Como sabéis, hoy, 14 de febrero, es un día muy especial en muchos lugares del mundo: San Valentín. Aunque en la Compañía Libre de Braavos tuvimos un especial dedicado a esta festividad hace cinco años, con un pequeño recuento de algunos romances dentro de Canción de Hielo y Fuego, nunca hemos vuelto a celebrar el día de los enamorados como se merece. Sin embargo, a nuestra pajarera llegó un cuervo de la leal @ArgellaDurrandon ofreciéndonos la posibilidad de publicar un ensayo para celebrar este festejo; un ensayo de una pareja de la saga que siempre ha dado mucho de qué hablar…
El Toro y la Loba, cuando el pasado decide el futuro
— Argella Durrandon —
¡Buenas a todos! Después de un tiempo, y cuando mis obligaciones me lo han permitido, me he decidido (por fin) a dar forma a este ensayo que empecé a planear para el anterior San Valentín… Como veis, estoy siguiendo los pasos del maestro Martin en cuanto a la tardanza1, ¿acabaré con los barriles llenos de oro también? Solo el tiempo lo dirá.
14 de febrero. Una fecha mágica para las parejas y un recordatorio para los solteros, que se pueden consolar pensando que es un día libre de estrés. Se podrían traer ensayos sobre cientos de parejas de la saga, y unos cuantos ships que hagan el fandom arder, pero hoy quiero hablar de una de las parejas con más referencias a lo largo de la saga, que se ha ido construyendo a lo largo de varios libros y que, aunque la serie que no debe ser nombrada mutilara, podría prevalecer al final (sip, soy una romántica empedernida2).
Vamos a analizar primero a los implicados.
Gendry: es un chico de origen humilde, criado en el Lecho de Pulgas por una madre que trabajaba en una taberna y luego tomado por obra y gracia de Varys como aprendiz del herrero Tobho Mott.
Un chico sin demasiados recursos, que aprendió desde niño a trabajar para ganarse el pan. Testarudo3, incluso frente a la Mano del Rey, pero con buen corazón y con un agudo sentido de la justicia. Al carecer de una familia y tras su paso por la Hermandad Sin Estandartes parece haber desarrollado un instinto protector hacia los niños de la posada de la encrucijada.
Físicamente es un calco de Robert, tal y como advierten tanto Ned Stark como Brienne desde el primer momento:
«No, es más joven. Tiene la mandíbula más cuadrada y las cejas más pobladas.» Renly había sido delgado y esbelto, mientras que aquel muchacho tenía los hombros fuertes y el brazo derecho musculoso propio de los herreros.
(…)
Gendry estaba junto a la forja, con el pecho desnudo bajo el delantal de cuero. Golpeaba una espada como si deseara que fuera un enemigo; el pelo empapado de sudor le caía por la frente. Se quedó mirándolo un momento. «Tiene los ojos y el pelo de Renly, pero no su constitución. Lord Renly era más esbelto que musculoso, a diferencia de su hermano Robert, que tenía una fuerza legendaria.»
(…)
—Tienes el pelo negro y los ojos azules, y naciste a la sombra de la Fortaleza Roja. ¿Nadie te ha hecho nunca ningún comentario sobre tu cara?
—¿Qué le pasa a mi cara? No es tan fea como la vuestra.
—Supongo que verías al rey Robert en Desembarco del Rey.
—A veces. —Se encogió de hombros—. En los torneos, de lejos. Y una vez en el septo de Baelor. Los capas doradas nos empujaron a un lado para abrirle paso. Otra vez estaba jugando cerca de la Puerta del Lodazal cuando llegó él de una partida de caza. Iba tan bebido que estuvo a punto de arrollarme. Era un gordo borracho, pero mejor rey que sus hijos. «No son sus hijos. Stannis decía la verdad aquel día que se reunió con Renly. Joffrey y Tommen no eran hijos de Robert. En cambio, este muchacho…»
festín de cuervos, brienne viii
Brienne, que admiró4 a Renly durante años y llegó a ser su escudo juramentado en la Guardia Arcoíris, reconoce inmediatamente las características Baratheon y admite que Stannis (a quien no soporta por asesinar a Renly) decía la verdad. Además, es capaz de notar las diferencias entre la constitución de Robert y Gendry y la de Renly.
En cambio, sus caracteres difieren en varios aspectos clave, lo que podría deberse a la diferencia de crianza y dar un vuelco a la historia.
Arya5: hija del Señor de Invernalia, se ha criado en una familia feliz junto a sus padres y hermanos. Nunca había pasado penalidades hasta que Robert irrumpe en sus vidas, pero no diferencia a sus amistades por clase social. Tiene lo que se conoce como la “sangre del lobo” una característica familiar que indica impulsividad y lleva a tomar decisiones precipitadas y peligrosas.
Físicamente es un calco de su tía Lyanna y también comparten similitudes en su carácter6. Ambas son rebeldes, voluntariosas y están dispuestas a pelear por los desfavorecidos (sin importar su clase social). Por supuesto, este carácter las mete en muchos problemas y en ocasiones lleva al desastre. Por último, tal y como nos confirma Harwin, ambas son excelentes jinetes.
—Cabalgáis como un norteño, mi señora —dijo Harwin una vez se hubieron detenido—. Vuestra tía era igual. Me refiero a Lady Lyanna. Pero recordad que mi padre era el caballerizo mayor.
tormenta de espadas, arya iii
Los temas principales de su arco se basan en la identidad, el regreso al hogar y la muerte. Durante todo su recorrido en la saga, hemos visto a Arya luchar con uñas y dientes para volver con sus seres queridos, solo cuando cree que no le queda nadie y no ve otra salida decide abandonar el continente, y aun esta decisión la toma con su familia en mente, pues unirse a la logia de asesinos conocida como “los hombres sin rostro” le permitiría vengar a la familia que cree no poder recuperar.
Tanto por carácter como por sus rasgos físicos, Arya y Gendry son el paralelismo perfecto con Lyanna y Robert, pero son las diferencias cruciales entre ambos las que podrían dar otro desenlace a la historia.
Su historia
Antes de conocerse. Los presagios de Juego de Tronos.
Ambos personajes se nos presentan casi desde el inicio del libro y aunque no interactúan en este, pueden verse presagios e indicios de un futuro encuentro (y una posible relación entre ellos). Todos conocemos como empieza su historia: él herrero y bastardo (sin saberlo) de Robert, ella hija del Señor de Invernalia y destinada a casarse con un lord. Ambos están en mundos opuestos y es Ned Stark (o Yoren) quien se encargará de unirlos.
El primer indicio y el más claro está en las palabras de Robert, cuando afirma que uno de sus hijos y una hija de Ned unirán sus casas:
—Ven conmigo al sur y te enseñaré a reír de nuevo —prometió el rey—. Me ayudaste a conseguir este maldito trono, ahora ayúdame a conservarlo. Nuestro destino era gobernar juntos. De no ser por la muerte de Lyanna habríamos sido parientes, nos uniría la sangre, no sólo el afecto. Pero no es demasiado tarde. Tengo un hijo, y tú una hija. Mi Joff y tu Sansa unirán nuestras casas, como en el pasado quisimos hacer Lyanna y yo.
