tolkien me atrajo tanto. La Tierra Media está también en declive, quiero decir, los elfos se están yendo, la magia está abandonando el mundo. La mayoría de grandes enclaves que visitamos de la Tierra Media, como las Minas de Moria… antes, Moria era una ciudad espléndida y ahora es una ruina horrenda que se cae a trozos, un lugar oscuro bajo tierra habitado por estas criaturas monstruosas.
[Tienes razón porqué ¿cuál es el final feliz de El Señor de los Anillos? La magia está abandonando el mundo y ahora empieza la Cuarta Edad, la edad de los hombres, y todo será una mierda mundana.]
Me he planteado muchas veces escribir una historia, nunca podría hacerlo por motivos de copyright claro está. Los herederos de Tolkien nunca me darían permiso y por una buena razón, pero siempre he pensado en escribir una historia ambientada en la Tierra Media 2000 años después del final del libro, con un grupo de hobbits en un bus turístico visitando todos los grandes lugares del mundo: “Hoy visitaremos las Minas de Moria. Sobre todo no os alejéis del camino y del grupo”. Y ellos por ahí, visitando cosas y alojándose en posadas de mala muerte y mal comiendo.
Y ahora os toca a vostros leales, ¿os ha gustado la entrevista? ¿Cómo creeis que reaccionó Martin cuando la serie decidió empezar a separarse de los libros? ¿Estáis de acuerdo con las críticas que hace Martin a lo que él llama «mala literatura fantástica»? ¿De que creeis que se habla cuando el entrevistador censura por spoilers?
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