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Es obvio que, como Ned comenta en una ocasión, Robert no conocía tan bien a Lyanna y la opinión de esta sobre Robert no puede ser más clara, pero la esencia de la cita permanece: los Baratheon y los Stark comparten una historia y ambas casas están unidas por el afecto entre sus miembros: basta ver lo rápido que Sansa confía en Mya Piedra y cómo sucede lo mismo con Arya al encontrarse con Gendry y Campy.
En muchas ocasiones, los presagios de Arya y Sansa se entremezclan, cuando se refieren a una de las hermanas, en realidad se aplica a la otra. Esta es una de esas ocasiones: Joffrey no es hijo de Robert y Sansa hasta ahora nunca se ha encontrado con uno de ellos (los chicos), mientras que Arya sí y de hecho tiene una muy buena relación con él.
Luego están los indicios sobre el futuro de Arya. La pequeña loba es uno de los personajes más complejos y cuyo futuro puede presentar más incógnitas, puesto que sus presagios abren multitud de posibilidades (muerte, exploradora, navegante, bandida, Hombre sin Rostro, cortesana o señora), es por eso que su final es uno de los más complicados de pronosticar en teorías.
Uno de los más llamativos es cómo se la relaciona con el herrero desde antes de conocerse:
«Las labores de Sansa son tan bonitas como ella —dijo una vez la septa Mordane a su señora madre—. Tiene unas manos tan hábiles, tan delicadas… —Cuando Lady Catelyn le preguntó por Arya, la septa lanzó un bufido—. Arya tiene manos de herrero.»
juego de tronos, arya i
Sin embargo, también encontramos algunos sobre el futuro que desea Arya, frente al que puede tener al hablar con su padre sobre Bran:
—¿Yo también puedo ser consejera de un rey, y construir castillos, y ser Septon Supremo? —preguntó Arya inclinando la cabeza a un lado.
Ned le dio un beso en la frente.
—Tú te casarás con un rey, y gobernarás en su castillo, y tus hijos serán caballeros, y príncipes, y señores, y quizá alguno sea Septon Supremo, sí.
—No —dijo la niña con una mueca—. Eso para Sansa7.
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Aunque Arya reniega desde niña del ideal de dama (que tan bien ejemplifican su hermana y su madre), en ningún momento lo hace de tener una familia. Es muy interesante cómo Eddard afirma que Arya se casará con “un rey” y que sus hijos serán “príncipes” (además de caballeros y señores), porque en ese momento la única que va a casarse con uno de los “hijos de Robert” *ejem, ejem* es Sansa y no hay planes de un matrimonio doble con Sansa-Joffrey y Arya-Tommen que sería el único príncipe disponible8.
En muchas ocasiones, parece que las pistas sobre el futuro de Arya y Sansa se invierten, además, los paralelismos entre ambas son claros9.
Cuando Ned conoce a Gendry, no tarda en deducir que es un bastardo de Robert y ofrece su ayuda en caso de que este prefiera dejar su vida actual y hacerse cargo de él. Incluso, cuando decide que sus hijas deben abandonar la capital, planea llevar a Gendry consigo y criarlo (igual que cuidar del resto de hijos de Robert tras su muerte), por lo que ambos estaban “destinados” a encontrarse en algún punto, ya que se habrían conocido en el barco. Pero aunque los planes se truncan, acaban conociéndose de todos modos.
Su viaje juntos. Choque de Reyes y Tormenta de Espadas.
Una vez presentados los personajes, y los presagios sobre su encuentro en algún punto, es momento de hablar del comienzo de su travesía juntos. Desde que se conocen hasta su separación.
Durante su pelea con Lommy y Pastel Caliente, este último tenía una piedra e iba a atacarla por la espalda cuando Gendry grita advirtiendo a Arya. Esto, que pudo ser un impulso del momento, lo posiciona a favor de Arya y en contra de los otros dos huérfanos. Después de la pelea, él vuelve a tomar la iniciativa acercándose para decirle que ha logrado intimidar a los chicos, pero ella trata de mantener la distancia para proteger su identidad.
El diablo en esta saga está en los detalles y una de las primeras veces que escuchamos sobre Gendry es cuando los otros niños lo toman por un hijo de Ned Stark. De nuevo, vinculan a Gendry y Arya como familia, indirectamente. Esto importa porque los vínculos irrompibles en esta sociedad se dan de dos formas: por sangre o por matrimonio.
—Me juego lo que sea a que [Gendry] es hijo de aquel traidor —comentó Lommy una noche, en voz baja para que Gendry no lo oyera—. El del lobo, ése al que le cortaron el pelo en las escaleras de Baelor.
choque de reyes, arya iii
La primera interacción real entre ambos personajes se produce cuando Gendry, de nuevo mostrando preocupación por ella, trata de apartarla de los presos (Rorge, Mordedor y Jaqen) y empiezan a hablar. Es llamativo que aunque al principio Arya se sobresalta, se tranquiliza enseguida cuando ve que es él. Los dos comienzan a molestarse y quieren pelear, pero entonces los capas doradas interrumpen y exigen llevarse a Gendry. Su forma de tratarse muestra que no tardan en sentirse cómodos el uno con el otro y ambos se muestran competitivos y juguetones (son niños). Es una química instantánea.
Al notar una mano en el hombro, se giró de un salto blandiendo de nuevo la espada de madera, pero no era más que el Toro.
—¿Qué haces? —El muchacho había alzado las manos en gesto defensivo—. Yoren dijo que no nos acercáramos a esos tres.
—A mí no me dan miedo —dijo Arya.
—Será porque eres idiota. A mí sí me dan miedo. —El Toro puso la mano en el puño de su espada, y Rorge se echó a reír—. Vámonos lejos de ellos.
(…)
—Te puedo hacer daño.
—No me harás daño.
—No sabes lo fuerte que soy.
—Y tú no sabes lo veloz que soy yo.
—Tú te lo has buscado, Arry.
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Poco a poco empezamos a ver tímidos acercamientos entre los chicos, uno de ellos es cuando Arya logra cazar un conejo y comparte con Gendry su porción:
Un día se tropezó por casualidad con un conejo. Era gordo, de pelo castaño, con orejas largas y naricilla inquieta. Los conejos corrían más deprisa que los gatos, pero no podían subirse por los árboles. Le dio un buen golpe con el palo y lo agarró por las orejas. Yoren lo guisó con setas y cebollas silvestres. A Arya le dieron una pata entera, porque el conejo era suyo. La compartió con Gendry.
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Este detalle es importante porque Arya, acostumbrada a la vida de palacio, nunca ha tenido problemas para obtener comida, pero ahora por primera vez está pasando privaciones. Sus primeros días tras escapar de la Fortaleza Roja tuvo que recurrir a las palomas para alimentarse y durante unos días pasó hambre. En este punto, habla de “una pata entera” como una cantidad enorme y teniendo en cuenta los recursos de la Guardia de la Noche y su situación actual, lo es. Ella podría haber aprovechado para tener una comida decente por primera vez en mucho tiempo y, en cambio, decide compartirla con un chico al que apenas conoce y de quien solo sabe su nombre y que lo busca la reina. La amistad entre ellos se nos muestra con pequeños gestos, en la forma en que inmediatamente empiezan a buscarse con la mirada o a consultar con el otro las pequeñas decisiones.
Explorando antes de la emboscada de Sir Amory Lorch a la fortaleza, los niños (Arya, Gendry, Pastel Caliente y Lommy) ya habían formado un equipo, pero es después de esta cuando Arya y Gendry toman el rol de líderes teniendo que cooperar para sobrevivir. Durante el ataque de ser Amory, ambos se mantienen cerca y, cuando Yoren les pide que huyan con los niños, esto es lo que sucede:
Y en aquel momento Yoren apareció junto a ella y la sacudió por los hombros.
—¡Chico! —le gritó a la cara, igual que gritaba siempre—. ¡Lárgate de aquí, se acabó, hemos perdido! Recoged todo lo que podáis, vosotros dos, y sacad a los otros chicos de aquí. ¡Venga!
—¿Cómo? —preguntó Arya.
—La trampilla —gritó Yoren—. Debajo del granero.
Y sin más se alejó, espada en mano, para seguir luchando. Arya agarró a Gendry por el brazo.
—Ha dicho que nos marchemos —le gritó—. Por el granero.
Los ojos del Toro reflejaban las llamas a través de las rendijas del yelmo. Asintió. Llamaron a gritos a Pastel Caliente para que bajara de la muralla, y encontraron a Lommy Manosverdes, tendido en el suelo y sangrando por una herida de lanza en la pantorrilla. También encontraron a Gerren, pero estaba muy malherido y no se podía mover. Corrieron hacia el granero, y en aquel momento Arya vio a la niña llorona, en medio del caos, rodeada de humo y muerte. La agarró de la mano y la obligó a ponerse en pie mientras los demás se adelantaban. La niña no quería andar, ni siquiera cuando la abofeteó, de manera que Arya la tuvo que arrastrar con la mano derecha mientras esgrimía a Aguja con la izquierda. Ante ella la noche se había teñido de un rojo sombrío. «El granero está ardiendo», pensó. Una antorcha había caído sobre la paja, las llamas lamían las paredes, y se oían los gritos de los animales atrapados en el interior. Pastel Caliente se asomó por la puerta.
—¡Corre, Arry! ¡Lommy ya ha salido, si la cría no quiere venir, déjala!
Arya, testaruda, la arrastró con más fuerza. Pastel Caliente desapareció de nuevo hacia el interior, dejándolas abandonadas… pero Gendry corrió hacia ellas. El fuego arrancaba destellos del yelmo, tan pulido que los cuernos parecían tener un aura color naranja brillante. Se echó a la niña sollozante al hombro.
—¡Corre!
(…)
—Pasa tú primero —dijo Gendry sin hacerles caso—, luego la niña y después yo. Date prisa, hay un trecho largo.
Arya recordó algo.
—Después de cortar la leña, ¿dónde dejaste el hacha?
—Afuera, junto al refugio. —Echó un vistazo a los hombres encadenados—. Antes salvaría a los burros. No tenemos tiempo.
—¡Llévatela! —le gritó—. ¡Sácala de aquí! ¡Corre! —El fuego le golpeó la espalda con alas al rojo vivo cuando salió corriendo del granero.
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Este es un punto de inflexión para ambos. Pierden a Yoren y al grupo, con toda la seguridad que ofrecía. Ahora tienen la responsabilidad de sacar a cuantos puedan y largarse. Si nos fijamos, toman decisiones muy rápidas, sus vidas dependen de ello. Pastel Caliente, Lommy y Gerren son alertados, aunque solo los dos primeros saldrán.
Cuando Arya decide quedarse atrás para ayudar a Comadreja, Gendry decide tomar el toro por los cuernos10 y, negándose a abandonarlas, se ocupa de la niña para que puedan escapar. La situación es dantesca y el chico arriesga su vida en una masacre de fuego por unas niñas a las que no conoce (en ese momento todavía no sabe que Arya es una chica), no solo eso, sino que les da preferencia a la hora de meterse en el túnel (Arya, por delante de la niña, y él, el último).
Tras el ataque aprenden un poco de Kurz antes de que este muera y de que Cutjack y Tarber los abandonen a su suerte. En este punto es Gendry (el mayor y físicamente más fuerte) quien comienza a tomar las decisiones, pero lo curioso es que parece tomar a Arya como su segundo al mando: pide su opinión con mucha más frecuencia que la de los demás y la escucha, incluso cuando lo contradice. No tarda mucho en pensar que los otros niños no son de gran ayuda y que solo Arya y él podrían apañárselas… Y aquí confiesa que sabe que ella es una chica.
—Va a morir [Lommy], y cuanto antes muera, mejor para los demás. Deberíamos dejarlo, como dice él. Si los heridos fuéramos tú o yo, él nos abandonaría, bien lo sabes. (…)
—No sirve de nada —repitió Gendry, testarudo—. Ella [Comadreja], Pastel Caliente y Lommy lo único que hacen es retrasarnos, y al final conseguirán que nos maten. De todo el grupo, sólo tú vales para algo. Y eso que eres una chica.
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En esta conversación Arya se arriesga totalmente y confiesa su verdadera identidad, Gendry promete no contar su secreto, entonces ambos se separan para robar comida. Gendry había insistido en que fueran ambos, aunque tanto Arya como Pastel Caliente le advirtieron que ella es mucho más sigilosa y podría hacerlo sola, él se negó a que fuera sola. Y cuando rato después Arya ve que han capturado a Gendry, su reacción es totalmente visceral, deja de ser razonable y decide tratar de salvarlo a toda costa.
Ya estaba demasiado oscuro para distinguir los rostros, pero el prisionero llevaba un brillante yelmo de acero, y al ver los cuernos Arya supo que se trataba de Gendry11. «Idiota, idiota, idiota, ¡idiota!», pensó. Si lo hubiera tenido al lado le habría pegado otra patada. (…)
Aquello no importaba. Lo único importante era que habían cogido a Gendry. Tenía que sacarlo de allí, aunque fuera un cabezota y un imbécil. Se preguntó si los soldados sabrían que la reina lo estaba buscando. Uno de los guardias se quitó el yelmo y se puso el de Gendry. Arya se enfureció, pero sabía que no podía hacer nada para impedirlo. (…)
—¿Dónde está el Toro? —preguntó Lommy.
—Lo han cogido —susurró Arya—. Tenemos que sacarlo de allí. Vas a tener que ayudarme, Pastel Caliente. Nos acercaremos a escondidas, mataremos a los guardias y luego yo abriré la puerta. Pastel Caliente y Lommy se miraron.
—¿Cuántos son?
—No he podido contarlos —reconoció Arya—. Por lo menos veinte, pero ante la puerta sólo hay dos.
—No podemos luchar contra veinte. —Pastel Caliente puso cara de estar a punto de llorar.
—Sólo tienes que luchar contra uno. Yo me encargo del otro, sacamos a Gendry y nos largamos.
—Deberíamos rendirnos —dijo Lommy—. Vamos allí y nos rendimos.
Arya sacudió la cabeza, testaruda.
—Entonces olvídate de Gendry, Arry —suplicó Lommy—. No saben que estamos aquí, si nos escondemos se irán, sabes que se irán. No es culpa nuestra que cogieran a Gendry.
—Eres idiota, Lommy —dijo Arya, furiosa—. Si no sacamos a Gendry, el que va a morir eres tú. ¿Quién te va a llevar si no?
—Pastel Caliente y tú.
—¿Todo el rato, sin ayuda de nadie? No lo lograremos. Gendry es el más fuerte. Además, me importa un rábano lo que digas, voy a volver a por él. —Miró a Pastel Caliente—. ¿Vienes conmigo? Pastel Caliente miró a Lommy, a Arya y a Lommy otra vez.
—De acuerdo —dijo de mala gana—. Lommy, vigila bien a Comadreja.
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Al hablar con Pastel Caliente y Lommy, los chicos tratan de convencerla de que se olvide de Gendry, de que lo abandone, porque quienes lo han capturado no saben que están allí. La reacción de los niños es muy distinta: Arya se muestra totalmente intransigente y se niega a abandonar a su compañero, estando dispuesta a ir sola de ser necesario. Primero apela al hecho de que Gendry es su compañero, pero cuando eso no los conmueve intenta usar la lógica (hay dos hombres en la puerta, no seremos capaces de transportar a Lommy solos) Lommy aboga por rendirse, utiliza la excusa de que no es su responsabilidad y pide que se marchen. Pastel Caliente que se mantiene al margen de la discusión la mayor parte del tiempo, es el más razonable aquí: primero apoya a Lommy porque el plan de Arya es peligroso y son demasiados (Arya ha admitido que no sabe cuántos, solo que son más de 20), pero cuando se da cuenta de que Arya irá de todos modos decide ir “de mala gana”, no lo mueve el compañerismo sino el saber que están sin opciones.
Y es aquí cuando llegamos al horror: Harrenhal, el infierno de Poniente12.
En Harrenhal, Arya empieza a servir y Gendry tiene una mejor posición como aprendiz de herrero. Aquí su relación experimenta un bache, la diferencia de posición y el que ya no puedan hablar como solían hacerlo les pasa factura. Arya lo culpa internamente de que los atraparan, aunque Gendry, ajeno, sigue preocupándose por ella y le cubre las espaldas con Pastel Caliente, mintiendo por ella. La negativa del chico a fabricarle una espada tras la pérdida de Aguja tampoco ayuda.
Divisó a Gendry, con el pecho desnudo brillante de sudor, pero con la misma mirada terca de siempre en los ojos azules bajo el espeso pelo negro. Arya no sabía si quería hablar con él. Los habían atrapado por su culpa.
—¿Quién es Lucan? —le preguntó—. Tengo que pedirle una espada nueva para Ser Lyonel.
—Olvídate de Ser Lyonel. —La cogió por un brazo y se la llevó aparte—. Anoche Pastel Caliente me preguntó si yo te había oído gritar «Invernalia» en la fortaleza, cuando peleamos en la cima de la muralla. (…)
—Lo que importa es lo que gritaste tú. Le dije a Pastel Caliente que se limpiara la cera de las orejas, que lo que gritabas era «¡Represalia!». Así que si te pregunta más vale que digas lo mismo.
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También es llamativo como Arya, durante su tiempo en Harrenhal, empieza a fijarse en los músculos de Gendry y cómo Martin nos repite una y otra vez sus características físicas que lo marcan como Baratheon. En este momento Arya apenas tiene 10 años, no hay ningún interés más romántico, pero solo el hecho de fijarse en estos detalles ya es significativo.
Al pasar junto a la armería, Arya oyó los golpes del martillo en el yunque. A través de las ventanas altas se veía un brillo anaranjado. Trepó hasta el techo y miró abajo. Gendry estaba trabajando en una coraza. En ocasiones como aquélla para él sólo existía el metal, el fuelle y el fuego. El martillo era parte de su brazo. Arya observó cómo se le movían los músculos del pecho, y escuchó la música que arrancaba del acero. «Es muy fuerte», pensó.
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Las cosas no hacen más que empeorar cuando los norteños y ribereños son capturados. La primera persona a la que recurre Arya instintivamente es Gendry. Arya, siempre pensando en volver a casa (el tema central de su arco), insiste en liberarlos. Sin embargo, Gendry, que es esta vez la voz del sentido común, se niega y la llama “niña”, reduciéndola y poniendo distancia entre ellos. Todo esto enfurece a Arya, que, sin aceptar la lógica de sus argumentos, coge una rabieta y trata de convencerse de que fue su culpa que los capturaran.
La posición de Gendry es completamente lógica, si exceptuamos cuando niega que los capas doradas estaban buscándolo, para él arriesgarse por los norteños es un riesgo estúpido y que le puede costar muy caro, solo para acabar en la misma posición, pero sirviendo a Arya y su familia.
Cuando el muchacho cogió unas tenazas largas para sumergir la coraza en el agua fría, Arya culebreó por la ventana y saltó para caer al suelo a su lado. Gendry no mostró sorpresa.
—Tendrías que estar en la cama, niña. —La coraza siseó como un gato al contacto con el agua—. ¿Qué era todo ese jaleo?
—Ha vuelto Vargo Hoat, y trae prisioneros. He visto sus blasones. Hay un Glover de Bosquespeso, es vasallo de mi padre. Y los demás también, o casi todos. —De repente, Arya supo por qué sus pies la habían llevado hasta allí—. Tienes que ayudarme a liberarlos.
Gendry se echó a reír. (…)
—Lo que pasa es que tienes miedo.
—Déjame en paz, niña. —Gendry, hay cien norteños. Puede que más, no me dio tiempo a contarlos a todos. Son tantos como hombres tiene Ser Amory. Bueno, sin contar a los Titiriteros Sangrientos, claro. Sólo tenemos que sacarlos de ahí, tomarán el castillo y podremos escapar. —Pues resulta que no vas a poder sacarlos, igual que no pudiste salvar a Lommy. —Gendry dio la vuelta a la coraza con las tenazas para examinarla más de cerca—. Y si escapáramos, ¿adónde iríamos?
—A Invernalia —respondió al instante—. Le diré a mi madre que me has ayudado, y te podrías quedar…
—¿Mi señora me lo permitiría?13 ¿Podría herrar vuestros caballos y hacer espadas para vuestros señores hermanos?
—¡Para ya! —En ocasiones Gendry la ponía muy furiosa.
—¿Por qué voy a arriesgar los pies por la oportunidad de sudar en Invernalia en vez de en Harrenhal? ¿Conoces al viejo Ben Pulgarnegro? Llegó aquí de niño. Fue herrero del abuelo de Lady Whent, luego de su padre y después de la señora. Ahora es el herrero de Lord Tywin, ¿y sabes qué dice? Que una espada es una espada, un yelmo es un yelmo, y si uno mete la mano en el fuego, se quema sin importar a quién se sirva. Lucan es un amo aceptable. Yo me quedo aquí. (…)
—¡Al próximo yelmo que hagas, ponle orejas de mulo en vez de cuernos de toro! —le espetó Arya apretando los puños con impotencia. Tuvo que salir corriendo para no emprenderla a golpes con él. «Seguro que ni los notaba. Cuando lo encuentren y le corten esa cabeza de mulo que tiene, se va a arrepentir de no haberme ayudado.» Además, seguro que le iría mejor sin él. Gendry había tenido la culpa de que la atraparan en la aldea.
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De modo que Arya recurre a otra persona, Jaqen, en quien ha empezado a confiar tras las dos primeras muertes y, con astucia, consigue la liberación norteña y el traspaso de Harrenhal a Roose Bolton. Es curioso cómo cuando Jaqen se presenta ante ella, su primera pregunta es si Gendry le ha dicho donde estaba, revelando que considera que el único capaz de localizarla cuando está oculta es él. No obstante, la sopa de comadreja tiene consecuencias en los habitantes de Harrenhal, quienes lo saben la desprecian o se muestran cautelosos y ella se encuentra aislada una vez que Jaqen se ha marchado; la amistad con Gendry y Pastel Caliente también se resiente. Gendry está furioso por la destrucción que ha causado, la muerte de Lucan y que Harrenhal esté ahora en manos de los Titiriteros Sangrientos y los Bolton.
En cierta ocasión, cuando sólo había la mitad de cabezas, Gendry había sorprendido a Arya contemplándolas.
—¿Qué, admirando tu obra? —le preguntó. Estaba enfadado porque le caía bien Lucan, Arya lo sabía muy bien, aun así aquello no era justo.
—Es obra de Walton Patas de Acero —dijo a la defensiva—. Y de los Titiriteros y de Lord Bolton. —¿Y quién nos ha puesto en sus manos? Tú y tu sopa de comadreja.
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La situación solo empeora cuando Arya escucha que Bran y Rickon han muerto, sintiendo que ha perdido a su manada. Las malas noticias no terminan aquí, pues Roose Bolton confiesa que planea dejar Harrenhal en manos de los Titiriteros Sangrientos. Ella busca consejo en el bosque de dioses y decide escapar… pero no sola. Arya siempre compara a su familia con una manada y cuando decide escapar, se lleva a las personas que considera importantes.
En el bosque de dioses, recogió su escoba de donde la había dejado y fue con ella hasta el árbol corazón. Allí se arrodilló. Las hojas rojas crujían. Los ojos rojos escudriñaron en su interior. «Los ojos de los dioses.»
Y entonces, lejos, muy lejos, más allá del bosque de dioses, de las torres hechizadas y de las inmensas murallas de piedra de Harrenhal, en algún lugar del mundo exterior, sonó el aullido largo y solitario de un lobo. A Arya se le puso la carne de gallina, y se sintió momentáneamente mareada. Y entonces, muy tenue, le pareció oír la voz de su padre.
—Cuando cae la nieve y sopla el viento blanco, el lobo solitario muere pero la manada sobrevive —dijo.
—Pero es que ya no hay manada —susurró al arciano. Bran y Rickon estaban muertos, los Lannister tenían a Sansa y Jon se había ido al Muro—. Yo ni siquiera soy yo, ahora soy Nan.
—Eres Arya de Invernalia, hija del norte. Me dijiste que podías ser fuerte. Por tus venas corre la sangre del lobo.
—La sangre del lobo. —Arya lo recordó—. Puedo ser tan fuerte como Robb. Lo dije y lo haré.
(…)
—¿Y qué? Tú no te olvides de las espadas.
—No he dicho que vaya a ir.
—No. Pero si vienes, no te olvides de las espadas.
—Bueno —dijo al final el chico con el ceño fruncido—. Supongo que no las olvidaré.
choque de reyes, arya x
Es en los bosques cuando el grupo parece recuperar la antigua camaradería. Los primeros días ninguno de los chicos cuestiona las decisiones de Arya, Pastel Caliente incluso la teme un poco. Empezamos a notar este cambio con las primeras bromas para espolear a Pastel Caliente y la forma en que llegan a sincronizarse. Una sincronía que nos recuerda a la que tenía con Jon.
A mediodía, Pastel Caliente comenzó a quejarse. Le dolía el trasero, dijo, y la silla le dejaba en carne viva la parte interior de los muslos; además, tenía que dormir un poco.
—Estoy tan cansado que me voy a caer del caballo.
—Si se cae —dijo Arya mirando a Gendry—, ¿quién crees que lo encontrará antes, los lobos o los Titiriteros?
—Los lobos —dijo Gendry—; tienen mejor olfato.
(…)
—Estoy empapado y tengo frío —se quejó Pastel Caliente—. Seguro que ahora estamos bien lejos de Harrenhal. Podríamos encender una hoguera…
—¡No! —gritaron Arya y Gendry al unísono. Pastel Caliente se asustó un poco. Arya miró a Gendry de reojo. «Lo hemos dicho a la vez, como me pasaba con Jon en Invernalia.» De todos sus hermanos, al que más extrañaba era a Jon Nieve.
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Uno de los momentos más divertidos llega después, cuando los tres están agotados y Gendry tiene que convencerla de parar y dormir. Arya apenas discute, cediendo enseguida. Arya es consciente de que sola avanzaría mucho más rápido, pero llega a considerar a los chicos familia y se niega a abandonarlos:
Sola habría avanzado mucho más deprisa, Arya lo sabía bien, pero no podía abandonarlos. Eran su manada, sus amigos, los únicos amigos vivos que le quedaban y, de no ser por ella, aún estarían sanos y salvos en Harrenhal; Gendry sudando ante la forja, y Pastel Caliente en las cocinas.
«Si los Titiriteros nos atrapan, les diré que soy la hija de Ned Stark y la hermana del Rey en el Norte. Les ordenaré que me lleven con mi hermano y que no hagan daño a Pastel Caliente ni a Gendry.
tormenta de espadas, arya i
Durante su encuentro con la Hermandad Sin Estandartes se muestran protectores unos con otros. Especialmente Gendry, que incluso decide sacrificar su hambre para guardar los caballos y que sus compañeros coman primero. Además, cuando Gendry alerta de los jinetes que llegan a la Posada de la Encrucijada y se desata la pelea, intenta ayudar a Arya cuando esta se debate contra Lim.
—Despierta a Gendry, coged los caballos y escondeos detrás de la choza —decidió.
(…)
—Venga, niña —insistió el bardo—, suelta esa espada y te llevaremos a un lugar donde estarás a salvo y podrás llenarte la barriga. Por aquí hay lobos, leones y cosas peores todavía. No es lugar para que una chiquilla ande sola.
—No está sola. —Gendry salió a caballo de detrás de la pared de la choza, seguido por Pastel Caliente, que tiraba de las riendas del caballo de Arya. Con la cota de mallas y la espada en la mano, Gendry casi parecía un hombre adulto, y además peligroso. Pastel Caliente parecía Pastel Caliente—. Haced lo que os ha dicho, dejadnos en paz —advirtió.
(…)
—Uno de nosotros debería quedarse a vigilar los caballos —dijo con cautela.
—No es necesario, Perdiz —dijo Tom que la había oído—. Entra y come, no les va a pasar nada. —Ya me quedo yo —dijo Gendry, sin hacer caso del bardo—. Ven a sustituirme cuando hayas comido.
(…)
Gendry se acercó para ayudarla, pero Tom de Sietecauces se interpuso con una daga en la mano.
tormenta de espadas, arya ii
Tras su encuentro con la Hermandad, los niños se separan. Pastel Caliente se queda en la Posada de la Encrucijada mientras que Arya y Gendry son prisioneros en manos de los bandidos. Arya ha podido reencontrarse con Harwin, pero sigue ocultando secretos y confía en Gendry sus primeras sospechas de que no se dirigen a Aguasdulces, cuando estas se confirman inicia su primer intento de escape. Gendry, incluso tomado por sorpresa, se aparta para permitirle el paso.
«Prisioneros. —Arya respiró hondo para recuperar la calma—. Tranquila como las aguas en calma. —Miró a los rebeldes a caballo e hizo girar la cabeza a su montura—. Ahora, rápida como una serpiente», pensó al tiempo que clavaba los talones en los flancos del corcel.
Salió como una centella entre Barbaverde y Jack-con-Suerte, y vio un instante la expresión de sobresalto en el rostro de Gendry cuando el muchacho apartó la yegua para dejarla pasar. Y al momento se encontró en campo abierto, a galope tendido.
tormenta de espadas, arya iii
Tras el pequeño intento de fuga interceptado por Harwin, el grupo sigue su camino hasta Alto Corazón y pasa por Torreón Bellota. Gendry y Arya siguen siendo cercanos, pero poco a poco el herrero empieza a interactuar cada vez más con los miembros de la Hermandad. Y aunque Harwin y Anguy se muestran amables con Arya la vigilan de cerca.
Aquella noche, Lim y Gendry jugaron a los dados con sus anfitriones, mientras Tom de Sietecauces cantaba una cancioncilla tonta sobre Ben Barrigas y el ganso del Septon Supremo.
tormenta de espadas, arya iv
Es en Torreón Bellota cuando encontramos una de las interacciones más interesantes entre los niños, que invitan a pensar en una posible relación en el futuro.
Cuando Arya estuvo bien lavada, peinada y vestida, la cena ya se estaba sirviendo en los salones. Gendry la miró y se echó a reír de tal manera que se le salió el vino por la nariz, hasta que Harwin le dio un capirotazo junto a la oreja. (…)
—Gendry volvió a poner las tenazas en su sitio y descolgó el pesado martillo—. El maestro Mott me dijo que ya era hora de que hiciera mi primera espada. Me dio un buen trozo de acero, y yo sabía cómo iba a dar forma a la hoja. Pero entonces llegó Yoren y se me llevó para la Guardia de la Noche.
—Si quieres, todavía puedes forjar espadas —dijo Arya—. Para mi hermano Robb, cuando lleguemos a Aguasdulces.
—Aguasdulces. —Gendry dejó el martillo y la miró—. Estás diferente. Pareces una niña de verdad.
—Parezco un roble, con tanta bellota.
—Pero bonito. Un roble bonito. —Se acercó un paso y la olfateó—. Si hasta hueles bien, para variar.
—Pues tú no, tú hueles a rayos.
Arya le dio un empujón contra el yunque y echó a correr, pero Gendry la agarró por un brazo. Ella le puso la zancadilla y lo hizo caer, pero él la arrastró en la caída, y rodaron por el suelo de la herrería. Gendry era fuerte, pero Arya era más rápida. Cada vez que trataba de agarrarla, se liberaba y le daba un puñetazo. Los golpes sólo hacían reír al chico, con lo que ella se enfadaba todavía más. Al final consiguió agarrarle las dos muñecas con una mano y empezó a hacerle cosquillas con la otra, hasta que Arya le dio un rodillazo entre las piernas y se libró de él. Los dos estaban cubiertos de polvo, y se le había desgarrado una manga del estúpido vestido de las bellotas.
—¡A que ya no estoy tan bonita! —gritó.
Cuando volvieron a la sala, Tom estaba cantando.
tormenta de espadas, arya iv
Arya, ajena a la camaradería del chico con los hombres de la Hermandad, cuenta con que ambos continúen su camino juntos hasta Aguasdulces y un futuro después de esto. Es en esta escena cuando observamos las dudas de Gendry: ya no están en Harrenhal. Aguasdulces y Arya regresando con su familia son una posibilidad real y él se muestra pensativo.
Cuando la conversación sobre la liberación del Matarreyes hace que expulsen a Arya, Gendry trata de animarla ofreciéndole visitar la vieja herrería y allí los niños empiezan a jugar. Lo más llamativo es que Gendry, al igual que le sucedió a Arya en Harrenhal, comienza a notar cambios en el físico de Arya: una vez vestida y peinada apropiadamente ya no conserva esa apariencia andrógina que le servía de disfraz e incluso aprecia su olor.
La canción de Tom merece su propio análisis, pero destaca cómo la dama rechaza la comodidad y habla de dos amantes del bosque. Las reacciones de los bandidos y el guiño de Tom a Arya al cantarla tampoco deberían pasar desapercibidos. Sabemos que las canciones en esta obra (al igual que la comida y las descripciones), tienen significados ocultos y nos revelan pistas sobre los personajes y su futuro.
Mi cama de plumas es blanda y profunda
y allí te tenderé,
te vestiré toda de seda amarilla,
y tu cabeza coronaré.
Porque tú serás la dama de mi amor,
y yo tu señor.
Abrigada y a salvo siempre te tendré,
con mi espada te protegeré.
Y cómo sonrió, cuánto se rió
la doncella del árbol.
Se alejó dando vueltas y le dijo así:
Nada de cama de plumas para mí.
De hojas doradas me haré un vestido
y me adornaré el cabello con gotas de rocío
Pero tú puedes ser mi amor silvestre
y yo tu novia del bosque seré.
tormenta de espadas, arya iv14
En su siguiente parada en Septo de Piedra, cuando encuentran a unos norteños enjaulados por los crímenes contra el pueblo, Arya ve una vez más que los hombres de Robb no son ningunos santos, aún así no duda en tratar de ayudarlos. Los propios bandidos se indignan por el trato que reciben los prisioneros y Anguy se ocupa de acabar con su miseria.
Los barrotes estaban demasiado juntos para pasar el tazón, así que Harwin y Gendry la ayudaron a auparse. Arya puso un pie sobre las manos entrelazadas de Harwin, se subió a los hombros de Gendry y se agarró a los barrotes de la parte superior de la jaula. El hombre gordo alzó el rostro hacia arriba y apretó las mejillas contra el hierro, y Arya vertió el agua sobre él.
tormenta de espadas, arya v
En el burdel, el Melocotón, Arya es la primera de los dos en darse cuenta de la clase de sitio que es (aunque no sepa exactamente lo que implica) y Gendry que había estado incómodo hasta entonces, lo está aún más cuando su medio hermana Campy le ofrece pasar la noche con él. El chico sale corriendo indignado y Arya, aunque está cansada, lo espera hasta que un viejo la interrumpe.
Antes de terminarse la copa Arya ya era todo bostezos. Gendry aún no había regresado. Tom Sietecuerdas cantaba «Dos corazones que laten como uno» y besaba a una chica diferente al final de cada verso. (…)
—Es mi hermana.15 —Gendry puso una manaza en el hombro del viejo y se lo apretó—. Dejadla en paz.
El viejo se dio media vuelta con ganas de pelea, pero al ver la estatura de Gendry se lo pensó mejor.
—¿Vuestra hermana? ¿Es vuestra hermana? ¿Qué clase de hermano sois? A una hermana mía no la traería al Melocotón ni muerto. —Se levantó del banco y se alejó refunfuñante en busca de una nueva amiga.
—¿Por qué le has dicho eso? —Arya se levantó de un salto—. Tú no eres mi hermano.
—No —le replicó con rabia—. Soy demasiado plebeyo para estar emparentado con mi señora. —Yo no he dicho eso. —Lo airado de la respuesta había dejado paralizada a Arya.
—Sí que lo has dicho. —Se sentó en el banco y acunó una copa de vino entre las manos—. Vete. Quiero beber tranquilo. Luego igual me voy a buscar a la chica del pelo negro para tocarle la campana.
tormenta de espadas, arya v
Y aquí tenemos lo que parece ser una escena de celos. Gendry se muestra protector con Arya al enfrentarse al viejo, pero cuando esta le reclama por su afirmación de que son hermanos, el chico toma una actitud totalmente distinta: resiente a Arya y parece pensar que ella lo hace de menos por su clase social. Su actitud encajaría muy bien con la del Robert que conocemos en Juego de Tronos recurrir al alcohol y ser brusco con ella, llegando al extremo de decir que buscará a otra mujer para pasar el rato, tratando de herirla.
Una vez que conocen a Thoros y lord Beric en la cueva donde se celebra el juicio del Perro, Gendry continúa viendo cada vez con mejores ojos a la Hermandad mientras que Arya no olvida su objetivo de volver a casa. Tras el juicio y la declaración de inocencia del Perro, Arya corre para atacarlo y Gendry trata de retenerla, pero no la atrapa. El siguiente varapalo al que Arya se enfrenta es el abandono de Gendry, que pide convertirse en miembro de la Hermandad Sin Estandartes:
—Trabajaré como herrero para vosotros. —Gendry se dejó caer sobre una rodilla ante Lord Beric—. Si me aceptáis puedo seros útil, mi señor. Antes hacía herramientas y cuchillos, y también hice un casco que no estaba nada mal. Uno de los hombres de la Montaña me lo robó cuando me cogieron prisionero.
«Él también quiere abandonarme», pensó Arya mordiéndose el labio. (…)
Gendry, ¿juras ante los ojos de los hombres y los dioses defender a los indefensos, proteger a las mujeres y a los niños, obedecer a tus capitanes, a tu señor y a tu rey, luchar con valentía cuando sea necesario y cumplir las tareas que se te encomienden, por duras, humildes o peligrosas que sean?
—Sí, mi señor.
El señor marqueño pasó la espada del hombro derecho al izquierdo.
—Levantaos, Ser Gendry, caballero de la colina hueca, y sed bienvenido a nuestra hermandad.
tormenta de espadas, arya vi
Los propios miembros de la Hermandad, especialmente lord Beric, tratan de disuadir a Gendry al principio y le recuerdan que Aguasdulces es una mejor opción para él, pero el chico se niega y pide servir junto a los bandidos.
Arya está destrozada por lo que ella considera el abandono de Gendry, en este punto cree haber perdido a la mitad de su familia (y está lejos de los que le quedan), sin amigos ni aliados y su compañero de aventuras ha decidido unirse a las personas que la tienen prisionera, por lo que su relación parece irreparable.
«Pastel Caliente también me abandonó, y ahora Gendry.» (…)
Mientras Arya ajustaba la cincha de la silla de montar, Gendry se le acercó para decirle que lo sentía. Ella puso el pie en el estribo y montó para poder mirarlo desde arriba, en vez de desde abajo.
«Podrías haber hecho espadas para mi hermano en Aguasdulces», pensó. Pero no fue eso lo que dijo16.
—Así que quieres ser un idiota caballero bandido y que te ahorquen —le espetó—. ¿Y a mí qué? Yo estaré en Aguasdulces con mi hermano en cuanto paguen el rescate.
tormenta de espadas, arya vii
Durante el resto de su tiempo juntos, la situación solo empeora cuando ella empieza a hacerse amiga de Ned Dayne. A ella le interesa sobre todo por su nombre (igual al de su padre) y por su revelación de ser hermano de leche de Jon; pero Gendry parece detestarlo:
—¿No tienes un cuchillo? —le sugirió Gendry—. Si tanto te molesta el pelo aféitate la cabeza, idiota.
«No le gusta Ned.» A Arya le caía bien el escudero; era un poco tímido, pero parecía buen muchacho. (…)
¿Quién eres?
—Mi señora… —Ned titubeó, avergonzado—. Soy Edric Dayne… Señor de Campoestrella. Gendry, que iba tras ellos, soltó un gruñido.
—Señores y damas —bufó con tono asqueado. Arya agarró una manzana silvestre de una rama y se la tiró; le acertó en aquella cabezota de toro—. ¡Ay! Me has hecho daño —se quejó, frotándose la piel sobre el ojo—. ¿Las damas tiran manzanas a la gente?
tormenta de espadas, arya viii
Ned es el vivo recordatorio de la diferencia entre señores y plebeyos, con otros miembros de la Hermandad como con el propio lord Beric, Gendry no parece tener problemas, pero despde el primer momento detesta a Ned, que no ha hecho nada contra él. Además, cuando se enteran de que lord Hoster Tully incendió una aldea, Gendry lanza a Arya una mirada extraña.
Su viaje termina cuando tras la visión de Thoros sobre la Boda Roja. Los bandidos insisten en ir con su tío abuelo Brynden Tully, a quien la niña no conoce. Arya no lo soporta más, sabe que no han hecho más que dar rodeos y siente que la alejan de su familia, así que decide huir, siendo capturada por el Perro.
«Yo sólo quería ir a Aguasdulces. —Era culpa suya por haberse llevado a Gendry y a Pastel Caliente cuando huyó de Harrenhal. De estar sola le habría ido mejor. Si hubiera estado sola los bandidos no la habrían atrapado, y a aquellas alturas ya estaría con Robb y con su madre—. No eran mi manada, nunca fueron mi manada. Si lo hubieran sido no me habrían abandonado. —Los pies le chapotearon en un charco de agua embarrada. Alguien la llamaba a gritos, seguramente Harwin o Gendry, pero el trueno acallaba sus voces al retumbar contra las colinas, un instante por detrás del relámpago—. El señor del relámpago —pensó, furiosa—. Tal vez no pueda morir, pero mentir se le da de maravilla.»
tormenta de espadas, arya viii
La separación. Los presagios de futuro en Tormenta de Espadas, Festín de Cuervos y Danza de Dragones.
Durante los siguientes libros, tras la Boda Roja y la separación apenas tenemos noticias de Gendry, y Arya emprende su viaje a Braavos, donde deberá renunciar a su identidad para entrenar con los Hombres son Rostro.
Más de una vez, Arya piensa en la vida que deja atrás y en Gendry y Pastel Caliente como una manada, pero se convence a sí misma de que no lo eran y la abandonaron:
A veces pensaba que podría volver a la posada de Sharna, si las inundaciones no se la habían llevado por delante. Podría quedarse con Pastel Caliente, o tal vez Lord Beric la encontraría allí. Anguy la enseñaría a manejar el arco, podría cabalgar al lado de Gendry y ser una bandida igual que Wenda, la Gacela Blanca de las canciones.
Pero eso no eran más que idioteces, sueños como los que tendría Sansa. Pastel Caliente y Gendry la habían abandonado en cuanto tuvieron ocasión, y Lord Beric y los bandidos no querían más que cobrar un rescate por ella, igual que el Perro. Ninguno de ellos la quería tener cerca. «Nunca fueron mi manada, ni siquiera Pastel Caliente y Gendry. Pensaba que sí, pero era una idiota, una niña idiota, sin pizca de loba.»
tormenta de espadas, arya xiii
Conforme avanza en su entrenamiento, Arya cada vez piensa menos en su familia, salvo durante sus sueños de loba, pero mantiene su lista, una lista en la que están las personas que han dañado a su familia y seres queridos.
Arya sólo sabía unas cuantas palabras de braavosi, las que eran iguales en alto valyrio, de modo que rezaba su propia oración al Dios de Muchos Rostros, la que decía «Ser Gregor, Dunsen, Raff el Dulce, Ser Ilyn, Ser Meryn, la reina Cersei». Rezaba en silencio
festín de cuervos, arya ii
Dunsen no le ha hecho daño a ella, ni ha abusado de su familia (aunque sí de muchos otros al ser uno de los hombres de la Montaña), pero le robó el casco a Gendry y por eso tiene un lugar en su lista. Su nombre probablemente tiene el agravio más leve de toda la lista, en la que figuran asesinos y torturadores, pero sigue ahí.
Además, a Arya se le ofrece una alternativa a la Casa de Blanco y Negro con la figura de las cortesanas o un matrimonio:
—Crees que este es el único lugar donde puedes estar. —Era como si le leyera el pensamiento—. En eso te equivocas. (…) Si lo que deseas es un matrimonio e hijos, dímelo y te buscaremos un marido. Algún aprendiz honrado, un viejo rico, un marino, lo que quieras.
festín de cuervos, arya i
Y luego están, de nuevo, las referencias cruzadas al futuro de las hermanas:
—A todos, no —respondió Jaime—. Las hijas de lord Eddard siguen con vida. Una acaba de contraer matrimonio, y la otra… —« ¿Dónde estás, Brienne? ¿La has encontrado?» —. La otra, si los dioses son misericordiosos, se olvidará de que fue una Stark y se casará con un herrero corpulento o con un posadero rechoncho, le llenará la casa de críos y nunca tendrá miedo de que aparezca un caballero para estamparles el cráneo contra la pared.
danza de dragones, jaime
Jaime se refiere a la falsa Arya casada con Ramsay Bolton y a la desaparecida Sansa, pero de nuevo, se intercambian los roles de ambas hermanas: Sansa está casada con Tyrion (y en este punto en el Valle es la prometida de Robalito), mientras que Arya es quien está perdiendo su identidad “olvidando quién es”, y la que conoce a un herrero corpulento (Gendry) y a un posadero rechoncho (Pastel Caliente) con los que podría casarse.
Gendry era lo más parecido a un adulto, pero la que gritaba todas las órdenes era Willow, como si fuera una reina en su castillo y los otros niños fueran sólo sus criados. «Si fuera de noble cuna, dar órdenes sería natural para ella, igual que para ellos obedecerlas.» Brienne se preguntó si Willow no sería más de lo que aparentaba. Era demasiado pequeña y vulgar para ser Sansa Stark, pero tenía la edad de la hermana menor, y hasta Lady Catelyn le había dicho que Arya no poseía la belleza de su hermana. «Pelo castaño, ojos marrones, flaca… ¿Sería posible…? —Recordaba que Arya Stark tenía el pelo castaño, pero se le había olvidado el color de sus ojos—. ¿Marrones también? ¿Es posible que no muriera en Salinas?»
festín de cuervos, brienne viii
En esta ocasión, Brienne relaciona a Gendry y Arya sin apenas pistas, casi de casualidad, aunque se equivoca de niña.
Los paralelismos. Los personajes de hoy como reflejo del ayer.
Ya hemos comentado como Arya y Gendry son la “reencarnación”17 de Lyanna y Robert, pero es que otros personajes también lo son. Uno de los más importantes es Jon, que es la viva imagen de Ned. Y es aquí donde radica la diferencia: Jon, independientemente de si es hijo de Rhaegar o no18, habría tenido un rol similar al del príncipe dragón en la historia original.
Como ya sabemos, Jon y Arya se habrían visto envueltos en un romance incestuoso con Tyrion como el mal tercio, pero Martin cambió de idea19. Tyrion se casó con Sansa; Jon, tiene una tendencia a emparejarse con chicas que le recuerdan a Arya (Ygritte y Val) y Arya conoció a Gendry. Gendry, una versión de Robert que sí conoce y acepta “el acero bajo la superficie” de la Stark parafraseando a Ned, aunque cuando tuvo opción decidió que prefería a la Hermandad20.
Fue la primera en montar de nuevo. No le gustaba ocultar la verdad a Pastel Caliente, pero tampoco quería confiarle su secreto. Gendry lo sabía, pero eso era diferente. Gendry también tenía un secreto, aunque ni siquiera él supiera de qué se trataba.
tormenta de espadas, arya i
Arya confía en Gendry como Lyanna nunca confió en Robert, ambos niños tienen una historia común y hay indicios de que esta pueda volver a repetirse, pero en este caso el dragón no interferirá21. Hay bastantes paralelismos entre Gendry y Jon, y ambos podrían llegar a llevarse bien de conocerse, emulando el tándem Robert-Ned.
Espero que halláis disfrutado tanto de leer este ensayo, como yo de escribirlo. Nos vemos en la caja de comentarios y feliz San Valentín.
- No llego a su nivel, él parte con ventaja (y un fandom extremadamente LEAL dispuesto a esperar por él). Los simples mortales no podemos más que soñar con eso.
- ¡Qué le puedo hacer! La historia de mis antepasados y de la fundación de los Durrandon invita al optimismo en el amor incluso teniendo a los dioses en contra.
- Esa corre por cuenta de la casa. Igual que los ojos azules y el pelo oscuro.
- Estaba enamorada unilateralmente de Renly. Nuestro pobre bebé.
- El ÚNICO personaje con punto de vista en todos y cada uno de los libros. Desde Juego de Tronos a Danza de Dragones.
- Lyanna es una perfecta mezcla entre Arya y Sansa: sensible a las canciones y capaz de cumplir con sus deberes como dama, pero totalmente salvaje y voluntariosa.
- De nuevo la proyección. El futuro para Sansa que podría terminar siendo el de Arya y viceversa: Sansa está actuando en el Valle como consejera de Meñique y de Robalito (aparentemente), construye un castillo la Invernalia de nieve en el Valle y su disfraz se basa en convertirse en una futura septa.
- A excepción de los príncipes de Dorne, con los que los Stark no tienen ninguna relación y que no sienten especial simpatía ni animadversión por los aliados norteños de Robert.
- Y darían material para otro ensayo.
- Sí, tenía que meter la pullita.
- Es interesante que deja de pensar en él como el Toro y pasa a usar su nombre de pila.
- Con perdón de Valyria y los Pesares.
- Teniendo en cuenta sus futuras interacciones podemos deducir que el chico tiene miedo y resiente que ambos pertenezcan a clases sociales distintas.
- My featherbed, por Karliene
- Se los vuelve a relacionar como familia.
- Si todos recordamos la serie que no debe ser nombrada, en la que Martin estuvo involucrado hasta la 4ª temporada, Arya le dice “Podrías ser mi familia” y los guionistas le pidieron que lo dijera como si las palabras fueran “Te quiero”.
- No literalmente.
- ¡Vamos LadykillerTyrell, yo creo en ti! Demuestra por qué hace aguas la teoría del R+L=J.
- Alabado sea Martin.
- Robert lo está maldiciendo desde los 7 infiernos.
- Salvo que contemos con (f)Aegon VI, pero según la teoría del Torneo de Vado Ceniza, probablemente acabe con Sansa (o Arianne por motivos políticos)
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